Explicit del poema en el ms. 11355 de la B.N. de Madrid
4.
El macarroneo de la Pepinada.
4.
1. Léxico macarrónico.
La composición de Sánchez
Barbero es la macarronea española que presenta, en menor espacio,
más rasgos del léxico macarrónico folenguiano en su variedad de
posibilidades morfológicas.
4.
1. 1. Macarronismos léxicos.
En
Pep.
aparecen, en verdad, ejemplos de todos los tipos de macarronismos
léxicos folenguianos en mayor medida, variedad y -diríamos- fortuna
artística que en los macarronistas españoles anteriores.
No falta, de hecho, ese
cuerpo lexical que Paoli consideraba como el rasgo distintivo del
macarroneo folenguiano frente al de sus predecesores por su grado de
afinidad con el latín auténtico, y que el filólogo florentino
clasificaba en tres grupos: neoformaciones humanísticas regulares,
neoformaciones latinas arbitrarias, y neoformaciones
latino-macarrónicas (véase aquí).
Como
neoformación humanística regular podría señalarse el adj.
deverbal sentibile,
derivado de sentire,
análogo del lat. portabilis,
e,
derivado de portare.
Neoformaciones
latinas arbitrarias son los compuestos jocosos rex-taureus
y tauro-maiestas.
Mayor
volumen representan las neoformaciones latino-macarrónicas
(borrachalibus,
botellupetit, bravitate, gariterior, linditer, Pepale, picolinica,
repido, tañitores, vanderilia, versilia).
En ellas se da al lexema vulgar cierta pátina clásica por medio de
la adición de un sufijo (borrach-alis,
brav-itas, lind-iter, Pep-alis, pront-e, tañ-itor)
o incluso prefijo (re-pido)
latino. En los neutros plurales vanderilia
"banderillas" y versilia
"versillos" los lexemas españoles están casi
perfectamente diluidos en el cuerpo de la nueva palabra macarrónica;
algo parecido ocurre con el adj. picolinica,
respecto al lexema de origen, piccolo
"pequeño", que resulta, por ende, italiano. Esta veleidosa
melodía italiana resuelta ciertamente también en Pepinus
"Pepino", uno de los nombres (Pepe,
Pepus, Pepon)
dados al protagonista del poema. El adverbio deadjetival linditer
responde, curiosamente, a una preferencia folenguiana por este tipo
de morfema, que le lleva incluso a utilizarlo en adverbios derivados
de modo diferente (praestiter
por praesto, véase aquí, n. 7). Nótese, así, cómo en Pep.
36 se emplea el adv. lat. blanditer,
de carácter arcaico (cf. PL. Asin.
222; Ps.
1290), frente al clásico blande.
Puramente folenguiano parece también el sustantivo común en grado
comparativo gariter-ior,
análogo del folenguiano cortell-ior,
tipo de derivado considerado por Paoli como una de las cumbres de la
originalidad folenguiana (véase aquí, 3). Especial
atención merece la extraña formación botellupetit,
"botelloembiste (embiste con botellas)", en el que podría
hablarse de aglutinación más bien que de composición entre los
monemas botella
y petere
"atacar". Pueden señalarse paralelos folenguianos de
aglutinación macarrónica, aunque no más atrevidos. Así, Folengo
emplea sustantivos como itemisestum,
"el ite
missa est",
todannum
"tuo danno (tu daño)", gnicosam
"ogni cosa (toda cosa), y adjetivos como dotonedoratum,
"di ottone dorato (de latón dorado)", dorus
"d'oro (de oro)", etc.
Incluso
en el grupo léxico formado mediante la derivación más simple,
Sánchez Barbero, igual que Folengo, enriquece su instrumento
lingüístico mediante la macarronización de numerosas palabras
vulgares ya derivadas (caballuno,
chiquillis, guiñadas, larguchis, ojillos, pedruscum, picaronus,
piniti, pobretonciti, risotadas, salerosae),
o pertenecientes a un léxico familiar o arcaizante (cuidosa,
chola, cholas, forquis, garbus, garulla, gracejo, hocicat, machi,
mamolam, mismesimus, mochachae, mochachas, mofletis, mostrencus,
remolona, requemantia, respingatus, sabrosa).
Debe notarse, asimismo, como peculiaridad de Pep.
la macarronización de pronombres (aquellum,
otrus, otrae, vestrus).
En
el campo de la morfología verbal, debe destacarse la duplicidad de
procedimientos empleados, que provoca que junto a formas verbales
superficialmente latinizadas (agarrat,
cuelgant, comienzat, depongo, gozemus, gozare, jaleat, miro, mirat,
quedat, regatur, relato, saludant, se levantat, sueltant, titubeat,
tomavit,
etc.), encontramos otras producto de una mayor asimilación a la
conjugación latina (abrit,
acudunt, cumplibo, embocans, pensabitis, podriantur, zampatur),
dándose incluso lugar a dobletes (sabet
/ supuit; seguibit / sigamus)
dentro de un mismo modelo verbal.
El pte. sorteiant
responde
a un cómico prurito de señalar la cantidad larga de la vocal tónica
vulgar mediante la inserción de una 'i' intervocálica, que en la
prosodia latina es precedida siempre de vocal larga.
Otras
coincidencias con la lengua folenguiana radican en el doble
tratamiento de algunos paroxítonos vulgares que aparecen con y sin
sufijo en el nominativo (calzon
/
picaronus),
en la macarronización extendida incluso a interjecciones propias
(eat!
/ tat!),
y en el empleo de onomatopeyas (tris
tras!).
Debe señalarse también la diversidad de tratamiento de los
diptongos vulgares, que son conservados (cuelgant,
sueltant),
o suprimidos por mor de una hipercorrección latinizante (soño).
4.
1. 2. Macarronismos morfológicos.
Al
contrario de lo sucedido en las macarroneas precedentes, los
macarronismos morfológicos tienen una destacable presencia en Pep.,
con ejemplos, además, de casi todos los tipos recogidos por Paoli.
De tal suerte, estos deliberados extravíos morfológicos se
concretan en el uso erróneo del género (armas
= arma),
de las declinaciones (cornorum
= cornuum; Marone
= Maro; alegrus
= alegris; vestrus
= vester),
de las desinencias en las conjugaciones (caso de suplĕ
= suplē
y cogītur
= cogĭtur,
que son señalados además en nota como verbos de la 3ª y 4ª
conjugación respectivamente),
de los temas temporales (cadivit
= cecidit; venivit
= venit),
en el uso activo de verbos deponentes (morit
= moritur; morivit
= mortuus est; morire
= mori),
en el uso errado de formas pasivas (facitur
= fit),
y en otras anomalías verbales
como la creación de un imposible pte. pasivo de possum
(potestur),
localizable en la nota del autor a Pep.
45, y de un pte. "regularizado" de volo
(volitis
= vultis).
4.
1. 3. Macarronismos heteróclitos.
