CARMINA MACARONICA SELECTA

"Quid contentandum nisi contentamus amigos? / Hoc mihi servitium facias, tu deinde comanda, / nam, giandussa mihi veniat in culmine nasi, / ni pro te posthac Paradisos mille refudem", Baldus, V, 9, 295-298

domingo, 1 de septiembre de 2019

FRAGMENTOS DE MI TRADUCCIÓN DE "BALDO" DE MERLÍN COCAYO: De cómo Cíngar fingió degollar a su cómplice Berta con un falso cuchillo de san Bartolomé, y de cómo se sirvió de este mismo para resucitarla (Baldus V, 9, 1-241






Era llegado el día de san Agarra y san Umbro1,
a quienes, a ruego de Buffalmacco y de Nelo2, antaño
canonizara in situ Beltrazzo3, en Cipada el papa.
Ya corren los campesinos a bailar a la plaza.
Ninguno hay que toque la azada, o clave el arado,                      5
así cada cual, queriendo dar gusto a su enamorada,
sacúdese la paja de la cabeza, y se arregla,
se peina, y ciñe su frente con una cinta blancuzca.
Se ponían las calzas, prietas o acuchilladas,
que usadas con moderación mil años pueden tenerse.               10
Los jóvenes más ricos de la ciudad, que vuelve soberbios
el mucho caudal, y el grosor de mucha cosecha envanece,
son aquellos que pueden llevar en los días de fiesta
calzas-bragas4, cerradas por cordoncillos doquiera,
y donde pueden por dentro meter la camisa ligera                    15
que con sus propias manos cosió su enamorada.
Mas antes llama a cantar la misa el campanario;
el cura don Jacopino prepárase a cantarla.
Cíngar de un cordero el gañote lleno de sangre,
digo, llenando de sangre de un cordero el gaznate;                  20
lo ata hábilmente al cuello de Berta, y lo cubre
con blancos (como acostumbran mujeres) paños y telas,
tal que jurado habrías que truco allí no se daba,
y pónense de acuerdo en aquello que hacer se proponen.
Después, Jacopino, tras invitar a los curas cercanos,                25
empieza a cantar a pleno pulmón una misa estupenda,
y los demás lo acompañan dando voces tremendas.
Ya se ventilan como pueden todo el introito,
llegan al Kyrie, que oyes cantar con un admirable                  
contrapunto, como si de maestros cantores                            30
se hallaran Adriano, y Constanzio en unión de Giachetto5.
De gusto se derretían los corazones del pueblo,
cuando de las quintas y de las tercias bajaba
a octava nuestro músico don Jacopino, y las mismas
octavas, experto, las sostenía con voz prolongada.                  35
Gloria in excelsis pasa, ya el Credo se acerca,
que, si Josquín6 estuviera, cénit de los cantores,
aprendería a mejor componer misas seguramente.
Ya se prepara el baile bajo el olmo anchuroso,
pues en tres saltos había saltado del Sanctus al Agnus7.          40
Mas no se había llegado aún al final de la misa,
que Jacopino escucha la gaita debajo del olmo;
entonces todo mezcla con palabras premiosas,
y los campesinos salen al punto corriendo del templo,
como si ardiendo estuviera la cúpula de la capilla.                   45
Acuden los mozos de gala y las campesinas compuestas
con faldas de algodón ligero y cofias galanas.
"Bli lirum"8 suena gaita en sordina en bailes diversos;
princípiase a dejar a Dios, y a servir al Diablo9.
No te sorprendas, lector, si después de salir de la misa            50
no veas volver a casa a almorzar a los campesinos,
pues sacrilegio piensan que están cometiendo muy grande,
si con la barriga vacía creyeran ir a la misa.
No quietos quedaron don Jacopino y la otra de curas
banda: se quitan camisas, cotas y capas pluviales;                  55
primero, a la mesa corren, do una oca les sirven,
y un lomo de cerdo cebado, junto con siete gallinas.
Devóranlo todo; apenas dejan a perros los huesos;
pues del Viejo Testamento recuerdan la norma10,
que nos prohíbe que dure el asado hasta mañana.                  60
Cuando comieron, pues, la oca y las otras viandas,
y huesos tiraron en cantidad por debajo la mesa,
se alzan más cocidos que crudos por jarras de vino,
corren hacia los sauces, do llama la gaita a la gente.
