sábado, 1 de mayo de 2021

NORMALIDAD MACARRÓNICA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVII: EL EPIGRAMA MACARRÓNICO DEL BACHILLER PERO MIGUEL (1610)


 


3. El epigrama macarrónico del bachiller Pero Miguel (1610).


3. 1. Contexto histórico y artístico: la fiesta y certamen literario celebrado en Sevilla en conmemoración de la beatificación de Ignacio de Loyola.


A comienzos de 1610 se celebra en Sevilla una fiesta y justa literaria por la beatificación del fundador de la Compañía de Jesús, ocurrida el 27 de julio del año anterior. Dio cuenta de ambas el licenciado Francisco de Luque Fajardo en una Relacion de la Fiesta que se hizo en Sevilla a la Beatificacion del Glorioso S. IGNACIO fundador de la Compañía de IESVS, Sevilla, 1610, obra que incluye el epigrama macarrónico en cuestión (f. 14v.).


Tras la descripción de la fiesta en sí, pasa Luque Fajardo a la del lugar y fecha donde se desarrolló el certamen literario (f. 2v.- 3r.):


Aunque por la primera publicacion del Cartel y sus leyes, quedaron los que vuiessen de justar auisados y llamados para la solene Distribucion de premios à dia señalado, ocho despues de celebrada la fiesta principal de la casa Professa: y a lugar determinado, del patio de Escuelas del Colegio de S. Ermenegildo; se dio nueuo auiso la vispera en la noche con repique de sus campanas, y nueuos fuegos, mas y mas luzidos que los del domingo antes. Amaneciò Domingo de la Sexagesima1, adereçado el patio, que era de 100. pies largos en quadro, y sus quatro corredores Ricamente adereçados, de los brocados de la Ciudad, y otras telas, y sedas a dos ordenes; y assi mismo las pilastras, que son veynte, con varios, y preciosos quadros sobre los capiteles exteriores, y lo que ciñe todo el patio. A las dos pilastras de en medio del corredor que esta arrimado a lo interior de la casa, se leuantò vn tablado de medio estado de alto, bien capaz, y a la vna pilastra, vn precioso dosel de brocado, realçado de exquisita bordadura y dibuxo, en medio del qual se puso vna deuota Imagen del Santo, adornada la guarnicion de varias labores, flores, y ramilletes de seda, que con la flocadura del cielo, y con la çanefa del dosel guardauan vna muy agradable proporcion. Debaxo de la Imagen, sobre el tablado vna mesa cubierta de vn rico brocado, y sobre este vn aparador de cinco gradillas ricamente cubiertas, por las quales y en la mesa se dispusieron con orden y buena prospectiua todos los premios señalados en el Cartel, y algunos otros, que de nueuo se añidieron, como luego se dira, que con su muchedumbre, variedad y riquezas, admirauan entretenian y aficionauan, començando de los contadores y escritorillos, y subiendo por los quadros de laminas, vasos de plata, hasta las demas menudencias, guantes, rosarios, cuchillos, estuches, reloges, &c. Y en su contorno colgados los cortes de telas y rasos. En correspondencia al otro lado y pilastra se via otro ygual, y rico dosel de otro brocado, en cuyo medio respondia a la primera Imagen vn curioso quadro, que en vna graue y ingeniosa tarja, mostraua vnas armas, y sobre los penachos del morrion arbolado vn resplandeciente estandarte con el nombre de Iesus, con la letra IN HOC SIGNO VINCES. Y por orla, ARMA MILITIAE NOSTRAE NON CARNALIA. Letras y diuisas no solo acomodadas a la vida y profession del Santo, al principio y fin de su vida, y al instituto de su sagrada Religion, mas tambien a proposito de la Iusta presente, y certamen espiritual, que en el literario se representaua. La guarnicion deste quadro curiosamente adereçada de sedas y flores. Y en correspondencia a la mesa, vna Cathedra cubierta de vn tercipelo (sic) carmesi ricamente bordado, y en este pendiente el Cartel del certamen, listado de oro, de que luego se dira. El espacio entre los dos doseles ocupava al justo el Estandarte, o Labaro de raso blanco con letras de oro y armas de S. Ermenegildo, que al principio siruio a la publicacion de la Iusta, con el Iesus resplandeciente sobre la vrneta dorada, pendiente de sus cordones y borlas de carmesi, hermosamente llenauan el claro del arco. Lleno ya aquel capacissimo Theatro, patio, corredores altos, y sobre corredores descubiertos, de innumerable gente, personas grauissimas de todas suertes, assi de Audiencia, Iglesia y Nobleza, como de las Ordenes, a las dos de la tarde los señores Marques Assistente y los demas Iueces salieron a sus sillas, que sobre vna peana algo mas eminente que los demas escaños les aguardauan, junto al tablado, frontero de la cathedra y mesa de premios [...].


