Señalaba
hace unos años Juan Francisco Alcina que la poesía macarrónica,
uno de los géneros más originales de la producción neolatina del
pleno Renacimiento, es en España una tradición que llega de Italia
bajo la influencia de Teófilo Folengo1.
La estudiosa italiana Lucia Lazzerini descubría una temprana
influencia de la red. Toscolanense (1521) de las macarroneas
folenguianas, la más cargada de polémica religiosa, en los
colloquia
de Erasmo (1522-1523), y situaba al humanista holandés como precoz
divulgador de Folengo en el círculo cosmopolita de los intelectuales
de orientación evangélica2;
entre éstos militaba el español Juan de Vergara (1492-1557), quien
mantuvo estrechas relaciones personales con Erasmo durante su
estancia en los Países Bajos entre 1520 y 1522, y epistolares hasta
la muerte de éste (1536). Vergara es, ciertamente, el autor de la
primera macarronea española conocida (= Bald.), escrita en torno a 1522. Si se piensa que la creída
durante mucho tiempo primera macarronea romance transalpina de
tradición postfolenguiana, el poemita ad
suos compagnones
del jurista provenzal Antoine Arena, fue publicado en 1529, la
composición de Vergara reivindica claramente el honor de ser la
primera de este tipo, siendo además testimonio, como indica Márquez
Villanueva, de la rápida difusión del Baldus
en España3.
El poema se presenta como respuesta a un epigrama dirigido a Vergara.
Escritor y destinatario asumen personalidades folenguianas, "Zingar"
y Baldo respectivamente, en una composición que expone satíricamente
las intrigas y maniobras de enriquecimiento ilícito surgidas tras el
fin de las guerra de las Comunidades (1521). El poema conoció, sin
duda, una amplia divulgación manuscrita, de lo que es testimonio las
variantes ope
ingenii de los
manuscritos, y un añadido espúreo de 28 versos (=spur.) que aparece al final de uno de éstos. Tanto Bald.
como spur.
presentan cierta cantidad de calcos textuales folenguianos
procedentes de la red. T, así como cierto -relativo- descuido en el
plano prosódico-métrico, que son índice, por un lado, de la
dependencia del modelo cisalpino, y, por otro, de impericia y/o
despreocupación en el manejo del nuevo lenguaje híbrido importado.
No obstante, la macarronea española nace bajo el signo de un claro
clasicismo latinizante, que le hacen del todo extraños rasgos no
folenguianos del macarroneo del contemporáneo Arena, como el empleo
frecuente del artículo y el traslado directo de expresiones del
vulgar4.
La influencia folenguiana, por otra parte, se deja notar en la
producción neolatina del mismo Vergara, concretamente, en el poema
coetáeno épico-burlesco la Callioperria,
pieza verdaderamente singular de la literatura humanista en España.
De
aproximadamente un decenio después (1533) es la siguiente macarronea
conservada, la epístola macarrónica (= epist.) del dr. Diego Sánchez de Alcaudete, notabilísima, en
el plano de la expresión, por la independencia que demuestra del
modelo folenguiano aun ateniéndose a sus normas canónicas, y, en el
plano del contenido, por su carácter autobiográfico protopicaresco.
También
resulta precoz España en el terreno de las traducciones: en 1542
aparece en Sevilla una adaptación del Baldus
T, que se adelanta en mucho a la primera traducción francesa de
1606, realizada sobre el Baldus V5.
A diferencia de ésta, que seguirá con cierta fidelidad el texto
macarrónico, el traductor español, como indica Blecua6,
se permite toda clase de libertades que hacen de su traducción un
libro original. Éste se presenta como el Quarto
libro del esforçado cauallero Reynaldos de Montaluán, que trata de
los grandes hechos del inuencible cauallero Baldo y las graciosas
burlas de Cingar, sacado de las obras del Mago Palagrio en nuestro
común castellano,
dentro de una casi desconocida serie caballeresca; la obra se divide
en tres partes o libros, de los que el primero constituye una
adaptación libérrima del Baldus
T, pues se suprimen los rasgos caricaturescos y polémicos del
original y sólo se mantiene el armazón argumental caballeresco que
sustenta el Baldus.
