CARMINA MACARONICA SELECTA

"Quid contentandum nisi contentamus amigos? / Hoc mihi servitium facias, tu deinde comanda, / nam, giandussa mihi veniat in culmine nasi, / ni pro te posthac Paradisos mille refudem", Baldus, V, 9, 295-298

viernes, 14 de septiembre de 2018

LA MACARRONEA DE FRANCISCO PACHECHO: Sintaxis, prosodia y métrica.







Sintaxis macarrónica.

No pueden señalarse en la macarronea pachequiana rasgos de sintaxis ajena a la clásica, ni mucho menos imitación de los usos sintácticos folenguianos.

Prosodia macarrónica.

1.Rasgos generales.

Pacheco se atiene a las reglas generales de la prosodia clásica y a las de la prosodia macarrónica señaladas por Folengo, y eso a pesar de la notable extensión de su macarronea (636 vv.). Las irregularidades prosódicas afectan a 24 versos (24, 43, 49, 50, 66, 80, 100, 154, 195, 229, 238, 287, 296, 298, 307, 364, 461, 481, 484, 542, 556, 564, 613, 629), que suponen, así, un mísero 0,2 % del total.
Es notable la regularidad prosódica de las desinencias de palabras latinas y macarrónicas. La mayor parte de estas excepciones eran ya tratadas en la Normula macaronica de syllabis de la red. T par. 5. En el caso de Pacheco son escasas y afectan a tres ablativos de gerundio macarrónicos (batiendŏ, gateandŏ, inroscandŏ), y a una única palabra latina (infră, v.108).

2.Prosodia de las palabras latinas.

Se observa una regularidad prosódica casi absoluta; las irregularidades afectan a la cantidad de las sílabas, y, en ningún caso se producen rupturas de la ley de la posición, de acuerdo así con la práctica folenguiana consagrada en la Normula par. 2. Se da un caso de consonantización de 'i' prevocálica (v. 505).

2.1.Errores prosódicos.

No es posible establecer con claridad cuáles de estos lapsus prosódicos sean voluntarios y cuáles involuntarios. La constante regularidad prosódica observada en la producción neolatina de Pacheco induce a atribuir un carácter voluntario a la mayoría de estos errores, que son producto de una consciente facilonería versificatoria, que dejaba también sus huellas en las redd. P y T de las macarroneas folenguianas.
Fuera del lícito alargamiento en arsis y por posición, se encuentran alargamientos de sílabas breves (cf. v. 49: lapsūs, v.80: uōlat, v.100: dīcentes, v.154: nīmis, v.481: fērumque, v.613: frūar, v.629: dābis), y abreviación de sílabas largas (v.80: caeli, v. 229: quaeris, v.296: nĕmo, v.195: sĕra, v. 287: meliorĭ, v.307: tĕlis, v.364: decĭdit, v. 461: mĭttat), y de algún monosílabo que debería ser alargado por posición (v. 298).


2.2.Vocablos aparentemente latinos.


Quedan englobados en esta categoría stīlo (v.28), pāuor (v.130), căstigat (v.66) cŏmponere (v.484), mĕlŏdīa (v.276) y tĕtricos (v. 459), que rompen las reglas de la prosodia que se aplicarían a sus sosias latinos con cambios arbitrarios de cantidades y rupturas de la ley de la posición.


2.3.Manipulación formal de vocablos latinos por motivos prosódicos.


No hay ejemplos de tal manipulación en la macarronea de Pacheco.


3.Prosodia de las palabras macarrónicas.


La influencia de la técnica folenguiana ha de ser evidentemente mayor en la prosodia de los macarronismos. Pacheco se atiene, aunque en menor medida que Folengo, a las preceptivas clásicas, lo que consigue que su macarroneo se presente bajo un aspecto prosódico unitario y regular. No hay, por otra parte, huella de alguna de las libertades formales que se arroga Folengo y consagra en forma de reglas en su Normula, concretamente en las recogidas en los parr. 4, y 8, aunque sí cumple con lo establecido en los parr. 1, 3 (tăpāuerat / tāpāuerat), 5 (batiendŏ, gateandŏ, inroscandŏ), y 9 (rōpam / rŏpāmĭne). Hay, aparte de eso, algún caso de abreviación de vocal en tesis (v. 238: floxă -abl.-).
Los diptongos españoles son tratados como largos (aprietem, cairum, duendes, farautes), con dos excepciones (murcielagi, pliegues) por razones de adecuación métrica.


3.1. La 'ley de la penúltima'.


Pacheco en sus macarronismos respeta escrupulosamente esta ley prosódica latina; hay, eso sí, dos aparentes excepciones (atincăre, carnĕre) que hacen dos macarronismos esdrújulos de dos palabras españolas llanas, con el fin de conservar la identidad del acento originario; además, hay seis macarronismos con retrotracción del acento (connectăre, contamĭnat, guimăra bis, guimăros, parecĕre), motivada por razones métricas.


