CARMINA MACARONICA SELECTA

"Quid contentandum nisi contentamus amigos? / Hoc mihi servitium facias, tu deinde comanda, / nam, giandussa mihi veniat in culmine nasi, / ni pro te posthac Paradisos mille refudem", Baldus, V, 9, 295-298

sábado, 1 de octubre de 2022

MACARRONEAS DEL SIGLO XVIII: EL POEMA MACARRÓNICO INCLUIDO EN UNA MÁSCARA JOCO-SERIA SEVILLANA DE 1742 (I)


 

3. El poema macarrónico incluido en una máscara joco-seria celebrada en Sevilla en 1742.


3. 1. Motivo de la celebración.


En 1992 el Secretariado de Publicaciones de la Univ. de Sevilla publicaba bajo el título de Una mascarada joco-seria en la Sevilla de 1742 la reproducción facsímil de una Máscara de tales características con una introducción de Piedad Bolaños Donoso y Mercedes de los Reyes Peña, y un apéndice a cargo de Emma Falqué. La advertencia de la portada del volumen original (reproducida en la de la nueva edición) dejaba bien a las claras el motivo y las características de la celebración, así como sus protagonistas:


Aplauso real, aclamación afectuosa, y obsequio reverente, que en lucido Festejo de Mascara Joco-seria consagraron los Escolasticos Alumnos del Colegio Mayor de Sto. Thomas de Aquino, del Orden de Predicadores, de la muy Noble, y muy Leal Ciudad de Sevilla, en el dia 2. de Mayo de este año de 1742. Al Serenissimo Señor Infante Cardenal Don Luis Jayme de Borbon, y Farnese. En celebracion de la possession, que de el Arzobispado de Sevilla tomó, â nombre de su Alteza Real, su Co-Administrador el Ilustrissimo Sr. D. Gabriel Torres de Navarra, Caballero del Orden de Sant-Iago, del Consejo de su Mag. Arcediano Titular, y Canonigo de dicha Sta. Iglesia, y Arzobispo electo de Melitene. Siendo rector de estudiantes D. Juan Rice de Calzada, y Diputados de la Funcion el Br. D. Joseph Garcia de Valdès, y el Br. D. Antonio de Cardenas. Cuya descripcion se dedica rendidamente a la Sublime Proteccion, y feliz Auspicio del Ilmo. Sr. Dean, y Cabildo de la Santa Metropolitana, y Patriarchal Iglesia de dicha Ciudad1.


La máscara celebraba, pues, la toma de posesión del arzobispado de Sevilla por parte de un Infante de España, el Serenísimo Sr. D. Luis Antonio Jaime de Borbón (1727-1785), hijo de Felipe V y de su segunda esposa Isabel de Farnesio. Éste, que había tomado posesión de la diócesis de Toledo en 1736 con 8 años de edad, hizo lo propio con el arzobispado de Sevilla en enero de 1742 -conservando el de Toledo-, con el beneplácito de Benedicto XIII a instigación de su padre. El Ilmo. Sr. D. Gabriel Torres de Navarra, arcediano de la Iglesia de Sevilla y arzobispo titular de Melitene, actuaría como su Coadministrador2.


Desde finales de agosto de 1741 en que D. Gabriel Torres informa a la ciudad de la presentación del Cardenal Infante para este arzobispado y su nombramiento como Coadministrador la Corporación Municipal entra en febriles preparativos desde el 30 de agosto de 1741 hasta el 7 de mayo de 17423.


Los festejos celebrados con tal ocasión se conocen por lo menudo gracias a dos extensas relaciones impresas y a los textos de una serenata y de un festejo alegórico, organizados con dicho motivo4.


La obra arriba reseñada constituye una de esas dos relaciones impresas. En ella se describen todos los pormenores de la "máscara joco-seria" organizada por los "Escolasticos Alumnos del Colegio Mayor de Sto. Thomas de Aquino5", el 2 de mayo de 1742, incluido el texto de la representación y cuatro estampas grabadas que representan los cuatro carros que la componían, así como la descripción de dos "vítores de gala", uno, con un carro triunfal y un lucido cortejo joco-serio, sacado por los tomistas el 4 de mayo, y otro de la Universidad en homenaje al citado Colegio, el día 106.


