Como el primero del nombre de Francisco orgulloso, 60
Y orgulloso a la par de su añejo apellido, Velasco,
Quien de Virrey de Cataluña tuvo antes cargo,
A fin de que el Duque de Osuna, del cual cierto antes supiera
Que entonces del Almirante venía en compaña y concordia,
Igual que la suya propia ocupe con siervos su casa, 65
Pues cuñado era el Duque y del Virrey el privado.
Un mensajero enviado a la ciudad de Sevilla
De Coria1 vino, quien una nueva trajo, a aquella
Diciendo que el Almirante gustaba de cierto en venirse.
Y en la tarde del día cuatro, el mes, de febrero2, 70
Con esta nueva los sevillanos se ponen alegres,
La alegría en todos bulle, y el gusto rebosa.
Prepáranse raudos después a salir con mucho boato
Para el recibimiento de tan alto príncipe digno.
Entonces impresas fueron con celo cédulas ciento, 75
Con que a muchos invita a salir a los campos Velasco,
Queriendo que al Almirante reciban con gran homenaje.
De la entrada al fin llegó la alegre jornada,
Y apenas sonó de aquella tarde la hora segunda,
Cuando por fuera los muros corría un tropel incontable: 80
Corrían hombres, del mismo modo corrían mujeres,
Corrían frailes, corrían de toda clase los clérigos;
Bien de estudiantes, bien de muchachos yendo a la zaga,
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1 Coria del Rio, pequeña población cercana a Sevilla.
2 Las crónicas de Aldana y de Matute presentan esta fecha como la de la entrada del almirante en Sevilla, mientras que el autor de PM1 la presenta como indefinidamente anterior (cf. v. 78) a la de la verdadera entrada. A menos que el autor yerre o emplee un cómputo inclusivo, la entrada debió producirse el día siguiente, viernes 5, pues los festejos se celebraron el sábado 6 y el lunes 8.