Don Jacopino tiene cuantas monedas la ofrenda                     65
le produjera, haciendo besar a la gente el manípulo11;
los distribuye a la gaita, y manda tocar la pavana12;
cogiendo una bella muchacha, a quien dan el nombre de Pascua,
baila, aunque apenas la panza henchida le deja moverse.
Llega Cíngar y ríe de ver al cura bailando.                             70
Un lugareño, que bajo la cola picó el deseo13,
encaminándose a Berta, si quiere bailar le pregunta.
Cíngar, esto advirtiendo, le guiña su ojo de zorro;
Berta, que ya sabía aquello que Cíngar quería,
acepta, y tendiendo la mano izquierda, a bailar se dispone.    75
Cíngar, guiñándole el ojo, astutamente recuerda
a Berta, que actúe tal como habían hablado entre ellos.
Empieza aquélla a apretar levemente la mano al pardillo,
como se hace cuando se busca de amor una prenda;
y ese buen pastor sin mirar se lanza a la trampa;                  80
siente una tal alegría por dentro, que en modo ninguno
querría entonces tener el culo de miel en un cubo.
Berta de nuevo toca el órgano con insistencia,
y mientras más aprieta, suspiros de ambos se siguen;
el otro da crédito al juego, y devuelve los apretones,            85
y el bobalicón cree ingenuamente ser correspondido.
Ambos se retiraron un tanto de la muchedumbre;
y tres palabritas se intercambian cuchicheando,
y tras éstas ocho, y luego treinta, cuarenta,
y tras las cuarenta una gran osadía el rústico muestra;         90
tira de Berta, y ella lo sigue adonde la lleve;
hacia la iglesia se embala, y espera tal badulaque
en un rincón, o detrás del altar, o en el campanario
mismo disfrutar del botín que ha conseguido.
Súbitamente Cíngar acude, y a vista de todos,                     95
saca el cuchillo desnudo; la gente en torno se acerca;
de qué se trata no sabe, si de pelea o querella;
al fin se supo la cosa, pues Cíngar a Berta se arrima,
a quien señaló con el dedo por seguir al villano
cual suele seguir la puta tirada al matasiete.                       100
Cíngar por las trenzas la agarra, le grita y reprende:
"¡Ah, picarona! -dice-, ¿así, así, puerca puta,
se observa el tenor de la Iglesia y la lealtad al marido14?".
Dicho esto, el cuchillo cortante tal que navaja
blande, y a guisa o bien de un verdugo o de un carnicero,    105
rebana la nuez del cordero capón repleto de sangre,
tal que parece haber degollado el cuello de Berta.
Ésta a tierra cae, fingiéndose muerta, y se agita
entera, cual si la vida estuviera dejando su cuerpo,
se hace la moribunda, batiendo de pies el terreno,               110
y en blanco poniendo los ojos, muerta del todo parece.
En ese momento, dejando a las chicas, acorre el gentío,
armas empuña, y al punto gritos eleva al cielo.
Aquella chusma ya se abalanzaba al ataque de Cíngar,
mas salta ligero al otro lado de un foso anchuroso,               115
se escapa volando, y se esconde dentro de una vivienda,
fingiendo cagarse de miedo por culpa de los villanos.
Luego escala en alto usando de ambas las manos,
y hete que arriba aparece, corriendo por el tejado,
se acurruca y encuentra cobijo tras la chimenea,                  120
para evitar de mosquetes la herida o de las ballestas.
Do está escondido, de allí, la cabeza del canto del muro
saca un poquito, hablando así con voz temblorosa:
"¡Queridos compadres!, ¿por qué queréis a mí liquidarme?"
Responden: "porque no dejas vivir tranquilo a ninguno,        125
tú de Cipada las cosas malparas, ladrón sinvergüenza;
cada día haces esto y aquello, siempre la lías,
¿y crees que nuestra república tenga intención de tamaño
mal soportar?, ¿tamaños daños?, ¿tantas ruïnas?
No nos importa si el cuello a Berta le has rebanado:             130
así terminen cuántas cual ella hay en el mundo;
en cambio, sí nos preocupa que hayas mandado al garete
de san Brancate la fiesta, el cual protege los muros
nuestros, al par que el concejo, ancianos y santo senado."