3. 2. El poema macarrónico contenido en la Relación de la Máscara joco-seria y su contexto escenográfico y dramático.


Ya apuntábamos aquí 1. 2 que desde el siglo XVII el término 'mojiganga' designaba, según Javier Huerta Calvo, un festejo carnavalesco o un pieza teatral breve. El mismo autor ofrece la breve descripción de una mojiganga carnavalesca celebrada durante el carnaval de 1637 en la Corte:


Domingo de Carnestolendas 22 de febrero hubo en la Plaza del Retiro una célebre Mojiganga para la cual se levantó un teatro. Dividióse en cuatro cuadrillas que tuvieron a su cargo cuatro grandes Ministros. Sacaron cuatro carros. Uno en forma de galera con música de diferentes y extraordinarios instumentos. Otro de la fábula de Venus y Vulcano. Otro de un Cacique acompañado de indios. Otro de música portuguesa. Acompañaban estos carros más de 300 figuras diferentes y ridículas esparciendo cédulas ingeniosas y agudas según sus intentos. En el tablado danzaron y bailaron. Y lo que más novedad hizo fue haberse pregonado que ninguno entrase a ver la fiesta con armas y sin máscara en el rostro, con que aun los mirones y oyentes eran de Mojiganga. Fue día de los alegres y festejados que ha tenido la Corte.


De tal descripción el autor citado extrae como elementos sobresalientes de la mojiganga no dramática una temática de carácter mitológico-burlesco ("fábula de Venus y Vulcano"), un tono burlesco ("figuras diferentes y ridículas"), relevancia de los trajes y disfraces (indios, portugueses) e importancia de la música y de la coreografía7.


Sin embargo, los límites entre tales manifestaciones no estaban, al parecer, claramente delimitados, y Huarte Calvo habla de una "máscara hablada", en alusión al diálogo que se establecía entre los personajes de una de las cuadrillas participantes en una fiesta que se celebró en Utrera en exaltación del dogma de la Concepción de la Virgen María. Señala además Huarte Calvo que las mojigangas callejeras se celebraban en cualquier momento del año, y en ellas participaban con particular afán los estudiantes8.


Sagrario López Poza nos ofrece la descripción parcial de otra mojiganga callejera celebrada en Segovia en 1672, como parte de los festejos destinados a la renovación de la iglesia de San Miguel9. Esta mojiganga "pretendía representar las bodas de Peleo y Tetis, quienes iban al final de cortejo (con Orfeo, músicos y otros personajes) en un carro triunfal, precedidos de todo su acompañamiento, compuesto por 63 parejas que presentaban las características de los personajes que suelen aparecer en este género menor10 y que a veces se ha denominado "desfile de figuras de capricho" o personajes alegórico-fantásticos"11.


Afirma esta autora que un antecedente de la mojiganga callejera son las máscaras, descritas con minuciosidad por los relatores de fiestas del siglo XVI. Parece que la diferencia fundamental entre ellas está en el tratamiento dado a los personajes, que en las máscaras es respetuoso, mientras que en las mojigangas y entremeses ha de ser forzosamente jocoso12.


Indica Sagrario López que los elementos y atributos que portan las figuras de las máscaras y mojigangas no suelen ser meros adornos, sino que muestran una intención conceptual compleja y bien definida, expresada a través de códigos simbólico-emblemáticos13. Y para ello toma ejemplos de la mojiganga segoviana:


