v. 26 p.7: gradus. Que era .25. de Mayo, porque a .21. entra el sol en Gemini.
v. 34 pp. 27-28: et cuellos ponere tiessos. De poco tiempo aca se han vsado estos cuellos tiessos almidonados, que aunque puede escusar el vso de ellos, pero al añedir cada dia mas a este vso, de manera que se vengan a hazer de grandeza desproporcionada, no escusaria yo de alguna culpa al que añidiesse al vso como a primer inventor de aquella demasia. Muchas veces no se haze caso de pocas cosas, porque parum pro nihilo reputatur, pero tantas pocas cosas se pueden añedir que se destruya la moderacion deuida en el trage comun, que es hazer daño a quien no puede sustentar aquello que se añide, y lo ha de quitar de la boca por no dexar de andar al vso. Bien se echa de ver lo que hazen cosas muy menudas multiplicadas en e<l cu>ydado que tienen las religiones para conservar la perfeccion y la puntualidad de su regla, en que no aya relaxacion, ni se introduzga tal aunque sea a titulo de necessidad por muy menuda cosa que sea, porque si oy dissimulassen con vna cosa de poco momento, y otro dia con otra, vernian en tiempo a perder el antiguo rigor con que començaron, y con esto enfriarse la deuocion.
Mucho mas digno de reprehension es el cuello que oy vsan las mugeres que, pensando que es autoridad o parece mejor que otro vso los que llaman tentemocos, vsan de este trage con que se desfiguran, estandoles mucho mejor el trage llano y comun como muy honesto. La demasiada curiosidad en el tocado y aparato de sus personas no dexa de tener mucha parte de vanidad, y por el consiguiente de culpa. Basta ser cosa que Dios aborrece la demasia en esto, si será causa de culpas, como lo dize Dios por Esaias .c.3.16.: "et dixit Dominus: pro eo, quod elevatae sunt filiae Syon, et ambulaverunt extento collo, et nutibus oculorum ibant, et plaudebant, et ambulabant pedibus suis, et composito gradu incedebant, decalvabit Dominus verticem filiarum Syon, et Dominus crinem earum nudabit. In die illa auferet Dominus ornamentum calceamentorum et lunulas et torques, et monilia, et armillas et mitras, et discriminalia et periscelidas, et murenulas et olfactoriola et in aures, et annulos et gemas in fronte pendentes, et mutatoria, et palliola, et lintheamina, et acus, et specula, et sindones, et vittas et theristra, et erit pro suavi odore fetor, et pro zona funiculus, et pro crispanti crine calvitium, et pro fascia pectorali cilitium". Sobre aquella palabra extento collo, el cuello estendido, levantada la cabeza con soberbia -tambien se puede entender el cuello estendido como lo que aora se vsa, que excede la corona de la cabeza- dize Tertuliano vna cosa muy importante para las mugeres casadas: "caput maritis subiicite et satis ornatae eritis, munus lanis occupate, pedes domi figite, et plus quam in auro placebunt; vestite uos serico probitatis et byssino sanctitatis, purpura pudicitiae. Taliter pigmentatae deum habebitis amatorem". No ay tal afeyte como la honestidad y cordura, y la buena aplicacion al trabajo y al govierno de su casa. Quan alabada es aquella muger fuerte, prover. 31.13.: "quaesiuit lanam et linum, et operata est consilio manuum suarum", y mas abaxo pvr. 19. : "digiti eius aprehenderunt fusum". Este el el adereço conque parece de mejor arte y mas agradable vna muger. "In vestitu ne glorieris unquam" dize el Ecctiastico en el c.11.4. El rico avariento "induebatur bisso et purpura"1, mas Sant Juan Baptista no vsava de vestiduras delicadas; vease qual fue el fin del vno y del otro. Lo que pueden responder las mugeres es que no tienen mala intencion quando se atauian; y a que esto sea, a lo menos pierden el tiempo, que es cosa preciosa, pretiosissimus sumptus est tempus. S. Pedro.1. ept.3. enseña que el trage de la muger christiana no ha de ser superfluo ni en vestidos ni oro, sino en honestidad de habito. Dize Dios por Sophonias en el c.1.8.: "visitabo super omnes qui induti sunt veste peregrina"; quien busca nueuas inuenciones para ser singular en el trage, este viste ropa peregrina; pues ya si la muger para sus galas gasta excessivamente la hazienda de su marido (p. 42): y sobre esto no tienen vn dia de paz, y se ponen en occasion de que passe necessidad su familia, por los exorbitantes gastos en el trage, diziendo que pues fulana saco tal ropa, no ha de ser menos que ella; y aun a vezes no se contentan con otro tanto como sacó la otra, sino que quieren exceder, cosa indigna de mugeres cuerdas y christianas. Cada vna se deve tratar honestamente lo que suffre su possibilidad, a la medida de su estado y de su hazienda, procurando que antes le sobre para vna necessidad o enfermedad, y no consumir en vn dia lo que han de ayunar quatro. No es de persona discreta tener diez y gastar quinze. Si las mugeres entendiessen quan honrada cosa es andar honestamente vestidas, y quanto mas estima se haze de ellas, a buen seguro que no buscassen demasias, demas de que la honestidad les añide hermosura; y tanto mas bien pareceran quanto mas huyeren de la vanidad, que es la polilla del buen seso, y destruydora de la buena opinion de prudentes mugeres.
