CARMINA MACARONICA SELECTA

"Quid contentandum nisi contentamus amigos? / Hoc mihi servitium facias, tu deinde comanda, / nam, giandussa mihi veniat in culmine nasi, / ni pro te posthac Paradisos mille refudem", Baldus, V, 9, 295-298

sábado, 19 de diciembre de 2015

LA EPÍSTOLA MACARRÓNICA DEL DOCTOR DIEGO SÁNCHEZ (1533): BIOGRAFÍA




Casi un decenio después de la composición de Juan de Vergara se escribe, en forma epistolar, la segunda macarronea española que ha llegado hasta nosotros. Son escasos los datos que se poseían sobre la vida del autor, extraídos tradicionalmente y en su totalidad del frontispicio de su obra de filosofía natural El coloquio del sol (1576), donde se presentaba como médico y vecino de la localidad de Marchena1. Es la misma y semidesconocida epístola macarrónica (= epist.) la que ha aportado nuevos e insospechados datos biográficos sobre Diego Sánchez, a empezar por su lugar de nacimiento, Alcaudete (Jaén)2. Gran parte de epist. está constituída por una autobiografía empleada por el autor como argumentación en su favor ante el destinatario de la carta, el influyente doctor in utroque iure Francisco de Vargas3. Sánchez afirma, perifrásticamente, haber obtenido el título de Bachiller en Artes en Salamanca (vv. 8-9), y el grado de Doctor en Medicina en Lérida (v. 13), y encontrarse ejerciendo en Marchena (vv. 1, 100-109).

Sabemos por los libros de registro de cursos y grados de la Universidad de Salamanca que Diego Sánchez hizo la probanza de cursos de medicina previa a la concesión del título de Bachiller en Medicina en 15324, y por las Actas Capitulares del Archivo Municipal de Marchena conocemos que inició allí su actividad profesional en 15335, a una edad que podría andar entre los 25 años y 30 años6. En la época de la llegada del dr. Sánchez, la villa señorial de Marchena se hallaba en plena expansión demográfica y urbanística7. El concejo, controlado por la autoridad señorial del duque de Arcos, fomentó el asentamiento de población, especialmente de artesanos y obreros especializados, aunque también de otros servicios mínimos para una comunidad en crecimiento, como los de un médico -el dr. Sánchez-, un maestro y cátedra de gramática8 y un boticario9. En una nómina de Palacio fechada el 11 de marzo de 1541 figura su sueldo como médico de D. Luis Cristóbal Ponce de León, duque de Arcos, señor de Marchena10. Juan Luis Ravé Prieto señala que el dr. Sánchez publicó su obra al amparo de la casa ducal, y que su importante remuneración (30.000 mrs. anuales), sólo superada por la del Juez de la Audiencia del Duque, el Asistente (60.000 mrs. respectivamente) y la del Mayordomo mayor (40.000 mrs.), estaba en consonancia con sus múltiples funciones dentro de la casa ducal, que iban "desde la práctica de la medicina en el entorno de los Ponces y en general en todo el pueblo, hasta ser la persona de confianza a la que se le puede encargar la representación ducal para cualquier tipo de asuntos. Es interesante anotar cómo se le valora económicamente mejor que al tesorero [25.000 mrs.] o al secretario [25.000 mrs.] y mucho mejor que a los caballeros y militares [entre 15.000 y 25.000 mrs.]"11. Por un protocolo notarial del Archivo Municipal de Marchena sabemos que seguía vivo en 1576, fecha de publicación de su Coloquio del sol; en dicho protocolo se presenta como vecino de "la leal villa de Machena", junto con su mujer, Isabel Suárez12.







