sábado, 6 de abril de 2019

LA MACARRONEA DE FRANCISCO PACHECO: Traducción (XXIV)



tres ellas son, y quedará cabal y neta esta cifra.                         360
Esto nadie sabrá; ¡qué!, ¿acaso es falsa moneda?”
Mientras así Badilón conseja, el amor a escondidas
y el demonio quema a caliente tizón pío pecho,
y, por fin, de amor sucumbe a los mismos ardores.
¡Oh, las mozas!¡cuánto hacéis y cuánto movéislo!                      365
¿qué la belleza no ablanda de una risueña muchacha?,
peñascos y duras piedras romper le sería posible,
es vencedora del seso, consejo, y los sabios severos,
y de los rozagantes padres, y gordos priores,
y ella misma suele amansar a los bravos leones.                       370
Nadie se espante de que nuestro prójimo Santo
tales embates sufra, hijo de mujeril abolengo,
quien también su pecho llenó de solícita gana.
Tal habló: “¡Oh, Badilón!, me place harto esta parola;
éstas son mis llaves, esta casa abriremos,                                375
esta guarida buena es, y en fornicio cómoda cámara”,
dijo, y al momento con dicha llave abiertas las puertas,
condújolos, y les muestra negros retretes, y cámaras,
do cada cual a parte se alce con sus deleites.
Era un laberinto oscuro, y que harto temor prometía;                380
la falta de luz de escaleras abría un inicuo camino.





369 Parece el poeta sentir poco piadosamente de frailes y priores, lo que me disgusta profundamente, pero sólamente, creo, de los gordos, no de los flacos y delgados.
374 parola, voz levantisca.1



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1 La primera documentación de esta palabra en diccionarios se encuentra en el Vocabularium Hispanicum latinum (1617) de J. Minsheu, con el significado de rebellis; su primera mención en el diccionario de la RAE data de 1734, ya con en la acepción de "Lo que toca ô pertenece à Levante".

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