Museum of Imaginary Musical Instruments
3.
Estudio de la obra.
3.
1. Contenido y datación.
Tras
un “preambulum” así señalado que explica la naturaleza de la
macarronea empleada (otios.
1-14), comienza la “historïa”, que sitúa el poema en un marco
geográfico y cronológico muy preciso, Cádiz a jueves 25 de mayo de
1606 en una jornada festiva que ha de ser identificada con la del
Corpus Christi1
(otios.
15-60). Durante ésta se vio una caterva de gatos trabajando en una
fragua –lo que una glosa marginal considera como el emblema, al que
corresponde el mote otiositas
vitanda-.
Los herreros reciben un soplo de esto y envían un legado al palacio
de Vulcano para presentarle una queja (otios.
61-65). El portavoz llega al palacio y Vulcano le interroga sobre el
motivo de su visita (otios.
92-95). Éste le responde que los gatos toman su oficio, que es
también el de Vulcano, sin tener autorización para ello (otios.
96-125). Vulcano le pide al legado que le lleve al lugar donde se
producen los hechos (otios.
126-129). Allí la gente se arremolina y se regocija ante el
espectáculo de los gatos trabajadores (otios.
130-135). Alguien pregunta por el sentido de lo que se ve (otios.
136), y otro da lo que se denomina en nota marginal significatio
Emblematis,
“el significado del emblema” (otios.
137-142). Vulcano se dirige a los gatos en su lengua y les amenaza
con terribles castigos (otios.
162-181). El principal de los gatos toma la palabra, y señala
quejumbrosamente cómo han sido obligados a estar allí contra su
voluntad tras ser engañados con un previo ofrecimiento de comida
(otios.
182-265). Vulcano pregunta a sus vasallos presentes quién podría
actuar como juez en tal causa (otios.
266-268). Uno de los artesanos propone a la ninfa Eco, por su
honestidad y discrección (otios.
269-284). Vulcano decide marchar a la vivienda próxima de la ninfa,
y en su camino encuentra a dos pedigüeños, hombre y mujer, modelos
del perezoso que, estando sano, opta por mendigar antes que trabajar.
El dios no se deja engañar y les busca una ocupación (otios.
270-378). Vulcano llega finalmente a la cueva de Eco, donde se
considera como sentencia las sílabas finales resonantes de las
preguntas del dios: “rata”, “rana”, “liza” (otios.
379-392). El celícola interpreta este fallo como una indicación de
que los gatos deben participar en la Batracomiomaquia,
es decir, la guerra entre ratones y ranas atribuida tradicionalmente
a Homero (otios.
393-397). Los gatos se ponen, pues, en marcha, y llegan de noche a
las lagunas donde habitan las ranas, aniquilando en un santiamén a
los ratones (otios.
398-440). En señal de agradecimiento, las ranas envían un legado a
Júpiter para que permita que los gatos tomen el oficio canoro propio
de las ranas (otios.
441-452). Entonces, Orfeo “insigne musico y poeta” escribe a
Apolo “autor de la musica” diciéndole que no corresponde ese
oficio a los gatos (otios.
453-473). Apolo encarga a Orfeo que pregunte a los gatos si desean
dedicarse a la música, pero estos prefieren ocuparse de las sobras
de las mesas, cumpliéndose así sus deseos (otios.
474-489).
Sánchez
Cantón fecha el poema en 1606 siguiendo la indicación “Aº 1606”
que figura en el margen superior derecho del f. 7, y la fecha que se
da en otios.
54 para situar la acción (cf. otios.
53-54: “Quinta erat feria, nostrae devotioni dicata / et solemne
festum anni seiscientos
y sexti”).
Las palabras que damos en cursiva aparecen en el original subrayadas
en rojo, el mismo color de tinta que presenta la fecha inscrita en el
f. 7. Estas indicaciones deben atribuirse al propio autor del poema,
que emplea la tinta roja para ciertas marcas diacríticas, o al
recopilador de los materiales del volumen. La fecha tan precisa en
que se plantea el comienzo de la acción, complementada con la
fijación del día del mes (cf. otios.