Daba así comienzo la justa literaria. "En esta primera mitad del siglo XVII, como señala D. Joaquín Pascual Barea, el cultivo de la poesía latina fue quedando relegado cada vez más a los miembros de órdenes religiosas, sobre todo, jesuitas, en cuyas escuelas se enseñaba a versificar en latín y se celebraban certámenes poéticos en los que las letras latinas seguían ocupando los lugares de honor. En las fiestas que se celebraron en Sevilla por la beatificación de San Ignacio en 1610, y por la Inmaculada Concepción de la Virgen en 1616, en las que también participó Rodrigo Caro, aparecen, precediendo aún a los poemas castellanos, poemas heroicos, epigramas, elegías, versos líricos, inscripciones, composiciones artificiosas y burlescas, y algunos géneros extravagantes en latín, obra sobre todo de licenciados, maestros y alumnos, muchos de ellos los alumnos ingleses del Colegio Anglicano"2. También conoció el certamen de 1610 otro ilustre participante en la persona de Luis de Góngora y Argote3. Luque Fajardo en su Relación ofrece una selección de todas estas composiciones.


3. 2. Autoría y contenido del epigrama.


El epigrama de Pero Miguel aparece al final de un "memorial epistólico" (ff. 13v. -14v.4) que dirige el autor a los miembros del jurado de la justa, y que reproducimos a continuación. En la dedicatoria y texto precedente al epigrama ofrece algunos datos personales. El "justador", tras hacer algunos comentarios jocosos sobre el cartel del certamen, se excusa de ofrecer una obra más ambiciosa por temor a criticas gratuitas, y presenta en su lugar una "Epigramita, que tiene mil sales, y lepores Poeticos":


MEMORIAL EPISTOLICO

Del Bachiller Pero Miguel.


A los incorruptissimos e integrimos juezes, y mis señores Observandissimos, el Bachiller Pero Miguel natural de la villa de Alquife5, y Precetor6 emerito en la villa de Burguillos7, Salutem plurimam dicit.


Si valetis bene est. Ego quidem valeo. Esto si, Señores mios, y lumbreras dessa Ciudad (y por parentesis digo, que no me lo sufre el coraçon, y rebiento de pena) es saber, y hablar, y començar con criança y erudicion epistolar, y con estilo sintactico, canonico, armonico, y vrbano. Y no como el Cartel de essa amplissima Ciudad, que, hablando con perdon, esta escatente de muchas palabras exoticas, obsoletas, barbaras, grecanicas, y semigrecanicas, hiulcas8, anomalas, y defectiuas. Por mis canas, y oficio, pues en toda esta Betica soy decano de mi facultad, a cabo de quarenta y ocho años que a que yo soy Angel en esta Santa piscina9 de la veneranda Gramatica, sacando y sanando a mil ignorantes, dolientes, desafuziados10 de sus ignorancias solecas11, absurdas, barbaras, impropias. Por lo que toca (inquam) a mi conciencia, en nombre de los estudiosos del arte de bien hablar, protesto los daños, que a causado este Cartel en las bolsas, obligando a algunos, a cabo de rato, a comprar al buen Ambrosio Calepino12, o al dictionario del doctissimo Nebrisense13: y en la salud, causando dolores de cabeça, romadizos14, aprietos de sienes y pechos, por no entendello, y por porfiar a entendello invita Minerua15: y lo que peor es en las conciencias, dando ocassion de escandalo, y murmuracion a flacos y a ignorantes. Yo mis señores, vt ad rem nostram veniamus, estaua determinado de componer para el primer Certamen16, de la soluta oracion, vna prosica, milagro de prosas, y vnico prototipo de bien dezir, que sus treynta lineas fuessen mas sutiles y famosas que las de Apeles17, y llevassen en pisto18, todo el incorrupto y ingenuo exercicio y variacion de Gerundios, el vso de los Reciprocos, los primores de los Comparativos, Superlativos, de los Pronombres primitivos, deriuatiuos, possesiuos, de relatiuos, y de todos sus discrimines y de los desdichados Sui & Suus, tan mal vsados, mal entendidos, y mal agradecidos del vulgo indocto. Al fin señores, avian de ser treynta reglones otras tantas perlas Orientales. Pero no me atreuo sin el seguro, de que no se aya de permitir, que ningun adolescentulo se atreua a venirseme a las barbas con quatro frasezitas Aldinas, que para mi son bernaldinas19. Entretanto embio esta Epigramita, que tiene mil sales, y lepores Poeticos. No la hizo mejor el Venusino20, ni el Bilbilitano21. Especie de mi erudicion. El pensamiento a proposito del Santo y del tiempo, fuego y frio, que es todo lo que se puede dessear.