1 Así Mario Méndez Bejarano (cf. Diccionario de escritores, maestros y oradores naturales de Sevilla y su actual provincia, t. II, 1ª parte M-S, Sevilla 1923, nº 2374 pp. 365-366), quien se inclina por considerar a Sánchez natural de Marchena: "Por el último cuarto del siglo XVI vivía en Marchena, de la cual se dice "vecino", y probablemente sería también natural de ella. Ya se ha visto en Francisco Ariño un caso semejante: se decía solamente vecino de sevilla al frente de sus obras, y resultó ser natural".
2 Tal se deduce del título de la macarronea: "MAGNIFICO DOCTORI | Vtriusq. iuris Franco. de Var | gas .D. Didac' Sanch' de Al | caudete .S. Macharroni | cam .D. ". La primera mención del poema es de Ramón Menéndez Pidal (1914).
3 No dudamos que éste sea el Francisco de Vargas Messía (1500-1566), jurisconsulto natural de Toledo, que, después de desempeñar varios cargos de su profesión bajo Carlos V y Felipe II, ocupaba el de Fiscal en el Consejo de Castilla, cargo que desempeñaba ya al menos en 1545, cuando acudió a Trento como jurista del emperador (cf. C. GUTIÉRREZ, Españoles en Trento, C.S.I.C., Valladolid 1951, pp. 478-493). Gutiérrez viene a dudar de que Vargas se doctorase, pues sólo una vez recuerda verle llamado doctor, y señala la ignorancia existente sobre dónde y cuándo hizo sus estudios, y cuáles fueron éstos. La epístola de Sánchez, desconocida para Gutiérrez, lo presenta claramente como doctor utriusque iuris, que era la fórmula aplicada a los graduados simultáneamente en derecho civil y canónico (cf. ANA Mª CARABIAS TORRES, Colegios Mayores, centros de poder: Los colegios mayores de Salamanca durante el siglo XVI, Universidad, Salamanca 1986, p. 298). Por otra parte, la familiaridad y sinceridad desenvuelta con que Sánchez se dirige a Vargas parece indicar que se conocieron en el Estudio salmantino, donde el autor de la epístola desarrolló sus estudios.
4 Cf. TERESA SANTANDER RODRÍGUEZ, Escolares médicos en Salamanca (siglo XVI), Salamanca 1984, p. 340. Los otros escolares con este nombre figuran como matriculados en medicina con posterioridad a 1552.
5 cf. A. M. M. Actas Capitulares Marchena, 1533, 7 y 9 de julio
6 cf. A. Mª. CARABIAS, o.c., p. 282
7 cf. J. L. RAVÉ PRIETO, "Marchena, una villa de señorío a comienzos de la Edad Moderna", en M. BORRERO FERNÁNDEZ (coord.), Actas de las II jornadas sobre historia de Marchena (historia de Marchena. Volumen II). Marchena bajo los Ponce de León: formación y consolidación del señorío (siglos XIII-XIV). Marchena 8, 9, 10 y 11 de octubre de 1996, Iltre. Ayuntamiento de Marchena, 1997, p. 174) "Marchena aparece como una población importante que pasará de los 1638 vecinos en 1534 a los 3569 de 1588 y aunque la población a final de siglo se redujera un tanto, por efecto de sucesivas catástrofes demográficas, la villa se ha consolidado desde el punto de vista demográfico y urbanístico".
8 Cf. A. M. M. Actas Capitulares Marchena, 1535, abril, 5 e ib. 1538, enero, 21 cit. por Ravé Prieto, o.c., p. 177.
9 Encontramos en A. M. M. Actas Capitulares Marchena, 1535, junio, 7 (viernes) la autorización que da el cabildo a Francisco de Medina para poner tienda de botica.
10 Reproducida por Ravé Prieto, o.c., pp. 215-216. Sobre el perfil biográfico del Duque y sus inmediatos parientes y ancestros cf. VICENTE HENARES PAQUE, "Doña Ana Ponce de León. El ocaso de su leyenda literaria. Cartas de su tío Don Juan Téllez Girón", Actas..., pp. 278-285.
11 Cf. J. L. RAVÉ PRIETO, o.c., pp. 181-182.

12 Cf. A. M. Marchena. Archivo de protocolos notariales de Marchena. Libro registro de Escrituras Públicas, sign. 14 (myo - dic. 1576), f. 4r-5v. Dicho protocolo, comido por la humedad, presenta al final las firmas del dr. Sánchez, de su mujer, Doña Isabel Suárez, y la del escribano, que resulta llamarse igual que el doctor, nombre que ostenta también, curiosamente, la calle donde se encuentra el Archivo Municipal de Marchena. Deseo desde aquí reiterar mi agradecimiento a los Srs. D. Ramón Ramos, archivero municipal, y D. Fernando Luque, auxiliar de biblioteca, por su extrema amabilidad y las facilidades que dieron a este investigador.

sábado, 28 de noviembre de 2015

FRAGMENTOS DE MI TRADUCCIÓN DE "BALDO" DE TEÓFILO FOLENGO: Encuentro con Berto Panada (2, 149-234)




El paladín Guidón y su amada Baldovina, hija del rey de Francia, se fugan de la corte, y pasan a Italia. Extenuados y hambrientos, se detienen ante la cabaña de Berto Panada, aldeano gentil (rara avis para Folengo) en las afueras de Cipada.



