llenando la boca de
gargajos y babas pegosas. 305
Cuando vio ya bambanear
a éstos Cupido
con nuevo fuego,
visibles sus armas y falsa apariencia
dejando, a entrambos
pasó con un seguro virote.
Nerviosos entonces y
espantados por numen tan magno,
desamparando al coro,
al falso niño siguieron, 310
quien, como a borricos
de llevar por sencillo cabestro,
o carrear el villano
suele al río a los machos,
los trajo, y los hizo
entrar en redes que estaban ocultas,
igual que a las
perdices en perchas el dulce reclamo;
éstos al ver que las
muchachas estaban tan frescas, 315
(pues parecer hermosas
el diablo las hizo)
en sus regalados pechos
un nuevo ardor avivaron.
Poca luz daban las que
en altos artesonados
lámparas se consumían,
cuanto el tupidísimo bosque
daba de fulgor, Cérea
en ramas densas y umbrosas, 320
o la claridad que en el
lubricán el cielo mantiene.
312
Cuando veo esta comparación, me cago en Virgilio y Homero.
316
Responde a la tácita objeción, pues viejas, feas y deformes no
podían ganar un cuatrín1.
____________________________________________________
1
cf. glosario s.u.
'quatrinus'.
2
La diosa romana Luna
quedó muy pronto asimilada a Diana, cuyo santuario en el Aventino
estaba próximo; por otra parte, en algunas tradiciones Diana (la
Ártemis griega) es presentado como hija de Deméter (cuyo nombre
romano es Ceres), madre, sin duda, de Perséfone, asimilada a la
romana Proserpina.
3
Pacheco se permite inventar
una advocación de la diosa Luna.
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