Cuando los sevillanos tuvieron cierto por cartas
Que el Almirante estaba en Marchena, enviar se proponen
Algunos allí, para que le hagan con gesto sereno
Una visita llena de magnánimos verbos; 15
Y los envían los dos cabildos cual diputados
Por separado, a fin de que en su nombre le digan
En qué buena hora viene, y que salud le desean.
Aquéllos ya contentos al punto emprendieron viaje,
Y una embajada a Grande tal presentaron pulida. 20
El Almirante la honra rendida en alto concepto
La estima, y en rostro lo muestra, y sus palabras lo expresan:
Que se dispone a pagar la visita les dice, partiendo
A la ciudad de Sevilla, y los despide por último.
A Sevilla regresan, y a la sazón Seglar el Cabildo 25
Los juegos vota de las cañas y fiestas de toros.
Suma de dinero después señalando la dieron
A uno que en comisión de las fiestas entonces a cargo,
Luego de puestas bolillas de voto en bufete apropiado,
Declaran, dándole a éste pleno poder de las fiestas. 30
Por toda la villa en hora tal pregonero marchaba,
Y dos tambores; fiestas él a fuerza de voces
Pregona cercanas, ordenándolo así el Cabildo,
Que quiere celebrar la venida del gran Almirante;
Esto mismo señalan, en fin, los tambores sonando. 35
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