CARMINA MACARONICA SELECTA

"Quid contentandum nisi contentamus amigos? / Hoc mihi servitium facias, tu deinde comanda, / nam, giandussa mihi veniat in culmine nasi, / ni pro te posthac Paradisos mille refudem", Baldus, V, 9, 295-298

sábado, 28 de abril de 2012

LUCIA LAZZERINI Y LOS SERMONES HÍBRIDOS TARDO-MEDIEVALES (II)



Testimonios de mezcolanzas no reducibles a motivos estructurales se encuentran en los sermones escritos en forma deliberadamente híbrida por famosos predicadores como Barletta, Cherubino de Spoleto y Valeriano dae Soncino1, autores en los que “el macarrónico, o, sea como fuere, la mezcolanza acusada parecen esencialmente prerrogativa de la predicación moral y de su fuerte componente cómico-satírico”2. Tomamos de Lazzerini un ejemplo de Soncino, donde se observa su habilidad en el manejo y paso de una lengua a otra por mor de una mayor expresividad3:

O quot peccata tunc dischoperientur que nunc cohoperta sunt. O quot reperientur mali qui nunc reputantur sancti. Et ideo tu hypocritone, grataceli, bala-in-Cristo, sangion dal collo torto, manzasancti, qui nunc ab extra sanctus videris et tamen es unus ribaldus, expecta quia veniet tempus judicii universalis in quo non poteris te abscondere. Tunc videbitur vita tua qualis fuerit, tunc apparebunt peccata tua et ribaldarie tue. (c. 76 r.)

Una vez admitida la intencionalidad del hibridismo en los escritores de sermones, Lazzerini señala la estrecha relación existente entre la poesía macarrónica y los sermones macarrónicos tardo-medievales: “Contemporáneo a los ejemplos más significativos de sermones híbridos es otro caso de desviación de la normalidad: la poesía macarrónica. Según la opinión común, el carácter paródico y satírico, el espíritu goliárdico y el expresionismo violento que la marcan justifican ampliamente la elección de ese lenguaje anormal. Pero un hecho importante emergerá de estas investigaciones: el hecho de que un discurso profundo sobre la poesía macarrónica no puede prescindir del fenómeno, bajo muchos aspectos análogo y germinado en un ámbito cultural afín, de los sermones macarrónicos tardo-medievales, que constituyen un manantial léxico y estilístico bien presente a los prefolenguianos y al mismo Merlín Cocayo”.4 Por ello, subraya las relaciones existentes entre el ambiente universitario, del que surgen los prefolenguianos, y el ambiente eclesiástico, que “eran otra cosa muy distinta que dos mundos distintos e impermeables entre sí: en la compenetración que los caracteriza se percibe, por el contrario, la perpetuación de la antigua tradición de los clerici uagantes5. Similar, por ejemplo, es el sermo cotidianus de las predicaciones y el de las lecciones universitarias, como puede verse en las reportationes de Pietro Pomponazzi, célebre profesor de medicina y filosofía natural en las universidades de Padua y Bologna6; aduce también Lazzerini la tradición universitaria tardo-medieval de las uesperiae, especie de farsas goliárdico-clericales, a la que pertenece un texto macarronizante como la Repetitio Zanini coqui del parmesano Ugolino de Pisanis (representada en Pavía en 1435)7. Predicadores macarrónicos como Valeriano de Soncino, Barletta y Bernardino de Feltre estudian en las universidades del norte de Italia en la segunda mitad del siglo XIV8.

En sus conclusiones sobre el problema de los sermones híbridos y sus relaciones con el macarroneo literario Lazzerini sienta la base de que “el lenguaje macarrónico, insertándose en la plurisecular tradición del sermo humilis de la literatura cristiana, asume en un cierto momento caracteres institucionales y se convierte en una verdadera y propia ‘lengua especial’ de los sermones, que en tal forma son escritos, difundidos y leídos”9.

Los sermones macarrónicos acabaron desapareciendo ante la presión del vulgar y de la Contrareforma, “pero la tradición de lengua, de estilo, de cultura representada por nuestros textos, que conservaba tan tenazmente la herencia de la latinidad cristiano-medieval, no se perdió en la nada: alcanzada la plena madurez (una madurez que ya anunciaba la decadencia) encontró ésta en la obra de Folengo su máxima expresión. Fray Teófilo mira esta tradición con el ojo crítico del humanista, y la hace objeto de parodia y sátira: la mira, empero, desde el interior, porque también él está embebido de ella: conoce perfectamente su vitalidad, su eficacia expresiva y la utiliza a fondo”10.