Vemos que el cortejo festivo tiene una intención sutil y bien pensada en el tema o invención (la boda de unos dioses paganos) y unos objetivos concretos (ridiculizarlos en una fiesta donde se exalta a la Iglesia Católica). Todo ello se logra mediante procedimientos que el público conoce bien y puede captar. Uno de ellos es la falta de decoro en la vestimenta de los novios (él lleva cetro y corona descomunales, ella un abanico desmesurado, con lo que se alude de nuevo al viento y su significado simbólico -tentación, condición viciosa- ). A ello se suma la ironía constante del narrador del festejo que ha salvado para nosotros este espectáculo destinado a ser efímero. Describe los acordes instrumentos que tocan los músicos del carro triunfal: un arpa cuyas cuerdas eran cencerros, una trompa marina (con que se aprovecha para llamar liviana a la novia a través del mote del músico), unas sonajas, una sartén tocada con un rallo, una ginebra hecha con huesos de vaca y una zumba o cencerro grande, todos ellos conformando la pandorga o música muy ruidosa característica de las mojigangas que contribuye a transmitir la disarmonía y discordancia con que se pretende dar el mensaje: Tetis, inclinada al vicio y el comportamiento liviano compromete al novio, caracterizado de cornudo (de nuevo se alude al signo de Capricornio). Es, de todas formas, cornudo consentidor y saca provecho de la situación. Aquí cobra sentido la coroza y sambenito que encabezan la mojiganga, pues los consentidores de las injurias de sus mujeres eran castigados a llevar esos atributos de castigo. Por si se duda acerca del concepto que debemos tener de estos dioses, el cochero lo deja bien claro: los llama "animales"14.


Las editoras modernas de la mojiganga o máscara joco-seria de 1742 destacan en ella la presencia de una acción dramática, con un texto argumental-narrativo desarrollado sobre carros, y que se enmarca en un vistoso desfile de naturaleza parateatral, que representa uno de los encuentros entre "fiesta" y "teatro" tan común en el Barroco español15. Ciertamente al estímulo de este componente dramático contribuyó la prohibición de representaciones teatrales que sufría Sevilla desde 1679, cuya carencia venían a llenar los festejos organizados en honor de importantes personajes16.


La mojiganga, que desfiló el 2 de mayo, constaba de tres partes. La primera consistía en unas cuadrillas jocosas que precedían a un carro también jocoso, a cuyos ocupantes estaba encomendada la representación de un acto cómico burlesco. La segunda parte estaba formada por cuadrillas serias que tenían como tema aclamar a la flor de Lis -símbolo del Infante arzobispo- y un carro alegórico que representó un "Acto Músico-Cómico", de carácter marcadamente barroco y encomiástico. La tercera y última parte estaba compuesta por dos carros serios con sus correspondientes cuadrillas serias, desde los cuales, situados uno al lado del otro en determinados puntos del recorrido, los personajes interpretaban otro acto músico-cómico, sin moverse de sus respectivos lugares. El tema de esta tercera parte "era la Exaltacion de el Dios Júpiter [el Infante Cardenal] al Celeste Olympo [las sedes arzobispales de Sevilla y Toledo], por solicitud, y disposicion de el primitivo Superior Titan [Felipe V], y de la Gran Madre [Isabel de Farnesio], sus Progenitores: dedicandosele los dos Templos mas famosos, y cèlebres, que le erigiò el Orbe" (p. 67)17.


Para nuestro caso, nos interesa particularmente la primera parte de la mojiganga, pues es en ella donde se recoge y se produjo como acto escénico el poema macarrónico que traemos aquí a colación. A las cuadrillas jocosas y a las danzas18, seguía el "carro primero", cuya descripción transcribimos completa de Masc. pp. 34-37. Pueden detectarse en ella rasgos de la tradición simbólica barroca y del "conceptismo ambiente" del que hablaba Fernando Lázaro, y que atraviesan toda la mojiganga sevillana:


Formabase este primero carro burlesco sobre un grande espacioso Arteson de seis varas de largo, y dos y media de ancho, en el qual se figurò un ameno frondoso bosque, ya con ramas, yervas, y flores naturales, y artificiales; ya tambien, por donde correspondia, con proprias pinturas. En los entretexidos de su verdor se registraban por todo el ambito externo varios Animales quadrupedos, y Aves, que hacìan mas vistoso, y agradable su adorno. Elevabanse por el frontispicio, y respaldo dos bien imitados riscos, y sobre la cumbre de cada uno se colocò un Mascaron, ò Satyro de magnitud proporcionada, y rostro alegre, con una trompeta dorada en la boca, y delante de ellos se vian estas Inscripciones Latinas, y Redondillas Castellanas:

1.Hic locus est, in quo, tibia, docta sones. (Propert. lib. I.)

