Al sitio aquel solamente vino el Duque de Osuna,
Pues con los cartujanos el Almirante quedaba,
Y muchos en su camino acompañan al Duque de Osuna.
Entonces con garrochas vinieron hombres valientes,
Que a los toros dieron muchas y fuertes picadas. 390
De esta suerte acabaron los juegos del día y sus fiestas.
Queriendo dar a los festejos un cierre brillante,
Una vez que bien se cumplieron todas las fiestas,
En el claro y docto liceo de la Compañía1
Los muchachos ofrecïeron fiesta y sarao. 395
¿Quién ahora las gracias decir que a Sevilla expresaron
Estos Grandes podría?¿quién decir bien sabría
Cuán le quedó desde entonces el Almirante obligado,
Y cuán complacido siguió desde tal punto el Duque de Osuna?
Finalmente hicieron a todos asiduas visitas, 400
Las recibidas pagando, y a muchos recién conociendo.
De todos hasta el último al cabo ya se despiden.
De aquéllos llegada fue al fin de la ida la tarde,
Y hasta el Campo de la Gran Cruz acompaña a ambos
En muchos coches de caballos variada caterva, 405
Y con cumplidas palabras y con corteses extremos
Se despiden allí, estrechando entre ellos las diestras;
Y tras decir el adiós, de Montilla el camino tomando,
El Duque y el Almirante al fin emprendieron viaje,
Y los caballeros acto seguido a Sevilla se vuelven. 410
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1 El colegio de la Compañía de Jesús.
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