y en medio del cenagal
a los perros amantes apega. 530
¿Qué desafíos,
cuántas peleas éste promueve,
mientras sus
cacareantes amigas guarda celoso
el gallo, de amor
desquiciado?; las plumas, brillante vislumbre,
enriza el bizarro
amante, y su cresta de rojo teñida
arrecha1,
y con pico fiero, y su espolón sanguinario 535
salta sobre su
contrario, y de un golpe rasga el cumblezo2
pecho, hasta que del
postrado enemigo bravo triunfa,
y a su garzón en
triunfo hacen de séquito alegres
gallinas, y como nuevo
rey con clamor lo saludan.
¡A qué recordar con
cuánto amor se regalan palomas, 540
qué juegos, y cercos
azuzan, con cuán delicado zureo
dulces besos reiteran
en sus rostros unidos!
Así de ciervos se
encona la brama, así, faz bufante,
turba dehesas el toro,
al buscar sus usados amores.
El garañón, por tal
furia llevado, en saltar a las yeguas 545
se emberrechina, y no
sirve ronzal, ni atarlo a la suelta;
ni ríos, ni rocas le
estorban, más rápido vuela que el viento,
crines hirsutas, y
relinchando en su boca espumante,
hasta hundir de tres
pies su lanza empujando a la yegua.
535
arrecha.
Por metáfora admirable modo de propiedad.
549
¡Oh, triste de mí, que no dispongo aún de un puñalito de pie y
medio!
___________________
1
cf. glosario s.u. 'arrechare'
2
cf. glosario s.u. 'cumblezus'
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