v. 35 pp. 28-29: fricantes ocellos. La macharronea demanda que aya tambien algunos versos ridiculos, y estos dos passen por tales, pero no sin provecho. Mucha parte de culpa tienen las madres descuydadas en la criança de sus niños, que suelen criarlos malaconstumbrados y enfermizos, y aun muchas veces deffectuosos, faltos e inutiles, no procurando guardarles de serenos, soles, ayre colado, desabrigo, frio, y de comer cosas dañosas; que aun tierra suelen comer y carbon y otras inmundicias, dexandoles yr por su apetito. En dos cosas han de ser las madres que crian vigilantes, en la conseruacion de la salud corporal de sus niños, y de la spiritual, que se vayan desde tierna edad haziendo a las virtudes.
Para lo que toca al cuerpo procurar que salgan vestidos y abrigados de la cama, y que entredia no se desabriguen, mayormente en invierno; y es yerro de quien piensa que se crian mas sanos poniendolos al frio y al calor y al sereno. Si es que los crian para pastores, aun no se admitte tal manera de criança, porque el infantico nace tierno y apto para recebir qualquier impression dañosa. Y quando huvieren de criarle para rustico, ha de ser muy poco a poco, y no de golpe, porque pensaran hazerlo fuerte y para todo, y quedara inutil y para nada. Despues de ya crecidos se puede hazer essa experiencia, y no desde que nacen hasta los tres años, que podemos dezir que esta como en flor la fruta, y la pepita del almendra en leche. En este tiempo, qualquier descuydo, por pequeño que sea, es a riesgo de la criatura. A muchas personas ya crecidas no les haze daño dexar de noche la ventana abierta en verano, pero a la criatura que tiene la madre cabe si, queriendo ella gozar del fresco, le haze muy notable daño al niño, como he visto yo que ha acaecido, y aun en personas ya crecidas y acostumbradas a ello. Si luego no les haze mal, juntanse muchas para pagarlas de vna vez como yo conoci vn hombre que biuia como philosopho, y me dixo vn dia que toda su vida desde moço dormia abierta la ventana en invierno y en verano; y vino a pagarlo de vna vez, que amanecio muerto, aviendosse acostado bueno y sano. Y tambien vi vna niña de .9. años que de ocasion de llevarla vna noche a la Ysla2, aunque abrigada quando se criava, perdio el juizio, y hazia cosas temerarias, con riesgo de perder la vida, hasta que murio. Al cuerpo tierno de la criatura doblado mal le haze el ayre colado, el sol, el frio, y lo demas ya dicho, que a las personas ya crecidas, que tienen fuerça y virtud para resistir qualquier contrario. Tengan tambien cuydado las madres de que no hagan cosa con la mano izquierda; y quando conviniere, atensela dexandoles suelta la derecha para que obren con ella. En lo que toca a la comida, ha de tener vigilancia la madre de açotarle quando comiere tierra o carbon, o otras cosas dañosas que los niños como ignorantes suelen llegar a la boca. Esto baste en quanto al cuerpo.
