Incipit del poema en la edición de Paz y Meliá
2. 4. El macarroneo de Merl.
2. 4. 1. El léxico macarrónico.
2. 4. 1. 1. Macarronismos léxicos.
Destaca en Merl. la presencia predominante de un léxico familiar fuertemente expresivo (asacanus, cacareata, caletres, cuentum, chiflat, chismat, daca, desquixarare, embocare, fanfarrone, farfantior, gallardam, gallofam, gatatumbam, manoplam, marimanta, meollum, mogigangam, musqueti, pataratas, pillabat, populachus, qualque, retumbantes, riña, rozinantibus, sabrosis, soponcia, villancicos, zangamalangus). En algunos casos, el registro de Merl. retrasa, a veces considerablemente, la 1ª documentación del vocablo señalada por Corominas (aljamelorum, birliquibirloque, erilus, grimpola, manoplam, soponcia), y en un ocasión topamos con un hapaxlegomenon español (zangamalangus).
En el campo de la morfologia nominal es harto notorio el hecho de que el autor de Merl. no rehuye, como hacen por lo general sus predecesores, la macarronización en casos rectos de los oxítonos vulgares (asacanus, capatazius, fanfarrone), imitando las soluciones folenguianas. También recuerdan las técnicas del italiano ciertas neoformaciones latino-macarrónicas (anglicus, farfantior, zumbatica), y una onomatopeya (tumb! tumb!). En la morfología verbal son dignas de mención las macarronizaciones latinizantes de los vulgares 'rueda' (rodat) y 'hundir', asimilado a una tercera conjugación latina (hundere), y dos verbos deponentes macarrónicos (struxantur, solasantur).
2. 4. 1. 2. Macarronismos morfológicos.
Un único ejemplo, de evidente intención cómica, está en el v. 22 (ducorum), heteroclisis que convive con una declinación correcta en el v. siguiente (ducibus).
2. 4. 1. 3. Macarronismos heteróclitos.
Hay un único apunte de declinación heteróclita en musqueti, nom.pl. de 'mosquete'.
2. 4. 1. 4. Macarronismos semánticos.
Dentro de esta categorías podemos incluir las voces blandus, festa, festarum, fortuna, tormenta, tropa.
2. 4. 1. 5. Macarronismos de calco o locución.
Es notable en Merl. la adaptación de ciertos refranes y giros populares (birliquibirloque per artem, petram tenere rollo, ire pro lana, <et> trasquilatus abire, vacuum habere meollum, se ponere aliquo).
2. 4. 1. 6. Frecuencia de los macarronismos.
El número de hexámetros que contiene un solo macarronismo asciende a 52 (cf. Merl. 1, 2, 3, 7, 9, 10, 12, 15, 17, 19, 21, 22, 23, 28, 30, 35, 36, 40, 43, 45, 46, 50, 52, 54, 57, 58, 60, 61, 62, 63, 64, 70, 71, 73, 74, 75, 76, 77, 78, 79, 82, 88, 91, 92, 94, 95, 98, 101, 102, 106, 107), que supone el 48, 14% del total.
Los hexámetros que contienen más de un macarronismo suman 21 (cf. Merl. 4, 11, 16, 18, 29, 31, 32, 33, 34, 37, 39, 47, 51, 65, 83, 84, 86, 87, 89, 90, 93), que suponen el 19, 44% del total.
Los hexámetros íntegramente latinos ascienden a 33 (cf. Merl. 5, 6, 13, 14, 20, 24, 25, 26, 27, 38, 41, 42, 44, 48, 49, 53, 55, 56, 59, 66, 67, 68, 69, 72, 80, 81, 96, 97, 99, 100, 104, 105, 108), que corresponden al 30, 55% del total.
El predominio de las primera y tercera categoría en detrimento de la segunda debe tener explicación en el particular designio artístico del poeta macarrónico.
2. 4. 1. 7. Función estilística de los macarronismos.