Viendo Guidón al sol zambullirse ya bajo el agua,
y sus carros guardar entre cañas ranisonantes1,                             150
se anima hablándose: "la vergüenza de procurarse
albergue gratis tiñe de rojo nuestras mejillas,
pero al menos la pena es menor cuando el sol se retira,
y cubre la máscara de las tinieblas esta vergüenza."
Dice así, y una cerca pasa de cañas de sorgo,                                155
que un corralillo ciñe, semejando un teatro.
De pronto un mastín al encuentro le sale "¡guau, guau!" repitiendo.
Berto cerrado había la puerta de su casita;
apenas oye ladrar a su perro, sale de casa,
y lleva en la diestra una cuchara, y la luz en la zurda,                     160
pues espumaba entonces de su cena la sopa.
"¿Queréis acaso -dice- pasar esta noche en mi casa?
Entrad aquí, os lo ruego, lo mío comparto con todos".
Así hablando, adentro los lleva, y atranca la puerta,
y dos banquetas de patas tres junto al fuego dispone,                     165
donde sentarse indica a aquellos de fuerza privados.
Habla poco entonces, porque de poco coloquio
es tiempo, cuando el huésped hambre tiene o sueño;
uno, pues, de sus dichos solía decir como sigue:
"Come cuando hambre tienes, duerme cuando bostezas,                 170
después de llenarte la panza, podrás decir lo que quieras,
después de dormir a gusto, deja que me desperece;
preceptos que los asnos pusieron en sus estatutos2".
Por tanto, Berto, cual mudo, de qué comer apareja,
porque sea lista una cena de tres personas al menos.                      175
Colgado de un bajo sofito se encontraba un cestillo
fijado al clavo de un cabio, de donde saca muy blancos
seis huevos, tres de los cuales cagara recién la gallina.
Mete en ceniza tres por beberlos apenas exuden,
tres prepara para hacer una pobre tortilla.                                      180
Luego se va y los secretos descubre de magra despensa,
que siempre vigila acechante desde un rincón apartado
la gata por mor de un barreño digno de ser relamido.
De ahí, asimismo, lisas o vairones3 algunos
toma; pececillos, las lisas y los vairones                                          185
que el Mincio engendra en torno de la villa de Mantua.
No obstante, cual de Cipada refieren los grandes anales
ni lisas Berto cogió, ni vairones Berto entonces,
sino un número de dos veces cinco gardines4,
con los que mezcla asimismo ranas con cebo cogidas.                       190
Al ver Baldovina que tantas faenas mal se podían
cumplir a la vez por Berto, si no ayuda le presta,
cortés como siempre fue, se levanta de cabe el fuego,
y enteramente gentil, no evita, haciendo melindres,
los pececitos coger, a Guidón de reojo mirando,                                195
como si sólo con un gesto quisiera decirle:
"¡Mírame aquí, que de un rey soy hija, qué cosas hago!"
Sus níveas manos ya sin guantes remangan sus blancos
y torneados brazos, coge el cuchillo, y aquellos
peces escamando, tira su porquería,                                                200
y quita la piel a las ranas como quien quita pañales.
No pudo Guidón dejar de alegrarse con una sonrisa,
viendo con cuánto ánimo una mujer nobilísima
quiere el corazón siempre alegre tener a pesar del destino.
También levantándose él de su asiento, se muestra contento,            205
todos los sinsabores dejando de gran amargura,
préparase para hacer las faenas que exige la cena.
A recoger se pone primero algunas ramitas
por dentro y por fuera que por tierra esparcidas estaban;
éstas bajo el negro culo de una marmita                                          210
rastrilla, a fin de cocer allí unas gachas grasientas;
porque tan grande fuego no arda entonces en vano,
arrima a la llama una sartén de torpe manera,
y aceite hirviendo prepara para freír el pescado.
Baldovina a su hombre mira modosa, y de todo                                215
penar aliviada, por nada a reír se pone a carcajadas
toda, con el bazo5 saliéndole casi del pecho:
observa, pues, cómo un hombre tan grande tan torpe resulte
para en sus manos usar los cacharros de la cocina;
y a éste, el humo de la chimenea, mal de su grado,                          220
y el propio fuego abrasante le obliga a llorar sus pecados.
Ora su frente, ora sus piernas, ora sus ojos su mano protege;
enjuga, de hecho, su frente que suda por tanto fuego,
protege, de hecho, sus piernas que del calor excesivo se cuecen,
estriega, de hecho, sus ojos que el humo crecido de lágrimas llena;   225
también su nariz, asaz moqueante, con un pañuelo
suena, y a maldecir la verde leña es forzado.
Ésta riendo más, de ello saca mucha alegría.
Tal risa Guidón advirtiendo, dijo estas palabras:
"tres cosas hay en el mundo, afirmaba Sócrates sabio,                     230
que al hombre ahuyentan, y lo hacen salir de su casa:
el fuego devorador, el humo, y la esposa malvada".
Baldovina al punto responde: "tú no todavía,
no todavía haber la faena acabado te pienses".