Responde entonces Cíngar, haciéndose muchas cruces:         135
"Si, no obstante, todo mal perdonarme quereisme,
y al mismo tiempo juráis no hacerme daño ninguno,
a Berta la curaré, y haré que viva resurja;
y si no fuera así, a mí sacadme las tripas,
y el bazo mío dadlo para comer a los perros."                      140
Aquéllos, estupefactos, intercambian miradas;
mucho se admiran de que un hombre tan malo y funesto,
haga promesa de devolver a la vida un cadáver;
por lo que desean de cierto ver un milagro tan grande.
Le dieron, pues, su palabra, que menos fiable no existe:      145
trátese de villanos de Padua, o bien de Romaña15,
no débese confiar para nada en malvados villanos.
Cíngar cree a estos -o finge hacerlo- ladrones;
usando de manos y pies desciende de aquella techumbre;
y al punto vase a la iglesia; una turba variada lo sigue,        150
pues el populacho loco se vuelve por ver cosas nuevas.
Va donde Berta, la embaucadora, con ojos en blanco
cayera, y diera signos de haber perdido la vida;
pero mosén Jacopino de allí la había sacado,
buen conocedor del arte de astucia propio de Cíngar,            155
y, por secundar el engaño, cumple el guión al dedillo.
En brazos cogiera a Berta, quien llevar se dejaba,
como un cuerpo exánime, al que los brazos, y piernas,
y la cabeza se desañudan cual gaita alemana16.
Pónesela en mitad, cual se suele, del camposanto,               160
y Jacopino no permite a ninguno acercarse,
para que respirar no la vean, y echar el aliento.
En abundancia la inciensa, y con el hisopo el agua
bendita le asperja, y canta el Lázaro17, toca campana,
se abre una fosa, acude gritando una chusma de hembras;  165
los gritos de unas y los de otros los tímpanos rompen.
Ya era el momento cuando recitan In Paradisum,18
antífona tras la cual enterrar a Berta se debe,
cuando a lo lejos ven a Cíngar venir dando gritos:
"Mosén Jacopino, padre, cese Vuestra Reverencia,               170
espero que haya dado en vano el incienso de muerte."
Dice así, y entrando en la iglesia, seguido de gente,
llega frente al altar, donde se arrodilla devoto,
y elevando altos los ojos rezó una hora.
Luego con gran gravedad se levanta, y al cementerio          175
va en busca de Berta, que viva promete traerles de vuelta.
Llegando al fin allí, de su vaina saca el cuchillo,
digo el cuchillo mismo con el que el gaznate de Berta
poco antes cortar pareció, y quitarle la vida.
Alzó un tanto al cielo sus ojos humedecidos,                      180
y comenzó con voz piadosa tal rogativa:
"¡Oh, cuchillo mío, al que nada antepongo en el mundo,
que no comprarían todos los del mundo tesoros,
que has ya mostrado también al mundo tantos milagros,
por la virtud de san Bartolomé19 yo vengo a rogarte,          185
de cuya sagrada sangre aún te encuentras teñido,
de cuando la gente de Roversano20 despellejolo;
si a ti de rodillas cada día rezo un rosario,
si en tu honor los domingos siempre me pongo en ayuno,
si a ti a la postre a los perros turcos te he mangoneado,     190
te ruego, y, suplicante te imploro, y te conjuro:
como Berta murió de herida tuya tocada,
así por la fuerza de tu virtud resurja ya viva."
Diciendo tal, de la cruz la señal hace y hace de nuevo,
yo no sé qué salmos, bajada la voz, susurrando.                195
Dicho y hecho, entonces la muerta supuesta se mueve,
y a tal movimiento voces tres mil a gritar se pusieron.
Luego, alzando los ojos, fuera de sí parecía,
cosa que hizo que mucha gente se las pirara.
Pónese en pie, diciendo: "¿por qué, ¡ay!, me degollaste,    200
Cíngar?", y Cíngar: "¿así le pones los cuernos a Baldo?"
"Perdonad -dice Berta- al sexo débil, os ruego;
del macho se hizo la hembra, la hembra macho desea.
Ponednos, si ponernos sabeis, bajo vigilancia:
Aquella mujer que dejan lejos del propio marido,              205
estar sin hombre no quiere de ninguna manera;
si, empero, lo está, sobre todos milagro grande llamadlo."