Dic Pater Ignati, nostram dissolue preguntam

Namque potes, quamvis sit delicada satis.

Fuegus es, an frigus? si fuegus, cur tua festa

Tam rigido facitur tempore, tamque frio?

Si frigus, quare te fuegum nomine clamant:

& dicunt toti, quod tua llama quemat?

Et si fuegus eres, quoniam te magna laguna

Cum tanto eladae frigore cercat aquae?

Si frigus vere, quapropter noctibus istis

Aire cohetorum copia tanta volat?

Frigus es, & fuegus: frigus quia nunc celebraris

Fuegus, in aestatem nam tua festa cadit.

Valete iterum atque iterum. Y memoria señores, que el año a sido por aca esteril".


El mismo autor señala cúal es el contenido del epigrama: "El pensamiento a proposito del Santo y del tiempo, fuego y frio, que es todo lo que se puede dessear". El poemita, que citaremos abreviadamente como Ignat., consiste en una serie de preguntas en forma de contradicción aparentemente insoluble, que son dirigidas al nuevo beato inquiriéndolo sobre si su naturaleza es ígnea o frígida. Este dilema está basado, por una parte, en la manipulación del nombre 'Ign-acio' que se presenta en relación con el lat. ignis "fuego" (cf. v. 5: "te fuegum nomine clamant"), y por otra, con el riguroso frío reinante en el febrero sevillano en que se celebra el certamen literario en honor del fundador de la Compañía (cf. v. 3-4). El autor maneja, pues, dos metáforas continuadas, "fuego" y "frío", que devienen en un poema conceptista, al modo de la poesía vernácula.


3. 3. Conceptismo sacro en la poesía neolatina de la Relación de Luque Fajardo.


A comienzos del siglo XVII, se produce un claro giro en este tipo de poesía, como indica Pascual Barea22:


En las composiciones de esta época suelen faltar ya los motivos de inspiración propios de la poesía latina humanista, aunque sus autores hacen alarde de un creciente dominio de las técnicas de versificación, tanto por lo que se refiere a la variedad de metros como por la habilidad para componer todo tipo de poemas artificiosos, como anagramas, centones, acrósticos múltiples, versos concordantes y rapportati, con eco, laberínticos, etc.


Esta evolución es paralela a la que ocurre en la poesía en lengua española, por obra del llamado 'conceptismo', que domina en nuestra literatura ya a fines del siglo XVI.


Antonio Carreira distingue en el conceptismo dos significados, uno amplio y otro restringido. En un sentido amplio, "conceptismo es el uso de varios procedimientos retóricos que tratadistas italianos del XVI englobaron en la denominación de concetti, elementos externos que conferían elegancia y ornato al estilo. Al mismo tiempo la palabra conservó un resto de su original significado filosófico en la acepción de 'pensamiento profundo'"23. Pero lo que era adorno en su origen, pasa pronto en España a convertirse en centro y justificación de la composición poética, "que, en muchos casos, vino a ser un discreteo insustancial, un mero alarde de ingenio"24.


Gracián fue el primero en estudiar los recursos formales de la poesía de su época en su Arte de ingenio. Tratado de la agudeza (1642), luego ampliado en la Agudeza y arte de ingenio (1648). En su discurso II ofrece una definición de 'concepto', entendido como "un acto de entendimiento que exprime la correspondencia que se halla entre los objetos". Tal definición es insatisfactora, apunta Carreira, "porque le faltan rasgos esenciales deducidos más tarde: la correspondencia debe darse entre varios elementos y ser aparente, recóndita ("misteriosa"), por estar basada en una falsa analogía hecha efectiva, en los casos de mayor agudeza, mediante una justificación explícita"25. La técnica conceptista emplea diversos procedimientos para trazar correspondencias entre elementos, como la comparación, el más primitivo cronológica e ideológicamente, la alegoría, típicamente medieval, y la metáfora, el más dificil y cronológicamente más moderno en la literatura española26. A estos recursos conceptuales hay que añadir los de la agudeza verbal, que, a diferencia del concepto, "no va tras el objeto, sino tras su imagen lingüística. Y es en la palabra, en cualquiera de sus dos caras -significante o significado- o en las dos a la vez, en donde el poeta ejecuta sus ingeniosos volatines"27. De tal suerte, en torno a 1600 proliferan hasta el paroxismo figuras como la paronomasia, la inversión de letras (Roma-amor), juego de palabras, calambur, disociación, dilogía y zeugma dilógico, no sólo en la literatura profana, sino incluso en la poesía religiosa28.


