CARMINA MACARONICA SELECTA

"Quid contentandum nisi contentamus amigos? / Hoc mihi servitium facias, tu deinde comanda, / nam, giandussa mihi veniat in culmine nasi, / ni pro te posthac Paradisos mille refudem", Baldus, V, 9, 295-298

sábado, 23 de diciembre de 2017

LA MACARRONEA DE JUAN MÉNDEZ NIETO: notas biográficas






Los datos que se conocen sobre la vida del médico Méndez Nieto provienen de su obra autobiográfica Discursos medicinales, como señala Luis S. Granjel1. En el inicio de esta obra, dedicada fundamentalmente a describir su experiencia facultativa, el anciano Méndez cuenta también su vida de escolar en Salamanca. Este comienzo in medias res oculta su lugar de nacimiento y noticias sobre sus orígenes (actitud que sería muy propia de un ‘cristiano nuevo’). No obstante, –indica Granjel- “por los datos que de Juan Méndez Nieto figuran en los libros de matrículas de la Universidad de Salamanca sabemos era portugués y nacido en la villa fronteriza de Miranda do Douro. Si en 1607, cuando puso rótulo a su obra, tenía, según confesión que en ella hace, setenta y seis años, puede deducirse nació en 1531”2.

Cuenta Méndez Nieto que tras graduarse como bachiller en Artes, quiso primero ser clérigo, y que, luego, comenzó estudios de leyes a instigación paterna; estudios que abandonó definitivamente en favor de los de Medicina. En los libros de matrícula del Estudio salmantino consta, efectivamente, en los cursos 1553-54 y 1554-55 un Juan Méndez3, bachiller artista (El Estatuto de la Universidad de Salamanca de 1538 exigía tal titulación para cursar medicina), como estudiante médico, así como en los de los cursos 1556-57 y 1558-59; finalmente, la matrícula del curso 1559-60 lo menciona con los títulos de bachiller artista y bachiller médico.

Considera Granjel que, aunque Méndez Nieto se autotitulara licenciado sólo debió poseer el grado académico de bachiller, que le capacitaba ya legalmente para ejercer la medicina, y hace referencia a Marcel Bataillon, quien “supone que la necesidad de cumplimentar la prueba de ‘limpieza de sangre’ y la muerte en 1557 de su principal valedor en la Universidad, el doctor Alderete, debieron truncar su carrera universitaria. En 1559 se halla Juan Méndez en Salamanca, según declaración suya, buscando “se hazer licenciado”, lo que no consta llegara a conseguir”4. Todos estos hechos son narrados en el Libro primero de sus Discursos medicinales, junto con las curaciones realizadas y las peripecias vividas en Arévalo, Toledo y Sevilla, no siempre verídicas5. De Sevilla, donde un matrimonio no acordado desata las iras de los familiares de la desposada y precipita los acontecimientos, pasa a las Indias de modo fraudulento a través de La Palma en un barco de vascongados franceses, pues éste era el recurso al que recurrían los portugueses y ‘cristianos nuevos’, a quienes estaba prohibido el acceso al Nuevo Mundo en los navíos de la flota de Indias.

El Libro segundo narra su estancia y actividad profesional en Santo Domingo, a donde llega el 26 de enero de 1562 junto a su esposa. Allí permanecerá hasta 1569, año en el que marcha con su mujer, hijos y criados a Cartagena de Indias ante las amenazas de una orden de expulsión del Nuevo Mundo y posibles enemistades profesionales.

Su vida en Cartagena de Indias, donde encontró definitivo acomodo, es narrada en el Libro tercero y último de Discursos medicinales. Es allí donde culmina su quehacer profesional, que le otorga una posición económica desahogada, escribe su obra, y termina su vida en fecha no determinada. Señala Granjel que, incluso en su ancianidad, “Juan Méndez conservó la afición juvenil a la música y la poesía; gustaba de los placeres de la comida […] Fue amigo de burlas y siempre mostró un talante que hace pensar en la vida alegre y despreocupada de los pícaros”6.










1 Cf. Juan Méndez Nieto, Discursos medicinales, Introducción, Luis S. Granjel; Descripción bibliográfica, Teresa Santander; Transcripción, Gregorio del Ser Quijano, Luis E. Rodríguez-San Pedro (Salamanca: Universidad, 1989), p. IX. Los datos biográficos que aportamos provienen de la Introducción del reputado especialista en la medicina española renacentista.
2 Cf. Méndez, Discursos, p. X.
3 En cursos posteriores al del 1546-1547 aparecía el nombre de Juan Méndez simultáneamente en las matrículas de estudiantes legistas y gramáticos (cf. ibidem, p. X).
4 cf. Méndez, Discursos, p. XII.
5 Granjel no tiene, en este aspecto una opinión tan negativa como M. Bataillon (cf. ‘Riesgo y ventura del ‘licenciado’ Juan Méndez Nieto’, Hispanic Review, XXXVII, 1 (1969), 23-60): “En su narración Méndez Nieto no puede negarse mezcló, con intención de ennoblecer el relato de su vida, hechos reales con sucesos que resulta difícil aceptar como ciertos, si bien en su conjunto no creo merezcan juicio tan absolutamente negativo como el formulado por Bataillon […] Si la superchería es admitida, cabe preguntarse sobre las razones que pudieron inducir a Juan Méndez Nieto, ya anciano, cuando no podía obtener de ello beneficios, forjar tales episodios y ofrecerlos como parte real de su existencia. Única respuesta plausible la depara suponer […] que al hacerlo buscaba, como en realidad es meta a la que se orienta la totalidad de lo expuesto en los Discursos medicinales, ofrecer una imagen magnificada de su personalidad médica, incorporando al relato de su actividad profesional, lo que cree hubo en ella de sobrehumano” (cf. Méndez, Discursos, p. XV, XIX).

6 Cf. Méndez, Discursos, p. XXIII.


Imagen: Vista de Miranda do Douro, villa natal de Méndez Nieto.

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