1Ranisonisque suos carros logare canellis. Se sitúa la acción en las zonas pantanosas de los lagos del Mincio, concretamente, en sus cañaverales plagados de ranas croantes (Chiesa). Ranisonis es una neoformación latina humanistica.
2El desperezarse era considerado típico de los asnos (Chiesa).
3El vairón (Leuciscus souffia) es un pez pequeño y esbelto que vive en fondos de grava en grandes bancos.
4Sed scardovellas numero bis quinque recepit. El gardín (scardinius erythrophtalmus) es un pez dulceacuícola, pequeño-mediano para ser un ciprínido. Pez recordado por Dante por sus abundantes escamas era considerado en la época de modesto valor (Chiesa).

5Las teorías antiguas sobre el bazo como sede de la risa fueron recopiladas por Laurent Joubert en su Traité du ris (1579).

sábado, 7 de noviembre de 2015

CONFERENCIA SOBRE LA POESÍA MACARRÓNICA Y TEÓFILO FOLENGO EN ALCAÑIZ (ZARAGOZA)




El pasado viernes 23 de octubre pronuncié una comunicación en el marco del VI Congreso Internacional de Humanismo y Pervivencia del Mundo Clásico, celebrado en Alcañiz (Zaragoza), sobre el desarrollo de la poesía macarrónica española y su máximo exponente, Teófilo Folengo, así como sobre la influencia de éste en la literatura española vernácula. Fue una estupenda ocasión para hacer divulgación sobre este género literario aún tan desconocido en España, y sobre el genial autor mantuano.








domingo, 25 de octubre de 2015

FRAGMENTOS DE MI TRADUCCIÓN DE "BALDO" DE TEÓFILO FOLENGO: Proprietas diuersarum urbium, 2, 96-130, "Carácter de varias ciudades (italianas)".




Da mucha lana Verona del esquilar sus ovejas1;
Brescia extrae el hierro de sus montes airosos;
la bergamasca montaña hombres engendra con bocio2;
Pavía a Milán llena hasta los topes de puerros y berzas;
Plasencia surte de queso todo rincón habitado;                                100
Parma produce gruesas scoce3 y gruesos melones;
trota todo caballo con espuela de Reggio;
Mantua alimenta a sus boneteros de carpas fangosas4;
judías de careta si quieres comer ve a Cremona,
A Crema ve si pasar deseas falsa moneda;                                      105
Bolonia engorda bueyes, y Ferrara las piernas5;
no hay en Módena gente sin la cabeza tronada6;
tantas moscas Apulia7, cuantas barcas Venecia;
quema el Piamonte todos los años mil hechizeras;
la tierra de Padua pare diablos que son campesinos8;                       110
Vincenza guerrera engendra gatos escurridizos9;
más para la horca que para la orza10 están en Chioggia;
tiene Rávena casas antiguas y viejas murallas;
puercos sin número sala Cervia11 por todo el mundo;
poco no ganas, ¡oh, Cesena! con el azufre;                                      115
pintura no hay mejor que de Faenza la loza;
gruesas anguilas saladas el valle da de Comacchio;
de los charlatanes tiene Florencia la primacia;
Roma no busca otra cosa que suculentos bocados;
tantos nobles en la ruina veo en Nápoles,                                        120
cuantos sirvientes ladrones le da la ladrona Calabria;
en Génova estira en punta las testas la comadrona12;
Siempre en Siena tuvieron su cuna bellas muchachas;
Milán hace oír un tic toc por cada rincón de sus calles,
mientras hierran correas y hacen boquete en la aguja;                     125
quienes cosen zapatos y suelas a las chancletas,
quienes ponen tejados o son deshollinadores,
son de Como, o bien de Novara son pueblerinos.
Cipada, pues, digna de ser con heroica bota13 cantada,
siempre abundó de existencias valiosas de sinvergüenzas.                130