Entonces la turba de los villanos en torno bullía,
clamando al cielo, añicos haciendo los astros a gritos:
"¡Oh, oh, milagro!, ¡oh, oh, milagro que no tiene tasa!     210
¡entre los cuchillos cuchillo más cuchillo no existe21!
Nunca creímos que tú, que tú, santísimo Cíngar,
fueras así de devoto, y tuvieras tamaño tesoro."
Entonces Cíngar agarra a Berta y entra en la iglesia,
y sobre el altar subiendo con gravedad admirable,           215
predica el valor del cuchillo con este prólogo excelso:
"Poned vuestros ojos ¡oh, pueblo devoto!, en el santo cuchillo;
mirad el cuchillo, con que un mal burgo de la Romaña,
el burgo de Roversano, hogar de villanos malvados,
cruel arrancó la piel, igual que a una ternera,                  220
igual que si fuera cabrito, a Bartolomé de los hombros.
Éste es el cuchillo propicio, éste es el tesoro famoso,
que parecido no tiene, ni habrá de san Marco la iglesia.
Éste es aquel que podrá restañaros vuestras heridas,
éste es aquel que salva a enfermos de fúnebre peste,      225
éste es quien resucita a todos, vivos y muertos22.
¿Visto no habéis justo ahora a Berta volver a la vida?
Así podrá levantar otros muertos sanos y salvos.
¡Corred!, ¿por qué os quedáis parados?, ¡corred, venga, gentes
a este santo cuchillo besar!; ¡corred, os lo digo!"             230
Al punto aquella manada de lobos corriendo y aullado,
como hacen los cerdos cuando a su bazofia
corren, y no apartan su hocico de su dornajo,
aquellos granujas por besar el cuchillo se matan;
presentándolo Cíngar, como es costumbre de curas          235
el presentar el manípulo23 al pueblo que deja una ofrenda,
dice "Pax tecum" con tan cumplida apostura,
cuanta más numerosas siente sonar las monedas,
pues Jacopino presenta la bacinilla de ofrendas.
De su cabeza Berta también quitose la cofia,                   240
do los villanos se aprontaban a echar sus dineros.








_____________________________________
1Festa dies aderat sancti Brancatis et Umbri. Nombre parlante de santos ficticios, inventados por Folengo. Faccioli ve en en ellos (derivados de brancare "robar, agarrar" y de ombra "sombra", respectivamente) una alusión evidente a su carácter de protectores de los ladrones de Cipada. Chiesa apunta otro interpretación al señalar la acción de brancare como propia de los bailarines a la sombra del olmo, junto al que se bailaba.
2Quos, Buffalmacco Neloque rogantibus, olim. Buffalmacco y Nelo son personajes burlescos del Decamerón.
3Hic canonizarat Beltrazzus, papa Cipadae. Beltrazzo es el nombre del viejo amante de la maga Pandraga (XVII, 178)
4Bragatas calzas, quas cludunt undique stringhis. "Y llegamos a las puertas del siglo XVI, con nuevas modas. Las calzas enteras son rechazadas para ser sustituidas por las medias-calzas de toda la vida (las cuales se confeccionaban muy ajustadas) en combinación con la braga, también muy ajustada. A este conjunto de origen alemán se le llamó calzas-bragas." (cf. http://opusincertumhispanicus.blogspot.com/2012/05/las-calzas-bragas.html").
5Master Adrianus, Constantius atque Iachettus. Este Adrianus es Adriann Willaert, músico flamenco (1480/90-1562), recordado como maestro de capilla en Venecia en 1527 (Faccioli), cuyo trabajo conjunto con Jachet de Mantua, Jacques Colebault (Bretaña, n. 1483), favorece, como indica Chiesa, la identificación del Iachettus citado en fin de verso; Faccioli y Chiesa coinciden en identificar a Constantius con Costanzo Festa (Villafranca, Turín, 1480 ca. - Roma 1545), cantor en la capilla Sixtina.
6Quod, si Iosquinus cantorum splendor adesset. Josse -llamado Josquín- Després, músico flamenco (1450 ca. - 1521). Chiesa recuerda que aparece también celebrado en Baldus T XX 194-216, y en el Orlandino III, 19, 1.
7Es decir, de la parte central al final de la misa.
8"Bli lirum" resonat variis sordina balettis. Se trata de una onomatopeya del sonido de la gaita. Faccioli y Chiesa recuerdan el incipit de la composición de Rossino (mantuano como Folengo), Un sonar di piva in fachinesco, que es: Lirum bilirum lirum lirum.