El adaptador, además, añade de su cosecha descripciones y
situaciones habituales en los libros de caballerías. Blecua señalaba
que no había en el autor de tal adaptación ningún rasgo
erasmista7,
lo que resulta una temprana prueba de la variedad temática e
ideológica a la que servirá la macarronea en España en los siglos
posteriores.
De
entorno a 1552 data otra breve macarronea escrita en el Estudio
salmantino por el Dr. Méndez Nieto (Mend.). Dicho
circa
1552 permite situar a esta macarronea como la tercera de las
conocidas en España, tras el poema inaugural de Juan de Vergara (ca.
1522), y la epístola macarrónica del Dr. Diego Sánchez (1533),
todas tres transidas del espíritu goliárdico universitario. Por
ende, la composición de Méndez Nieto resulta la primera conocida en
dísticos elegíacos. Hay
noticias de que el género fue cultivado asimismo en el núcleo de
Alcalá y de Alvar Gómez de Castro, quien en carta a Ambrosio de
Morales en 1552 alaba su labor como mantenedor del certamen poético
celebrado en la universidad alcalaina dicho año, y un diálogo suyo,
de entre cuyos protagonistas uno, llamado "Spendopoeta" i.
e. 'poeta de las libaciones', debía emplear versos híbridos o
puramente macarrónicos de sabor satírico: "Spendopoeta, cum
suis macarronicis musis aut uerius picis (nam hae quidem tam longe
absunt a castissimarum Musarum nomine, ut Iouis et Memoriae filiabus
ingens quidem contumelia inferatur, si illae aliquando in ipsarum
consortium ueniant) multipliciter mihi gratus fuit"8.
La
macarronea de Francisco Pacheco (Pach.) es la más extensa de las conocidas en España hasta la
fecha. Cronológicamente –si se da por válida la fecha de 1565
presente en el manucrito de la Bancroft Library-, ocupa el cuarto
lugar, a unos 13 años del poema en dísticos elegíacos de Juan
Méndez Nieto (circa
1552) y a escasos años (1571) de las macarroneas compuestas en honor
de la batalla de Lepanto. A nivel estilístico se aleja de la primera
fase de la producción macarrónica española representada por las
epístolas de Juan de Vergara, de Diego Sánchez y el poemita de
Méndez Nieto, y se acerca a la fase clasicista y normativa que
inician las macarroneas lepantinas –sólo interrumpida por la
anomalía múltiple que representa el emblema macarrónico “otiositas
vitanda” (1605)- . Estas tres primeras macarroneas tienen en común
cierto grado de descuido en el aspecto métrico y prosódico, que se
aleja del modelo de perfección folenguiano, y se acerca, en cierta
manera paralela, al estilo deliberadamente descuidado de los poetas
macarrónicos prefolenguianos. Lo más peculiar y característico,
empero, de la macarronea de Pacheco se sitúa en el terreno
argumental y lingüístico; la temática amorosa que le es propia no
volverá nunca a ser protagonista en la macarronea española, y sólo
aparecerá tangencialmente en su vertiente erótica de forma muy
tardía en la Pepinada
(1812) de Sánchez Barbero –junto, curiosamente, a la existencia de
un cuerpo de glosas marginales-, la última de las composiciones
conocidas compuesta en España. En cuanto al aspecto lingüístico es
necesario observar el uso generoso del lenguaje de germanía. Las
influencias folenguianas son muy evidentes, a nivel incluso de calcos
textuales y referencias directas a Merlín Cocayo, en la primera de
las macarroneas españolas conocidas, la de Juan de Vergara. Estas
influencias se hacen intrínsecas, y no se manifiestan abiertamente
en la epístola del Dr. Sánchez ni en el poemita de Méndez Nieto
(quienes, como Pacheco, no necesitan justificar a esas alturas su
elección de género), y reaparecen con fuerza a nivel textual y
estructural en la macarronea de Pacheco.