Parece claro que el espíritu folenguiano aletea sobre esta composición, y más concretamente el de la redacción Toscolanense (el mismo título del poema resulta verosimilmente inspirado en el de dicha redacción: opus Merlini Cocaii Mantuani Macaronicorum). Ya tuvimos ocasión de comentar las peculiaridades lingüísticas de esta red. aquí y aquí; a ellas hay que añadir el tono de conjunto del Baldus, magistralmente reflejado por Francisco Márquez Villanueva:
Para quien no se le haya asomado, tan estrafalario poema es casi imposible de resumir ni explicar, sobre todo en su calenturienta segunda mitad (libros XII-XXV). La impresión de conjunto es de hinchazón, desmesura [...]. Todo reviste allí proporciones gigantescas: los reveses, la universal maldad, la estupidez de los campesinos y el apetito de Baldo y sus secuaces [...]. Los cuerpos vuelan despedazados bajo los filos de la espada de Baldo, y nada de esto ni ofende ni impresiona verdaderamente, debido a lo inhumano y desaforado del módulo, un poco a la manera de lo que ocurre con nuestras películas de dibujos animados1.
El extremismo lingüístico y la desmesura inclinada hacia lo cómico son características de Merl. -no en vano sorprendía a Torres-Alcalá que el Almirante no fuera presentado como "grande" sino como "enorme"2. La búsqueda de efectos expresionistas mediante la contraposición de un correcto aparato retórico-lingüístico latino a un cuerpo de macarronismos fuertemente connotados atrae al lector ya desde el exordio. Éstos aparecen además sabiamente dispuestos en posiciones estilísticamente relevantes como frontera versal y ante cesura (retumbantes, trompam, mogigangam, lindam, cuentum). La parodia de la tradición clásica que reflejan versos como el 5 (incipiam ergo virumque canam...) no debe entenderse ni como irrisión ni hipóbole antihumanista como pretendía Pacagnella, sino más bien como muestra de que la parodia puede ser una forma consumada de reverencia.
En la parte de la narratio que precede al episodio mitológico-burlesco (Merl. 9-36) es notable la manipulación cómica de ciertos tópoi épicos como la hora mitológica (9-10) o los símiles (13-16). La apertura con una iunctura tradicional (tempus erat quo...) da un inesperado giro cuando se nos presenta a Apolo como un 'currito' del Olimpo (asacanus Olimpi), dedicado a la pesca cuando apunta por el mar al rayar el día. Un símil que expresa su primer elemento en dos versos íntegramente latinos (13-14), recoge su segundo mediante un expresivo macarronismo (populachus), premeditadamente tomado de una aumentativo despreciativo vulgar (populacho), y mediante la desmesurada imagen de higos que se estrujan (struxantur) en un barril.
Ciertamente, el autor de Merl. no pone, como el de PM1PM2, su principal interés en una descripción pormenorizada de los festejos celebrados en honor del Almirante, sino que el tema es más bien un pretexto para construir una obra de arte muy meditada en sus efectos, y no exenta de ironía (25-26). Así, hay un extremo interés en describir todo el aparato sonoro del recibimiento, que el poeta patentiza gracias a una onomatopeya puramente folenguiana (31), y que nos remonta al calco folenguiano del lejano Bald. 55 de Vergara.
Pero donde el macarroneo de Merl. da rienda suelta a sus posibilidades expresivas es en las partes dialogadas de la escena mitológica (37-81; 95-108). Feliz resulta el empleo del macarronismo semántico fortuna "tormenta" en alusión a la amenazante llegada de Hércules dentro de un calco virgiliano que actúa como fórmula de transición (sed fortuna fuit, "pero pasó su buena suerte"); no menos feliz la "justificación" que busca el autor para la inserción inopinada de este episodio mitológico que nos presenta a Hércules llegando a la ciudad sencillamente birliquibirloque per artem, "por arte de birlibirloque", forzando un verso sin cesuras que suena a encantamiento. La ficción poética no necesita, así, más justificación que ella misma. Como al personaje mozartiano que sale a escena afirmando modestamente que le persigue un dragón, no necesitamos más para creerle.