Antonio Carreira denomina como 'conceptismo sacro' la aplicación de los recursos de éste a la literatura de tema religioso. Este estudioso señala cómo a finales del siglo XVI abundan los libros en cuyo título aparecen las palabras enigma, problema, definición, concepto y otras semejantes (juego, jeroglíficos, etc.). El más famoso de todos fue Conceptos espirituales (1600) del poeta segoviano Alonso de Ledesma (1562-1633), cuyas ediciones en el siglo XVII superan en número a las del Quijote29. Explica Carreira que el común denominador de esta nueva poesía devota y de las viejas composiciones vueltas 'a lo divino' "no es la sustancia mística ni poética, sino más bien la tapinosis, esa degradación de un objeto mediante figuras que rebajan su dignidad y que suponen una corrupción del gusto hoy difícil de imaginar en el mejor momento de nuestras letras"30.


Este tipo de conceptismo trasluce meridianamente en las composiciones neolatinas recogidas en la Relación de Luque Fajardo, lo que no deja de ser otro síntoma de la derrota lingüística y cultural del latín frente al vulgar, que es ya evidente a comienzos del siglo XVII31. La analogía -o concepto- establecida entre el beato Ignacio y el fuego mediante la derivación etimológica que vimos en el epigrama macarrónico de Pero Miguel, es explotada hasta la extenuación32 en otros poemas concurrentes al certamen literario (cf. ff. 3v., 5r., 16v., 27r., 28r., 28v., 32v., 33r., 34r., 35r., 36r., 45r., 45v., 47v.). Para tal fin se aprovecha incluso el nombre de pila del futuro santo, 'Íñigo', que luego cambió en Ignacio (cf. f. 5r.: Beati Ignatii Societatis Iesu ducis clarissimi triumphus, vv. 136-139):


Sufficit hos animis ignes, hos Ignigus ausus

Mentibus insinuat pauidis, et cordia tenaci

Inconcussa fide, vanas hominumque deorumque

Irridere minas, et inania murmura monstrat.


E incluso se juega con los dos nombres y la palabra 'fuego' en el mismo verso, en una densa trama conceptual donde se nos dice que Íñigo (Ignigus), su nombre de bautismo, ardió (arsit) después como Ignacio (Ignatius), nombre adoptado, en el fuego de Dios (igne Dei) (cf. f. 32r.: D. Juan de Robles Ribadeneyra, De S. Ignatio resipiscente, vv. 26-27):


Ignigus igne Dei sed postquam Ignatius arsit,

Deserit ima, superna petit...


La metáfora ígnea surgida del nombre 'Ignacio' llega a ser desarrollada, sin ser abandonada, en un anagrama que hace de IGNATIVS un IGNIT VAS "arde el vaso". El epigrama en cuestión (cf. ff. 45v.-46r.: Eduardo Hoprono, alumno anglicano, Anagramma XIIII "IGNATIVS. IGNIT VAS") se abre afirmando que Loyola -nuevo "vaso de elección"- es testimonio de que un vaso de cerámica (vas fictile) mal podrá conservar divinos tesoros al ser en mil modos frágil y rompible. El sañudo Marte -en alusión a la vida soldadesca de Ignacio y las graves heridas sufridas en ella- rompe el vaso, y su tesoro se pone en peligro:


Quòd malè diuinas seruet vas fictile gazas,

Mille modis fragile, & fissile mille modis,

Testis Loyola est. Saeuus vas fictile Mauors

Frangit, & illius gaza pericla subit.


Se pregunta acto seguido el autor dónde ha sido recompuesto el vaso, para tener la dureza del diamante siendo de cerámica. Esto no es de extrañar, el vaso arde (vas ignit), es probado en el fuego, pues el pecho de Ignacio era un ardiente horno de amor:


Ast vbi compositum rursus vas fictile? Mirum

Fictile sit validum, vimque adamantis habet.

