- MACARRONISMO DE CALCO.1
Estos macarronismos, según Paoli, contribuyen no menos que los anteriores a dar variedad y fuerza expresiva al lenguaje macarrónico. Su rasgo esencial reside en su naturaleza de calcos: son expresiones que, aunque formadas de palabras de latín regular, representan una anomalía por estar forjadas sobre formas vulgares extrañas al latín.
Algunos de tales macarronismos, los más simples, tienen su raíz en el latín tardío o vulgar en formas que reflejan el habla del pueblo; otros, por el contrario, son calcados de expresiones populares muy alejadas del latín. Por ejemplo, si a longe, traducción literal de “da lungi”, está ya en el latín de la Vulgata, no podría buscarse en un léxico latino el correspondiente formal de pedes iacom iacom faciunt (XVII 129) “i piedi fanno giacomo-giacomo”2. En todo el macarróneo, señala Paoli, la parcela del léxico calcado es aquella donde la oscilación entre latín y vulgar presenta la máxima amplitud.
El acoplamiento de preposiciones con adverbios, del que existen ya testimonios en latín clásico y se vuelve usual en el tardío y particularmente en la Vulgata, por el doble influjo del habla popular y del griego (a longe, de foris, de retro, ex tunc, etc.), es muy frecuente en el macarroneo (TIFI, 649: a retro; FOLENGO, III 376: a longe; IV 136: ex inde; V 368: de retro); pero, una vez más, Folengo extiende esta libertad a expresiones más complejas y de tipo más característicamente vulgar, como en los adverbios sub et supra “sotto sopra” (I 258), perque hinc perque inde “e per di qua e per di là” (III 6), y así a construcciones sintácticas absolutamente extrañas al latín, como en el infinitivo regido por preposición (XII 174: res... ad credere dura “cosa difficile a credere”; XVIII 89: habeo... ad dicere “ho da dire”; XXII 165-166: nos... vocavit ad esse... soldatos “ci chiamò ad esser soldati”; II 180: exiguam propter fabricare fritaiam “per farsi una frittatina”).
Estas formas de macarroneo calcado, ya de por sí lejanas del latín clásico, apuntan a su vez el paso a traducciones literales, con aspecto más o menos latino, de modos de hablar o de expresiones proverbiales características y peculiares del vulgar italiano; por ejemplo, además del citado XVII 129: (pedes) iacom iacom faciunt, XIV 202: non cernit plus oltra sui quam culmina nasi “non vede più in là della punta del suo naso”; XXIV 242: mercadanti... fecerat aures “aveva fatto orecchi da mercadante”3, etc.
Abundando en estos macarronismos sintagmáticos o de calco, Paoli considera que la razón de que la poesía macarrónica haya alcanzado un desarrollo en Italia que no ha tenido en otros países reside en la influencia de los modos del habla vulgar que sustenta estos macarronismos. El vulgar es un directo descendiente del sermo plebeius latino, es un latín evolucionado; y por eso, el escritor macarrónico viene a reconstruir inconscientemente formas y modos de expresarse a través de los que el latín ha debido pasar necesariamente en el proceso que lleva al romance4.
A las macarróneas en lenguas no romances les falta, ciertamente, el continuo abastecimiento de posibilidades combinatorias que proporciona el sustrato vulgar, recreando el latín según los modos del habla vulgar y dialectal, y esto es, concluye Paoli, lo que le da vida y variedad al macarroneo italiano5.
1 Cf. U. E. PAOLI, o.c., pp. 156-158.
2 Se trata de una expresión popular italiana todavía viva, empleada a propósito de las piernas cuando, por debilidad, parecen plegarse y crujir y hacer ‘Giacomo Giacomo’ (cf. T. FOLENGO, Baldus, ed. FACCIOLI, p.556 n.129)
3 Para más ejemplos de fraseología vulgar en lengua macarrónica cf. PAOLI, o.c., pp. 166-167.
4 Cf. U. E. PAOLI, o.c., pp. 50-52
5 Paoli trae a colación dos poemas macarrónicos, uno del polaco Jan Kochanowski, contemporáneo de Folengo (carmen macaronicum de eligendo uitae genere) y un poemita sobre pulgas (Floia) de un pseudónimo alemán, Griphaldus Knicknackius ex Flolandia. Paoli demuestra que pasa fácilmente estos textos macarrónicos a latín sustituyendo las palabras macarrónicas por sus equivalentes latinas (o.c. pp. 56-57). Sobre el último de los poemas citados cf. O. DELEPIERRE, o.c., pp. 181,185, 315-316 y G. SICHEL, “Aspetti maccheronici nella letteratura tedesca”, Atti Convegno 1977, p. 348.
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