Los macarronismos animan los diálogos entre interludios armónicamente latinos (zangamalangus, cacareata, gallofam chismat, desquixarare, fanfarrone, embocare... pataratas, manopla, soponcia). Los macarronismos de calco adquieren un papel fundamental en el retrato caricaturesco de personajes mitológicos, hecho característico, por otra parte, de la fiesta barroca3. Así, Hércules es presentado como un mastuerzo engreído -un auténtico macaron-, que puede acabar malparado por meterse donde no le llaman (cf. Merl. 60-61: "...quo ergo, barbarus, ire / pro lana cogitas, si trasquilatus abibis?"), en constante busca de camorra (cf. Merl. 69-70: "...Quid audes, / ...te ponere mecum?"), pero que al final reconoce su torpeza (cf. Merl. 101: "Parce mihi, vacuum fateor habuisse meollum").
2. 4. 2. Sintaxis macarrónica.
Merl. no reproduce las peculiaridades sintácticas de Folengo, y si le sigue, en cambio, en el carácter directivo que asume la sintaxis latina respecto a los macarronismos.
2. 4. 3. Prosodia macarrónica.
2. 4. 3. 1. Regularidad prosódica general.
La regularidad prosódica en Merl. es absoluta, tanto para palabras latinas como para macarronismos. La misma regularidad se extiende a sufijos y desinencias.
2. 4. 3. 2. Prosodia de las palabras latinas.
Ya se ha señalado la falta de infracciones a las normas prosódicas. Pueden señalarse algunas voces aparentemente latinas como fabulantur y humidis.
2. 4. 3. 3. Prosodia de las palabras macarrónicas.
Las leyes prosódicas no se ven en absoluto conculcadas en los macarronismos, y llama la atención su respeto en los esdrújulos (anglĭcus, grimpŏla, humĭdis, macarronĭca, pifănus). No hay licencias prosódicas reseñables, salvo el caso de sílaba anceps en ăbrigat. El hecho de ser la única palabra que presenta sílaba larga ante vocal asegura a phantasīa su naturaleza de calco folenguiano. Una única vez se emplea un diptongo vulgar como núcleo de sílaba larga (cuentum), frente a la macarronización latinizante de rodat. El poeta, pues, pretende dar a sus macarronismos el aspecto más uniforme posible desde el punto de vista prosódico.
2. 4. 4. Métrica macarrónica.
2. 4. 4. 1. Características generales.
Merl. consta de 108 hexámetros κατά στίχον. Como anomalías métricas pueden apuntarse la existencia de un verso hipométrico de cinco pies (21), y otro hipermétrico (v. 54).
a) Los cuatro primeros pies: distribución de dáctilos y espondeos.
TIP. |
TOTAL |
Nº ORDEN Merl. |
Nº ORDEN VERG. Aen. |
Nº ORDEN OV. met. |
DSSS |
19 = 17, 92% |
1 |
1 |
2 |
SSSS |
16 = 15, 09% |
2 |
5 |
15 |
DDSS |
12 = 11, 32% |
3 |
2 |
1 |
SDSS |
10 = 9, 43% |
4 |
4 |
- |
DSSD |
8 = 7, 54% |
5 |
9 |
- |
DSDS |
7 = 6, 60% |
6 |
3 |
4 |
SSSD |
7 = 6, 60% |
7 |
13 |
- |
SDDS |
6 = 5, 66% |
8 |
8 |
- |
SSDS |
5 = 4, 71% |
9 |
7 |
- |
DDDS |
5 = 4, 71% |
10 |
11 |
6 |
DDSD |
3 = 2, 83% |
11 |
10 |
5 |
DDDD |
3 = 2, 83% |
12 |
15 |
8 |
SSDD |
2 = 1, 88% |
13 |
14 |
16 |
SDSD |
1 = 0, 94% |
14 |
6 |
- |
DSDD |
1 = 0, 94% |
15 |
12 |
7 |
SDDD |
1 = 0, 94% |
16 |
16 |
- |
|
106 |
|
Merl. es el poema macarrónico que presenta más tipos de todas las macarroneas estudiadas. Las primeras y últimas series coinciden por lo general con los resultados virgilianos.
2) Elisiones.
-
TIP.
TOTAL
1A
-
1T
10 = 22, 22%
2A
6 = 13, 33%
2T
4 = 8, 88%
3A
6 = 13, 33%
3T
8 = 17, 77%
4A
7 = 15, 55%
4T
1 = 2, 22%
5A
1 = 2, 22%
5T
1 = 2, 22%
6A
-
6T
1 = 2, 22%
45
Los resultados coinciden con la norma clásica. Hay un caso de hiato en el v. 64.
