EMPIEZA
LA OBRA
Carcajeantes Musas,
patronas del vulgo bergante, 25
que fantásticos hechos
sobre macarroneo coturno
cantáis, así como
burlas ligeras y juegos donosos,
y que en hablar
deleitosas noches a estilo galante
gozáis, en tanto que
canta la daifa, y chirla guimara,
sentada en silleta
ganando el cairo para su amante, 30
traedme en recuerdo, o
vosotras, aguas del Tagarete,
o bien el tabanco, o
bien de las putas puerta de hierro,
o la ribera cercada de
jabegueros picaños;
apresurad el paso, y
alzad vuestras faldas talares,
y favorecedme cuando a
cantar me dispongo suceso 35
magno, y digno de
resonar, diosas, en vuestra trompa,
cómo tres consagrados
garzones en noche callada
tres rebozadas de
Miguel a las cuevas trajeron,
y allí las cosas que
pensar podéis perpetraron.
25
Invocación.
29
Guimara en griego lo que puta en España.
30
‘cairo’ llamamos al tributo que las prostitutas dan a los
gayones, como refiere Prisciano.
31
Tagarete1,
como un Tajo chicho fluye cabe las barbacanas de Sevilla, en cuyo
lecho las ninfas y musas macarrónidas, según se dice, habitan.
38
tres rebozadas,
admirable honestidad de nuestro poeta, quien tratando de asuntos tan
vergonzantes tan santamente habla.
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1 El
Tagarete era un arroyo que, hasta mediados del s. XIX, atravesaba
parte del casco antiguo de la ciudad de Sevilla, para desembocar en
el Guadalquivir junto a la Torre del Oro. Ya es citado en la Sátira
de Pacheco como lugar poco recomendable (700-701): "Tirad á
Tagarete; andad, fregonas; / Cantad en aquel charco, renacuajos".