Fictile? nec mirum, VAS IGNIT; in igne probatur,

Ardescens fornax pectus amoris erat.


Al igual que en el poema de Pero Miguel, hay otros que relacionan el fuego metafórico de Ignacio con el concepto opuesto, el frío. Este antítesis conceptual sirve para ilustrar la labor contrarreformista del beato, que derrite con las llamas de la fe las nieves de la Osa33 (Vrsa) de la herejía, y con sus manos le quita las presas de sus garras (cf. f. 27v.: Juan de Robles Ribadeneyra, Hymnus pro S. Ignatio, vv. 37-40):


O quot expugnas animas rebelles!

Eripis praedas manibusque ab vncis,

Quas niues flammis fidei resoluis

Haeresis Vrsae!


Esta nieve, derretida ya en agua, desempeña un papel fundamental en cierto número de composiciones (cf. ff. 34v., 36r., 36v., 37r., 39v., 45r., 49r). Es especialmente notorio, por sus concomitancias con el de Pero Miguel, el epigrama. I. "Ignatii gelido in stagno ardentis, igneo vero globo tacti frigentis diuinum prodigium" del licenciado Philipe de Mora (cf. f. 34v.), en el que al beato le son atribuidas constantemente las naturalezas antitéticas de frío y fuego por medio de preguntas. El título del epigrama ("divino prodigio de Ignacio ardiente en fría laguna, pero helado al toque de bola de fuego"), hace referencia a dos sucesos de la vida del santo. En su etapa de soldado, Ignacio de Loyola resultó gravemente herido en las piernas por una bala de cañón francesa cuando participaba en la defensa de Pamplona, y es sabido que durante su convalecencia, en la que estuvo a punto de "quedarse helado", es decir, de morir, se sintió llamado a la vida religiosa. El segundo episodio alude, como señala Salcedo Coronel (1644) en su glosa al soneto que dedicó Góngora a este asunto y con el que participó en la justa sevillana (cf. f. 49r.), a lo que posteriormente "sucedió en París con un amigo suyo a quien procuró muchas veces apartar con santas amonestaciones de la torpe amistad que tenía con cierta mujer; y no habiéndolo podido conseguir, teniendo noticia de que iba a verla a cierto lugarcillo que estaba no lejos de la ciudad, se adelantó y en un estanque o laguna que estaba cerca del camino por donde había de pasar, siendo en medio del invierno, se metió desnudo hasta la garganta en el agua; y cuando reconoció que llegaba el amigo, comenzó a darle voces, diciendo: "¿adónde vas, miserable, no adviertes el peligro que solicitas?"... El amigo... quedó absorto, admirando su inmensa caridad, y volviendo atrás los pasos, avergonzado... se abstuvo de aquella perniciosa comunicación"34. El epigrama en sus dos primeros dísticos plantea las antítesis y su causa, para que no se vuelvan enigmáticas:


Frigidus in medio quondam fuit Ignigus igne,

Qui modò sit gelidâ viuidus ignis aquâ.

Ignea dum femori massa est impacta, refrixit:

Frigida dum stagni detinet vnda, flagrat.


Ignacio se enfrió al contacto de la masa de fuego (la bala de cañón) en su pierna, y ardió al contacto del agua helada (la de la laguna parisina), porque la propia naturaleza se encona por efecto de su contrario, de ahí que el fuego caliente en el agua, y el agua hiele en el fuego. Así pues, Ignacio era frío porque se heló ante el fuego que le lanzaron, y es fuego porque su ardor se encendió en mitad de las aguas:


Scilicet oppositis intenditur aemula virtus;

Hinc calet ignis aquis; hinc gelat igne latex.

Frigus erat; quid ni iacto frigesceret igne?

Flamma est; quid mediis ni flagret ardor aquis?


Pereció finalmente el frío, y sobrevive el fuego en las aguas. Observando que muchas piras se avivan con la fina lluvia, el autor se pregunta cuán grande debió ser la combustión (la caridad por su amigo) en el ardiente pecho de Ignacio, para que una laguna le resultase igual que un llovizna:


Interiit tandem frigus: viget ignis in vndis;

Plurimus exiguo gliscit vt imbre rogus,

O amor Ignati! flammati pectoris aestus

Quantus erat, stagnum cui leuis imber erat?


