Llegan todos, al fin, a la ribera marina; 740
hubo nuevo gusto de besos, nuevo festejo,
mil caricias se dan allí más que azúcar dulzonas.
Baldo conquista a Lirón con tan corteses maneras,
que éste se apresta a seguir a Baldo en medio del fuego.
Llegara también a la orilla Hippol donosamente, 745
a cuya flanco, mojada su silla, está Rocaforta.
Va Lirón a su lado, y fuerte lo abraza, y luego
suplícale que se cague de la Fortuna en los giros,
y que su lealtad la prometa al gentilhombre de Baldo.
"Bien me parece -dice-; haré aquello que mandas". 750
Dicho esto, a Baldo corría con brazos abiertos.
Baldo lo acoge presto con jubiloso semblante,
y liga a sí a los dos hermanos con poderoso afecto,
por cuyas fuerzas el mundo no le importa un pimiento.
Después se planta de Rocaforta en la montura. 755
No desampara Lirón a su caro Rompecadena,
Hippol monta en la silla de Pardo1, y Filoforno
montó del centauro las grupas equinas con su permiso.
Cíngar, sin ofenderse, camina cual palafrenero.
Ya se marchaban, cuando a ellos las treinta galeras 760
vienen en mente, que así al mando de nadie dejaron.
Baldo a Lirón y a su hermano rogó con harta insistencia,
que una flota tan importante por sí y los suyos
no dejen: a Baldo bastaba el afecto que le tenían.
Ni Lirón ni su hermano desean oír tales cosas, 765
y no menos quiso tomar Filoforno esta brega:
¡tanto el imán del compañerismo los atrajera!
Van, pues, y abandonan todas las fustas y gente:
por nada del mundo de Baldo perder la amistad pretenden.
Cíngar el único es que a pie camina sin jaca, 770
hasta que un villano que dos asnos conduce
le sale al paso, y piensa en robarle algo que lleva.
Mas éste, al ver soldados, inmediatamente distinto
camino toma, y mete a los asnos en parte boscosa.
Cíngar lo llama: "¿a dónde vas? ¡para, escucha, canalla! 775
¡Escucha una palabrita!¡para, te digo, buen hombre!"
A Cíngar responde el hombre: "Blablá, chiz, félchena, gozca".2
Así diciendo, y el paso apretando, dase a la fuga.
"¿Adónde diablos vas?, -responde Cíngar-, ¡ahora
yo te haré probar, villano, tu majarería!". 780
Dicho esto, sigue en su busca gritando: "¡Villano
patán, si no bajas, lo lamentarás!¡desmonta, bellaco!
Nuestra ley establece3 que quienquiera que tenga
como cosa suya dos túnicas o dos gabanes
dé al mal vestido de tales una u otro. 785
No de otro modo todo aquel que lleve dos burros
es obligado por ley a dar al viandante uno de ellos".
El rústico grita y no quiere desmontar del jumento.
Incomprensible dice: "Flep, chélp, cocozína, boáster".4
Y mientras repite gritando éstas y más ocurrencias, 790
Cíngar con mucha prisa lo alcanza, y del asno la cola
agarra, la aprieta, y luego gallardamente a un foso
al amo y al burro tira entre risas de sus compañeros.
Dicho y hecho, pega un salto repentinamente,
y monta con donosura sobre el otro borrico. 795
Ya no habría querido montar caballito de Francia,5
tampoco las orejudas mulas que Roma cabalga,
pues el asno camina con el estilo portante,
y con los pies parece cortar preciso el follaje:
tíchi tích y tíchi tóch resuena en la grava. 800
Nunca el pequeño pie del asno da un paso en falso,
y no se deja tocar por la espuela puntïaguda,
pues presto suelta una coz al par que una tanda de pedos.
¡Milagro sería si el asno tira coces sin pedos!
No poco goce dioles esto a los compañeros; 805
mientras Cíngar lo aguija, éste presto se pee,
entre las patas la testa metiendo, se alza de culo,
y a Cíngar obliga a salir volando hacia delante,
y a darse sobre la tierra unos porrazos más grandes,
que si del arzón de un caballo frisón6 al suelo cayera. 810
En tales holgorios los compañeros pasan el tiempo,
hasta llegar a donde se alza una enorme montaña;
montaña columna del cielo, que cumbre de piedra filosa
clava en las sedes celestes, y las estrella sostiene.
Montaña alguno llamó de la Luna a tal prominencia, 815
y a sus pies los amigos magna caverna encontraron:
está la montaña en redor de grutas agujereada.
Reconoció el centauro las huellas del grande Fracasso,
porque la arena mostraba pisadas escalofrïantes.
Todos alegres deciden ir en pos del gigante. 820
Cíngar desmonta, Lirón e Hippol desmontan al tiempo.
Cíngar en asno montado lo hace el último, y dice:
"Quien venga atrás que cierre la puerta", dice el proverbio.
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1 cf. X 523
2 Señala Chiesa que estas palabras incomprensibles que pronuncia el villano (Cui respondet homo: -Blabla, chiz, felchena, gozca.-), y que en glosa a la redacción Toscolanese se intepretaban como "¡Vete, y no te cruces en mi camino!" no corresponden a ningún registro dialectal, y son un elemento de la sátira anticampesina que lo asimila al diablo.
3 Lege commandatur... Lucas 3, 11: "Qui habet duas tunicas, det non habenti; et qui habet escas, similiter faciat" (Chiesa).
4 En glosa a pasaje equivalente de la redacción Toscolanense se lee como "traducción" Sta, sta, praedator viatorum ("Para, para, predador de viajeros")(Chiesa).
5 Iam non Francesum sub se voluisset ubinum. cf. X 49
6 frisonis cf. X 495