Por otra parte, en la interferencia1 plurilingüe que supone el macarroneo, el proceso de transferencia de elementos lingüísticos de unos sistemas a otros se ve comprometido por ciertos elementos vulgares que carecen de correspondiente formal en el latín. Paoli los clasifica del modo siguiente:
1) Empleo del artículo en los prefolenguianos y Folengo.2 Tal uso representa una directa intromisión del vulgar en el macarróneo. Debe distinguirse, no obstante, el artículo determinado ‘il’, ‘lo’, ‘la’ del indeterminado ‘un’, ‘uno’, ‘una’ que tiene, si no por el sentido, sí por la forma, un precedente latino en unus ‘uno solo’.
Hay frecuentes ejemplos en los prefolenguianos de artículo determinado (TIFI, (con sustantivo indeclinado), 120: la terra; 134: la gola; (con sust. declinado) 375: la gulam; 437: la panzam), incluso precedido de preposición (BASSANO, I 3: a la porta).
En Folengo, por el contrario, sólo aparece excepcionalmente como una l protética (ital. ‘lo’, ‘l’’) dada como prefijo a palabras con vocal inicial (XVI 441: lescam ‘l’esca’), normalmente en expresiones calcadas del vulgar (XI 654: lunum et laltrum ‘l’uno e l’altro’: lat. utrumque). Corresponde, en la mayoría de los casos, a un designio de bajar el nivel del macarroneo cuando el argumento lo requiere.
Respecto al artículo indeterminado, ya los prefolenguianos habían notado que 'un', unus, resultaba menos extraño al latín si quedaba distanciado de su sustantivo (TIFI, 44: est unus in Padua notus speziale “c’é in Padova un noto speziale”). Folengo, como siempre, parte de la técnica de sus predecesores para perfeccionarla. Al traducir el artículo ‘uno’, evita el nominativo singular, e intenta darle a unus un realce formal que compense su superfluidad lógica, separándolo del sustantivo, y colocándolo regularmente en frontera de verso (I 291: mortaro sed pistat aquam Sinibaldus in uno “ma Sinibaldo pesta l’acqua in un mortaio”; II 25: unius ingrati nulla cagione vasalli “da un vassallo senza motivo ingrato”).
Incluso cuando unus precede inmediatamente al sustantivo, comenta Paoli que se llega siempre a descubrir la razón que asegura a ese artículo lo que llama su “diritto di cittadinanza nel latino” (I 173-174: in uno / gruppetto; II 404-405: unam / solam gratiolam).
Se observa un uso más libre del artículo cuando forma parte de una frase calcada del vulgar (IV 49: vitam non stimet un aium “non stimi un aglio la vita”; VII 357: alloquitur se stessum sicut un altrum “parla con se stesso come con un altro”).
2) latinización de palabras vulgares oxítonas.3 Nos encontramos aquí ante un grupo de palabras oxítonas que no pueden ser remitidas al tipo ciuitas, -atis, uirtus, -utis, de las que derivan los sustantivos oxítonos más comunes del vulgar, como ‘città’, ‘virtù’.
Así, si de ‘beltà’ se puede formar beltas, no es posible adaptar a un esquema de declinación latina sustantivos como ‘Salò’, ‘falò’, e incluso, si se da, el ‘be be’de los rebaños. Dejar tales palabras sin declinar iría contra el criterio general de Folengo de evitar los términos de puro vulgar renunciando incluso a una forma puramente superficial de latinización. El modo de resolver esta cuestión es bastante simple: se latiniza estas palabras con el sufijo –um o –ium (XIV 75: sunt ubi sex centum pegorae cridantque bebeum “vi sono seicento pecore e gridano ‘be be’”; V 83: nodavere lagum, tandem venere Saloium “passarono a nuoto il lago, e finalmente arrivano a Salò”; V 113: et fuit ad magnam campagnam grande faloium “e per la grande campagna fu un gran falò”.
3) ilogismos macarrónicos.4 La necesidad, según Paoli, de presentar como latinas palabras que no se prestaban a ser declinadas sugirió a Folengo el expediente de latinizar por medio de la desinencia –m o –um clases de palabras invariables, como adverbios y locuciones adverbiales (VI 13: acenam “a cena”; V 451: adossum “addosso”; XIV 259: assaium “assai”; VIII 16: maium “mai”; X 298: ladentrum “là dentro”; VI 515: tu tan trattum “tutt’a un tratto”)5.