1Comienza aquí una sección que en la red. T aparecía bajo la rúbrica Proprietas diuersarum Vrbium (2, 301-340), y que recoge un elenco de ciudades italianas con alusiones burlescas a su fama popular.
2Quizás referencia a Gioppino, máscara y marioneta bergamasca popular dotada de tres bocios.
3Melones de una especie muy apreciada (Chiesa).
4Este humilde oficio era asociado a la pobreza, y a la consiguiente incapacidad de acceder a una dieta rica y variada, lo cual abocaba al consumo de las asequibles carpas de los lagos del Mincio, poco apreciadas por su olor a fango (Chiesa).
5Faccioli y Chiesa se inclinan por considerar boves como referencia a los jóvenes indoctos del Estudio de Bolonia; y Chiesa, en el caso de Ferrara, recuerda el mote popular "Ferrarese gambe marze", que encuentra un refrendo en un paso de la red. T (5, 105) donde se hace referencia a los mosquitos que pican e hinchan las piernas de los paisanos.
6Según un dicho extendido entre las poblaciones vecinas los habitantes de Módena eran considerados lunáticos (Faccioli).
7Diversos motes populares presentaban a Apulia como tierra de moscas (Chiesa), y así Folengo sitúa en esta región la ciudad de las moscas (Mosch. 1, 38).
8"Quizás con alusión a la demoníaca malicia mostrada por los campesinos paduanos en las guerras" (Faccioli).
9Faccioli recuerda un dicho popular vicentino que representa a sus habitantes como "magnagati".
10La orza es el cabo con que se lleva a popa el car de la entena; los habitantes eran conocidos por su habilidad como marineros, pero también como ladrones, por lo que estaban destinados a la horca (Chiesa).
11Alusión a sus famosas salinas.
12A esta extraña costumbre de estirar la cabeza del recién nacido hace referencia también Folengo en la red. T 17, 175-179.

13El empleo de la bota en vez del coturno clásico es una muestra añadida de hipóbole paródica.

sábado, 3 de octubre de 2015

FRAGMENTOS DE MI TRADUCCIÓN DE "BALDO": Descriptio convivii, 1, 390-433




En tanto, cansado el sol se zambulle del mar en las ondas1,           390
habiendo dejado de su claridad impregnada a su hermana.
Prontamente, la cena real es aparejada,
donde el estrépito suena de mil culinarias faenas,
ábrese un portalón humeante en los muros pringosos,
cuyas jambas de sucia grasa sin fin goteaban.                               395
Dentro asaltan olores de asado y de cocido
a la nariz, por quienes se excita bien el apetito.
Hay más de cien pinches allí al mando de los cocineros;
quien trae leña, quien la corta, quien la reparte
bajo bronces calientes, peroles, y bajo sartenes.                            400
Hay quien degüella un cerdo, quien tira del cuello a los pollos,
quien los destripa, al tiempo que otro los despelleja,
quien los capones muertos despluma después del hervido,
quien las cabezas con la piel del ternero cocina,
quien los lechones apenas quitados del seno materno,                    405
pinchados unos a otros de las narices al culo,
ensarta y con aguja de lardear los enlarda.
El cocinero Gambón allí el arte glotona dirige,
dado al estudio de la gula, y a la biblia del gusto.
Él sólo es apto para enseñar desde cátedras doctas,                        410
y dar cualesquiera instrucciones a los mozos de la cocina,
y de vez en cuando en la espalda llevar el rodillo
y de la ajada la mano2 a chicos y pinches pringosos.
Hay quien a hígados recubiertos de red de redaños
vueltas da en crepitantes sartenes del lardo chirriante.                     415
Hay quien gelatina esparce de jengibre picante,
y quien le añade pimienta y la exquisita canela.
Uno riega anedones de una salsa amarilla,
y a la manera española los cubre de tiernas lasañas;
del espetón uno extrae faisanes admirablemente,                            420
no sin antes tocarlos por ver si están en su punto.
Cinco piedras de molino en sus agujeros3
no dejan de vueltas dar en giros vertiginosos:
do un gusto hay a almendras y a salsa a la pimienta.
Parte saca del horno un guisado de carne grasienta,                         425
y le espolvorea canela de venecianos saquitos4.
Otro extrae de la caldera capones cocidos,
que, puestos en el ancho fondo de grande bandeja,
rocía con gotas de agua de rosas y azúcar molido,
y encima de éstos les pone un hornillo5 lleno de brasas.                    430
¿Mas a qué fastidiar con tales chácharas largas?
Cena preparan con la que poder levantar a los muertos,
y hacerlos dejar sus tumbas con el féretro al culo.








