Frente
a sus predecesores, Folengo introduce una constante regularidad
prosódica y métrica. Los prefolenguianos parecieron ver la
necesidad de observar la estructura regular del hexámetro, pero
presentaron como un rasgo macarrónico más el no respetar la
cantidad de las palabras latinas, ofreciendo largas por breves y
breves por largas. Folengo, por contra, extendió, dentro de ciertos
límites, este rigor prosódico incluso a las palabras macarrónicas2.
El
propio poeta macarrónico, consciente de la novedad de su labor
‘regularizadora’, dejó preciosas indicaciones de ella en una
serie de glosas marginales presentes en las redacciones Paganini (1517) y Toscolanense (1521) de sus Macarroneas (luego
suprimidas en las redd. Cipadense (1534/1535) y Vigaso Cocaio (1535) y en una advertencia de carácter
general en el prefacio de la red. Toscolanense titulada Normula
macaronica de sillabis, atribuída, al igual
que las glosas, a Acuario Lodola, ficticio descubridor y editor de la
obra de Merlín Cocayo3.
De fundamental interés
resulta la Normula, pues en ella Folengo expresa de forma
sintética las reglas prosódicas más generales a las que se atuvo
en sus macarroneas. La reproducimos aquí según la edición y la
división en parágrafos de Massimo Zaggia4:
NORMULA
MACARONICA DE SILLABIS
1. Normula
sillabarum macaronicarum haec est: ut quaelibet vocabula vulgariter
latinizata scribi debent in forma vulgari, sicut ‘orecchia’,
‘occhius’, ‘rozzus’, ‘razza’ et innumerabilia.
2. Latina
vero vocabula suam observant quantitatem, ut ‘caballus’, ‘focus’,
‘accendo’ et cetera.
3. Quaelibet
dictio macaronica cuius prima sillaba duas habet consonantes non
haerentes sequenti sillabae, sunt ad placitum, ut ‘gridare’,
‘sbraiare’, ‘tracagnum’, tamen non succedente vocali, quia
tunc brevis esset, ut ‘Briossus’.
4. Quaelibet
dictio quae litteram ‘i’ et ‘u’ claudit inter duas vocales,
Latine fit longa ut ‘Maia’, sed macaronice fit ad placidum [sic],
ut ‘taiare’, ‘sbraiare’ et cetera.
5. Quaelibet
adverbia terminantia in ‘-a’, aut in ‘-e’, aut in ‘-o’,
Latine sunt longa, quamvis multa in ‘-e’ excipiuntur, sed
macaronice sunt ad placitum, ut ‘valde’, ‘longe’, ‘retro’,
‘ultra’, ‘erga’ et cetera.
6. Reliqua
vero Latinitatis aut vulgaritatis orthographiam servant; verbi
gratia, si hoc nomen ‘aqua’ non potest Latiniter aptari versibus,
scribe vulgariter ‘acqua’, tunc de brevi fit longa sillaba.
7. Denique,
sicut Vergilius ac ceteri vates in arte poetica potuerunt alterare
sillabas autoritate [sic]
sua, verbi gratia ‘reliquias’, ita macaronicus poeta non minus
hanc auctoritatem possidet circa scientiam et doctrinam propriam, ut
‘catare’ et ‘cattare’, quamvis rarissime.
8. Item
macaronice potes duas vocales collidere in medium dictionis, ut
‘curiosus’ trisillabum facere potes, ut stare possit carmen.
9. Item
sicut plurima vocabula diferunt [sic]
a derivatis suis quantum ad sillabas, ut ‘sedes’ habet primam
longam et ‘sedile’ brevem, ‘flagrum’ et ‘flagellum’, ita
macaronice dicemus ‘frater’ et ‘fradellus’, ‘cagna’ et
‘cagnola’, et multa alia.
10. Tamen
de principio ad finem libri repperies me Latinae poesiae et regulae
summa cum diligentia adhaerere.
11. Reliqua
vero non bene tibi quadrantia aequo animo feras.