3.2.Sílaba anceps en protonía.


Hay cuatro ejemplos en la macarronea de Pacheco del uso ilustrado en la Normula par. 3 (āfeite / ăfeite; ālumbrat / ălumbrat; guīmara / guĭmara; tāpauerat / tăpauerat), aunque hay más muestras en diferentes casos -heteromorfos-, números, modos, y tiempos de la misma palabra.


3.3.La ley de la posición y alternancia de consonantes dobles y simples.


La ley de la posición es ampliamente respetada en la macarronea pachequiana, incluidas las consonantes dobles que representan un sólo fonema (caballus, calloncas, corros, etc.); sólo he localizado 4 excepciones, debidas a causas métricas (aprĕssŭrāte [v.34], ĕscărmientet [v.43], găllinam [v.257], ărrĭpardus [v.550])
No hay pruebas de que Pacheco, de acuerdo con Normula par. 7, emplee la simplificación o geminación de consonantes para señalar abreviación y alargamiento de sílabas respectivamente. Folengo basa su licencia en hechos lingüísticos extraños a nuestra lengua como la geminación de consonantes y su simplificación en los dialectos septentrionales italianos. Tal carácter, o su desconocimiento, puede apartar al autor macarrónico español de la aplicación de Normula par.7 a sus macarronismos.


3.4.Sílaba anceps ante muta cum liquida.


Sí hay muestras de este uso folenguiano aplicado a los macarronismos en Pacheco (cŏplae / cōplas; mŭgrentas / mūgrienta; ōbram / ŏbras).


3.5.La regla de “vocalis ante vocalem corripitur”.

Esta regla básica de la prosodia latina, que se aplica también en el macarroneo folenguiano, como se deduce de Normula, par. 3.: bĭancus, păësus, galĕazza, scrŏa, etc., está asimismo presente en la obra de Pacheco (căidae, dĭablos, dĭentes, digĭis, etc.).
No se aplica esta regla si el acento tónico vulgar viene a caer en una vocalis ante vocalem (ambasserīam), igual que en Folengo (carnecerīa, chirimīa, desafīos, melodīa, menēat, pelēas, policīa, puterīas, sanchēo, simonīa); es de señalar asimismo la posible neorformación latina de Pacheco cabalistēos, probablemente derivada del sustantivo atestiguado Cabbalistae, “especialistas en la Cábala”.
No hay, por otra parte, casos de consonantización de 'i' prevocálica, ni de sinícesis, lo que confirma la regularidad prosódica del macarroneo pachequiano.


4.Métrica macarrónica.


El poema consta de 636 versos, de los que 12 dísticos elegíacos, a guisa de excusatio inicial, y de 612 hexámetros κατα στίχον que constituyen el cuerpo de la subsiguiente narratio.


4.1.Características.


El extenso poema presenta una regularidad general muy marcada; no existen versos holoespondaicos, y el número de holodactílicos es muy reducido (15) respecto al cuerpo general de la macarronea. Por otra parte, algunas irregularidades métricas son claramente intencionales en Pacheco, quien las señala así en apostilla, en clara imitación folenguiana; es tal el caso del v. 50, que es hipométrico, y es señalado en glosa como versus deprauatus; el del v. 322, que presenta una anómala combinación de cesuras penthemímeres y trocaica1, y que es glosado con el famoso apotegma horaciano (en variante) bonus quandoque dormitat Homerus; y el del v. siguiente, marcado como versus leoninus, por su evidente rima interna.
Por su relevancia métrica ha de señalarse en Pacheco un fenómeno de intrusión fonética intencionada que se materializa en la realización de vocales protéticas que aseguran la existencia del medio pie necesario para la correcta escansión del hexámetro o pentámetro en cuestión; esta pronunciación protética se da, ya en palabras latinas (v. 24: scribentis, v. 542: spargit), ya en macarrónicas (v. 556: spichat, v. 564: smaltas), conviviendo con la realización fonética normativa.

I. Hexámetros.

a)Los cuatro primeros pies: distribución de dáctilos y espondeos.

TIP.
TOTAL
Nº ORDEN
Pach.
Nº ORDEN
VERG. Aen.
Nº ORDEN
OV. met.
SSDS
67=10,94%
1
7
-
DSSS
63=10,29%
2
1
2
DDSS
62=10,13%
3
2
1
DSDS
55=8,98%
4
3
4
DSSD
52=8,49%
5
9
3
DDSD
49=8,00%
6
10
5
SSDD
39=6,37%
7
14
16
SSSS
34=5,55%
8
5
15
SSSD
32=5,22%
9
13
-
SDSS
32=5,22%
10
4
-
SDSD
31=5,06%
11
11
-
DSDD
31=5,06%
12
12
7
SDDS
25=4,08%
13
8
-
DDDS
24=3,92%
14
6
6
DDDD
15=2,45%
15
15
8
SDDD
13=2,12%
16
16
-


La correspondencia con las series virgilianas es bastante evidente, como sería de esperar, en las series iniciales (salvo en la primera, en la que la escansión de los macarronismos parece llevar al predominio del espondeo), al igual que en las finales; en las series centrales es evidente la mayor libertad del poeta macarrónico, que trabaja experimentado con la cantidad de los macarronismos.


b)Elisiones.