Hay
apuntes de declinación heteróclita en formas como hambroni
(nom.pl.), larguchis
(gen.sing.),
mofletis
(dat.pl.), picaronus
(nom.sing.) y porronum
(ac.sing.). Un ejemplo plenamente desarrollado se puede encontrar en
las formas regulares mozae
(nom.pl.)
y mozarum
(gen.sing.), que conviven junto a un mozabus
(dat.pl.), construido por analogía jocosa con sintagmas latinos del
tipo filiis
(hijos) et
filiabus
(hijas). El caso de zapatum
(gen.pl.), responde a un conocido uso latino ilustrado en nota por el
propio autor.
4.
1. 4. Macarronismos semánticos.
Su
presencia, como era de esperar, es prácticamente irrelevante (festa,
functio, rostrum).
4.
1. 5. Macarronismos de locución.
Predominan
en Pep.
aquellos que reproducen sintagmas vulgares característicos (ad
latus, ad letram, ad punctum, ad sapere, de parte mea, facitote
mamolam, in largum, in summa, in vita, loteria cadivit, ludis
manualibus, neque vistum, per punta, sine sentire, super omne).
4.
1. 6. Frecuencia de los macarronismos.
Los
versos que contienen un solo macarronismo ascienden a 17 (cf. Pep.
4, 33, 42, 47, 48, 55, 60, 61, 66, 73, 87, 95, 100, 102, 108, 112,
127), y suponen un 13, 17 % del total.
Los
versos que contienen más de un macarronismo suman 97 (cf. Pep.
1, 2, 3, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22,
23, 24, 25, 30, 31, 32, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 40, 41, 43, 45, 46,
49, 51, 52, 53, 54, 56, 57, 58, 59, 62, 63, 64, 65, 68, 69, 72, 74,
75, 76, 79, 80, 81, 82, 83, 84, 85, 86, 88, 89, 90, 91, 92, 93, 94,
96, 97, 98, 99, 101, 104, 105, 106, 107, 109, 110, 111, 113, 114,
115, 116, 117, 118, 119, 120, 121, 122, 123, 124, 125, 126, 128),
representando un 75, 19 % del total.
Los
versos íntegramente latinos ascienden a 15 (cf. Pep.
5, 6, 26, 27, 28, 29, 44, 50, 67, 70, 71, 77, 78, 99a, 103), y
suponen el 11, 62 % del total.
Se deduce de la estadística
el decidido predominio de la segunda categoría, y un equilibrio en
el carácter aleatorio de la primera y tercera.
4.
1. 7. Función estilística de los macarronismos.
Tal
vez podría ilustrarse la concepción que tenía Sánchez Barbero del
macarroneo a través del verso que usa en su "prosodia
macarronica" para justificar el carácter variable de las
sílabas macarrónicas no sometibles a la ley de la posición:
macarron
variat, nec certa lege cogitur,
"el macarrón varía, sin ley firme que lo sujete".
Una
primera lectura superficial nos llevaría a ver aquí una
confirmación de los postulados de la crítica que vio en el
macarroneo el lenguaje de la más absoluta libertad. Pero tal
"libertad" consiste en la existencia de un voluntario error
gramatical, y / o prosódico-métrico cuyo reconocimiento y
advertencia por parte de la primera persona macarrónica, se
actualiza, en ocasiones, mediante una descabellada rearfimación en
dicho dislate, como sucede en las notas marginales de la red. T
folenguiana. Véase, asimismo, cómo tal verso es anotado por
Sánchez, quien intenta "justificar", en cuanto segunda
persona macarrónica, el error prosódico de cŏgītur
señalando que es un verbo de la cuarta conjugación.
La misma existencia del verso de la Prosodia
recuerda la burla dilecta que hace Barbero de los abstrusos versos
mnemotécnicos del Arte
reformado de Nebrija en alguno de sus epigramas y en la misma
Pepinada,
v. 50.
Como
docto gramático y excelente poeta neolatino, Sánchez Barbero estaba
en inmejorables condiciones para percibir la riqueza profunda y
versátil del arte del Folengo de la red. T, obsesionado por crear un
mundo literario exclusivamente suyo, del que no quiso dejar siquiera
en manos ajenas su aparato filológico. No es de extrañar, pues, que
Sánchez se presente abiertamente como discípulo de Merlín, y le
pida inspiración en Pep.
12. Dotado, como su maestro macarrónico, de una prodigiosa vis
comica,
debieron de ser especialmente de su gusto los macarronismos morfológicos
que esparcía al acaso en su obra el mantuano. Esta vis
comica,
combinada en su caso con una humildad contemplativa que le permitía
reirse de sus propias desgracias y de sus aspiraciones literarias
(cf. Pep.
54-67), le permitía asumir este tipo de macarronismos
desprejuiciadamente, en calidad, podemos decir, de "metagramático".
Asumen,
asimismo, un importante papel los macarronismos de locución, que en
su chusquedad sorprenden y deleitan en el continuum
del discurso poético latino, junto con el cuerpo de notas del autor,
irrefrenable extensión de la comicidad del poema en plena
concordancia con el arte folenguiana.
No
deja, por otra parte, de aflorar burlonamente la primera persona
macarrónica en forma de casi incontrolables inspiraciones de la
"Musa latina", que dicta pulidos hexámetros latinos al
autor (cf. Pep.
4, 5, 26-28, 70, 77). Éste debe refrenarlos pidiendo silencio a tal
Musa, y al poeta que sirve como modelo (Virgilio, Propercio, Segundo,
Tibulo). Esta irrupción de lo aparentemente más difícil en lo más
fácil hace recordar las afirmaciones de Paoli sobre la presumible
"facilidad" de la macarronea:
Può sembrare paradossale: il
folenghiano nella sua irregolarità è regolarissimo, e l'usarne
rettamente offre impensate difficoltà. Tanto è vero che, per chi
sappia un po' di latino, è molto più agevole arrivare a scrivere
con garbo un certo numero di esametri virgiliani o di distici
ovidiani, che tentare di poetare in folenghiano.
Sánchez
Barbero sortea, sin embargo, las dificultades de la composición
macarrónica de modo tal que sorprende no encontrar otros poemas de
este tipo en el corpus
poético que ha pervivido hasta nosotros. Ciertamente, la Pepinada
es una obra plenamente madura y conseguida, que demuestra un claro
conocimiento de su fuente, y es difícil imaginar que Sánchez no
hubiera practicado el género siquiera en su juventud.
4.
2. Sintaxis macarrónica.
No
hay en Pep.
rasgos estridentes respecto a la sintaxis latina. El sibi
por ei
del
v. 33 es un rasgo del latín medieval. Se hace, incluso, un gustoso
uso de ciertas construcciones clásicas como la de volo
+ subj. (cf. Pep.
39), y las posibilidades de disyunción sintagmática del discurso
poético latino dan cierta majestuosidad a versos como Pep.
68-69: "Haec quia desprecio miseras requemantia cholas / regis
et augustam sabius depongo figuram".
