CARMINA MACARONICA SELECTA

"Quid contentandum nisi contentamus amigos? / Hoc mihi servitium facias, tu deinde comanda, / nam, giandussa mihi veniat in culmine nasi, / ni pro te posthac Paradisos mille refudem", Baldus, V, 9, 295-298

sábado, 25 de enero de 2020

FRAGMENTOS DE MI TRADUCCIÓN DE "BALDO" DE MERLÍN COCAYO: De cómo Cíngar desvalijó a unos franciscanos, usurpó su identidad y convenció al arruinado Zambello de unírsele en la vida frailesca (Baldus V, 10, 1-110)






Cíngar ama a Baldo, y toda la noche se afana;
no desfallece en su ánimo, y dando vueltas a todo
en su caletre discurre de qué guisa o arte al nacido
de Marte pueda sacarse al fin de la lóbrega cárcel.
Tal dice a Berta: "a Baldo yo sacaré de presidio,                          5
o me cortarán al final, tenlo por cierto, en mil pedacitos."
Tras esto decir, sin más esperar de Berta se aleja,
y en casa la deja, empero, de lo necesario servida.
Por ciertos bosques, buenos para robar, deambula,
y va pensando siempre en nuevas estratagemas:                       10
de qué manera pueda a Baldo sacar de la cárcel.
Mientras rápido anda por bosques siempre en penumbra,
hete que ve venirle al encuentro a franciscanos,
que hacen sonar la tierra con el "tic toc" de sus zuecos,
gastando sus tacones con sus calcaños desnudos.                      15
Vienen éstos tirando de un burro cargado de panes,
y no distingue bien quién de ellos sea el asnillo,
puesto que el asno y los frailes tienen el mismo pelamen.
Al punto blande su alabarda por medio del mango,
como si quisiera a los frailes hacerlos pedazos.                          20
Éstos hincaron en tierra sus recorvas rodillas:
"¡Piedad!", exclaman al tiempo que mil cruces se hacen.
Cíngar los despoja, dejándoles sólo las bragas,
y el breviario para que vísperas puedan rezarlas.
Aquel picaruelo de Cíngar, pues, huidos los frailes,                    25
Solo se queda allí con los trapos y con el borrico.
¿Qué hace?, primero se corta la barba con unas tijeras,
y del superior general el cilicio sobre la camisa
se acomoda, luego el hábito gris, y cogulla;
ciñe el cordón nudoso, y tras los calzones quitarse,                  30
desnuda piernas y pies, y se calza unas sandalias;
y a la postre se cubre la espalda con medio manto,
bajo el cual lleva, en vez de saca y de rosario,
la bolsa de las herramientas con que desquicia las puertas,
raspa monedas, o bien acuña nuevas y falsas.                         35
Ya no es Cíngar, porque lleva hábitos santos;
no obstante es Cíngar, porque a los santos ninguna gonela1,
ninguna cogulla los hace, ni fleco siquiera o roquete2:
so túnicas santas se esconden ¡ay!, a menudo granujas,
y a veces la piel de cordero está a unos lobos cubriendo.         40
A Baldo, pues, espera salvar bajo tales vestidos
Cíngar, y de otro modo no hay esperanza ninguna.
Quita el mango a su alabarda, y el hierro debajo
pone del cinto; todo lo cubre bajo su manto.
Cogiendo después junto a él al asno, Rigo llamado,                 45
monta encima, y lleva alforjas de pan rebosantes.
Corre volando el asnillo por la llanura y el monte:
No habría entonces querido tener hacanea3 francesa;
de tan bien que trota, de caballito4 amblador tiene aspecto.
Todo el que lo encuentra, se inclina con gran reverencia,         50
pues un san Macario5 les parecía tener a la vista.
Si blasfemado hubiera, "vísperas dice" juraras,
de tan bien que sabe fingir bondad con mojigaterías.
Requiere limosna y pide mendrugos de pan por las puertas;
todos pan le ofrecen, vino y carne salada,                              55
y pronto el borrico por el excesivo peso de todo
camina apenas, y mueve el paso muy fatigado.
Entonces Cíngar de nuevo tornaba a los bosques umbrosos,
y franciscanas togas dejando, volvía cual antes