Ilustración: Frans Snyders


1Comienza aquí una sección que en la red. T aparecía bajo la rúbrica descriptio convivii, y que se extendía a 87 versos. En la red. V se veía notablemente amplificada a 123. Francisco Márquez Villanueva consideró este episodio como "esquema sugeridor" de los banquetes de las bodas de Camacho de la segunda parte de El Quijote.
2Pistonemque iadae sguataris unctisque regazzis. Acarrean la mano del mortero (pistonem) para hacer la ajada (iadae), ahora como entonces, salsa de pan desleído en agua, ajos machacados y sal.
3Quinque masinantes petrae gremiique molarum. Paoli, citado por Chiesa, recuerda que en los molinos manuales de piedra había un hueco (gremium) en el que giraban las muelas (molae).
4Pistaque de Venetis striccat cynamoma sachettis. Una glosa al verso correspondiente de la red. T (quem peuero spargit Venetum striccando sachettum), indica Sachettum uenetum. Quia Venetiis venduntur, en referencia a Venecia como centro del comercio de especias.

5Caricum brasamine testum, para mantenerlos calientes.

sábado, 19 de septiembre de 2015

EN LA MANTUA FOLENGUIANA


El 5 de septiembre pasado, un día después del acto de presentación de mi edición de Torello Saraina en Verona, Silvano Bassi, consocio de la Associazione per gli Studi Folenghiani "Amici di Merlin Cocai", y su esposa Anna realizaron uno de los sueños de mi vida al llevarme a visitar Mantua, la patria de Virgilio y de Teófilo Folengo. Aproximándonos al centro de la ciudad, Silvano, mantuano de nacimiento tanto él como su esposa,  me indicó lo que queda en la actualidad de Cipada, antiguo burgo de Mantua donde fray Teófilo situaba el nacimiento de su sosias macarrónico, Merlín Cocayo, ahora reducido a recinto industrial.


Ya en la ciudad, visitamos el monumento construido en honor de Merlín Cocayo.




Luego, Silvano me llevó a visitar la Basilica di Santa Andrea, donde se encuentra el sepulcro de Andrea Mantegna, de cuyo arte se encuentran todavía muestras en el Palacio Ducal.









Silvano me llevó acto seguido a la Piazza delle Erbe, donde destaca la Rotonda di San Lorenzo,la iglesia más antigua de la ciudad del siglo XI, la contigua Torre dell'Orologio, la llamada Casa del Mercante, y el Palazzo del Podestà.









En el pórtico bajo el Palazzo della Raggione fotografió Silvano el escudo existente de la familia Folengo.



Silvano me mostró, y me hizo gustar, otra de las maravillas de esta plaza, el aperitivo Caravatti, en la casa del mismo nombre, cuya receta fue intentada comprar en vano incluso por Martini.



En la trasera del Palazzo del Podestà se encuentra la famosa más antigua imagen medieval de Virgilio (al que se atribuían virtudes taumatúrgicas), que se encontraba medio oculta por unas obras de restauración. Silvano tuvo luego la amabilidad de enviarme luego una foto sin andamios.




Nos encaminamos más tarde a la Piazza Sordello, donde se encuentra la Cattedrale di San Pietro  y el Palacio Ducal, en cuyo interior visitamos la Basilica Palatina di Santa Barbara, con un hermoso órgano, que fue instrumento de varios antepasados de Silvano. Cuando ya desesperábamos de encontrar más rastroso o conocimientos sobre Folengo en dicho palacio, descubrimos un graffiti en una columna con la traducción de un epigrama macarrónico de Folengo, De Benaco.





























Discurrimos por estos parajes hablando sobre Folengo y la pasión bibliófila del bueno de Silvano, quien concluyó su amable guía junto a su esposa Anna llevándome a lo que fue antaño la casa de los Folengo en Mantua. A ellos quiero reiterarles desde aquí mi eterno agradecimiento y mi deseo de volver a verlos. Silvano e Anna,  vorrei ringraziarvi di nuovo nella voglia di rivedervi in aprile.