De Baldo el
segundo de los compañeros llamábase Cíngar;
Cíngar
escapahorcas, estafador y precito,
pícaro,
aflojabolsas, siempre al engaño dispuesto.
Chupado de
cara, mas puro músculo el cuerpo restante,
veloz en
andar y en hablar, veloz en meterse a la obra, 85
con la
cabeza siempre descubierta y toda rapada.
Maestro en
befas y bufas hacer, y engaños y burlas,
jugando con
su expresión formaba miles de caras,
y bizqueando
creaba los más variados mohínes.
Rara vez la
verdad decía, y era mal guía; 90
pues a quien
le preguntaba cuál era el camino correcto,
lo desviaba
hacia las garras de sus camaradas.
Siempre
llevaba consigo una especie de alforja,
que de
ganzúas estaba llena y de sordas tenazas,
con las que
de noche cerrada en las tiendas más abastecidas 95
entraba,
cargando de género bueno a sus compinches.
Despoja
altares de iglesia, y silencioso se mete
en los
almacenes y en los gualdarropas de las sacristías.
¡Oh,
cuántas veces revienta diestro aquella cajita,
de donde el
cura saca la ofrenda de nuevas capillas, 100
o más bien
para comprarle vestidos a la criada.
Tres veces
encarcelado al patíbulo había subido,
y sobre éste
con el verdugo ya preparado,
y a punto de
ser colgado, y la pata estirar en el aire,
siempre por
Baldo armado, y de los suyos acompañado, 105
era salvado
y sacado a la fuerza de entre los esbirros.
Éste luego
tornaba deprisa a su arte primera;
por la cual
de nuevo lo capturaba el justicia, y a Mantua
entrando con
cuerdas atado entre mil malandrines
al punto
reconocido, todo el pueblo y toda
la gente de
los negocios a los cuatro vientos gritaba:
"Mira
que viene el diablo, a nadie deja tranquilo;
como ladrón
despojó los altares de san Francisco3,
el
sinvergüenza lleva encima de sí mil condenas, 115
robó a los
frailes de san Cristóbal un cerdo partido
en dos, y de
ocas en salazón alguna tinaja.
Frutas no
deja en vergeles, ni berzas perdona a las huertas,
ni en los
gallineros respeta gallinas, ni los capones.
Ha
descalabrado un cura, y a un sacristán ha dejado 120
molido a
puñadas, quitándoles de continuo su yegua".
Así le
insulta el populacho, más él para nada
atiende los
gritos del vulgo con ademán impasible.
Y mientras
lo llevan a la prisión, y la horca aparejan,
mientras se
espera sin más que al ladrón cuelguen por la mañana, 125
de noche
rompe cerrojos, y arranca del muro ladrillos,
hace en la
cárcel un buco, y torna a robar los colmados.
Baldo
siempre lo amó sobre todos sus camaradas,
pues su raza
de la simiente formó de Margutte4.
¿En fin,
qué diré de ti, Falchetto5
de la doble hechura, 130
quien
también por Baldo dar la vida juraras?
Diré, mas a
muchos pareceré quizás mentiroso,
cuando diré
lo que yo con mis propias gafas he visto.
Vi yo a
Falchetto nacido con doble naturaleza,
porque hasta
el culo aspecto de hombre tenía, 135
y desde allí
a la cola forma de galgo se daba.
No sé, mi
buen e ingenuo lector, si entiendes la cosa;
direlo con
más claridad: comía con diente de hombre,
y con las
tripas de un mastín lo comido cagaba;
por eso, un
corredor velocísimo era, que incluso 140
corzos
cazaba, así como liebres, y ciervos huidizos.
Puesto que
hombre y moloso6
era a partes iguales,
a éste
muchos reyes, papas y grandes señores
querían
tenerlo en sus propias cortes con grandes honores;
en el favor
de reyes y papas cagándose en cambio, 145
sólo con
Baldo duerme, bebe, y toma alimento.
1Lanza
rematada por una punta de hierro en forma de corazón.
2cf.
v. 30
3Iglesia
y monasterio de san Francisco, en la parte norte de la ciudad
(Faccioli).
4Margutte
es compañero de Morgante en la obra de Pulci.
5El
propio Folengo en la red. T y el Chaos presenta a Pulicane,
personaje de los Reali di Francia, medio hombre y medio
perro, como antepasado de Falchetto (Chiesa).
6Raza
de perro procedente de Molosia.