4.
3. Prosodia macarrónica.
4.
3. 1. Rasgos generales.
La
regularidad prosódica en Pep.
es general, y se extiende tanto a palabras latinas como macarrónicas.
Dicha regularidad toca también a sus desinencias. Con todo, existen
algunas excepciones (cubiletĕs,
suplĕ,
arrastrandŏ,
per puntă
), aunque muy limitadas y explicables. Las dos primeras son
presentadas como licencias prosódicas por el mismo autor en nota, la
tercera es ya conocida en el latín tardoantiguo y medieval, y la
última sucede en un macarronismo de calco, que, por su misma
naturaleza, aparecen más relajados en su prosodia como ocurre en
Folengo.
4.
3. 2. Prosodia de las palabras latinas.
La
regularidad prosódica no conoce más excepción que la señalada de
suple
y
las de Philosophiae
(Pep.
44) y cŏgītur,
todas ellas objeto de nota del autor (cf. supra
4. 1. 2 y 7).
4.
3. 3. Prosodia de los macarronismos.
4.
3. 3. 1. La Prosodia
macarronica
de Sánchez Barbero.
Las
reglas que recoge Sánchez bajo este epígrafe al final de la
Pepinada
hacen pensar inmediatamente en la Normula
macarronica de sillabis
de la red. T folenguiana (véase aquí). La extensión
y variedad de reglas es, ciertamente, mucho menor en el español. Su
regla número 1 y única "ut in latino sermone" establece
como modelo la prosodia latina, con principios básicos como la ley
de la penúltima y la de la posición al igual que Folengo (cf.
Normula
par. 3 y aquí 2 y 12). Estos principios son
respetados sin excepción en Pep.
En el tratamiento de la vocalis
ante vocalem
se atiene también a la norma clásica (desprecĭo,
lŏorem,
măestra,
rodĕatus,
sabĭus),
excepto cuando cae en ella el acento prosódico vulgar (canongīa,
loterīa,
manīa,
titubēat,
pero ĕat,
jalĕat),
al modo folenguiano.
A
esta regla presenta el autor dos "exceptiones". En la
primera se indica que la 'i' intervocálica y la 'y', 'x' y 'z' no
alargan por posición la vocal precedente ("j
inter duas vocales, y,
x,
z
in macarronico sonant ut litterae simplices"). Esta licencia, no
clásica, tiene una claro origen folenguiano en el caso de la 'i'
intervocálica (cf. Normula
par. 4) y de la 'x' y 'z' (véase aquí 10). Sánchez
sólo la aplica una vez (pĕzuñis),
ateniéndose preferentemente a la norma latina (cabēzam,
gōzemus,
etc.), de lo que es buen ejemplo el caprichoso sortēiant
(cf. titubēat).
La
segunda excepción incide en la libertad prosódica de las sílabas
no afectadas por la ley de la posición. A esto se aludía ya en
Normula
par. 3 y 9 (cf. también aquí 3-5). En consonancia
con ello, encontramos en Pep.
casos de sílaba anceps
en protonía (mōchachas
/ mŭchachas;
trāvēsuras
/ trăvĕsuras).
4.
3. 3. 2. Otros rasgos de la prosodia macarrónica folenguiana
localizables en la Pepinada.
Folengo
aplicaba a los macarronismos el uso prosódico latino de sílaba
anceps
delante de "muta cum liquida" (véase aquí 8), que es decididamente empleado por Sánchez (ăprendat,
ătrapat
-pero ātrapatis-,
căprichos,
lŏgrent,
ŏtrus,
ŏtrae,
pĕdruscum,
pŏbretonciti,
pŏdriantur,
săbrosa).
La consonantizacion de 'i' prevocálica (véase aquí 13) se materializa en Pep.
en comienzat,
Diablus
y pielago.
4.
3. 3. 3. Tratamiento prosódico de los diptongos vulgares.
Estos
diptongos son tratados como sus homólogos latinos (cuelgant,
sueltant, reinat),
o son disueltos por analogía con la estructura silábica latina
(cŭĭdosa,
sabĭus).
4.
4. Métrica macarrónica.
4.
4. 1. Características generales.
Pep.
consta de 128 hexámetros κατά
στίχον
más uno presumiblemente interpolado (99a). Como peculiaridad métrica
debe reseñarse la existencia de un corte de palabra entre hexámetros
(107-108), fenómeno desconocido en la métrica clásica, y del que
hemos encontrado un solo precedente en Folengo Baldus
T XVI 670-671 (morte
trucidari, dolor heu, dolor heu, dolor heu dol- / or". Baldus
tacuit, sed iam nudauerat ensem).
Una nota marginal ("diuisit dolor"),
advertía del fenómeno. Esta extravagancia métrica condice con la
práctica de la red. Toscolanense (véase aquí).
a) Los cuatro primeros pies:
distribución de dáctilos y espondeos.
TIP.
|
TOTAL
|
Nº
ORDEN Pep.
|
Nº
ORDEN VERG. Aen.
|
Nº
ORDEN OV. met.
|
DSSS
|
21 = 16, 27 %
|
1
|
1
|
2
|
SSSS
|
20 = 15, 50 %
|
2
|
5
|
15
|
SSDS
|
11 = 8, 52 %
|
3
|
7
|
-
|
SSDD
|
11 = 8, 52 %
|
4
|
14
|
16
|
DSSD
|
10 = 7, 75 %
|
5
|
9
|
-
|
SSSD
|
10 = 7, 75 %
|
6
|
13
|
-
|
SDSS
|
8 = 6, 20 %
|
7
|
4
|
-
|
SDSD
|
7 = 5, 42 %
|
8
|
6
|
-
|
DDSS
|
6 = 4, 65 %
|
9
|
2
|
1
|
DSDS
|
6 = 4, 65 %
|
10
|
3
|
4
|
DDDS
|
5 = 3, 87 %
|
11
|
11
|
6
|
SDDD
|
4 = 3, 10 %
|
12
|
16
|
-
|
DDSD
|
3 = 2, 32 %
|
13
|
10
|
5
|
DDDD
|
3 = 2, 32 %
|
14
|
15
|
8
|
SDDS
|
2 = 1, 55 %
|
15
|
8
|
-
|
DSDD
|
2 = 1, 55 %
|
16
|
12
|
7
|
|
129
|
|
Hay que destacar la falta de
correspondencia, a partir de la segunda, con las series virgilianas,
que suelen imprimir la norma métrica latina.
a) Elisiones.
-
TIP.
|
TOTAL
|
1A
|
-
|
1T
|
5 = 23, 80 %
|
2A
|
4 = 19, 04 %
|
2T
|
-
|
3A
|
3 = 14, 28 %
|
3T
|
1 = 4, 76 %
|
4A
|
2 = 9, 52 %
|
4T
|
4 = 19, 04 %
|
5A
|
1 = 4, 76 %
|
5T
|
1 = 4, 76 %
|
6A
|
-
|
6T
|
-
|
|
21
|
La elisión ocupa los lugares
tradicionales. No hay casos de hiato.
c) Cesura y monosílabo ante
cesura.