26: “Sol cum occuparet quinos de Gemini gradus” y glosa: “que
era .25. de Mayo, porque a .21. entra el sol en Gemini”), con la
que se quiere señalar la celebración del Corpus Christi, de
tradicional –y ya preterida- relevancia en Cádiz, puede entenderse
como una referencia de actualidad para el autor de la composición.
El poeta abre su poema haciendo una breve descripción de la ciudad
al modo tradicional2,
y parece que sea conveniente para ello el situarla en la fecha en que
se mostraba probablemente más hermosa. No es preciso, pues, imaginar
cualquier suceso anecdótico que ocurriera en aquella fecha histórica
y que sirviera de motivo inspirador al autor, que escribe
verosímilmente en ese mismo año 16063.
Por otro lado, la causa de la elección de los gatos como
protagonistas de la trama y figurantes en el emblema puede estar en
el deseo premeditado de hacerlos constar como antagonistas naturales
de los ratones en la recreación que se hace de la Batracomiomaquia,
y en ciertos motivos iconográficos tradicionales que hace de los
gatos símbolo de la gula4,
de la cual dan pruebas éstos a lo largo de toda la composición.
______________________________________________
1
El Corpus Christi es una de las fiestas móviles del calendario
eclesiástico, que es lunisolar, y está regido por la fecha de la
Pascua de Resurrección dentro del año. Sabiendo que la Pascua de
Resurrección del año 1606 cayó a 26 de marzo (cf. Enc. E-A.
t. X s.u. 'calendario' -donde también se ilustra sobre el modo de
calcular tales efemérides- p. 724), es fácil confirmar esta fecha,
pues el Corpus se celebraba el jueves después de la fiesta
de la Trinidad, que recaía en el domingo (21 de mayo de 1606)
posterior a aquel en que se celebra la Pascua de Pentecostés
(domingo 14 de mayo), que corresponde al séptimo domingo que sigue
al de la Pascua de Resurrección (26 de marzo).
2
Sobre el topos clásico de la laudatio urbis y su
aplicación en el Renacimiento cf. TORELLO SARAINA, Origen y
engrandecimiento de la ciudad de Verona, intr., ed. crítica,
trad. anotada e índices a cargo de J. M. DOMÍNGUEZ LEAL, Instituto
de Estudios Humanísticos – CSIC, Madrid, 2006, pp. XXXVII-XLVI.
3
La obra de publicación más reciente que cita el autor data de 1597
o 1598 (cf. glosa autógrafa a otios. 206b), a menos que
conociera también La Pícara Justina (1605) (cf. nota
siguiente). Es ciertamente notable que un hombre tan al tanto de la
vida cultural e historia de su ciudad no haga ninguna mención de
Las Grandezas y Antigüedades de la isla y ciudad de Cádiz
del canónigo gaditano Suárez de Sálazar, obra publicada en Cádiz
en 1610, y con la que mantiene puntos de discrepancia en la
apreciación de datos arqueológicos (cf. glosas a otios. 18,
19, 21, 22, 23, 24, 25), por lo que esta fecha podria entenderse
como un amplio término ante quem para datar nuestra
macarronea.
4
Cf. J. F. ESTEBAN LORENTE, Tratado de Iconografía, Istmo,
Madrid 1990, p. 409. Agradezco desde aquí al Dr. D. Bartolomé
Pozuelo Calero las sugerencias bibliográficas que amablemente me
hizo en el campo de la Emblemática. Para otra posible fuente de
elección del motivo gatuno cf. glosario s.u. ‘lauare’. El
motivo de la fragua, el soplo dado a los herreros y la subsiguente
intervención de la justicia de Vulcano tiene otro más que curioso
paralelismo en la Pícara Justina (1605): “Tuvo soplo de
esto la justicia (que quizá fue la fragua símbolo de la justicia,
porque la una y otra cosa se gobiernan a soplos)” (cf. La
Pícara Justina, ed. de Antonio Rey Hazas, Ed. Nacional, Madrid
1977, vol. I p. 163). No debe olvidarse por otro lado el constante
uso de adivinanzas oscuras y jeroglíficos en esta obra picaresca,
que debió ser del gusto del autor de otios. en el posible
caso de que conociera la obra de López de Úbeda.