sábado, 12 de febrero de 2022

LA SEGUNDA REDACCIÓN DEL "POEMA MACARRONICUM" DE 1700: Traducción (V)

 

Vieras, lector, las altas murallas de gente repletas,

Y muladares y cerros, igual que la tierra y el suelo;

No había ningún lugar que allí la gente no ocupe,                  85

Pues al Almirante nadie hay que ver no desee.

He aquí que el Almirante a Sevilla por caso se acerca,

Y en muchos coches una cuantiosa turba venía.

Entonces todos a una mucho armaron de ruido,

Entonces al tiempo murmullos en ronda sonaron tremendos: 90

Unánimemente desean al punto verle la cara

Al gran Almirante, nadie el último quiere quedarse.

Dan rempujones, dan de golpes, y danse moquetes;

Ya capas rasgan, ya los mantos, y en oleaje

Caen a cientos sin parar, desgreñando melenas.                    95

De la tierra surgiendo polvo al cielo subía,

De henchido polvo una enorme nube se había formado,

Y tan crecida que a todos la vista quitarles podía;

Innumerables entraban los coches cargados a tope,

Muchas carrozas y alguna que otra silla volante.                 100

El Almirante en persona llegó por fin a la villa.

Él en vistoso coche de seis mulas venía,

Al que dos cocheros del Rey, en mate librea

Vestidos, mandaban; su séquito siendo muchos lacayos

El Duque Osuniense venía cerca del Almirante,                   105

Y caballeros venían, cuál fuera su número ignoro1.



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1 El autor elimina la referencia directa al segundo acompañante del almirante (véase aquí n. 6).


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