TIPOLOGÍAS
|
TOTALES
|
VERG.
|
PENTEMÍMERES
|
106 = 82, 17 %
|
96,
12 %
|
99,
62 %
|
TRIPLE A
|
18 = 13, 95 %
|
TRIPLE B
|
-
|
3
= 2, 32 %
|
0,
38 %
|
HEPTEMÍMERES
|
3 = 2, 32 %
|
|
127
|
|
Opera nuevamente el
predominio de la norma métrica virgiliana. Los versos 72 y 75
presentan cesura triemímeres.
TIPOLOGÍAS
|
TOTALES
|
Fuge me ||
|
8 = 30, 76 %
|
18
= 69, 23 %
|
Iam iam ||
|
9 = 34, 61 %
|
Bacch(um) et ||
|
1 = 3, 84 %
|
Daemon per ||
|
1 = 3, 84 %
|
8
= 30, 76 %
|
Tenditur in ||
|
3 = 11, 53 %
|
Cumplib(o) ad ||
|
3 = 11, 53 %
|
Botellupetit et ||
|
1 = 3, 84 %
|
|
26 = 20, 15 % sobre 219 vv.
|
Los
tipos más frecuentes según la norma clásica también lo son en
Pep.
d) Estructura silábica y
finales de hexámetros: el monosílabo final.
TIPOLOGÍA
|
TOTAL
|
VERG.
|
OV.
|
2 + 3
|
87 = 67, 44 %
|
32 %
|
35, 5 %
|
3 + 2
|
30 = 23, 25 %
|
53, 5 %
|
55 %
|
2 + 1 + 2
|
9 = 6, 97 %
|
11 %
|
8 %
|
5
|
2 = 1, 55 %
|
-
|
-
|
1 + 4
|
1 = 0, 77 %
|
-
|
-
|
|
129
|
|
Se sigue también aquí la
norma virgiliana para las series más empleadas. No hay casos de
monosílabo final.
5. Tradición textual.
5.
1. La transmisión manuscrita de la obra de Sánchez.
A la muerte de Sánchez
Barbero, José María Calatrava y otros imprecisos amigos del poeta
en Melilla se hicieron cargo de sus borradores y de sacarles copias,
como se deduce fehacientemente de lo que dice el citado Calatrava en
carta a doña María Manuela Prieto de 10 de noviembre de 1819:
Recogimos al punto los borradores que tenía, y se hizo inventario de
sus ropas y cortos efectos, lo cual se ha vendido para sufragios, por
disposición de los jefes y del cura. Los borradores existen en
nuestro poder: casi todos están bastante confusos; pero luego que
salgamos del correo, nos ocuparemos en irlos descifrando: los hay de
poesías castellanas y latinas, y de adiciones ó reformas en la
gramática que compuso ántes de su venida. Creo que esta gramática
se halla en poder de las señoras de Prieto, á quienes escribo para
que la conserven con todo cuidado, por si conviniere publicarla á su
tiempo, con lo añadido aquí. También les hablo de que avisar, si
tienen medio, al hermano único del difunto, que le oimos existía en
Setúbal; porque me parece que á él es á quien corresponden los
borradores originales. Si no se sabe de tal hermano, ó no se cree
oportuno avisarle y aguardar su determinación, deseamos proceder de
acuerdo con los principales amigos de Sánchez acerca del destino que
debemos dar á estos papeles, de los cuales no nos consideramos sino
unos meros depositarios. Ruego á usted, pues, que se sirva decirme
si merecen su aprobación estas disposiciones, y comunicarme lo demas
que le parezca oportuno. Si usted quiere, le enviaré ó reservaré
copias de lo que vayamos sacando en limpio; bajo el concepto de que,
por los antecedentes que tengo, valen poco casi todas las poesías
castellanas. El autor mismo no estaba satisfecho sino de las latinas
[...]
P.D. 28 de Diciembre. Escribí esta carta aguardando, de un dia á
otro, conductor que la llevase y no lo ha habido hasta ahora. En el
intermedio he reconocido todos los borradores de poesías, y ya
tenemos en limpio las latinas. Me afirmo más y más en mi primer
juicio, si me es lícito formarlo en la materia. Son pocas, á mi
parecer, las castellanas que corresponden á lo que se podía esperar
del autor, y hay algunas que le desfavorecen y que nunca deben ver la
luz. Las mejores son dos odas y una cantata que usted ha visto, y
algunas otras composiciones ligeras. Las latinas en la mayor parte
son excelentes; pero hay algunas muy lúbricas, y algunas peligrosas
en las circunstancias actuales. Espero, pues, las órdenes de usted,
y que, en el caso de que quiera desde luego algunas copias, tenga la
bondad de decirme si debo aventurarlas por el correo, ó hacer que
Paz las envíe por conducto más seguro. Entre lo castellano, hay
también dos operetas originales; pero no me gustan leídas, y me
parece que se las recibiría muy mal en el teatro.
Establecido
el hecho de que casi de inmediato se realizaron copias de la obra de
Sánchez sobre sus borradores originales, resultaría más complicado
calcular el número de copistas y copias que se sacaron del arquetipo
de Sánchez, y cuántas de ellas se convirtieron en subarquetipos
para posteriores copias realizadas en Melilla y en la península. Al
parecer, los borradores originales fueron a parar a los familiares de
Sánchez, ya que Leopoldo Augusto de Cueto, editor de la BAE, afirma
que D. Julián Sánchez Ruano le franqueó en 1781 todas las poesías
castellanas autógrafas que poseía de "su ilustre antepasado D.
Francisco Sánchez Barbero", que le sirvieron para rectificar y
completar la colección entregada en otro tiempo por Manuel Ramajo a
Mesonero Romanos (cf. supra
2. n. 4). Rodríguez Aniceto afirma en 1935 haber intentado,
infructuosamente, tener acceso a los borradores originales de Sánchez
"que sin duda tienen los descendientes de Sánchez en
Salamanca". Éste último apunta la posibilidad de que el P.
Pedro Antonio Marcos, condiscípulo de Sánchez en Salamanca y
destinatario de su Oda 18, fuera el que hiciera llegar los originales
del poeta a sus familiares, matizando en cierto modo la exagerada e
injusta afirmación de Álvaro Gil Sanz, quien hace de él el
responsable de la conservación de sus poesías latinas y
castellanas. Lo cierto es que Marcos figura como copista del ms. 3720
de la B. N.
