Fantaseaba Cíngar de hacía ya mucho rato,
con la manera en que dar pudiera luz a los ciegos.
Astuto la encuentra, mientras se rasca la testa, 370
y empieza a dar en las piedras con su espada de acero;
ésta, siendo finísima hoja española, brillantes
chispas manda doquiera por las oquedades oscuras,
y con su escaso fulgor un poco de vista permite,
gracias al cual precavidos están y conocedores 375
los compañeros si tienen delante o detrás los diablos,
pues eran diablos metidos dentro de cuerpos de fieras,
en cuyo medio Baldo el primero se abalanza,
y empieza a desmembrar a las fieras en mano la espada.
Fracasso al tiempo, habiendo lejos tirado su tranca, 380
con solas sus manos los coge, aprieta, y los sofoca,
y ahoga con sus duras uñas a los jabalíes rabiosos.
Con solas sus manos, digo, y con solos sus dientes
desgarra, y entero de tibia sangre vese cubierto.
Virmazzo, y junto con él Filoforno a escasa distancia, 385
contra dos toros dieron comienzo a grande pelea.
Cíngar da repetidos golpes sobre las piedras;
el conocido dragón taimado le salta a la espalda,
y quiere impedirle que así luz ofrezca a sus amigos.
Grita socorro Cíngar; Moschino acude en su ayuda, 390
y desenvaina la espada, se tira encima del draco,
y echándole manos al cuello, lo aprieta y lo cabalga.
La sierpa1, corriendo, lleva a Moschino sobre su dorso.
Había visto tal cosa Falchetto; presta socorro,
y los persigue gritando: "¿A dónde, Moschino, diablos, 395
a dónde, Moschino, te lleva el dragón?, ¡desmonta, infelice!
Pues por tu vida temo, ¡rápido, salta del bicho!"
no lo oye Moschino, quien se deja llevar por la sierpe,
a la que con fuertes puños hiere entre sus orejas.
Hete que el veloce Falchetto a ambos se une, 400
y a gritos insiste a Moschino para que presto se baje.
Éste a su vez, sintiendo que viene en su busca el amigo,
cuadruplicando sus ánimos, tan fuertemente los flancos
aprieta de la serpiente de hacerla caer sofocada.
Falchetto súbito por la su oreja derecha la agarra, 405
y arrastra a la sierpa ya por un lado, ya por el otro;
Moschino firme se tiene a caballo, y mueve calcaños,
y con su mano de guante armada dale lo suyo;
retrocede la sierpe, y alante avanzar no desea.
Igual que una vaca al macelo llevada por el matarife, 410
tanto más retrocede, cuanto de ella se tira,
porque de lejos ve sus hermanas descuartizadas,
y sus miembros colgantes de ganchos ensangrentados.
Cíngar allí cerca, toda su espada abiselaba,
que estoque ya no parece, sino sierra dentada. 415
Sin embargo, no deja de chispas sacar de las piedras,
y de ofrecer a sus compañeros fulgor mortecino.
Sábese muerto el dragón, y rápidamente distinta
adopta apariencia, porque (cosa admirable decirlo)
la que era hasta ahora serpiente, hermosa muchacha parece, 420
cuyo el nombre Smiralda fue, de la raza de zorras.
Cae a tierra Moschino, pues bajo el culo el largo
dorso le falta, y aquel dragón adopta otra forma.
Falchetto quedose pasmado; todos la miran suspensos
de la cabeza a los pies vestida de blancos ropajes; 425
ésta un libro sostiene en las manos, musita palabras,
y huyendo de los barones, busca donde esconderse.
Presto, empero, Falchetto por la su falda la agarra,
prenda que de sus manos se escapa; Falchetto, más que oso
rápido, súbito cógela por las trenzas de nuevo, 430
y con el mismo gesto le arranca el libro del pecho.
Harto admirable suceso entonces verse fue dado:
apenas la hubo cogido Falchetto, y el libro cerrado,
todo animal se escabulle por entre las súbitas sombras,
y al tiempo seis mil diablos desaparecen deprisa. 435
Grita Smiralda a su vez, y un planto amargo comienza,
y suplicante ruega a Falchetto, y así lisonjea:
"¡ay de mí!, sin cuidado del trato con hombres, honesta
vida llevo en estas grutas, y honra conservo.
¡Oh, Falchetto!, ten en estima tu fama, y aquesto 440
no estimes digno de loa, la ofensa a tierna muchacha.
¿Qué harás de mí, que soy mujercita, de mí que
una soy del número de las ninfas de Palas?
Ruégote, pues, que devuelvas el libro que hasme quitado,
y que lícito sea dejarme seguir mi camino." 445
Entre tales mentiras la puerca a Falchetto acaricia,
y su mejilla con dos dedos aquella putilla
pellizca, según el auténtico arte de la conquista,
y de halagar a los papanatas y a los ineptos.
Llegaron allí Baldo, Cíngar y todos los caballeros. 450
Éstos al tiempo admiran de la muchacha el garbo;
uno dice: "crimen matar a una bella chiquilla";
otro dice: "crimen que escape una fea ramera".
Entre tanto, Falchetto, apïadado, se apresta
a liberarla, para que vaya a donde le plazca, 455
y mientras piensa de su deshonor en la propia medida,
hete que lejos voz alta suena, y con ella radiante
luz aparece, que a gritos exclama: "¡Cogedla de nuevo,
coged, caballeros, a esa sucia e inmunda bagasa!
Por tal peste el mundo entero se desmorona." 460
Presto Lirón por el cuello retoma a la muchacha,
que se soltó de la tiernas uñas de nuestro Falchetto,
y firme la agarra, hasta que llega allí un viejucho
lleno de barbas, por la gravedad a Catón semejante,
quien con alegría primero saluda a los caballeros. 465
Luego ordena que háganle entrega del mágico libro.
Aquélla al punto grita: "¡no des, Falchetto, el cuaderno!
Este viejo malvado se apresta a engañaros."
Volviéndose a ella el anciano responde: "maléfica bruja,
se avecina el momento, en que cuentas rendir deberás de 470
tantas almas perdidas, y al Averno tiradas
por ti, y por tus compañeras de la estirpe de brujas;
di, meretriz de Satán; concubina, di, del Diablo,
di: ¿ahora qué cuentas?, dices ser de Atenea
ninfa, mas de Milán Comacina puerta2 resultas, 475
por la que tantas gentes van y vienen sin cese.
¡Oh, harto te ha tolerado la vindicación del Tonante!
Justo es ya que recibas castigo, y que vayas al Orco.
Arroja ahora, Falchetto, el libro; arroja la plaga,
carroña de todo el orbe y hedor de los cielos excelsos." 480
Falchetto mira a Baldo, al que Baldo seña le hace
de obedecer al viejo barbado. Falchetto a la arena
tira el librito; y hete que apenas lo había arrojado,
un repentino estruendo y terremoto les viene:
turba en tromba acudió de diablos, y agarran la pícara, 485
que, miserable, gritando entonces la arrastran al Orco,
y en compañía de otras putas seis mil las veces
por hora comida de Belcebú y excremento deviene.
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1 Serpa. "Il drago, detto spesso serpente (cfr. sotto vv. 406 e 409) nella letteratura cavalleresca" (Chiesa ad locum).
2 ...Porta ipsa Cosmana Milani. Puerta situada al norte de la ciudad.
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