Las costumbres buenas no han de ser menos procuradas que la salud corporal. Si tenia el niño vn siniestro o mala costumbre, quitarselo con vna diciplina que escueza y no le haga daño. No ha de vsar la madre de otro genero de castigo, ni de puñada ni bofetada, ni darle con cosa que pueda hazer daño, que acontece muchas vezes sin quererlo hazer quebrarle vn ojo, o vn diente; ni tenga costumbre de offrecerle ni maldezirle. La primera cancion matutina de los niños es refregandosse los ojos llorar y pedir pan a su madre. Antes de que lo vistan, a tres vezes que le den con vna diciplina delgada, se dexara vestir, y si tuviere edad para ello le haga hincar las rodillas en el suelo y de<zir> la doctrina, y luego darle de almorzar, y acostumbrarlo a esto, que yo oy dezir de vn christiano padre que impuso a su hijo desde tierna edad a pedir a su verdadero padre Dios lo que avia menester, poniendolo de rodillas delante del altar de su oratorio, y tenia el padre aparejado lo que avia de pedir para darselo luego; y assi vino a ser este niño hombre de oracion. Tambien importa mucho que la madre sea dechado del niño, que lo que veen y oyen los niños a su madre esso hazen y esso dizen, con el amor que tienen a la madre. En esto veran quan gran yerro es mentar al demonio delante del niño, y offrecer y maldezir y deshonrrar y ayrarse con demasia, que es pestilencia muy pegajosa y muy dañosa; ni han de incitar al niño que sea vengatiuo por apaziguarlo, sino enseñarle que no de mal por mal. Oy vemos que la primera cosa que el niño habla es desonrar y offrecer, y dezir palabras de poca honestidad, y desto tienen notable culpa las madres, en no yrles luego a la mano y castigarles. Mas facil es de remediar esto quando esta tierna la planta que despues de mal acostumbrados. En començando a gorgear y a pronunciar algunas palabras, las primicias de ellas sean alabar a Dios. Palabra deshonesta, ni la han de hablar. No quiero alargarme mas en esta materia, sino exortar a las que crian que tengan cuydado de criar en virtud a sus niños, pues aun de los esclauos de su casa les ha de demandar Dios cuenta; y .S.3 en su epta. canonica dize: “si alguno mayormente de los domesticos que estan a su cargo, no tiene cuydado, este la fee nego, y es peor que el infiel”.
38. marea. El fresco de la mañana en el verano suele ser saludable mayormente si es ayre de la mar, porque es sano que viene sobre el agua muy purificado; y assi el de Cadiz tiene estas qualidades, y por esto arriba en el verso .16. digo: "grata licet parva isla erat", que aunque pequeña, es muy agradable no solo a los naturales de ella sino a todos los estrangeros que a ella vienen, porque en tiempo de invierno no tiene aquellos rigurosos frios que en otras partes, que por maravilla se yela el agua, y en verano ninguna de las ciudades comarcanas tiene la templança que esta isla, porque no se siente calor que sea de consideracion sino quando ay calma de levante, y no es tanto ni tan excessiuo como el de Xerez, Sevilla, Cordova, Ecija, sino muy moderado y suffrible; y aunque el levante traë calor, quando corre el viento y no ay calma, refresca los aposentos, y assi se puede passar sin fastidio. La templança de Cadiz en todos los quatro tiempos del año no la ay en todas partes. Estando yo en Salamanca, sabiendo que yo era de Cadiz me dixo vna persona: “quinze dias estuve en Cadiz, que no los he passado mejores en mi vida ni mas a mi gusto, porque me parecio tierra de bendicion y muy apazible, assi en el cielo que tiene como en los que en ella habitan”. La templança de la habitacion es la que recrea los animos, y conserva la salud corporal (p. 48): Dizesse aqui la marea que corre en tiempo de verano placida, porque es muy gustosa a quien, fastidiado del calor y bochorno, goza de ella; pero no lo es, sino muy dañosa, al que se pone al fresco donde entra colado, que no ay mayor enemigo de la salud y vida del hombre que el ayre colado. Las mas enfermedades que suceden suelen ser de tomar ayre no con la moderacion que se deue, sino yendo tras el gusto sensible no reparan en el daño que haze. El fresco no se ha de tomar sudando ni el cuerpo desabrigado ni el pecho o estomago descubierto, si es persona que de ordinario anda con abrigo, ni destocado quien vsa andar cubierto, porque de estos descuydos o se cobra enfermedad que luego se lasta o se dispone el cuerpo para ella: de adonde viene en la vegez el asma, la tosse, la perlesia, sino de los descuydos de desabrigo en la mocedad. Bien experimentado estoy de lo dicho, pues en mi mocedad, no reparando en el daño que me podia venir de ello, en março al primer dia de calor que sentia mudaua la ropa y tomava la de verano y luego lo pagaua con larga enfermedad; y assi por esta occasion tuve muchas, hasta que vine a entender de adonde me venia tanto mal, que cada año o poco o mucho no dexava de estar enfermo por el verano, hasta que a vn cauallero anciano de Cadiz le oy dezir que para Cadiz no era bueno el desabrigo, ni mudar la ropa hasta los dias cuniculares, y quando se mudasse no fuesse de golpe sino poco a poco. Reparé en esto y comencé a guardar aquel consejo y cessaron con esto las ordinarias enfermedades que cada año tenia en el verano, y me halle bien; y viendo por experiencia que el desabrigo me dañaua, no solamente guardo el refran "mayo me vera con mi sayo" sino que tambien me vee con el junio y aun sino es demasiado el calor me vee con el parte de mes de julio, acordandome del refran "mas vale sudar que tosser". Todo esto es menester para la conservacion de la salud y poder con ella servir al Señor que la da.
