CARMINA MACARONICA SELECTA

"Quid contentandum nisi contentamus amigos? / Hoc mihi servitium facias, tu deinde comanda, / nam, giandussa mihi veniat in culmine nasi, / ni pro te posthac Paradisos mille refudem", Baldus, V, 9, 295-298

sábado, 1 de diciembre de 2012

LA PROSODIA DE LAS PALABRAS LATINAS



1. Regularidad prosódica general.

La regularidad prosódica de los vocablos latinos, según las normas de la prosodia clásica, es un rasgo de carácter general (cf. Normula parr. 2: Latina ...vocabula suam observant quantitatem y 11). Son escasos los hechos prosódicos extraños a la normativa clásica, y remiten en su mayoría a ‘particularidades’ admitidas en el uso del latín quiñentista. Las verdaderas ‘excepciones’ y errores prosódicos resultan prácticamente inapreciables en un vasto conjunto de palabras latinas prosódicamente regulares1.

1. 2. Particularidades prosódicas.

1. 2. 1. Errores prosódicos involuntarios.

Los lapsus de tipo prosódico y métrico son, como se ha sugerido, extremadamente exiguos en Folengo. Estos lapsus se encuentran incluso entre los mayores poetas del Humanismo y son “enventualmente justificables también como huellas de una revisión formal no ultimada”2. Varios de tales errores prosódicos concurren con sus variantes regulares y experimentan una progresiva corrección a través de las sucesivas redacciones de la obra macarrónica folenguiana (redd. P, T, C y V, la última, cuya limae labor quedó incompleta con la muerte del autor). Massimo Zaggia aconseja guiarse con cautela en este terreno y propone hablar de errores imputables a Folengo sólo cuando no sea posible encontrar testimonios de éstos como licencias autorizadas por el uso latino del quinientos, aunque determinar este uso supone de por sí una dificultad añadida.

1. 2. 2. Errores prosódicos voluntarios.

En opinión de Zaggia, “casos como bēne, pārum, tēgi, vĭs (todos recurrentes una o dos veces en las Egl. P o en la Zan. T), parecen más bien intencionales errores prosódicos ya sólo por el cotejo con las testimonios cercanos, dentro de la misma fase redaccional, de las formas correctas běne, părum, těgere, vīs. Evidentemente, estos aislados ‘errores’ no son involuntarios, sino que han sido tolerados o introducidos por el autor como signos de un consciente descuido versificatorio, dentro de una concepción aún técnicamente inmadura del arte macarrónica: nótese de hecho que estos casos se encuentran en su totalidad en la primera o segunda redacción de las Macarroneas, nunca en la tercera o en la cuarta. (Por contra, ciertas anomalías prosódicas muy aisladas de la cuarta red., como vĕlocior en Mosch. C-V II 215, se podrían explicar por el conocida carácter incompleto de la última revisión)”3.

1. 2. 3. Vocablos aparentemente latinos.

Para Zaggia nos encontramos con el traspaso, formalmente inadvertido, de un vocablo latino a su correspondiente vulgar. La voz, aparentemente latina, ha sido realmente tomada del vulgar, y es tratada desde el punto de vista prosódico igual que las palabras obviamente macarrónicas, es decir, con una prosodia arbitraria dentro de ciertos límites. Tal definición puede corresponder con una concepción ampliada del ‘macarronismo semántico’ paoliano, “consistente en el empleo de palabras latinas en forma inalterada con el sentido que la palabra tiene en el correspondiente vocablo vulgar: căsa ‘casa’ (en latín: căsa ‘cabaña’; domus ‘casa’)”4, ya que las palabras se ven alteradas desde el punto de vista prosódico. Así, se encuentra cāsa en Egl. P II 120 con el sentido de ‘casa’, aunque, por otra parte y al menos en las macarroneas menores, aparece siempre bajo la forma regular căsa (dieciseis veces de diecisiete con este sentido). Otros ejemplos con cambio de sentido podemos encontrar en cāvare ‘extraer’ / căvare (lat.: ‘cavar’); pārare ‘empujar, conducir’ / părare (lat.: ‘preparar’), etc., y sin cambio de sentido en pălus / pālus, lat.; mĭca / mīca, lat., etc5.

1. 2. 4. Manipulación formal de vocablos latinos por motivos prosódicos.

En Normula, par. 7 se alude a una manipulación de tipo formal –concretamente a través de la geminación y simplificación de consonantes- realizada sobre ciertos vocablos para sustraerlos a las escansiones obligadas por la correcta prosodia latina. Para Zaggia, “se trata evidentemente de un procedimiento exquisitamente macarrónico, que, no obstante, Folengo quiere cohonestar indicando el conocido ejemplo clásico rĕliquiae / rēlliquiae6.

Aunque la Normula toma un ejemplo del vulgar (cătare / cāttare), este procedimiento se realiza en primer lugar sobre algunos vocablos latinos, como āddunatis (abl. pl.: cf. lat.: ădunare), bătit (pte. ind.; cf. lat.: bāttere), fāmme (abl. sing.; cf. lat.: fămes), tĕrenum (ac. n. sing.; cf. lat.: tērrenum), cuyas formas latinas correctas están también atestiguadas en las Macarroneas menores7.




1 Cf. Ed. Zaggia, p. 650
2 Cf. ed. Zaggia, p. 644
3 Cf. ib., p. 655
4 Cf. U. E. PAOLI, o.c., p. 155
5 Cf. Ed. Zaggia, pp. 657-659
6 Cf. ib., p. 659
7 Cf. ed. Zaggia, p. 659-660