CARMINA MACARONICA SELECTA

"Quid contentandum nisi contentamus amigos? / Hoc mihi servitium facias, tu deinde comanda, / nam, giandussa mihi veniat in culmine nasi, / ni pro te posthac Paradisos mille refudem", Baldus, V, 9, 295-298

sábado, 24 de enero de 2015

CONTENIDO Y ESTRUCTURA DE LA MACARRONEA DE JUAN DE VERGARA




Como se deduce del título del ms. 3662 de la Biblioteca Nacional de Madrid, el poema constituye una epístola escrita en 93 hexámetros como respuesta a un presunto epigrama perdido firmado, también presuntamente, bajo la personalidad de Baldo, el célebre héroe folenguiano, y dirigido al propio autor (cf. Bald. e-f: “in responsione cuiusdam epigrammatis / nuper ad se missi a praedicto circunspecto domino”), quien escribe a su vez bajo el pseudónimo de Cíngar, el inseparable y pícaro compañero del Baldo macarrónico.

El autor responde a ciertas cuestiones planteadas por su corresponsal (cf. Bald. 1: “Altissimas dubdas dudum tua Musa tocauit”; ib. 8-9: “In demandis enim non te praestantior alter! / Attamen in cosis istis, quas, Balde, preguntas”) sobre la, en su opinión, confusa situación de la Corte (cf. Bald. 18-19: “Quod confusa tibi parescit curia Regis, / Diuersaeque artis diuersaque cuncta uidentur:”) tras el episodio revolucionario de las Comunidades de Castilla (julio de 1520-febrero de 1522).

El corresponsal debía expresar en su epigrama una sorpresa maliciosa e irónica ante el afán de recompensas que origina este suceso en el bando vencedor, especialmente entre los próceres del reino (cf. Bald. 20: “Pensiones unus, miraris forte, procurat; id. 24-25: “Miraris contentum nullum nullumque pagatum, / Maxime magnates regni grandesque señores”); todo lo cual parecía, aparentemente, escandalizarle (cf. Bald. 26: “Haec diuersa tuam disturbant ualde cabeçam”).

El autor, por su parte, no se engaña, al menos desde su punto de vista, sobre la personalidad y verdadera catadura de su corresponsal. Expresa por éste un evidente desprecio, que se manifiesta en diversas partes del poema. Ya en la misma dedicatoria hace referencia a la pericia macarrónica de su corresponsal, que se ve reconocida en las imaginarias islas Californias (Bald. a-c: “Ad Dominum Baldum Caxconinacium / Macarronicae artis peritissimum / in insulis Caliphornis cognominatum”); este tono se detecta también en la aplicación irónica del tópico del sobrepujamiento con que abre su epístola (cf. Bald. 2-3: “Totque tibi, Balde, dictarunt carmina Musae, / Quo cedent uates, cedet Cocaius et ipse”), y en los epítetos que le dedica, asimilándolo a un bebé balbuciente tras el resumen que hace del contenido de su epigrama (cf. Bald. 27-29: “O mamarron, mamarron! lac tibi becibus inest, / Non Musam sed tetam sapis, et paruulus infans / Parlas ut hermanus qui uix mamare reliquit”). De estos últimos versos puede deducirse el retrato de una persona joven, que el autor pinta como osada, y torpemente intrigante. Dicho personaje no debía estar exento de cierto poder e influencia, si puede disponer de agentes que satisfagan su malsana curiosidad sobre los medros ilícitos en la Corte (cf. Bald. 8-9: “Attamen in cosis istis, quas, Balde, preguntas, / Soluere uix poterunt tibi modo negotiantes”). El hecho de que adopte soberbiamente el sobrenombre del héroe Baldo -el apodo 'Caxconinacio' nos resulta ininteligible- también es una orientación en este sentido. Bald. d: “Zingar suus capellanus et picapedrerus”, recoge una expresión, “capellán y picapedrero”, que, según López de Toro, constituía “una jocosa fórmula de despedida, antiguamente usada entre gente eclesiástica –y de un modo especial entre seminaristas-”1, y que podría presentarnos al corresponsal como miembro del clero inferior en categoría al autor, lo que daría razón de la familiaridad irreverente con que lo trata. Todo queda, sin embargo, en el terreno de la mera hipótesis.