En el tomo VII pp. 488-490 de la Bibliografía
de Autores españoles del siglo XVIII
Francisco Aguilar Piñal enumera los manuscritos conocidos de Sánchez
Barbero. En esta lista nos basamos para nuestra búsqueda de posibles
manuscritos de la Pepinada
en Madrid, ya que nuestra única fuente de conocimiento hasta el
momento, Antonio Torres-Alcalá, reproducía la reimpresión de la
BAE de la edición de Pep.
a cargo de Paz y Melia, basada, ciertamente, en un manuscrito
posterior a la impresión de 1812 en Cádiz, desgraciadamente
ilocalizable. Enumeramos a continuación los manuscritos elencados
por Aguilar y Piñal, añadiendo una descripción parcial de los
mismos:
1. Poesías. Hemeroteca
Municipal de Madrid, Ah-13-5 (nº2387).
El tomo consta de 186 h.,
conteniendo solamente poesías españolas. En hoja preliminar a la h.
numerada como 1 puede leerse a tinta: "Sánchez Barbero,
Francisco / Colección de cuarenta y dos poesías líricas y
satíricas". A un espacio de aproximadamente cuatro líneas más
abajo:
En su mayor parte inéditas
hasta que se las proporcionó mi padre D. Ramón de Mesonero Romanos
al Sr. D. Leopoldo A. de Cueto para su publicación en el tomo 2º de
líricos del siglo 18 en la Biblioteca de Autores Españoles.
Probablemente son de mano de autor o copia de su íntimo amigo
Ramajo. Llevan al frente una nota de Mesonero y varias obras, y
correcciones en el texto debidas al citado colector Cueto.
En la h. 1r aparece una nota
a tinta que parece de mano de Mesonero Romanos:
La
biografía de Sánchez Barbero, escrita por su amigo y compañero de
confinación D. Manuel Ramajo, y que acompañaba a estas poesías la
ví original pa.
publicarla como lo fue en el tomo b del ...Semanario (1841) y de allí
puede tomarse porque no recogí el borrador.
Al pie de la misma h. 1r
aparece una nota a lápiz atribuible al propio Cueto:
Estas
poesías, la mayor parte inéditas, nos han sido generosamente
franqueadas por el Sr. D. Ramón Mesonero Romanos.
De igual modo que otra que
figura en el margen izquierdo de la h. 165r:
Aquí
falta un gran trozo que está en el autógrafo que posee la familia.
No hay duda, pues, de que
este es el apógrafo que Cueto confrontó con el presunto original de
las poesías españolas.
2.
Poesías
castellanas compuestas en Melilla en el año 1816.
106 hs. B. N. ms. 3718.
El
Inventario
General de manuscritos de la B. N.,
t. X lo señala como "ms. original y autógrafo. Numerosas notas
y correcciones". En la hoja 1 figura como título: "Prólogo
de mis / poesías castellanas, / compuestas en Melilla / en el año
1816", y en margen superior izquierdo en rojo "Nº del 1 al
13".
3.
Poesías
latinas [1817]
56 hs. B. N. ms. 3719.
En el margen superior
izquierdo de la primera hoja figura en tinta negra "1ª.
(quaderno 1º)", e inmediatamente debajo "Nº 14", en
la misma tinta roja y con la misma letra que en el ms. 3718, lo que
indica que nos hallamos ante su continuación. La numeración de las
hojas está a lápiz, no a tinta. Los poemas latinos comienzan en la
h. 2; en la 1 aparecen versos españoles bajo el título de
"Guindillas presidiarias". En el margen superior derecho
aparece la fecha "1817". Como hoja 26 aparece una papeleta
con un poema latino bajo la indicación "(1)...". En el
margen inferior se lee "pocos dias antes de morir". Una
nota marginal de la h. 52 señala "compuesta el sabado 23 de
octubre víspera de su muerte". Estas últimas indicaciones
excluyen tanto el carácter autógrafo del manuscrito como una
datación en 1817.
4.
Poesías
Varias [s. a.]
20 hs. B. N. ms. 3720.
El
ms. contiene en realidad 70 h. de poesías castellanas y latinas. En
el mismo tomo aparecen cosidos dos cuadernos. A lápiz en una hoja
anterior a la numerada como 1 se lee: "Copias del puño y letra
del / Doctor D. Pedro A. Marcos". En la h. 1r. aparece en rojo
en el margen superior casi centrado "Nº 17", y en el mismo
color más abajo y a la izquierda en diagonal: "Copia hecha de
mano del Dr.
D. Pedro Antonio Marcos". A la izquierda del citado número se
lee a lápiz: "Sr. Sánchez Ruano". En el margen superior
derecho comienza una numeración a lápiz desde el "1". En
la h. 12 r se lee en la letra roja de la numeración: "No se
sabe quien es el autor de esta / elegía. A juzgar por el estilo, mas
/ parece obra de D. Teodoro de la Calle que de Sanchez Barbero."
Dicha nota aparece firmada por "L. A. de Cueto", todo en la
misma tinta y letra. En la h. 13r vuelve a aparecer escrito a lápiz
"Sr. Sánchez Ruano". Hay fallos en la numeración a lápiz
a partir de la hoja 16v, que debería ser 17v; la hoja siguiente está
en blanco. Sigue la h. numerada a lápiz como "17", en cuyo
margen superior se lee, también a lápiz: "A Ovidio -falta la
hoja 1ª". A partir de aquí hay otra tinta y, al parecer, otra
letra. Tiene su propia numeración en tinta en el margen superior
derecho recto, y en el izquierdo vuelto de la misma hoja; y aparte
una a lápiz en el margen superior derecho recto.
El primer cuaderno acaba en
la hoja 26v en tinta, o 28v a lápiz. El segundo cuaderno, de mayor
tamaño (unos 5 cm. más de largo), comienza en la h. numeradas como
29-30 a lápiz, y prosigue hasta el final (h. 70v) con el mismo tipo
de letra. En el tomo no hay correcciones y tachaduras como en el ms.
3719.
Todo parece indicar que este
tomo fue el que envió Sánchez Ruano a Cueto en 1781, junto, quizás,
con los mss. 3718 y 3719, si la numeración en rojo de los cuadernos
y las notas en este color son, como parece, del propio Cueto. El
hecho de que se decidiera a manchar a tinta estos mss., contra lo
ocurrido con el ms. de Mesonero Romanos, que sólo anota a lápiz y
del que consta que fue devuelto y se halla en la actualidad en
distinto paradero que la aludida tríada, puede entenderse como
prueba de que estos tres mss. (3718-3719-3720) quedaron en manos de
Cueto tras la repentina muerte de Sánchez Ruano en el mismo año
1781. No puede defenderse, en todo caso, que estos mss., al menos en
su totalidad, sean los borradores originales de Sánchez Barbero, que
pudieron quedar, hipotéticamente, en poder de Pedro Antonio Marcos,
que aparece fehacientemente como copista del ms. 3720.
5.
[Versos latinos compuestos en el presidio de Melilla desde el año
1810 hasta 1819 en que murió]
96 fols. B. N. ms. 8140.
Hay
un evidente error en la Bibliografía
de Aguilar Piñal ya que en la h. 1r del ms. se lee: "Versos
latinos / de / Dn.