a laico mostrarse, y todo en las plazas del pueblo a los tontos 60
vendía, mucho dinero obteniendo de tal mercancía.
Viniendo a Mantua a la postre, acude a sus contornos,
y de Cipada en las puertas pide, ladino, limosna.
Hete que ve a lo lejos solo en el campo a Zambello,
que despiojaba bajo el tórrido sol su camisa,                         65
y con sus dedos causaba una grande matanza.
Cíngar allí se dirige, y pica de espuelas al burro.
Entonces dice: "¿qué hay?, ¡norabuena!, ¡hola, buen hombre!,
¿sabes acaso dónde vive Zambello?, ¿lo sabes?"
Responde: "yo era Zambello, mientras la vaca Chiarina          70
vaca fue; mas después, cuando cabra volvióse Chiarina,
otro volvime; ya no más existe Zambello."
y Cíngar: "Un gran caso, compadre, estasme narrando.
No eres, Zambello, mi amigo Zambello sino algún otro,
como también vaca fue antaño, no cabra, Chiarina.               75
Mas tú (o bien tarugo, o bien orinal que resultes),
¿por qué te veo así de tal suerte cubierto de andrajos?"
"Así -responde- la desventura trata al cuitado.
Desesperado estoy, y ni un flujo de vientre6 me lleva,
pues antaño fui rico, y ahora, pobre, a las puertas                80
pidiendo, apenas consigo pan, y vino y la sopa;
única causa de mi desgracia fue el delincuente
de Cíngar, ¡que ojalá que un cáncer le coma los hígados!
Si el podestá ¡ay! pudiera a ese ladrón agarrarlo,
hacerse de cruces podría, si de la soga escapase."               85
Entonces Cíngar: "¡Bendito Dios y bendita su Madre!,
quieres tú, pobrecito, ser mi compañero, y la capa
esta darete, bajo la cual nos salvamos, y aquesta
cogulla de san Fracisco te asignaré mismamente.
¿Quieres, pues, servir a Dios y hacerte ermitaño?                90
Predicador serás, y cantarás luego misa,
pues la Iglesia alimenta a tantos a ti parecidos,
cuantos mil galeras no aprestarían al remo."
Zambello responde presto con gesto de grande contento:
"Estoy contento yo, de veras estoy contentísimo                 95
de ser vuestro hermano; la misa nueva yo he de cantarla7;
con tal que querais una capa grisácea vos entregarme,
pues mi jubón está ajado y caga jirones doquiera.
Y llenaré de blanco pan por dentro mis tripas,
que a duras penas llenaba de negro pan y de grama.          100
Aunque de letras no entiendo ni jota, empero yo mismo
bastareme para decir con vos unas vísperas."
Entonces desnúdalo Cíngar, y los andrajos de pobre
con sus propias manos a una zanja los tira.
Luego le entrega el hábito santo, mientras susurra             105
no sé qué, como si rezara salmos devotos.
Tomó a Zambello como compañero y hermano, llamándolo
Herino, mientras que él decide llamarse Quirino.
Luego partieron los dos de la ciudad de Cipada,
y, como si fueran frailes, con gran gravedad se conducen. 110








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1Attamen est Cingar, quia sanctos nulla gonella. Gonela, especie de túnica o saya.
2Nulla cuculla facit, seu floccus seu rochettus. Roquete, sobrepelliz de uso litúrgico.
3Non tunc Francesam voluisset habere chinaeam. La hacanea, según la RAE, es una jaca mayor de lo habitual pero menor que el caballo, y más apreciada que la normal.
4Tam bene quadrupedat ritu portantis ubini. El ubino era un caballito escocés, montado sobre todo por damas (Furioso, XIV, 53, 7) (Chiesa), domado en el arte de amblar, o andar moviendo el pie y la mano de un mismo lado.
5Se trata del anacoreta Macario de Alejandría, legislador de la vida monástica, muerto en 376 después de 60 años vividos en los desiertos del alto Egipto (Chiesa).
6Sum desperatus, nec me cagasanguis amazzat. Sobre cagasanguis cf. II 326, y nota.
7Vester fratellus; messam cantabo novellam. La misa nueva era la primera que cantaba el sacerdote, y, al parecer, reportaba importantes colectas (Chiesa).

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