No es la base común de latinus grossus lo que induce a Lazzerini a ver en estos sermones un antecedente seguro de la poesía macarrónica, pues el Küchenlatein aparece con frecuencia en textos no literarios11, “pero la copresencia de los estilos, la coexistencia de macaronica verba, y de elaboración retórica son prerrogativa de los sermones”12. Señala la autora italiana parecidas variaciones estilísticas repentinas en los sermones y en Folengo13, así como concordancias temáticas14. Nos recuerda también el hecho de que Folengo mencione en su Baldus a Barletta y a Roberto de Lecce15; sugiere incluso una influencia de la red. T en Valeriano de Soncino16 y posibles contactos personales y afinidades nacidas del ambiente macarrónico de la Universidad de Bolonia17: “En Bolonia, como en Padua o en Pavía, el etymon de la literatura macarrónica está en la simbiosis clérico-goliárdica, que en contacto con la experiencia humanística, mas obviamente en polémica con los valedores de la ‘norma’ sea latina o vulgar, adquiere plena conciencia de sus recursos potenciales”18.

Para Lazzerini resulta ya evidente que “la ecuación estilo macarrónico = espíritu de revuelta (en sentido antimedieval, antidogmático, anticatólico) es solamente una arbitraria simplificación de una realidad bastante más compleja y articulada19. La elección premeditada de este estilo como vehículo de parodia y de sátira violenta había madurado en el seno del sermo humilis de la tradición latino-cristiana a través de los estímulos debidos a la constante tensión dialéctica con la cultura ‘externa’. Indudablemente ha habido, en un cierto momento, lo que con Sklovskij podremos definir como “variación funcional”: ésta se ha verificado en el momento en el que el macarrónico, no elevado todavía al rango de ‘forma literaria’ reconocida, ha recibido su consagración oficial de manos de Merlín Cocayo, que del humus cultural y lingüístico de los sermones derivó una parte notable de su inspiración. El macarrónico humanista perfeccionado por él se reveló como un experimento irrepetible [...]; no obstante, asumió la función de inserir en lo vivo de la cultura renacentista el antipurismo y el expresionismo dialectal de la más genuina tradición medieval”20.




1 Cf. ib., p. 236
2 Cf. ib., p. 237
3 Cf. ib., pp. 239-240. Se cita de la cuaresma contenida en el cod. A III 18 de la Biblioteca Universitaria de Génova, indicado con la sigla Q
4 Cf. L. LAZZERINI, o.c., p. 248
5 Cf. ib., p. 257
6 Cf. ib., p. 254-256, que cita algunos fragmentos (“Nicolettus, qui legebat Padue, emebat perdices, capones et multa bona. Unde ipse erat malus homo, et pro uno quadrante perdidisset hominem, et nullum habebat pro amico. Unde, eundo ad predicam, accepit illud verbum ‘attende tibi’ suo modo, scilicet: attende tibi, idest sguazza et triumpha” [cf. B. NARDI, “Le opere inedite del Pomponazzi”, II, GCFI, a. XXX (1951) p. 117]). Merlín Cocayo llegará a declararse díscolo discípulo de éste (cf. Baldus V XXII 129-132: “Dum Pomponazzus legit ergo Perettus, et omnes / voltat Aristotelis magnos sotosora librazzos,/ carmina Merlinus secum macaronica pensat/ et giurat nihil hac festivius arte trovari”), aunque tal cosa no constituye más que parte de la propia leyenda elaborada por Folengo sobre su sosias macarrónico, puesta en evidencia por las investigaciones biográficas de G. Billanovich (cf. B. MIGLIORINI, o.c., p. 76).
7 Cf. L. LAZZERINI, o.c., pp. 257-258
8 Cf. L. LAZZERINI, o.c., pp. 261-262
9 Cf. ib., p. 327
10 Cf. ib., p. 328
11 Cf. ib., p. 328 n.1 cita aquí el polémico verso del Baldus V II 11: “scribere vadit adhuc macaronica verba nodarus”
12 Cf. ib., p. 328
13 Cf. ib., pp. 328-329
14 Cf. ib., pp. 329-332. Temas comunes a los sermones y a Folengo son la invectiva contra las viejas alcahuetas, las lamentaciones sobre el miserable estado de las iglesias, la polémica contra los altos prelados, el lamento recurrente sobre la injusticia dominante, y la valoración doméstica de la mujer.
15 Cf. L. LAZZERINI, o.c., p. 331, que cita Baldus V XXII 316-319: “Sunt illic oleo caldaria plena boiento, / ut Bariletta docet predichis, fraterque Robertus; / frizere padellis quis ranas posse vetabit, / anguillasque illas ad arostum ponere speto?”
16 Cf. ib., pp. 332-333
17 Cf. ib., pp. 333-334
18 Cf. ib., p. 334
19 Lazzerini había señalado como “gli scherzi “su’ motti del Vangelo”, la “parodia della confessione”, la “satira de’ frati” in cui il De Sanctis vedeva estrinsecarsi lo spirito beffardamente corrosivo d’un Merlino fustigatore dei residui della cultura medievale, non costituirono certo motivo di scandalo, per il semplice fatto che, come abbiamo constatato, erano da tempo nel repertorio dei fratres” (p. 333).
20 Cf. L. LAZZERINI, o.c., pp. 338-339

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