Francisco Sanchez Barbero. / compuestos / en el presidio de Melilla /
desde el año de mil ochocientos diez y siete / hasta el mil
ochocientos diez y nueve en / que murió". Piénsese, además,
que Sánchez llega a Melilla en enero de 1816. En la h. 1v se lee:
"Carmina / Francisci Sanchez Barbero. / Carminum libri quatuor".
Presenta el ms. una numeración a lápiz en el recto de cada hoja, y
carece de las correcciones y tachaduras del ms. 3719.
Este
ms., de formato menor que los anteriores y de mano distinta,
demuestra una decidida intervención del editor-copista, como lo
demuestra una nota en el margen inferior de la h. 2v que sigue en el
mismo margen de la 3r: "Desde el epigrama tercero se ha alterado
la numeración del borrador, porque el autor la tenía fuera de ella.
Se ha invertido también el orden del 6. y 7. y se ha añadido el 8.
con arreglo a una carta del autor a un amigo suyo, fhā
en Melilla el 8 de Marzo de 1817. El borrador lo tiene al num. 29. y
en lugar de concedimus
está emendado bene
diceris".
Entre
las h. 80v a 82v tenemos un copia de la Pepinada,
revisada, como se indica al final de ella, por el autor en 1819. Las
restantes hojas están en blanco hasta la h. 96r que contiene poesías
españolas tituladas "Guindillas presidiarias". Recuérdese
que con estos poemas comenzaba el ms. 3719.
Este parece ser el ms., o
copia suya, usado por Rodríguez Aniceto para su edición de las Odas
latinas de Sánchez en 1935, según puede deducirse de sus palabras:
[...] la colección ofrecida por Rábago
[sic]
a Mesonero Romanos debía contener además de las castellanas las
latinas no publicadas, y sin duda de alguna manera la llegó a poseer
Don Marcelino Menéndez Pelayo; una de las varias que se hicieron,
cuya copia es la que nos sirve ahora para la presente edición.
Esta copia dice en su primer folio
"Versos latinos" | de | Francisco Sánchez Barbero |
compuestos | en el presidio de Melilla | desde el año de mil
ochocientos diez y | siete hasta el mil ochocientos diez y nueve | en
que murió. "Consta de 96 folios y aun cuando dice Carminum
libri quatuor, contiene un
libro de "Epigramata", que lo integran 127 composiciones de
asunto y extensión diferente; un libro de 33 odas; un "appendix"
integrado por la oda "ad inmortalem Welington", la
"Pepinada", publicada en 1812 y la Prosodia macarrónica.
Àcompañan a esta copia un índice de las poesías hecho por Don
José María Calatrava". No sólo el índice sino la copia
íntegra debe ser una de las hechas por Calatrava, y éste nos dice
que los borradores estaban "bastante confusos", confusión
que se deja ver en la copia, que no siempre presenta lecciones
exactas y el mismo copista duda con frecuencia y refleja su duda en
las referencias que hace a los borradores. Creo que la copia es
insuficiente para dar con exactitud a la luz las poesías y mis
gestiones para cotejar la copia con los borradores (que sin duda
tienen los descendientes de Sánchez en Salamanca) han sido
infructuosas.
Se deduce del texto citado
que el índice de J. M. Calatrava del que habla Rodríguez Aniceto no
estaba encuadernado con la copia, y ciertamente, no figura en el ms.
8140.
6.
Poesías.
115hs. Copia. B. N. mss. 11355
Presenta
un incipit
en el f. sin número anterior al f. 1 que dice: "Poesías
originales a mi amigo Manuel Ramajo, natural de Moriñigo". En
el ms. parecen haber intervenido dos manos: entre la h. 2v y 3r
aparece encuadernada una papeleta con noticias biográficas de
Sánchez Barbero copiadas por un tal "Lara" (cf. supra
2). La hoja 3, que contiene poemas de Sánchez, es de distinta letra.
En la h. 4r, que contiene una biografía parcial de Sánchez Barbero,
reaparece la letra de la papeleta. La h. 4v está en blanco, y en la
5 aparece copia del "Índice que habia en el tomo de poesias de
D. Francisco Shez Barbero". Este índice es de sus poesías
castellanas, y en él se incluye como composición del año 1819
"Pepinada = Revisada en Melilla (En Cádiz)". En el f. 5v
se lee: "Lo qe.
no se ha copiado de dho. tomo ha sido por falta de tiempo, lo qe.
ha causado tambn. algun trastorno en el orden a lo copiado; aunque lo
está con exactitud". En la h. siguiente comienza estrictamente
la copia.
Los
folios 112r a 114v contienen una copia de la Pepinada
revisada en 1819. El vuelto de la h. 114 vuelve a aparecer numerado
con el mismo número que el recto. La h. siguiente, numerada como 115
en el margen superior izquierdo del vuelto, contiene una composición
en dísticos elegíacos titulada Ad
Marcum.
Las hojas 112 a 115, que
resulta ser la última del tomo, están escritas en el mismo tipo de
letra que la h. 3, con la peculiaridad de que su ancho es casi el
doble del de las demás hojas, que como hemos dicho, van en distinta
letra, que es la misma que la de la biografía y el índice.
7. [Poesías latinas] 9hs. Al
fin dos hojas con una "Nota y juicio crítico de las poesías"
B. N. ms. 1239(1).
La signatura correcta es
1239-1. Contiene 5 h. dobles y dos simples. La primera hoja doble,
tamaño cuartilla, actúa como carpeta y reza: "Sanchez Barbero
/ (D. Francisco) / Poesías latinas". Faltan las dos hojas
señaladas por Aguilar Piñal.
5.
2. Las fuentes manuscritas de la Pepinada.
5.
2. 1. El ms. 8140 de la B. N.
La
copia de la Pepinada
ocupa, como ya se ha dicho, las h. 80v a 82v. En nuestro aparato
crítico aparece citado como M1.
Presenta la disposición y estructura ya comentada en el punto 3. Si
resultan ciertas las suposiciones de Rodríguez Aniceto estaríamos
ante una copia de los borradores originales por parte de J. M.
Calatrava, o ante un apógrafo suyo. Apoya esta calidad de la copia
el hecho de que, en nuestra opinión, sólo en cuatro ocasiones las
lecciones divergentes del otro ms., el 11355, son preferibles (cf.
ap. crít. Pep.
28, 98, 106, 115).
En
M1
aparecen los versos sin numerar. Hay en su desarrollo unos números
entre paréntesis que remiten a las notas del autor, situadas a pie
de página. Los versos íntegramente latinos aparecen subrayados. No
se emplean abreviaturas, y se usa la grafía 'v' tanto en posición
vocálica como consonántica.
5.
2. 2. El ms. 11355 de la B. N.
La
Pepinada
aparece entre los ff. 112r y 114v. Como ya se ha señalado arriba,
estos folios son ajenos por su características físicas y su letra a
los del resto del manuscrito en el que están encuadernados. En
nuestro aparato crítico lo denominamos como M2.
