CARMINA MACARONICA SELECTA

"Quid contentandum nisi contentamus amigos? / Hoc mihi servitium facias, tu deinde comanda, / nam, giandussa mihi veniat in culmine nasi, / ni pro te posthac Paradisos mille refudem", Baldus, V, 9, 295-298

sábado, 28 de marzo de 2020

CONTENIDO Y DATACIÓN DEL EMBLEMA MACARRÓNICO "OTIOSITAS VITANDA"





Museum of Imaginary Musical Instruments






3. Estudio de la obra.

3. 1. Contenido y datación.

Tras un “preambulum” así señalado que explica la naturaleza de la macarronea empleada (otios. 1-14), comienza la “historïa”, que sitúa el poema en un marco geográfico y cronológico muy preciso, Cádiz a jueves 25 de mayo de 1606 en una jornada festiva que ha de ser identificada con la del Corpus Christi1 (otios. 15-60). Durante ésta se vio una caterva de gatos trabajando en una fragua –lo que una glosa marginal considera como el emblema, al que corresponde el mote otiositas vitanda-. Los herreros reciben un soplo de esto y envían un legado al palacio de Vulcano para presentarle una queja (otios. 61-65). El portavoz llega al palacio y Vulcano le interroga sobre el motivo de su visita (otios. 92-95). Éste le responde que los gatos toman su oficio, que es también el de Vulcano, sin tener autorización para ello (otios. 96-125). Vulcano le pide al legado que le lleve al lugar donde se producen los hechos (otios. 126-129). Allí la gente se arremolina y se regocija ante el espectáculo de los gatos trabajadores (otios. 130-135). Alguien pregunta por el sentido de lo que se ve (otios. 136), y otro da lo que se denomina en nota marginal significatio Emblematis, “el significado del emblema” (otios. 137-142). Vulcano se dirige a los gatos en su lengua y les amenaza con terribles castigos (otios. 162-181). El principal de los gatos toma la palabra, y señala quejumbrosamente cómo han sido obligados a estar allí contra su voluntad tras ser engañados con un previo ofrecimiento de comida (otios. 182-265). Vulcano pregunta a sus vasallos presentes quién podría actuar como juez en tal causa (otios. 266-268). Uno de los artesanos propone a la ninfa Eco, por su honestidad y discrección (otios. 269-284). Vulcano decide marchar a la vivienda próxima de la ninfa, y en su camino encuentra a dos pedigüeños, hombre y mujer, modelos del perezoso que, estando sano, opta por mendigar antes que trabajar. El dios no se deja engañar y les busca una ocupación (otios. 270-378). Vulcano llega finalmente a la cueva de Eco, donde se considera como sentencia las sílabas finales resonantes de las preguntas del dios: “rata”, “rana”, “liza” (otios. 379-392). El celícola interpreta este fallo como una indicación de que los gatos deben participar en la Batracomiomaquia, es decir, la guerra entre ratones y ranas atribuida tradicionalmente a Homero (otios. 393-397). Los gatos se ponen, pues, en marcha, y llegan de noche a las lagunas donde habitan las ranas, aniquilando en un santiamén a los ratones (otios. 398-440). En señal de agradecimiento, las ranas envían un legado a Júpiter para que permita que los gatos tomen el oficio canoro propio de las ranas (otios. 441-452). Entonces, Orfeo “insigne musico y poeta” escribe a Apolo “autor de la musica” diciéndole que no corresponde ese oficio a los gatos (otios. 453-473). Apolo encarga a Orfeo que pregunte a los gatos si desean dedicarse a la música, pero estos prefieren ocuparse de las sobras de las mesas, cumpliéndose así sus deseos (otios. 474-489).