En Sevilla ha de sonar,

Clarin, tu voz elegante,

Aplaudiendo à un Real Infante,

Que la ha venido à ilustrar.

2.Magna quidem de te rumor praeconia fecit (Ovid.. Epig. 15.)

Con rumores eloquentes

De esta Grey el fiel fervor

De ti, Luis, su Real Pastor,

Canta elogios excelentes.

En medio del bosque se figuraba un Castillo con sus correspondientes lienzos de muralla por los lados, guarnecidos de almenas, cuyo natural jaspeado estofo le daba grande lucimiento. En los quatro angulos de dicho Castillo, y en las almenas de sus colaterales, se colocaron gallardetes, y vanderolas encarnadas, con que mas se hermoseaba esta fabrica, y se captaban las atenciones. Toda la armadura, sobre que se fundaba la montuosa maquina de este Carro, varas, lanza, y las quatro ruedas baxas, se vistieron primorosamente de arrayan, ciprès, yedra, y flores. En el centro del Arteson se formò un Secreto, capaz para alvergar à tres Ministriles Musicos, que ocultos, por la Estacion iban tocando sonoros instrumentos de boca. En la estancia interior, y principal del Carro iban cinco personas de ambos sexos, que figuraban con trages joco-serios à cinco Deidades fabulosas, que concurrian à fomentar el jubilo, y alegria de los afectuosos leales Jovenes Thomistas, que oy con obsequiosas plausibles demonstraciones celebraban la Exaltacion del mejor Jupiter, Regio Numen, y Deidad Eminente, que veneran, y aplauden los Sevillanos afectos. Estas personas eran la Diosa Hebe, à cuyo ministerio, y proteccion estàn encomendados los felizes progressos de la Juventud, y como tal venìa à dar auxilio à los Escolasticos Jovenes, que se empleaban en obsequiar à su amado Objecto. La Diosa Vitula, que con su presidencia authoriza, y patrocina los Juveniles festejos, assistia à reproducir los gozos preconcebidos en los animos de los Thomisticos Clientes. La Diosa Volupia, à cuyo cargo està el placer, venìa a reiterar las expressiones de alegria, que por tan glorioso assumpto preocupaba los leales pechos de los Alumnos de la Angelica Escuela. El Dios Priàpo, Protector de los Bosques, el qual, en el que figuraba este Carro, se hallaba, para coadjuvar à los mismos obsequios, haciendo papel de primer Gracioso en su Representacion. Y el Dios Momo, que como Fiscal de los Dioses fabulosos, tiene por oficio motejar, reprehender, y acusar con su rigida censura, iba tambien, para executar el papel de Gracioso segundo, con que fuesse mas entretenido el Comico Acto Jocoso, que se avìa de tener. Entre los verdores de este bien fingido Bosque augmentaban la alegria las tres referidas Damas con sus lucidas galas: Hebe ocupaba la testera principal, vestida de Imperiosa encarnada, y blanca, con todos adherentes primorosos. Vitula, y Volupia cogian los colaterales, cubierto el rostro con pulidas mascarillas finas, y adornadas de Andrieles verdes matizados de florones, y demàs aderezos preciosos de femenil moda. Priàpo, y Momo en la fachada delantera eran gracioso estimulo de la risa con sus ridiculas mascarillas, ropages, y ademanes. El primero vestìa un Saco de color verde, sembrado de caracoles gruessos, y otras cosas burlescas; y en la cabeza llevaba una gorra con penacho de cogollos de cantueso, y otras cosas agrestes, y en la mano un Tirso cubierto tambien de las mismas yervas. El segundo se adornaba de ropilla, y calzon negro frangeado de lienzo blanco, con gruessissima botonadura, y otros sobrepuestos ridiculos: en la cabeza traìa una gorra pagiza con plumas blancas, y un cayadillo en la mano.