Presenta la misma disposición, estructuras y características
gráficas que M1,
aunque se emplea la 'j' al modo ramista (jam).
Desde
el punto de vista textual presenta un considerable número de
divergencias respecto a M1
(cf. ap. crit. Pep.
3, 9, 14, 17, 22bis, 28bis, n. 4, 60, 64, 65, 69, 72, 76, 77, 82, 83,
n. 8, 85, 86, 92, 98, 104, 106, 108, 115, 126; Prosodia
mac.
9). Existe, además, un verso más respecto a M1,
y que sólo aparece en esta fuente. Dicho verso (cf. Pep.
[99]: "Musa latina, tace; fuge me tentare, Catulle"),
parece producto de interpolación, pues resulta de letra distinta y
de pulso menos firme que los demás versos, aunque no rompe el
espacio en blanco de separación entre ellos. El presunto
interpolador pudo aprovechar un doble espacio en blanco dejado por el
copista original, quien, por otra parte, subraya el verso anterior
como hace con los latinos, aunque contiene dos macarronismos (cf.
Pep.
98: "Quis pielago lymphas, lenos quis montibus affert").
Efectivamente, un cierto número de versos idénticos al
presuntamente interpolado y que sólo varían en el autor latino o
neolatino nombrado al final (cf. Pep.
6, 29, 71, 78) aparecen siempre tras hexámetros correctamente
latinos (cf. supra
4. 1. 7). Ésta última discordancia es un argumento más a favor de
considerar dicho verso como ajeno a Sánchez Barbero.
5.
2. 3. Las fuentes manuscritas de la edición de Paz y Melia.
En
la segunda serie de sus Sales
Españolas
(1902) Paz y Melia incluye una edición de la Pepinada.
En la "advertencia" del volumen p. XV se afirma por primera
vez que la Pepinada
fue publicada en El
Conciso,
y se da a entender que va a ser reproducida tal edición ante la
rareza del periódico:
Forman esta segunda Serie
diez y seis composiciones escritas en los siglos XVI á XVIII [sic].
Todas, á excepción del Diálogo
de Villalobos y la Pepinada
de Sánchez Barbero, son inéditas. El primero se halla en los
ejemplares antiguos de las obras del célebre médico; pero no en la
edición moderna de la Sociedad de bibliófilos, y la segunda en el
periódico de Cádiz El
Conciso. Como serán contadas
las personas que posean aquellas ediciones del siglo XVI ó este
periódico, ya bastante raro, creo que pueden figurar muy bien ambos
tratados al lado de los demás inéditos [...]
Pero
lo que hace realmente Paz es editar un apógrafo de la Pepinada
revisada por Sánchez en 1819. El poema, de hecho, presenta la misma
disposición y estructura de M1
y M2,
y al final puede leerse: "Impresa en Cádiz, año de 1812. /
Revisa ab auctore in Africa. 1819", hecho del todo imposible si
fuera la edición de El
Conciso.
El fácil expediente de tomar por necios a los lectores parece dar a
Paz patente de corso para presuntamente "escamotear" la
edición de El
Conciso
de 1812, y no hacer la más mínima reseña del manuscrito empleado.
El cotejo con los mss. M1
y M2
demuestra, empero, una coincidencia generalizada de lecturas con M1.
La edición de Paz, que presenta también un cierto número de
lecturas propias de las que nos ocuparemos más adelante, coincide en
los casos de divergencia entre los citados manuscritos casi siempre
con M1,
haciéndolo en muy escasas ocasiones con M2
(cf. ap. crít. Pep.
22, 60, 64, 65, 82, 98, 106), lecciones que pueden explicarse
fácilmente como correcciones ope
ingenii
del editor. Paz coincide con M1
en un caso de omisión de palabra en interior de verso frente a M2
(cf. ap. crít. Pep.
28). Hay, además, un rasgo gráfico que refuerza esta hipótesis: en
Pep.
11 Paz lee Fat!
donde los mss. ofrecen Tat!;
esta extraña lectura puede explicarse por error de transcripción de
Paz, quien copia como 'F' mayúscula la 'T' mayúscula de M1,
que añade un trazo horizontal que lo asemeja peligrosamente a
aquella letra: tal trazo no aparece en M2.
5.
2. 4. Las variantes de un ms. de Usoz recogidas por Paz y Melia.
Con
todo, el mayor interés de la edición de Paz y Melia radica en que,
a pie de página, junto a las notas del autor añade otra serie que
contiene, como él mismo afirma, "variantes de una copia del Sr.
Usoz". En consulta al ms. 7207 de la B. N. [Catálogo de los
manuscritos de la biblioteca de D. Luis de Usoz y Río], no hemos
encontrado la menor referencia a esta copia; no obstante, no debe
rechazarse a la ligera la existencia de tal manuscrito, ya que una de
dichas variantes señaladas, cuidosa
(cf. Pep.
63), responde a la lectura de los mss. M1
y M2,
frente al curiosa
editado por Paz.
Dada
la falta de rigor que ofrece este editor, es imposible determinar el
verdadero carácter del ms., y si estas variantes son realmente todas
las que existían respecto al otro ms. que manejó Paz como codex
optimus,
y que hemos identificado arriba como el propio M1
o un apógrafo suyo. Queda oculta, asimismo, la razón de tal
elección. Tal vez podría apuntarse una hipótesis basada en la
última variante de Usoz recogida por Paz: la segunda de las dos
líneas de datación del poema ("Impresa en Cádiz, año de
1812. / Revisa ab auctore in Africa. 1819") presenta un número
de llamada (2) que remite a una nota al pie que reza: "Cádiz,
imprenta de D. Manuel Jiménez Carreño. Año 1812 (Usoz)".
Si se entiende, como parece lógico hacerlo, que tal variante
sustituye no sólo a la primera línea de datación editada por Paz,
sino también a la segunda, podríamos concluir que dichas variantes
de Usoz pertenecen a un apógrafo de la Pepinada
publicada en Cádiz en 1812, y que Paz, nuevo Harpócrates, las
relega, pues, como pertenecientes al primer estadio de composición
del poema.
Por
supuesto, podría esgrimirse la tesis opuesta, y hablar de una simple
caída de la segunda línea en el ms. de Usoz; sin embargo, una serie
de argumentos, no definitivos ciertamente, puede añadirse aún a
favor de la primera hipótesis. Por un lado, los datos de la imprenta
gaditana son rigurosamente ciertos, como puede deducirse de las
informaciones de Ramón Solís,
y de otros poemas de los mss., como por ejemplo de M1
h. 80r donde al final de la composición latina copiada, la oda "ad
inmortalem Welington" se lee: "F. Sanchez / (ex editoribus
Concisi.) / Cadiz: Imprenta de Carreño, calle Ancha, año 1812".