9Recuerda Chiesa la glosa a T VIII 23: Sacrificium diaboli saltatio est, ait Plinius, con recurso a una falsa autoridad, como es habitual en su juego burlesco.
10Nam Testamenti vecchi praecepta recordant, / quod rostum non vult avanzet usque domanum. Se trata de la prescripción para la cena pascual (cf. Ex. 12, 10: Nec remanebit quidquam ex eo [agno] usque mane), retomada irónicamente en referencia a la gula de los curas que acompañan al padre Jacopino.
11Contulerat, faciens gentem basare manipol. El manípulo era un ornamento sagrado de la misma hechura que la estola, pero más corte, que se ajustaba mediante un fiador al antebrazo izquierdo sobre la manga del alba del sacerdote (RAE).
12cf. VII 222.
13Villanus quidam, sub cauda morsus ab oestro. Imagen, señala Chiesa, de la vaca picada bajo la cola por un tábano, y utilizada en I 560-61, II 141-42, XVII 62-63 y XXV 6-8.
14Recuérdese que Berta es la mujer de Baldo, amigo de Cíngar, y encarcelado por las malas artes de Tognazzo y Zambello.
15Seu sint villani Padoani sive Romagnae. Los villanos o aldeanos de Padua ya criticados en II 110 se añaden aquí los de la región de Romaña.
16Testaque se snodant hinc inde, ut piva todesca. Explica Faccioli en nota de este instrumento que está "hecho de más sacos de piel herméticamente cerrados, y, por tanto, de más tubo sonoros unidos a los sacos".
17Señala Chiesa que se trata de una antífona del Oficio de difuntos: "Qui Lazarum resucitasti a monumento foetidum, Tu eis, Domine, dona requiem et locum indulgentiae".
18Iamque propinquabat cum dicitur In Paradisum. Señala Chiesa que ésta es la antífino conclusiva del rito de la sepultura: "In Paradisum deducant te Angeli..."
19Te rogo per sancti virtutem Bartholomei. Frente a la opinión de Messedaglia, expresada en un artículo de 1948, de que no existen influencias folenguianas en El Quijote cervantino, y, de que, en este caso, las evidentes semejanzas existentes entre el procedimiento de la muerte fingida a cuchillo y con dispositivo lleno de sangre en las bodas de Camacho y la de Berta en el Baldus a manos del falso cuchillo de San Bartolomé provienen de un episodio similar contenido en Le piacevoli notti de Straparola, que fue traducida por Juan Francisco Truchado en 1583, Francisco Márquez Villanueva en su libro Fuentes literarias cervantinas de 1973 considera como un claro eco merliniano el suicidio fingido de Basilio en las bodas de Camacho, para cuyos generosos banquetes encuentra Márquez también un "esquema sugeridor" en la prolija descripción del banquete que aparece en el lib. I del Baldu.
20Quando Roversani pellem brigata cavavit. El apóstolo san Bartolomé fue, según la tradición, despellejado vivo en Armenia; no obstante -indica Chiesa- el hecho de que su culto estuviera vivo en Roversano, cerca de Cesena, y el gusto de Folengo por los juegos verbales (rovesciare en italiano significa "poner del revés") le lleva a trasladar el lugar de su martirio.
21Inter cortellos non est cortellior isto! Este rasgo del macarroneo folenguiano consistente en poner en grado comparativo sustantivos fue ya señalado por U. E. Paoli. En cuanto a la traducción he intentado dar idea de su comicidad repitiendo el nombre, aun a costa de expresar el segundo término de la comparación, de por sí evidente, en lo que difiero de las traducciones de Faccioli (Fra tutti i coltelli non ce n'è uno che sia più coltello!) y de Chiesa (Fra tutti i coltelli non c'è un più gran coltello di questo!).
22Hic est, qui vivos et mortos suscitat omnes. Señala Chiesa que este absurdo de pretender resucitar no sólo a muertos, sino también a vivos corresponde a una voluntad de hacerse eco del vivos et mortos del Credo; también está en consonancia, en mi opinión, al desprecio al pueblo asistente que evidencian las comparaciones siguientes con lobos, cerdos, y el tratamiento de bribones.
23cf. v. 66.

No hay comentarios:

Publicar un comentario