Sánchez Cantón fecha el poema en 1606 siguiendo la indicación “Aº 1606” que figura en el margen superior derecho del f. 7, y la fecha que se da en otios. 54 para situar la acción (cf. otios. 53-54: “Quinta erat feria, nostrae devotioni dicata / et solemne festum anni seiscientos y sexti”). Las palabras que damos en cursiva aparecen en el original subrayadas en rojo, el mismo color de tinta que presenta la fecha inscrita en el f. 7. Estas indicaciones deben atribuirse al propio autor del poema, que emplea la tinta roja para ciertas marcas diacríticas, o al recopilador de los materiales del volumen. La fecha tan precisa en que se plantea el comienzo de la acción, complementada con la fijación del día del mes (cf. otios. 26: “Sol cum occuparet quinos de Gemini gradus” y glosa: “que era .25. de Mayo, porque a .21. entra el sol en Gemini”), con la que se quiere señalar la celebración del Corpus Christi, de tradicional –y ya preterida- relevancia en Cádiz, puede entenderse como una referencia de actualidad para el autor de la composición. El poeta abre su poema haciendo una breve descripción de la ciudad al modo tradicional2, y parece que sea conveniente para ello el situarla en la fecha en que se mostraba probablemente más hermosa. No es preciso, pues, imaginar cualquier suceso anecdótico que ocurriera en aquella fecha histórica y que sirviera de motivo inspirador al autor, que escribe verosímilmente en ese mismo año 16063. Por otro lado, la causa de la elección de los gatos como protagonistas de la trama y figurantes en el emblema puede estar en el deseo premeditado de hacerlos constar como antagonistas naturales de los ratones en la recreación que se hace de la Batracomiomaquia, y en ciertos motivos iconográficos tradicionales que hace de los gatos símbolo de la gula4, de la cual dan pruebas éstos a lo largo de toda la composición.





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1 El Corpus Christi es una de las fiestas móviles del calendario eclesiástico, que es lunisolar, y está regido por la fecha de la Pascua de Resurrección dentro del año. Sabiendo que la Pascua de Resurrección del año 1606 cayó a 26 de marzo (cf. Enc. E-A. t. X s.u. 'calendario' -donde también se ilustra sobre el modo de calcular tales efemérides- p. 724), es fácil confirmar esta fecha, pues el Corpus se celebraba el jueves después de la fiesta de la Trinidad, que recaía en el domingo (21 de mayo de 1606) posterior a aquel en que se celebra la Pascua de Pentecostés (domingo 14 de mayo), que corresponde al séptimo domingo que sigue al de la Pascua de Resurrección (26 de marzo).
2 Sobre el topos clásico de la laudatio urbis y su aplicación en el Renacimiento cf. TORELLO SARAINA, Origen y engrandecimiento de la ciudad de Verona, intr., ed. crítica, trad. anotada e índices a cargo de J. M. DOMÍNGUEZ LEAL, Instituto de Estudios Humanísticos – CSIC, Madrid, 2006, pp. XXXVII-XLVI.
3 La obra de publicación más reciente que cita el autor data de 1597 o 1598 (cf. glosa autógrafa a otios. 206b), a menos que conociera también La Pícara Justina (1605) (cf. nota siguiente). Es ciertamente notable que un hombre tan al tanto de la vida cultural e historia de su ciudad no haga ninguna mención de Las Grandezas y Antigüedades de la isla y ciudad de Cádiz del canónigo gaditano Suárez de Sálazar, obra publicada en Cádiz en 1610, y con la que mantiene puntos de discrepancia en la apreciación de datos arqueológicos (cf. glosas a otios. 18, 19, 21, 22, 23, 24, 25), por lo que esta fecha podria entenderse como un amplio término ante quem para datar nuestra macarronea.
4 Cf. J. F. ESTEBAN LORENTE, Tratado de Iconografía, Istmo, Madrid 1990, p. 409. Agradezco desde aquí al Dr. D. Bartolomé Pozuelo Calero las sugerencias bibliográficas que amablemente me hizo en el campo de la Emblemática. Para otra posible fuente de elección del motivo gatuno cf. glosario s.u. ‘lauare’. El motivo de la fragua, el soplo dado a los herreros y la subsiguente intervención de la justicia de Vulcano tiene otro más que curioso paralelismo en la Pícara Justina (1605): “Tuvo soplo de esto la justicia (que quizá fue la fragua símbolo de la justicia, porque la una y otra cosa se gobiernan a soplos)” (cf. La Pícara Justina, ed. de Antonio Rey Hazas, Ed. Nacional, Madrid 1977, vol. I p. 163). No debe olvidarse por otro lado el constante uso de adivinanzas oscuras y jeroglíficos en esta obra picaresca, que debió ser del gusto del autor de otios. en el posible caso de que conociera la obra de López de Úbeda.

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