Por otro lado, desde del punto de vista estilístico puede decirse
que las lecturas de los mss. M1
y M2,
presuntamente fruto de la revisión del autor en 1819, suponen una
mejora respecto a las del de Usoz. Unas, en verdad, suponen una mayor
precisión semántica (cf. Pep.
8: puñis
frente a dedis
(Usoz); Pep.
57: inepte
por abunde;
Pep.
72: chicasque
por niñasque),
o la búsqueda de una expresión más cómica (cf. Pep.
83: oh
por et;
Pep.
90: mofletisque
tirant
contra frenti
accomodant;
Pep.
101: picolinica
tropa
frente a tropa
picolinarum;
Pep.
102: disponite
vestro
por quid
quaeritis, hola!;
Pep. 110: qui
sit toradae rectorque paterque maestrus
por qui
sit toradae proto-rex, potro-sive-maestrus),
y de una depuración métrica (cf. Pep.
111: qui
brutos bravitate ganet, testude, pezuñis
por qui
totos superet bruto, testude, pezuñis);
otras buscan aumentar el número de macarronismos (cf. Pep.
23: audio
sopranos, tañitores audio, miro
frente a audio
iam musicam, sopranos audio, miro;
Pep. 43: venivit
por iam
venit;
Pep.
51 maestra
por magistra;
Pep.
119: marchat
por vadit).
Es de notar el caso de Pep.
56, donde el tomat
de 1819 que sustituye al cogit
de 1812 elimina, al mismo tiempo, un error de prosodia y un
inoportuno macarronismo semántico, que el autor siente poco
congruente con la orientación estilística de la composición.
5.
3. Impresos y ediciones de la Pepinada.
5.
3. 1. La impresión gaditana de 1812.
El
primero en afirmar la publicación de la Pepinada
en el periódico El
Conciso
fue Paz y Melia, aunque de lo dicho (cf. supra
5. 2. 3), se deduce que no tuvo el ejemplar de dicho diario en sus
manos, y que, probablemente, presume la inclusión de la macarronea
en éste por especulaciones biográficas y / o el pseudónimo
empleado por el autor. Resulta, no obstante la imposibilidad de
localizar el número concreto, lo más lógico pensar que fuera
publicada en dicho periódico, que se completaba con "poesías
más o menos inspiradas",
a decir de Ramón Solís, o en su suplemento llamado El
Concisón
o El
Concisín,
que "publicaba un artículo de fondo, anécdotas y notas
satíricas".
Dicho
esto, pensamos que puede apuntarse la hipótesis de que la Pepinada
no apareciera en ninguna de estas publicaciones sino en impreso
aparte. Da que pensar en ello el hecho de que la oda a Welington
fuera publicada de esta manera, como puede deducirse de la
suscripción de la copia del poema en M1
(cf. supra
5. 2. 4.). Efectivamente, bajo el nombre del autor "F. Sanchez"
figura a modo de aclaración "(ex editoribus Concisi)". Tal
advertencia podría parecer innecesaria en el contexto material del
periódico, pero no en un impreso independiente en que el periodista
Sánchez intentaba aprovechar la notoriedad alcanzada por su
periódico en el Cádiz de las Cortes
para divulgar su obra neolatina. Algo parecido puede deducirse del
pseudónimo usado por el autor en Pep.,
escrita "ab uno Conciso, discipulo Merlini", que podría
resultar redundante en las páginas del periódico homónimo, pero no
en un impreso que buscara atraer a los numerosos lectores del diario,
afán muy humano en un Sánchez preocupado, como todo poeta, en dar a
conocer su obra.
Sobre la posible
identificación de una copia manuscrita de este impreso reconocible
en las variantes de Usoz véase lo dicho en 5. 2. 4.
5.
3. 2. La edición de Paz y Melia.
En
5. 2. 3 señalamos la fuente manuscrita empleada por Paz, y en 5. 2.
4 el valor de las variantes del ms. de Usoz. Se apuntó también la
existencia de lecturas propias del editor. Salvo un pequeño número
de evidentes erratas u omisiones (cf. ap. crít. Pep.
11, 27, 58), estas lecturas son correcciones conscientes del editor,
que en ningún momento les asigna este valor, como vimos en el caso
de la macarronea de Juan de Vergara (cf. cap. I). Algunas de estas
correcciones nos han parecido preferibles a las lecturas
correspondientes de M1
(cf. ap. crít. Pep.
55, 98, 101, 103, 106 -la segunda y la última vienen refrendadas por
lecturas de M2),
aunque en la mayoría de los casos son claramente rechazables por su
arbitrariedad (cf. ap. crít. Pep.
c, 20, 26, 45, 50, 51, 52, 53, n. 3, n. 4, 58, 61, 63, 74, 82, n. 10,
85, 104, 118; Prosod.
3, 4).
La
Pepinada
ocupa las páginas 403-408 de la segunda serie de Sales
Españolas o Agudezas del ingenio nacional,
Madrid 1902. Una reimpresión de esta obra aparece en el t. 176 de la
BAE, a cargo de Ramón Paz, en las pp. 357 a 360. Ésta añade
omisiones al texto de Paz (en la l. 'e' del título y en la n. 11), y
erratas (cf. ap. crít. Pep.
11, 14, 40). Descripta
de ésta es la de Torres-Alcalá, pp. 184-190, que omite además la
n. 7 y las variantes del ms. de Usoz señaladas a pie de página por
Paz.
5.
4. Conclusiones de la collatio
de
los manuscritos.
Generalmente,
en caso de divergencia entre los dos manuscritos, son preferibles las
de M1
por su corrección (cf. ap. crít. Pep.
3, 9, 28, 69, 72, 76, 77, 82, n. 8, 126, Prosod. 5), o por un mayor
audacia macarrónica (cf. ap. crít. Pep.
22, 65, 86), que está en consonancia con la evolución que indican
las variantes del ms. de Usoz (cf. supra
5. 2. 4). En los casos de falta de un criterio seguro hemos optado
por las lecciones de M1
(cf. ap. crít. Pep.
14, 17, n. 4, 60, 64, 83, 85, 92, 108, 114, Prosod.
9). Son menores los casos en los que resultan evidentemente
preferibles las lecciones de M2
(cf. ap. crít. Pep.
28, 98, 106, 115).
M1,
según lo dicho en 5. 1. 5 y 5. 2. 1, puede ser un apógrafo directo
del original de Sánchez Barbero, mientras que M2
parece mostrar huellas de una más dilatada historia textual, como la
existencia de un verso muy probablemente interpolado (cf. supra
5. 2. 2), y el hecho de resultar añadidas sus hojas al tomo en el
que aparece recopilado.
6. La presente edición.
En
nuestra edición del texto nos atenemos, básicamente, a las
características gráfricas de M1,
que son reproducidas en puntos tales como las llamadas y notas a pie
de página del autor. Las variantes del ms. de Usoz señaladas por
Paz a pie de página han sido recogidas en el aparato crítico. Hemos
considerado necesaria la emendatio
en el v. 58 (cf. ap. crít.).
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