Ahí, empezaron con varas los carpinteros en regla a
Medir en la plaza el sitio que coger apetecen,
Y con mucho dinero a pagar el sitio tomado.
Luego traen palos, tablas, cuartones1 y sogas,
Barrenas, clavos y unos de diente agudo martillos, 40
Sierras a cientos, y llevan azuelas como remate.
Bulle la obra: todos tablados en orden notable
A armar comïenzan y a clavar las tablas en alto.
Por todo lo que es la plaza voces y golpes sonaban;
Clavaban palos, y con la azada la tierra cavaban. 45
Bien de martillos, bien de algunos palos caídos
Hay un estruendo que ataca sin fin los oídos de todos.
De tablados por fin rodean y de balcones
Pintados la plaza, y para acabar, unas puertas le dejan.
Y entre tanto su casa dispone con máximo adorno 50
El generoso Marqués de Pozoblanco, el nombre
Suyo que es Francisco, y es su apellido Velasco,
Porque así el Almirante en camino posara en aquélla.
Un nuncio alegre, enviado a la ciudad de Sevilla,
De Coria vino, quien una nueva trajo, a aquella 55
Diciendo que el Almirante gustaba de cierto en venirse.
Y en la tarde del día cuatro, el mes, de Febrero,
Con esta nueva los sevillanos se ponen alegres,
La alegría en todos bulle, y el gusto rebosa.
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1 Cf. glosario s.u. 'quarton'.
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