Macarronismos léxicos.
Se encuentra en Spur. un
cuerpo mediano de macarronismos léxicos (barrilagi, baxando,
bravonius, burrazus, burronus, busiam, caballum, cama, camisam,
capam, casillam, colchones, colgante, corregimentum, denarum,
desmontando, dineros, enxugare, famelicus, ganauit, grandorum,
guerris, lança, loretto, mantam, matando, minjabant, paja, piojos,
plato, quadrillis, sayum, tornabat, villanus, xaquima).
Junto al modo de enmacarronamiento
más sencillo (capam, piojos) se hallan también macarronismos
formados a base de derivados inusuales (barbullerias),
diminutivos (casillam, quadrillis) y aumentativos (bravonius,
burrazus, burronus), que proporcionan variedad y expresividad al
léxico macarrónico.
En algunas voces se produce una
manipulación formal que busca dar una pátina más latina a algunos
macarronismos (bravonius ‘bravón’, corregimentum
‘corregimiento’). Es el mismo afán de comicidad expresionista el
que delata un neologismo macarrónico como barrilagi, y el
empleo de un catalanismo, minjabant ‘comían’. Ejemplos de
estos dos tipos de creaciones están ausentes de Bald.
Macarronismos
morfológicos.
La única -aparente- anomalía
morfológica digna de mención, un ac. plural en –is, afecta
a una palabra latina, parietis (Spur. 2). Llama, no
obstante, la atención el sintagma in Granatii (v. 25), que
aparenta ser un locativo analógico del tipo Brundisii, aunque
hipercaracterizado con la preposición in de ablativo o
declinado de forma heteróclita.
Macarronismos
heteróclitos.
Frente a lo que ocurre en Bald.,
tenemos en Spur. ejemplos de estos macarronismos léxicos que
presentan una declinación heteróclita o aparecen declinados por un
modelo contrario al esperado (burronus frente a *burro(n), y
grandorum frente a *grandium).
Macarronismos
semánticos.
Los ejemplos que pueden aducirse son
el de burricus y pensat aunque puede dudarse de su
carácter intencional.
Macarronismos de
locución o de calco.
Sólo puede señalarse el presente
en el v. 2: “..parietis dicunt orejas habere”.
Macarronismos
folenguianos.
Al igual que en Bald.,
encontramos una serie de calcos folenguianos (busiam, denarum,
loretto), llamativos por diversas razones.
El primero de ellos forma parte de
un calco textual más amplio (cf. FOL. Baldus T XXII 195:
#peream si dico bosiam#). El hecho de que Spur. emplee la
variante busiam (registrada una sola vez en la red. T) al
igual que Vergara certifica su dependencia de Bald.
En el caso de denarum es de
notar la variante léxica que introduce el autor al emplear el
macarronismo español dineros en el v. 27.
Es notable la transformación que se
hace del calco de F0L. Baldus T XIII 336: #parvo pendente
loretto#, que se registra una sola vez en la red. T. Este hecho
ilustra un seguro conocimiento de la macarronea folenguiana.
Frecuencia de los
macarronismos.
Hay cuatro versos que contienen un
solo macarronismo (vv. 2, 5, 6 y 20), que suponen un 12,5% del total.
16 versos contienen más de un
macarronismo (vv. 1, 3, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 14, 15, 16, 17, 18, 19,
27). Representan el 50% del total.
12 versos son íntegramente latinos
(vv. 13, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 28, 29, 30, 31, 32), que suponen el
37,5% del total.
Respecto a los datos de Bald.,
puede decirse que en Spur. se da una mayor polarización hacia
la segunda y tercera categoría, es decir, que hay en Spur. un
mayor porcentaje de versos con más de un macarronismo y de versos
íntegramente latinos que en Bald.
Función estilística
de los macarronismos.
En Spur. hay una distribución
más uniforme de versos latinos y macarrónicos que en Bald.
Hasta el verso 20 predominan casi absolutamente los versos
macarrónicos. Los macarronismos caracterizan negativamente la
realidad miserable del protagonista (piojos, famelicus, casillam,
bravonius).
Desde el
v.21 hasta el 27 los mayoritarios versos latinos dan un tono de
dignidad irónica al discurso del soldado, al igual que en Bald.
54-70. Los macarronismos sólo reaparecen para traicionar
psicológicamente al sujeto, como en el caso del guerris del
v. 25, que revela la falsedad del conjunto del discurso, o el
corregimentum y dineros del v. 27, que ponen en claro
con crudeza las verdaderas intenciones del personaje.
El autor emplea versos íntegramente
latinos en la parte final para expresar su lamento por la situación
generada por individuos como el descrito en los versos anteriores.
Para el creador de Spur. más que para Vergara, el macarroneo
no es un lenguaje que ofrece ilimitadas posibilidades expresivas
mediante su carácter heterogéneo y las posibilidades combinatorias
que promete, sino un mero medio de reforzar un retrato satírico,
gracias a las crudas referencias a la prosaica realidad cotidiana que
evocan los macarronismos. No existe aquí ciertamente el juego
estilístico entre elementos latinos y macarrónicos que apunta en
Bald.
Ilustración: frontispicio de la redacción Toscolanense en la edición veneciana de 1581
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