y toda raza de hombres, y especie de aves y fieras. 470
Todo lo crea este niño,
sin el Amor pereciera.
Por esto natura
obediente, bien provista de dones,
estos fuegos y yescas
puso, y un dulce regusto
en todo ser porque así
puedan multiplicar sus linajes.
Dulce amor, dulces
furores, y dulce veneno, 475
melifluo dolor, tú
merecedor de que mis poesías
cante la Musa; tú el
corazón regalado de hombres fatigas,
traes locuras y
espadas, y llamas a muertes nefandas.
En mitad de la noche a
pobres amantes obligas
a hacer camino, y a
rondar el portal de la dura muchacha, 480
y a soportar el viento
y las lluvias, y el fiero sereno
cantando, y sacando
sones de la leve guitarra,
mientras, empero,
aquélla riendo abraza otro amante.
Tú necias cartas, y
componer miserables coplas,
y repetir trasnochados
sonetos haces a éstos. 485
A tu consejo bobas
dejan su techo muchachas,
y por sogas trepan de
noche, y siguen a hombres,
o un estudiante el
irreparable virgo les toma,
o un soldado las lleva
por las ventas avaras,
481
¡oh, cuántas veces me pasa!
488
Esto es...
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