TIPOLOGÍA
TOTAL
1A
-
1T
17=19,10%
2A
29=32,58%
2T
7=7,86%
3A
11=12,35%
3T
-
4A
11=12,35%
4T
19=21,34%
5A
5=5,61%
5T
1=1,12%
6A
-
7T
-




De acuerdo con la norma clásica, los lugares tradicionales de la elisión, en primera tesis, segunda arsis y cuarta tesis cobran especial preponderancia frente a la primera arsis y sexta tesis. Se cumple, por otra parte, la ausencia, casi total, de elisión en la quinta tesis y sexta arsis. Zaggia señala que el uso de la sinalefa en las macarroneas menores de Folengo es regular. Se dan unos 10 escasos casos de hiato (vv. 95, 105, 131, 150, 160, 264, 289, 454, 611), en lo que se viene a coincidir con los usos folenguianos. Entre ellos no se encuentra ecthlipsis, es decir, hiato despúes de –m final.





c)Cesura.






TIPOLOGÍAS
TOTALES
VERG.
PENTEMÍMERES
478


615=98,55%


99,62%
TRIPLE A
137
TRIPLE B
1


9=1,44%


0,38%
HEPTEMÍMERES
8






Los resultados del cuadro, como es habitual, consagran un claro predominio de los patrones virgilianos.






d) Estructura silábica y finales de hexámetros. El monosílabo final.



CUADRO I






TIPOLOGÍA
TOTAL
VERG.
OV.
2+3
420=67,30%
32%
35,5%
3+2
171=27,40%
53,5%
55%
2+1+2
29=4,64%
11%
8%
5
2=0,32%
-
-
3+1+1
1=0,16%
1%
0%
1+2+2
1=0,16%
0,50%
0%












CUADRO II







TIPOLOGÍAS






Nº VV.
Fas est
Ubiqu(e) est
TOTAL
VERGARA
624
1
-
1=0,16%
VERG.
14072
48
46
94=0,66%
OV.
22724
133
133
146=0,64%






Los resultados del cuadro I nos revelan la influencia de los dos poetas clásicos más imitados. Esta influencia se plasma también en las macarroneas menores folenguianas, donde el hexámetro suele cerrarse con un bisílabo o un trisílabo. Es también excepcional en Folengo la cláusula pentasilábica.
El único monosílabo en fin de verso que se da en la macarronea de Pacheco es producto de calco. Estos finales, sobre todo precedidos de otro monosílabo, tienen una frecuencia más bien alta en Folengo, con un fin paródico.


II.Pentámetros.

A) Características.

Hay doce pentámetros distribuidos en dísticos elegíacos.

a) Los dos primeros pies: distribución de dáctilos y espondeos.



TIP.
TOTAL
OV.
SS
4
8,40%
DS
3
52, 4 %
DD
3
30, 9 %
SD
2
8, 3 %

12







La primera serie más usada no corresponde a la más empleada por Ovidio.

b) Elisiones.

Hay una elisión en primera tesis, y otra en cuarta tesis. No hay casos de hiato. Estos resultados coinciden con los de la norma clásica.

c) El monosílabo ante cesura.

No existe ejemplo de tal monosílabo, que tiende a ser evitado de acuerdo con la preceptiva antigua.

d) Estructuras morfológica y silábica y finales de pentámetro: el monosílabo final.


TIPOLOGÍAS
TOTALES
OV.
VERBOS
8

12= 100 %

80 %
SUSTANTIVOS
12
ADJ. PRON.
-

-

17 %
PRONOMBRES
-
ADJETIVOS
-


-


3 %
ADVERBIOS
-
NUMERALES
-
CONJUNCIONES
-
INTERJECCIONES
-

12






La estructura morfológica de los finales coincide casi plenamente con los ovidianos, lo que no debe extrañar dada la especial dificultad del segundo hemistiquio y pies finales del hexámetro y pentámetro.


TIPOLOGÍAS
TOTALES
BISÍLABOS
12 = 100 %


12 = 100 %
TETRASÍLABOS
-
PENTASÍLABOS
-
TRISÍLABOS
-
HEPTASÍLABOS
-
MONOSÍLABOS
-
-

12







El predominio del bisílabo final en Ovidio se vuelve absoluto en la composición de Pacheco. Es de notar también la tendencia del autor a evitar, de acuerdo con la norma clásica, el monosílabo final.







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1J. LUQUE, “Escalígero y la composición de los versos”, Ágora, 2001, 89-110: 96.

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