De
1571 datan las composiciones del maestro Martínez (= mach.) y Juan Escribano (= Scrib.), escritas para las justas poéticas convocadas por la
Universidad de Salamanca para conmemorar la victoria de Lepanto. En
palabras de Márquez Villanueva, estos poemas son testimonio de la
popularidad de la poesía macarrónica en los medios universitarios,
admitida a codearse oficialmente con el latín y el romance en este
clase de lides. Ambos poemas, pero sobre todo el primero, muestra una
clara influencia de la red. T folenguiana en forma de tópica
(invocación a la Musa macarrónica, descenso burlesco al infierno,
descripción expresionista de batallas), hecho que no volverá a
repetirse en la historia del género en nuestro país. Dichos poemas
se caracterizan, asimismo, por su perfección prosódico-métrica,
tendencia que se mantendrá estable en lo sucesivo, y por una
creciente seguridad en el manejo de las posibilidades estilísticas
de la creación lingüística macarrónica.
Indicaba
Márquez Villanueva que la poesía macarrónica gana terreno en
España hacia el último cuarto del siglo XVI y primeros años del
siglo XVII. Ciertamente, no se conservan más testimonios
macarrónicos de este último periodo del siglo XVI, aunque no
faltan, por otro lado, las noticias sobre la fortuna de la obra
folenguiana y sobre una intensa actividad macarrónica ahora
desaparecida. En la ciudad de Sevilla, Francisco Pacheco9
cita a un poeta macarrónico llamado Leyva en su Sátira
apologética en defensa del divino Dueñas,
vv. 127-129: "Harto más gana Leyva en ensayarse / En la arte
macarrena que en la trova, / Que no vale un dogal para ahorcarse",
y alude, en opinión del editor Rodríguez Marín, a una macarronea
obra de un Guevara en los vv. 436-46810.
El mismo Rodríguez Marín identifica esta presunta macarronea de
Guevara con una antigua composición de tal género descrita por D.
Juan de Silva, conde de Portalegre, al poeta sevillano D. Fernando de
Guzmán Mejía en carta de abril de 1598: "... tiene mucha
gracia y parece que quien la hizo la supiera bien hazer en latín
puro y en aquel género osara competir con un Merlín, que le vi
siendo muchacho, en el qual se podrá hallar sólo una ventaja de
hazer el remiendo de muchas colores, porque éste lo hace con la
lengua castellana sola"11.
El Baldus
se ha vuelto tan familiar en esta época, observa Márquez
Villanueva12,
que hasta sus personajes secundarios no necesitan presentación. De
tal suerte, el condestable don Juan Fernández de Velasco se permite
atacar a Herrera y sus Anotaciones
a Garcilaso (1580) bajo el pseudónimo de "Licenciado Prete
Jacopín", trasunto del licencioso cura de Cipada que aparece
por primera vez en el libro VII del Baldus
T, citando unos versos del libro XIV de dicha obra y redacción:
"
[...] quedo rogando a Dios os dé todo aquello que Ovidio desea para
su amigo Ibis; y los bienes que Merlino Cocayo dice que causa Saturno
en estos versos: ...capitis dolor,
hydropisia, / angonaia, malum costae, quartanaque febris, /
Mazzuccus, lancum, carbones, morbida pestis; / Flegma, tumor ventris,
vermes, col[l]icique dolores, / Petra ves[s]igarum, cancar,
giandus<s>a, bognones; / Franzosus, ferse, cagasanguis, rogna,
varolae, / Defectus cerebri, rabiesque frenetica, chiodus, / Stizza
canina, dolor dentorum, scropha, puuide. / Phistula, galtones, tumor
uel lergna uocata / Testiculi, brophole, tegnosa codega, lepra, /
Schelentia, gulae sicitas, et pectoris asma; / Sanctique Antonii
morbum, morena, podagra: / Tisica febris, mugance, tardeque pedane.
Esta familia de Saturno, Sr. Herrera, sea siempre en vuestra guarda.
El
licenciado Prete jacopin"13.
