¿Quién el trance de aquel punto, quién a murmullos hablando
Cuenta daría o narrar podría en metros el ruido?
Gente a montones corre por altos cerros dispersa,
Y en gran cantidad doquiera el camino vense rodando 110
Cuerpos, y por las puertas y por lugares estrechos.
Y no dan con solos los puños golpes con ímpetu muchos,
También con los pies de dar no dejan fuertes patadas;
Y gritos suenan variados, dondequiera confuso
Chirrido, doquiera fragor y susurro doquiera de voces. 115
Llegar a la Puerta de Jerez los cocheros al cabo
Procuran e introducir el coche del Almirante;
Y entonces se levanta ruido otra vez de la gente,
Y empínanse muchos de ellos por ver si pueden el rostro
De aquél, y después a los estribos lléganse muchos. 120
No entró sino poco a poco, y con unas grandes fatigas,
Y entró en el mismo momento corriendo un tropel a su zaga
Numeroso, que ir pretendía a su propia morada.
Esto me baste decir de su entrada, considerando
Que ya tengo que decir los hechos que luego se dieron. 125
Ello es que el día vino en que intentan jugar a las cañas1,
Y por la mañana lidiaron, armados de cuernos, a ocho
Toros, que largas varas con su punta picaron,
Y a los que mataron todos con estoques y espadas.
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1 El viernes 6 de febrero.
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