12. Et haec
bastabilia sunt quantum ad sillabarum macaronearum regulam.
Una primera
aproximación al uso prosódico-métrico del Folengo macarrónico nos
coloca frente a algunas licencias inconcebibles en una obra
correctamente latina, pero esto no debe hacernos pensar que tal uso
se basa en el capricho o la improvisación ocasional: “significa
por el contrario que el ‘sistema’ prosódico-métrico del
macarrónico folenguiano injerta en un conjunto correctamente latino
algunas particulares y bien definidas licencias de sabor
absolutamente individual, o sea macarrónico. Admitidas tales
licencias, clara y netamente circunscribibles –tanto que se vuelven
a su vez normas de validez general [...]-, el ‘sistema’ no
resulta demolido, y ni siquiera pierde algo de su rigor interno:
deviene, por contra, un ‘sistema’ sui generis, ni más ni
menos que el particularísimo ‘sistema’ prosódico-métrico del
macarrónico folenguiano [...]”5.
La regularidad de tal sistema, basado en el
respeto sustancial de la prosodia latina, hace que algunas de sus
reglas fundamentales se extiendan tanto a palabras latinas como a
macarrónicas. Así6,
a) el alargamiento por posición de una vocal
seguida de dos consonantes (gaiārdum;
adōssum;
grāttāns).
b) la positio debilis, incluso delante de
gn y z (Baldus V V 147: Tǒgnazzus;
ib. V 147: Tōgnazzus;
Mosch. V III 11: mēzeni;
ib. XX 468: mĕzenos).
c) la cantidad larga de los diptongos
(maccaronǣam).
La regularidad se extiende también a la prosodia
de las desinencias de las palabras latinas y macarrónicas, que
siguen las normas de la lengua latina no sólo en la forma, sino
también en la prosodia. Con todo, existen algunas desinencias
prosódicamente anormales, aunque muy limitadas y explicitadas en
parte por el propio autor en su Normula par. 5.
En las macarroneas folenguianas formas
adverbiales y preposicionales como aliquantŏ,
il(l)icŏ,
intrŏ,
certĕ,
furibundĕ,
valdĕ,
contrǎ,
intră,
iuxtǎ,
etc. concurren con las normativas con vocal final larga. También se
ven afectadas las palabras macarrónicas (bravosĕ,
lontanĕ,
menchionicĕ,
pochissimĕ,
acasă,
damatină,
ognhoră,
sotosoră,
etc.) por esta regla, que se ve extendida no sólo a palabras
indeclinables, sino también a la segunda persona sing. del
imperativo presente de la primera (sólo con verbos tomados del
vulgar como aspettă)
y segunda conjugación (aunque dudoso y limitado a dos casos: praebĕ
y torquĕ),
al ablativo sing. del gerundio (reparandŏ)
y a macarronismos de calco como in frottă
y per forză.
Existen ejemplos de estas anomalías prosódicas en el latín
tardoantiguo y medieval, pero en Folengo son descritas claramente
como licencias macarrónicas (Normula par. 5: ...macaronice
sunt ad placitum)8.
Imagen: la normula macaronica de sillabis en la red. T.
1
Sobre todo en su ya citado libro Il latino maccheronico, pp.
174-199.
2
Cf. U. E. PAOLI, o.c., p. 88.
3 Este juego de ficción ilustrado será convenientemente ilustrado cuando describamos con más detalle la obra macarrónica de Folengo.
4
Cf. Ed. Zaggia, p. 643
5
Cf. Ed. Zaggia, pp. 642-643
6
Cf. U. E. PAOLI, o.c., p. 175
7
Cf la entrada futura sobre "la prosodia de las palabras macarrónicas".
8
Cf. U. E. PAOLI, o.c., p. 179 y ed. Zaggia, pp.
645-649. Debe tenerse en cuenta que Paoli circunscribe sus
observaciones a la red. V y Zaggia, por lo general, a las
macarroneas menores de las cuatro redd., haciendo alusiones
ocasionales al Baldus.
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