En
las Obras
ff. 114v-115r (Granada 1582) de Gregorio Silvestre, éste incluye una
"epigrama traduzida de Merlin". El epigrama en cuestión es
el titulado De morte
Tonelli, que
aparece repetido, sin variantes, en las redd. C (Epigr.
XVI) y V (Epigr.
VIII), y que cuenta la muerte, en extrema pobreza, de Tonelo, el
pastor enamorado protagonista de la Zanitonella,
y las tristes paradojas que ésta conlleva:
Venerat
ad mortem terzana febre Tonellus,
Cui stabat praesens mater et una soror.
Affuit hic candela sefi constata quatrino,
Quam tenet in propria povera vecchia manu;
Dum brusat et culum iamiam focus ardet ad imum,
Mater ait: "Fili, iam moriare, precor;
Nam neque tu moreris, nec ego meschinula filo,
Et iam candelae culus adustus abit"14.
("En la agonía se hallaba Tonelo por fiebre terciana,
Cerca estaban de él madre y hermana a la par.
Una candela de sebo hubo allí que un cuadrín le costara,
Y que la vieja mujer tiene en su mano, infeliz.
Mientras que arde la vela y el fuego ya llega a su culo,
Dice la madre: "favor, hijo, y muérete ya;
Pues que ni tú te mueres, ni yo, bien mísera, hilo,
Y el culo del candil ya consumido se va".)
Silvestre amplifica el epigrama en cuatro redondillas,
en que son eliminadas las más estrechas referencias folenguianas, y
que resultan un curioso documento de la aptitud de un alóglota
frente al aparente caos lingüístico macarrónico:
Vn
nuestro à migo [sic]
mancebo,
Passado de mortal flecha,
Tenia en la mano derecha
Vna candela de sebo.
Y esto por falta de cobre,
Que bien comprara vna hacha
Sino tuviera por tacha
Ser poeta, siendo pobre.
Yo le vide boca yuso,
Viendose en tan baxo estado,
Que diera por un cornado
Quantos sonetos compuso.
Ayudanle con la lengua
Muchas viejas, y tambien
Entrellas, su madre, à quien
Por pobre no hazia mengua.
Sobrauale ya la vida
Y el triste no fallescia
Y la candela se via
Al postrer punto venida.
Quando la vieja hablaua
Llorando de hilo, en hilo
Morios hijo, que no hilo,
Y la candela se acaba.
En
1594 Arias Montano se excusaba con sorna ante el cartujo fray Esteban
de Salazar de haber citado en su presencia medio verso de Folengo15,
dos años antes de que Clemente VIII pusiera el Opus
macaronicum en el
Índice16.
En la biblioteca del humanista Luis Barahona de Soto, fallecido en
1595, entre muchas otras obras de autores italianos, se hallaban dos
ejemplares de la red. Toscolanense17.
Ilustración: Portada de la edición moderna de la versión española del Baldus T.
1
Cf. J. F. ALCINA, "Entre latín y romance: modelos en la
creación poética castellana de los Siglos de Oro", en J. Mª.
MAESTRE MAESTRE-J. PASCUAL BAREA (coordd.), Humanismo y
Pervivencia del Mundo Clásico I. 1. Actas del I Simposio sobre
humanismo y pervivencia del mundo clásico (Alcañiz, 8 al 11 de
mayo de 1990), Cádiz 1993, p. 20.
2
Cf. Lucia Lazzerini (cf. "Merlin
Cocai in Provenza (echi folenghiani in Antonio Arena)", Atti
Convegno 1991, pp. 373-377) ha caracterizado la red. T como "la
más agitada por inquietudes religiosas, por fermentos polémicos y
tentaciones heterodoxas, luego enromadas o suprimidas" (p. 376),
lo que explica su rápido éxito europeo en el círculo cosmopolita
de los intelectuales de inspiración evangélica, a comenzar,
probablemente, por el propio Erasmo, en cuyos colloquia
descubre Lazzerini influencias de tal redacción.