Tiraban este portatil Bosque quatro Mulas, cuyas guarniciones estaban vistosamente entretexidas de varias ramas, yervas, y flores; y en las cabezadas de los frenos se les fixaron unos penachos, con varias cintas, y lazos. Los dos cocheros iban tambien disfrazados con su mascarilla jocosa, turbantes de pluma, y ropages pagizos, matizados de encarnado. La artificiosa disposicion de este Carro se verà en el exemplar, ò estampa siguiente19 [...]. Asistian por los lados à este Carro de guardia quatro Soldados burlescos à caballo, vestidos de un uniforme militar prolixa, y primorosamente hecho de ristras de ajos con vueltas de papel dorado: sombreros galoneados de papel, y con plumages: mascarillas de Soldados Dragones con su vigote retorzido: ricos puños de olan, calzones de gamuza, medias encarnadas con cuchillas blancas, y zapatos blancos. Todos llevaban espadas anchas desembaynadas en mano. Los Jaezes de sus Caballos eran de papel dorado, y de colores, y de otras cosas jocosas. En sus targetillas embrazadas mostraban por motes estas Coplas:

1.A Luis constante ofrezco                3.La emulacion, y la invidia

Mi afecto puro mostrando,                 Al verme tan enristrado,

Que nunca en mì ha avido quiebra,    No levantaràn cabeza,

Aunque siempre fui Soldado.             Porque yo à todas las ajo.

2.Soldado fiel soy, Luis mio,              4.Soy hombre de gran cabeza,

Que en tus cultos empleado              Y aunque me vèn ir tan vano,

Mostrarè dientes à aquellos,             Con mi vestido de ristras,

Que ajar quieren tus aplausos.         No es mi cabeza de ajos.

En los sitios determinados las cinco Personas referidas, que se ostentaban en la estancia de este Carro Jocoso, haciendo introduccion à los Coloquios, que en los Carros posteriores se avian de executar, representaban el siguiente ACTO COMICO BURLESCO. Puestos todos en pie, da Priàpo principio à el Acto con este Poema macarronico.


Inmediatamente a continuación, figura la macarronea recitada por Príapo (pp. 37-38), que consta de 38 hexámetros20. En ella Príapo se presenta como ducho en tales eventos, y dispuesto a dar noticia de la pandorga y mojiganga que han preparado los tomistas (vv. 1-9). Acto seguido, describe en tonos gruesos la expectación y asombro causados en el público por la comitiva (vv. 10-31). Finalmente, incita a todos a participar en el festejo, que tiene como motivo homenajear al Infante arzobispo (vv. 32-38). El resto del Acto (pp. 38-44) se desarrolla en español en la forma métrica de romance. Puede dividirse en varias partes. Primeramente, los dioses entran en disputa sobre el "macarronico estilo" de Príapo. Las diosas lo consideran inapropiado para la celebración (pp. 38-39). De continuo, Hebe expone el motivo del festejo, el esfuezo de los tomistas, y la naturaleza de su patrocinio, como hacen de seguido Vitula y Volupia (pp. 39-40). Príapo describe jocosamente el contenido del carro y sus ocupantes (pp. 40-41). El resto del Acto está marcado por las intervenciones críticas de Momo sobre la tardía fecha de la mojiganga, las molestias que puede causar a los sevillanos y sobre la aptitud artística de los tomistas, y por las réplicas de los otros dioses (pp. 41-44). El acto se cierra con vítores a la Máscara, a la escuela tomista y al Infante, y Príapo incitando al cochero a seguir adelante, pues el hambre le aprieta (p. 44).


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1 Citaremos esta obra como Masc. a partir de ahora. Una descripción completa del ejemplar original usado en la reproducción puede verse en Masc. p. XVII n. 6. Fue impreso en la Imprenta de los Recientes en la Pajería, Sevilla 1742. Contiene portada + 2 hs. + 128 pp. (200 x 150 mm.) + 4 láms. (215 x 250 mm.). El ejemplar editado se encuentra en el Archivo Municipal de Sevilla, Sección 1ª, Carpeta 191, nº. 364.