3) Cesura y monosílabo ante cesura.
TIPOLOGÍAS |
TOTALES |
VERG. |
|
PENTEMÍMERES |
83 = 85, 56% |
88 = 90, 72%
|
99, 62% |
TRIPLE A |
5 = 5, 15% |
||
TRIPLE B |
- |
9 = 9, 27% |
0, 38% |
HEPTEMÍMERES |
9 = 9, 27% |
||
|
97 |
|
Los resultados coinciden prácticamente con los virgilianos.
TIPOLOGÍAS |
TOTALES |
|
Iam iam || |
2 = 25% |
4 = 50% |
Ăĭt an || |
1 = 12, 5% |
|
Laet(i) in || |
1 = 12, 5% |
|
Bellica in || |
2 = 25% |
4 = 50% |
Suffocatum non || |
2 = 25% |
|
|
8 = 7, 54% sobre 106 vv. |
Los tipos anómalos están en plano de igualdad con los admitidos por la norma clásica.
4) Estructura silábica y finales de hexámetros: el monosílabo final.
TIPOLOGÍA |
TOTAL |
VERG. |
OV. |
3 + 2 |
45 = 42, 45% |
53, 5% |
55% |
2 + 3 |
40 = 37, 73% |
32% |
35, 5% |
2 + 1 + 2 |
17 = 16, 03% |
11% |
8% |
3 + 1 + 1 |
2 = 1, 88% |
1% |
- |
5 |
1 = 0, 94% |
- |
- |
1 + 1 + 3 |
1 = 0, 94% |
- |
- |
|
106 |
|
Los finales de hexámetros se amoldan a las normas clásicas. Es de destacar la presencia de una claúsula pentasilábica (v. 40).
|
Nº VV. |
TIPOLOGÍAS |
TOTAL |
||
O Mors |
Ubiqu(e) est |
Vetant di |
|||
Merl. |
106 |
2 |
1 |
- |
3 = 2, 83% |
VERG. |
14072 |
48 |
46 |
- |
94 = 0, 66% |
OV. |
22724 |
133 |
133 |
- |
146 = 0, 64% |
Desde Bald. no se volvía a encontrar un monosílabo final en macarronea, que en dicho poema correspondía a un calco textual folenguiano. Probablemente haya aquí una influencia de ese tipo, dado la afición excéntrica de Folengo a los monosílabos finales precedidos, sobre todo, de otro monosílabo.
2. 5. Tradición textual.
Cómo comentábamos en 2. 3. 1, el poema ha llegado a nosotros sólo a través de la edición de Paz y Meliá. De ella deducimos que manejó un impreso de dos hojas en 8º, que fecha en el siglo XVIII. La obra de Meliá fue reeditada por Ramón Paz en 1964 en la BAE, t. 176. La edición de Meliá es reproducida en pp. 353-357. Esta reedición introduce cierto número de errores respecto a la originaria (cf. ap. cr. b, 5, 34bis, 40, 52, 55, 56, 105). Torres-Alcalá (cf. o.c., pp. 184-186), que reproduce a su vez el texto de la BAE, añade otros errores a los de ésta (cf. ap. cr. 44, 70, 102, 104). Por nuestra parte, hemos considerado necesaria la intervención sobre el texto transmitido por Paz y Meliá en tres ocasiones (cf. ap. cr. 56, 62, 100). Finalmente, respetamos las características gráficas de su edición, regularizando las grafías según criterio estadístico.
____________________________________
1 Cf. F. MÁRQUEZ VILLANUEVA, o.c., p. 268.
2 Cf. A. TORRES-ALCALÁ, o.c., p. 119 en comentario a Merl. 23.
3 Cf. SAGRARIO LÓPEZ POZA, "Emblemas animados en una mojiganga callejera de 1672 en Segovia" en SANTIAGO SEBASTIÁN (coord.), Actas del I Simposio Internacional de Emblemática, Teruel 1 y 2 de octubre de 1991, Instituto de Estudios Turolenses, Excma. Diputación Provincial de Teruel, Teruel 1994, pp. 622-623.
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