3
Cf. F. MÁRQUEZ VILLANUEVA, o.c., p. 272.
4
Cf. ASC 110: "et malus adveniat lo cagasanguis eis"
cit. por L. LAZZERINI, "Merlin Cocai...", p. 382 y ME
530: "S'esquartare decet quando la guerra venit"; 334: "De
ma persona quam tribolare facit"; 1902: "au plam d'Alhano
mille remille focos"; 1907: "All'estandart! Tandart! O
montate cavallos!"; 2059: "fort, fort torchabat, blessando
les inimicos" cit. por A. SOONS, "Esquisse d'une
valorisation du latin macaronique: La Meygra Entrepriza
d'Antoine Aréna", Humanistica Lovaniensia, vol. XXI,
1972, pp. 71-79.
5 Traducción anónima que apareció con el título de Histoire maccaronique de Merlin Coccaie, prototype de Rablais. Sobre la reconocida influencia de
Folengo en Rabelais y su bibliografía cf. C. CORDIÉ, "Sulla
fortuna di Teofilo Folengo in Francia e in particolare sull'"Histoire
maccaronique de Merlin Coccaie, prototype de Rablais"", Atti Convegno 1977, pp. 304-305, y más recientemente L.
LAZZERINI, "Aux origines...", pp. 27-30, "Da
quell'arzillo pulpito...", pp. 121-126, y M. JEANNERET, "Ma
patrie est une citrouille...",y "Latin de cuisine..."
passim. Marcel Tetel (cf. "Rabelais et Folengo. De
patria Diabolorum", en J. CÉARD -J. C. MARGOLIN (edd.),
Rabelais en son demi-millénaire. Actes du Colloque international
de Tours (24-29 septembre 1986), Droz, Genève 1988 ("Travaux
d'Humanisme et Renaissance, CCXXV = "Études Rabelaisiennes",
XXI), pp. 208-311), que no parece conocer la red. P, piensa que el
título De patria diabolorum es una invención de Rabelais
para referirse a la obra de Folengo. Dichas citas rabelesianas
parecen confirmar, al contrario, la suposición de E. Bonora de que
Rabelais conoció dicha redacción (cf. Le Maccheronee..., p.
37).
6
Cf. A. BLECUA, "Libros de caballerías, latín macarrónico y
novela picaresca: la adaptación castellana del Baldus
(Sevilla, 1542)", Boletín de la Real Academia de Buenas
Letras de Barcelona, XXXIV, 1971-72, p. 149.
7
Cf. ib. p. 225. Bajo la edición de Folke Gernet apareció
dicha traducción con el título de Baldo en la colección
"Los libros de Rocinante" (nº 13) del Centro de Estudios
Cervantinos (2002).
8
Cf. C. VAQUERO SERRANO, El maestro Alvar Gómez: biografía y
prosa inédita, Toledo 1993, pp. 291-292.
9
Obra casi contemporánea de su macarronea.
10
Cf. F. RODRÍGUEZ MARÍN, "Una sátira sevillana del licenciado
Francisco Pachecho", RABM, XVII, 1907, p. 447: "A
lo que parece, desde aquí hasta el verso 468, alude Pacheco à una
composición macarrónica, descriptiva de una tierra imaginaria,
toda abundancia, y tan acomodada para vivir á la birlonga como los
reinos de Jauja y Cucaña, sus colindantes. De tal poema era autor,
á lo que se indica, un Guevara, que debe ser el mismo á quien
recordaba por sus comedias Juan de la Cueva en el Exemplar
poético, epístola III, versos 532-34". Los versos en
cuestión son los siguientes: "Aquestos acidentes son celajes /
que á la isla de Malfado nos atinan / do haze esta Morgana sus
visajes. / con Xauxa y con Cucaña se confinan, / los Bacallaos y la
Isla de Lagartos, / la tierra de labor do no cocinan; / el cabo de
Tinel, do mueren hartos / de nuevas y de moxcatel cacao, / cabo
espiral, do no hay blanca ni cuartos. / Esta derrota nunca llevó
almao, / ni halló Magallanes este estrecho, / ni dijo della el pece
Nicolao. / Perdiéramos del mundo tan buen trecho / y tan rico país,
si con sus ruedas / Guevara no guiara allá derecho. / Hizo á las
pobres musas ricas ledas / con aquel mapamundi de supinos, / más
que mil Tolomeos y mil Bedas. / Por él corren hoy día los caminos
/ al nuevo reino, antípodas, Malucas, de especies y gerundios los
latinos. / Amainen ya las musas mamelucas, / que de nuevo cosario es
la vitoria; / comiencen á estudiarlo por San Lucas. / Y vivirá,
Guevara, con gran gloria / más de mil obispillos tu renombre: /
mientras haya rodeznos en anoria. / Pobre poeta, si deseas ser
hombre, / sigue aquesta conquista dichosísima; / deja el río
dorado, el falso nombre; / gozarás de una tierra felicísima / que
en su espejo te muestra aqueste esquife, / do viven, sin morir, vida
dulcísima."