2 Cf. Masc. p. XXI

3 cf. ib. p. XXIII. El Colegio de Santo Tomás fue uno de las instituciones que recibió la invitación del Municipio Sevillano para celebrar tal toma de posesión. Cuarenta y dos años antes encontramos a sus estudiantes yendo de gala y máscara ofreciendo un"víctor" al Almirante de Castilla y al duque de Osuna (cf. aquí 4. 1 y PM1158-170).

4 para la descripción de estas obras cf. Masc. pp. XVII, XXIII-XXV.

5 El Colegio Mayor de Santo Tomás, regentado por la Orden de Predicadores, fue fundado en 1516. Su edificio fue demolido en 1927. Sobre su historia cf. Masc. pp. XXIX-XLII.

6 Cf. ib. pp. XXIV, XXIX. Sobre la autoría de esta relación se pronuncian así sus editoras modernas: "La relación a juzgar por el contenido de la "Dedicatoria" (dirigida al Deán y Cabildo Catedralicio), parece redactada por tomistas. Es posible que sus autores fueran los mismos "diputados de la función" -los bachilleres D. Joseph García Valdés y D. Antonio Urbano de Cárdenas- que, junto al "Rector de Estudiantes" -D. Juan Rice de Calzada-, firman la citada "Dedicatoria". Eran dos estudiantes teólogos que habían sido elegidos por toda la "Minerval Milicia" del Colegio, reunida en Junta General, para la dirección de la Función. No hay duda de que tanto éstos como el autor de la Relación -si no hubieran sido ellos- eran personas muy cultas, buenas conocedoras de los autores latinos (como se aprecia en el Apéndice) y de la mitología clásica" (p. XLIII).

7 Cf. J. HUARTE CALVO, o.c., p. 61.

8 Cf. ib., pp. 62-63.

9 Cf. artículo citado aquí en n. 3.

10 La autora añade en nota que "es siempre difícil establecer los límites entre lo que es una obra de teatro -si bien menor- y un desfile de tipo carnavalesco. Sin embargo, en el momento en que hay unos personajes que representan unos caracteres -cómicos o dramáticos- de acuerdo con un argumento o, si se quiere, programa iconográfico, y que "actúan" ante un público con gestos, e incluso en este caso, con palabras -si bien escritas como mote y no habladas- no podemos negar el carácter teatral de esta representación, aunque algunos críticos prefieren denominar estos géneros como "parateatrales". José María Díez Borque propone en el artículo citado ["Órbitas de teatralidad y géneros fronterizos en la dramaturgia del XVII", Criticón, 42, 1988, pp. 103-124] una clasificación de los géneros fronterizos, pero no hallo en ella un lugar adecuado para la mojiganga callejera, ya que ésta no cuenta con un texto dramático, como la teatral; sin embargo, tampoco puedo considerarla una procesión civil y cabalgata sin más, pues es obvio que esta mojiganga presenta otras características".

11 Cf. ib., p. 620.

12 Cf. ib., pp. 620-621.

13 Cf. ib., pp. 621-622.

14 Cf. ib., pp. 635-636.

15 Cf. Masc. p. XLIV, LXVII.

16 Cf. ib., pp. XVI-XVII.

17 Un resumen más detallado de todas estas partes, de su recorrido por la ciudad y de los vítores finales puede verse en Masc. pp. XLIV-LXVII.

18 Éstas estuvieron integradas por más de cien personas, que representaban con máscaras ridículas los más dispares personajes, portando un mote castellano (escrito en tercetos, redondillas...) alusivo a su figura o al personaje homenajeado.

19 Figura a continuación en hoja desplegable y sin foliar el dibujo del carro realizado por Domingo Martínez (cf. Masc. p. XLIII). Lo reproducimos como ilustración de esta entrada del blog.

20 En nuestra edición le hemos dado el título de poema macarronicum Priapi. Lo citaremos abreviadamente como Priap.


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