Formaciones de este tipo, junto con los artículos determinados, son calificadas expresivamente por Paoli como un “folenghiano deteriore”. Para él, “questi illogici maccheronismi, più che voluti errori, sono monstruosità linguistiche, perchè non si limitano a dichiarar guerra alla normale morfologia grammaticale, ma sovvertono lo stesso spirito logico della grammatica, non rispettandone le categorie”6.
1 Aunque Paoli emplea este término (cf. o.c., pp. 26-27: [...] Il latino maccheronico, nel suo senso più proprio, non è soltanto un linguaggio misto, ma contiene anche un certo numero di parole errate; inoltre non si limita a giustapporre elementi di natura linguistica diversa, ma li fonde. Nel latino maccheronico di qualsiasi tipo, latino e volgare interferiscono continuamente fra loro [...] mettendoci di fronte a una massa di parole nelle quali non si riesce sempre a stabilire dove una lingua finisca e dove cominci l’altra) su conceptualización se debe a Uriel Weinreich, quien en su libro Languages in contact (1953) estudiaba los problemas relacionados con el bilingüismo, y hablaba de interferencia para referirse a los fenómenos de desviación en las normas de cada lenguaje que presenta el habla de los bilingües. Los principios de Weinreich fueron utilizados posteriormente, como veremos, por otros estudiosos italianos como Paccagnella y Segre en su caracterización del macarroneo.
2 Cf. U. E. PAOLI, o.c., pp. 158-160
3 Cf. U. E. PAOLI, o.c., pp. 161-162
4 Cf. U. E. PAOLI, o.c., pp. 162-166
5 Paoli señala (p. 165) otro caso notable de “ilogismo macarrónico”, basado en la fusión de inconciliables expresiones de latín e italiano, en formaciones en las que a una palabra latina, que es la traducción regular de la correspondiente italiana, se antepone, como elemento integrante o como prefijo un elemento de la expresión italiana (Baldus V II 34: altandem [lat. tandem, ital. ‘alfine’]; ib. XVI 183: numquam maium [lat. numquam, ital. ‘non mai’]; VI 375: cum tecum [lat. tecum, ital. ‘con te’], etc.)
6 Cf. U. E. PAOLI, o.c., p. 77. Paoli representa aquí algunos de los errores más típicos del logicismo gramatical, como el fundamental de considerar el lenguaje como un objeto de naturaleza lógica; mejor dicho, como producto del pensamiento lógico; así como el error de “colocar la “logicidad” (=semanticidad) en el “sistema”, en la lengua abstracta, por ej., atribuyendo determinados significados categoriales a determinadas “formas” y pretendiendo que a la misma forma corresponda siempre el mismo significado, o que el valor comprobado simplemente como el más frecuente sea el valor constante de la forma considerada. Es lo que ocurre cuando se pretende atribuir a una forma como blanco valor adjetivo, no en tales y cuales empleos, sino “en la lengua española”, o cuando se afirma que, si en un determinado empleo blanco es sustantivo, esto sería de algún modo “contrario a la lógica””(cf. E. COSERIU, “Logicismo y antilogicismo en la gramática”, o.c, pp. 238, 242). De este modo, Paoli incluye entre sus “macarronismos ilógicos” el frecuente uso folenguiano de sustantivar o adjetivar mediante desinencia latina grupos indeclinables de palabras, que en italiano o son sustantivados mediante el artículo, o son usados como adjetivos por su valor atributivo. Así, de expresiones como ‘l’Ite missa est’, ‘acqua da bere’ o ‘uomo da poco’, para las que Paoli se esfuerza en buscar una equivalencia latina conforme a la “lógica” gramatical, Folengo crea el sustantivo Itemisestum y los adjetivos de segunda y tercera declinación dapocus y dabever (p. 163).
Imagen: portada de una edición de fragmentos de obras de Folengo a cargo de U. E. Paoli
Imagen: portada de una edición de fragmentos de obras de Folengo a cargo de U. E. Paoli
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