11
Cf. ib., pp. 447-448.
12
Cf. F. MÁRQUEZ, o.c., p. 276.
13
Cf. FERNANDO DE HERRERA, Controversias sobre sus anotaciones á
las obras de Garcilaso de Vega. Poesías inéditas, Sociedad de
Bibliófilos Andaluces, Sevilla 1870, pp. 61-62. Los versos citados
corresponden a Baldus T XIV 424-436, donde Cíngar enumera
las enfermedades que habitan en la casa de Saturno. La expresión
"familia de Saturno" que emplea Fernández de Velasco
procede de Baldus T XIV 438: "Ista fameia senem Saturnum
semper honorat". Hemos marcado dos correcciones al texto según
el texto del ejemplar T3 que hemos venido manejando.
14
Cf. ed. Zaggia, p. 511.
15
"Y assí con ellas no se escandalizará tanto en mí, como
muestra haberse escandalizado viéndome pronunciar medio verso de la
macarrónica que compuso Gerónimo Tolengo [sic] Monge de San
Benito, que puede ser yo haberlo pronunciado en presencia de V. P. y
de Fr. Luis de León, y del doctor Juan del Caño que está con
Dios... Y cierto que si yo entendiera entonces, no que V. P. sino
cualquiera hombre plebeyo se había de escandalizar oyéndome tal
verso, yo no tocara en macarrones para siempre" (cf. T.
GONZÁLEZ CARVAJAL, "Elogio histórico del doctor Benito Arias
Montano", Memorias de la Real Academia de la Historia,
VII, Madrid 1832, p. 189 cit. por F. MÁRQUEZ, o.c., p. 276.
16
Cf. Sobre su inclusión en el índice
de 1596 nisi repurgatum fuerit, y en los sucesivos hasta 1900
cf. A. MOMIGLIANO, "La critica...", p. 186 n. 2.
17
Cf. F. RODRÍGUEZ MARÍN, Luis Barahona de Soto, Madrid 1903,
p. 564 cit. por F. MÁRQUEZ, o.c., p. 276 n. 24. Cf. también
CARLO CORDIÉ "I fratelli Folengo e la Spagna",
Letterature moderne, I, 1950, p. 67: "Ho potuto almeno
specificare che lo studioso spagnolo [ i. e. Rodríguez Marín]
aveva indicato per una cattiva lettura, in quanto all'editore del
libro maccheronico, "Borgõzole"
in luogo di "Gorgõzole"
(si tratta di una rarissima ristampa della redazione cosiddetta
Toscolana, apprestata da Niccolò Gorgonzola -tutt'altro che nome
grottesco fittizio come diceva il Luzio!- nel 1522): egli aveva però
aggiunto che un altro esemplare delle Maccheronee doveva
avere appartenuto al famoso letterato, e suppose -citando
evidentemente a caso- che si trattasse di un'edizione De Gobbis 1581
ovvero di una De Imbertis 1585". Las tres ediciones citadas por
Cordié son respectivamente, T2, T6 y T7
en la clasificación de Zaggia, p. 562.
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