El corresponsal interroga al autor por ser buen conocedor del ambiente cortesano, y sin duda sabe de su ingenio agudo y su lengua suelta y acerada, como el propio autor reconoce (cf. Bald. 33: “Quanuis in nostris [labellis] Diablazus saepe parescit”). La “curiosidad” del correspondiente puede tener la intención oculta de comprometerle ante los “magnates regni grandesque señores”, lo que parece provocar la impaciencia del autor (cf. Bald. 13-14: “Enodabo nodos, quanuis cortare fuisset / Satius...”), que es consciente de este hecho (cf. Bald. 35-37: “Quod dicam hunc mamolum, nil dicas, deprecor, ipse, / Nanque mea multis creparent brachia pallis, / Et fortasse nostras faceret saltare budellas”). Rebate, empero, cualquier posible insinuación de aprovechamiento por su parte de la victoria imperial sobre las Comunidades, y considera justificado denunciar y poner freno a ciertas inmoralidades (cf. Bald. 39-41: “Omnia quae cernis merito iureque passamus, / Hispanis quoniam fas est dare frena superbis; / Nanque sumus lochi, phanpharrones atque maligni.”). Acto seguido, describe alusivamente la ambición inmerecida y ambigüedad de ciertos próceres de modo sin duda reconocible para su corresponsal.

Podemos establecer, pues, la siguente estructura de referencia para el poema:

I.Apelación al destinatario y motivo de la epístola (vv. 1-16).
I.1. Alabanza irónica del mérito literario del destinatario y de su habilidad en hacer preguntas mediante el empleo del tópico del sobrepujamiento (vv. 1-8)
I.2. Dificultades del corresponsal para obtener respuestas (vv. 9-10).
I. 3. Propósito del autor de responder a las preguntas del destinatario (vv. 11-14)
I.4. Digresión histórica sobre el nudo gordiano y el emblema de Isabel la Católica (vv. 14-16).

II. Planteamiento de las cuestiones del destinatario sobre la situación en la Corte tras la guerra de las Comunidades (vv. 17-37).
II. 1. Propósito de volver al tema de la epístola (v. 17).
II. 2. El estado de la corte según el destinatario (vv. 17-26).
II. 3. Invectivas del autor contra la bisoñez de su corresponsal (vv.27-32).
II. 4. Advertencias del autor al destinatario sobre lo comprometido de la situación en que lo coloca (vv. 33-37).

III. Respuesta del autor (vv. 38-93).
III. 1. Propósito de responder con verdad (v.38)
III. 2. Autoexcusa y apreciación negativa del carácter hispano (vv.39-41)
III. 3. Descripción de tipos humanos (vv. 42-93).
III. 3. 1. Delatores y calumniadores (vv. 42-47)
III. 3. 2. Mentirosos e intrigantes (vv. 48-93).
III. 3. 2. 1. Militares que alegan falsos méritos de guerra (vv.48-70).
III. 3. 2. 2. Prócer de dudosa filiación realista que pide dinero (vv. 71-77).
III. 3. 2. 3. Prócer que aduce sus gastos y méritos de guerra (vv. 78-79)
III. 3. 2. 4. Prócer intrigante dispuesto a servir a cualquier bando (vv. 80-93).





Ilustración: Calcograbado de la ejecución de los comuneros de Castilla Padilla, Bravo y Maldonado







1 Cf. J. LÓPEZ DE TORO, "El primer poema macarrónico en España", Studia Philologica. Homenaje ofrecido a Dámaso Alonso, II, Madrid 1961, p. 407 n.12

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