Como
se deduce del título del ms. 3662 de la Biblioteca Nacional de Madrid, el poema constituye una epístola escrita en 93 hexámetros
como respuesta a un presunto epigrama perdido firmado, también
presuntamente, bajo la personalidad de Baldo, el célebre héroe
folenguiano, y dirigido al propio autor (cf. Bald.
e-f: “in responsione cuiusdam epigrammatis / nuper ad se missi a
praedicto circunspecto domino”), quien escribe a su vez bajo el
pseudónimo de Cíngar, el inseparable y pícaro compañero del Baldo
macarrónico.
El
autor responde a ciertas cuestiones planteadas por su corresponsal
(cf. Bald.
1: “Altissimas dubdas dudum tua Musa tocauit”; ib.
8-9: “In demandis enim non te praestantior alter! / Attamen in
cosis istis, quas, Balde, preguntas”) sobre la, en su opinión,
confusa situación de la Corte (cf. Bald.
18-19: “Quod confusa tibi parescit curia Regis, / Diuersaeque artis
diuersaque cuncta uidentur:”) tras el episodio revolucionario de
las Comunidades de Castilla (julio de 1520-febrero de 1522).
El
corresponsal debía expresar en su epigrama una sorpresa maliciosa e
irónica ante el afán de recompensas que origina este suceso en el
bando vencedor, especialmente entre los próceres del reino (cf.
Bald.
20: “Pensiones unus, miraris forte, procurat; id.
24-25: “Miraris contentum nullum nullumque pagatum, / Maxime
magnates regni grandesque señores”); todo lo cual parecía,
aparentemente, escandalizarle (cf. Bald.
26: “Haec diuersa tuam disturbant ualde cabeçam”).
El
autor, por su parte, no se engaña, al menos desde su punto de vista,
sobre la personalidad y verdadera catadura de su corresponsal.
Expresa por éste un evidente desprecio, que se manifiesta en
diversas partes del poema. Ya en la misma dedicatoria hace referencia
a la pericia macarrónica de su corresponsal, que se ve reconocida en
las imaginarias islas Californias (Bald.
a-c: “Ad Dominum Baldum Caxconinacium / Macarronicae artis
peritissimum / in insulis Caliphornis cognominatum”); este tono se
detecta también en la aplicación irónica del tópico del
sobrepujamiento con que abre su epístola (cf. Bald.
2-3: “Totque tibi, Balde, dictarunt carmina Musae, / Quo cedent
uates, cedet Cocaius et ipse”), y en los epítetos que le dedica,
asimilándolo a un bebé balbuciente tras el resumen que hace del
contenido de su epigrama (cf. Bald.
27-29: “O mamarron, mamarron! lac tibi becibus inest, / Non Musam
sed tetam sapis, et paruulus infans / Parlas ut hermanus qui uix
mamare reliquit”). De estos últimos versos puede deducirse el
retrato de una persona joven, que el autor pinta como osada, y
torpemente intrigante. Dicho personaje no debía estar exento de
cierto poder e influencia, si puede disponer de agentes que
satisfagan su malsana curiosidad sobre los medros ilícitos en la
Corte (cf. Bald. 8-9: “Attamen in cosis istis, quas, Balde,
preguntas, / Soluere uix poterunt tibi modo negotiantes”). El hecho
de que adopte soberbiamente el sobrenombre del héroe Baldo -el apodo
'Caxconinacio' nos resulta ininteligible- también es una orientación
en este sentido. Bald.
d: “Zingar suus capellanus et picapedrerus”, recoge una
expresión, “capellán y picapedrero”, que, según López de
Toro, constituía “una jocosa fórmula de despedida, antiguamente
usada entre gente eclesiástica –y de un modo especial entre
seminaristas-”1,
y que podría presentarnos al corresponsal como miembro del clero
inferior en categoría al autor, lo que daría razón de la
familiaridad irreverente con que lo trata. Todo queda, sin embargo,
en el terreno de la mera hipótesis.
El
corresponsal interroga al autor por ser buen conocedor del ambiente
cortesano, y sin duda sabe de su ingenio agudo y su lengua suelta y
acerada, como el propio autor reconoce (cf. Bald.
33: “Quanuis in nostris [labellis] Diablazus saepe parescit”). La
“curiosidad” del correspondiente puede tener la intención oculta
de comprometerle ante los “magnates regni grandesque señores”,
lo que parece provocar la impaciencia del autor (cf. Bald.
13-14: “Enodabo nodos, quanuis cortare fuisset / Satius...”), que
es consciente de este hecho (cf. Bald.
35-37: “Quod dicam hunc mamolum, nil dicas, deprecor, ipse, /
Nanque mea multis creparent brachia pallis, / Et fortasse nostras
faceret saltare budellas”). Rebate, empero, cualquier posible
insinuación de aprovechamiento por su parte de la victoria imperial
sobre las Comunidades, y considera justificado denunciar y poner
freno a ciertas inmoralidades (cf. Bald.
39-41: “Omnia quae cernis merito iureque passamus, / Hispanis
quoniam fas est dare frena superbis; / Nanque sumus lochi,
phanpharrones atque maligni.”). Acto seguido, describe alusivamente
la ambición inmerecida y ambigüedad de ciertos próceres de modo
sin duda reconocible para su corresponsal.
Podemos establecer, pues, la siguente estructura de
referencia para el poema:
I.Apelación al destinatario y motivo de la epístola
(vv. 1-16).
I.1. Alabanza irónica del mérito literario del
destinatario y de su habilidad en hacer preguntas mediante el empleo
del tópico del sobrepujamiento (vv. 1-8)
I.2. Dificultades del corresponsal para obtener
respuestas (vv. 9-10).
I. 3. Propósito del autor de responder a las preguntas
del destinatario (vv. 11-14)
I.4. Digresión histórica sobre el nudo gordiano y el
emblema de Isabel la Católica (vv. 14-16).
II. Planteamiento de las cuestiones del destinatario
sobre la situación en la Corte tras la guerra de las Comunidades
(vv. 17-37).
II. 1. Propósito de volver al tema de la epístola (v.
17).
II. 2. El estado de la corte según el destinatario
(vv. 17-26).
II. 3. Invectivas del autor contra la bisoñez de su
corresponsal (vv.27-32).
II. 4. Advertencias del autor al destinatario sobre lo
comprometido de la situación en que lo coloca (vv. 33-37).
III. Respuesta del autor (vv. 38-93).
III. 1. Propósito de responder con verdad (v.38)
III. 2. Autoexcusa y apreciación negativa del carácter
hispano (vv.39-41)
III. 3. Descripción de tipos humanos (vv. 42-93).
III. 3. 1. Delatores y calumniadores (vv. 42-47)
III. 3. 2. Mentirosos e intrigantes (vv. 48-93).
III. 3. 2. 1. Militares que alegan falsos méritos de
guerra (vv.48-70).
III. 3. 2. 2. Prócer de dudosa filiación realista que
pide dinero (vv. 71-77).
III. 3. 2. 3. Prócer que aduce sus gastos y méritos
de guerra (vv. 78-79)
III. 3. 2. 4. Prócer intrigante dispuesto a servir a
cualquier bando (vv. 80-93).
Ilustración: Calcograbado de la ejecución de los comuneros de Castilla Padilla, Bravo y Maldonado
1
Cf. J. LÓPEZ DE TORO, "El primer poema macarrónico en
España", Studia Philologica. Homenaje ofrecido a Dámaso
Alonso, II, Madrid 1961, p. 407 n.12