CARMINA MACARONICA SELECTA

"Quid contentandum nisi contentamus amigos? / Hoc mihi servitium facias, tu deinde comanda, / nam, giandussa mihi veniat in culmine nasi, / ni pro te posthac Paradisos mille refudem", Baldus, V, 9, 295-298

viernes, 3 de agosto de 2018

LA MACARRONEA DE FRANCISCO PACHECO: Obras y esclarecimiento de la autoría y datación de su macarronea.




Obras y pervivencia.

Francisco Pacheco compuso tratados de erudición y eclesiásticos, programas iconográficos, inscripciones y poemas. Su producción poética es casi íntegramente latina, y alterna himnos a los santos sevillanos en la tradición de la poesía latino-cristiana, poemas amorosos concebidos como juegos literarios petrarquistas, y epístolas horacianas, De constituenda animi libertate ad bene beateque uiuendum sermones duo, su obra latina más importante, en 315 y 402 hexámetros respectivamente, en los que defiende la libertad de espíritu, ante la injusticia ambiente, como ideal neoestoico traducido en el desprecio de las preocupaciones mundanas, la práctica de un otium creador, junto a la de la amistad y la piedad religiosa. Su única creación castellana conservada es la Sátira apologética en defensa del divino Dueñas o Sátira contra la mala poesía, fechada hacia 1569 y compuesta de 706 hendecasílabos en tercetos encadenados, cuyo motivo es la crítica de la epidemia de mala poesía que invadía Sevilla, escrita en una lengua procaz, enrevesada y críptica por momentos. En el metalenguaje macarrónico está compuesta su Macarronea, la más extensa de la producción hispana de todos los tiempos con sus 636 hexámetros divididos en dos libros, y fechados, según uno de los tres manuscritos conservados, en 1565.

Como señala el prof. Pozuelo1, Pacheco alcanzó una proverbial fama como erudito entre sus contemporáneos, aunque en su juventud fue principalmente alabado por su poesía, que recibió elogios de Fernando de Herrera y del propio Cervantes, quien lo menciona como el primero entre los poetas sevillanos. Ya en los años 80 es su faceta de erudito la que suscita los mayores parabienes, y así será hasta después de su muerte. Posteriormente, un olvido casi absoluto cayó sobre la figura y obra del clérigo jerezano, que sólo recientemente ha comenzado a ser disipado.

Autoría.
Los tres mss. conocidos2 , todos del siglo XVI, hablan del “licenciado Pacheco” (ms. B) o de “F((r)ancisco) P(acheco)” (mss. H y Z) como autor de la obra; dos lo denominan “poeta sevillano” (mss. H y Z) (poeta hispalensis).

Datación.

Sólo uno de ellos (el ms. B) apunta una fecha de composición en su inicio: Macarronea del Licençiado / Pacheco hecha el año / de sesenta y cinco. Esta fecha no se ve desmentida por los otros dos mss.; incluso uno de ellos, el ms. Z, ofrece un congruente término ante quem, pues su amanuense dejó escrita una fecha de conclusión de su copia, el 7 de marzo de 1586. El mismo copista ofrece algunas apostillas que permiten identificar a algunos de los personajes del poema con personas reales del entorno de nuestro Francisco Pacheco, y, por tanto, atribuirle sin mayores prevenciones su autoría, a pesar del desliz de que se le llame en dos mss. “poeta sevillano”, error comprensible pues el clérigo de origen jerezano pasó la mayor parte de su vida en su villa de adopción. Por otra parte, ninguna de las fuentes manuscritas proporciona ningún título para la composición, aparte del genérico de macarronea (macarronea [ms. B]; macharronea [mss. H y Z]). No existen fuentes ajenas a los propios manuscritos y contemporáneas de Pacheco que le atribuyan la macarronea, y apenas hay referencias a su existencia. Lo que no es óbice para que tuviera una presumiblemente amplia difusión manuscrita, como atestiguan los manuscritos existentes, de los que dos, Z y H, mencionan explícitamente a alii.

Si se acepta, como parece plausible, la fecha de 1565 como la de composición de la presente macarronea, estaríamos ante una obra de juventud del autor, quien se encontraba a sus presumibles 26 años en una etapa dulce de su vida, en vías de obtener la titularidad de una capellanía de la Catedral de Sevilla, y reconocido por el mismo Cabildo por sus méritos y erudición, al tiempo que formaba parte activa de los círculos poéticos de la ciudad, en cuyas disputas participa ardorosamente, como refleja su Sátira, casi contemporánea de la Macarronea.








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1 Cf. Id., (2004), pp. LXIV, LXXIII-LXXV.

2Juan Montero y José Solís de los Santos, ‘La macarronea sevillana del licenciado Francisco Pacheco’, en Pedro M. Piñero Ramírez (ed.), DEJAR HABLAR A LOS TEXTOS. Homenaje a Francisco Márquez Villanueva, Sevilla: Universidad de Sevilla, 2005)Tomo I, 639-666. autores denominan B al manuscrito de la Bancroft Library, y Z al ms. de la biblioteca Zabálburu, dado a conocer por ellos; por mi parte, llamo H al manuscrito de la Hispanic society of America, dado a conocer por mí (véase aquí).


Imagen: Retrato anónimo del s. XVIII del canónigo Francisco Pacheco vía.

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