v. 40 p. 29: novos dominos. Los que duran poco en la virtud y no tienen constancia en lo que comiençan son semejantes a los peones que se alquilan cada dia, y sirven a nueuos señores. El vicio y la virtud son contrarios, Dios y el Demonio son muy differentes, y el hombre solo vn señor ha de tener y el mejor, y nunca jamas mudarlo: "non potestis servire duobus dominis, Deo et Mammone"4, dize el Redemptor. No es agradable a su amo el siervo huidor, que oy esta con su señor y mañana con otro. Dios no es señor para olvidar; el que vna vez assentare con el sea como el aue Phenix semper eadem, sea como el sol que siempre esta de vna manera. Rica virtud es la constancia y perseuerancia: "qui perseveraverit usque in finem hic salvus erit"5. La mudança es reprobada en el hombre discreto, porque lo dexa de ser en siendo mudable: "stultus sicut luna mutatur"6, dize el Spiritu Santo (pon lo de S. Christoval al Mayor Señor)7.
v. 41 pp. 29-30: nocturnae lechuzae. Noctua dicitur auis sacra Minervae, porque como la lechuza tiene los ojos lucidos como los del gato para ver de noche, y Minerva, por quien es entendida la sabiduria como se dira en el vso. 112, tenga los ojos tan lucidos y claros que vee en todo tiempo y en todas partes, y juzga las cosas que para otros son noche y oscuras, se le atribuye la lechuza que tiene ojos para ver de noche. Ponenle a Minerva vna punta muy aguda en la mano, para dar a entender el agudeza de ingenio que ha de tener el que huviere de aprender sciencia, "nam qui crasso ingenio est ab ipsa natura praeditus, neque munus dei clarissimum acceperet iudicium, hunc vel decem Minervae expolire numquam poterunt", dize Natal Comite8 en su Mythologia, lib.4. c.5. de Pallade.
________________
1 Lucas 16, 19
2 Referencia a la Isla de León (San Fernando). En el manuscrito aparece en minúscula como otros topónimos.
3 El emblemista deja aquí un espacio en blanco, probablemente por no recordarla la cita exacta, y con intención de completarlo con posterioridad, cosa que no se hizo. Se trata de la primera epístola de San Pablo a Timoteo 5, 8.
4 Lucas 16, 13: “nemo servus potest duobus dominis servire: aut enim unum odiet, et alterum diliget: aut uni adhaerebit, et alterum contemnet: non potestis Deo servire et mammonae”.
5 Mateo 24, 13
6 Eclesiástico 27, 12
7 esta frase entre paréntesis figura añadida en letra más pequeña, y es una prueba más de que el autor revisó sus glosas sin darles nunca remate.
8 Sobre la utilización del manual mitológico de Natale Conti en España cf. Mª CONSUELO ÁLVAREZ MORÁN, "Las fuentes de P. Sánchez de Viana en sus Anotaciones sobre los quince libros de las Transformaciones de Ovidio", en J. Mª. MAESTRE MAESTRE-J. PASCUAL BAREA (coordd.), Humanismo y pervivencia del mundo clásico, I. 1. Actas del I Simposio sobre humanismo y pervivencia del mundo clásico (Alcañiz, 8 al 11 de mayo de 1990), Cádiz 1993, pp. 225-235.
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