Este fatigoso ejercicio de agudeza resulta más descarnado y pedestre en la macarronea del provecto bachiller, al centrarse exclusivamente en las antítesis de fuego y frío, y al no dárseles a los elementos contrapuestos una interpretación más trascendente, como en el anterior epigrama, en el que el frío es símbolo de la vida profana, helada y muerta, de Ignacio, y el fuego lo es de purificación y nueva vida dedicada al amor. Pero Miguel emplea el episodio de la laguna helada (cf. vv. 7-8: "et si fuegus eres, quoniam te magna laguna / cum tanto eladae frigore cercat aquae?"), aunque de modo mucho más limitado, pues construye un acertijo, que pretende resolver como ingeniosa síntesis en el dístico final: Ignacio es frío y fuego, frío por desarrollarse el certamen sevillano en febrero, y fuego porque su celebración (la de su beatificación) cae en verano (27 de julio) (cf. vv. 11-12: "frigus es et fuegus: frigus quia nunc celebraris / fuegus, in aestatem nam tua festa cadit").


Ciertamente, este esfuerzo de ingenio a mayor gloria de sí mismo lleva a una despreocupación por lo aptum. Piénsese, por ejemplo, que lo que contrapone Philipe de Mora a la ardiente caridad del santo es el frío de un vulgar rigor mortis inminente, y que lo que hace Pero Miguel es construir insulsos equívocos en medio de una celebración de las virtudes heroicas del nuevo beato. Uno de los ejemplos extremos lo constituye el epigrama VIII De confracto crure B. Ignatii de Thomas Pigerio, alumno anglicano (cf. f. 44v.), que puede definirse, en expresión de Antonio Carreira, como un "bárbaro chiste de sacristía"35. El autor pregunta por qué Ignacio no tomó el camino del cielo sino después de quedarse cojo (a causa de sus heridas). La razón es simple: el camino del cielo es tan estrecho que no se puede hollar con los dos pies al mismo tiempo:


Dic nobis, cur quàm claudus Loyola fuisset,

Ad caelum incêpit non prius ire viam?

Scilicet, ad coelum tanta est angustia callis,

In calli vt nequeat figere vtrumque pedem.


_____________________________

1 'Sexagésima' es el nombre que recibe el octavo domingo anterior al de la Pascua de Resurrección en el calendario eclesiástico. Si tal Pascua cayó el año 1610 (no bisiesto) en el 11 de abril, puede decirse que la sexagésima ocurrió el 14 de febrero. (véase aquí).

2 Cf. J. PASCUAL BAREA, Poesías y carmina de Rodrigo Caro, estudio, edición crítica, traducción e índices (tesis doctoral en prensa), p. 25. Debo el conocimiento de la existencia del epigrama de Pero Miguel al propio Dr. D. Joaquín Pascual, quien amablemente me proporcionó un ejemplar de su tesis, y una reproducción parcial de la Relación de Luque Fajardo, obra inaccesible en la actualidad por causas administrativas.

3 Cf. J. PASCUAL BAREA, o.c., p. 28.

4 Aparece puesto en boca de Timadoro, coprotagonista de un "Colloquio Latino español" (f. 9r.), previo a la publicación y distribución de premios. Gelion, otro de los actantes del diálogo, refiere cómo llegó a sus manos dicho escrito (f. 13): "Pues lo mejor queda, yo muy contento con mis papeles, hete aquí me encuentro a esta puerta con vn buen hombre, que tenia no se que pliego de cartas. "Hermano, que quiere?" "Señor lea aquí, aver lo que dize" Leo: 'Ase de dar en el Collegio de San Ermenegildo, para que se de a los señores juezes'. "¿Quién le dio esto?" "Señor, el precetor del pueblo, que sabe mas que que. Si lo quiere dar, yo bolvere por la respuesta, que diz que me an de dar no se que pieças de plata" "Hombre soy de fiar. Tengamelos apunto, que yo passare por aquí con la harria, y los tomare" Abri el pliego, y hallo esse papel; este es el caso".

5 Villa situada en la falda de Sierra Nevada, a 13 km. de Guadix (Granada).

6 Cf. Aut. s.u. 'preceptor': "el Maestro que enseña los priméros rudimentos. Ordinariamente se dize y entiende por el que enseña la Gramática".

7 Municipio sevillano a 7 km. de Brenes.

8 Latinismo, que es recogido por el dicc. Terreros s.u. 'hiulco': "abierto, hendido [...] pero en Castellano comunmente se aplica al verso flojo aspero, poco sonóro, ó que no tiene las cesúras convenientes".

9 Metáfora tomada de Juan 5, 1-15.

10 desahuciados. Desafuziar es término frecuente desde el siglo XIV (cf. Corom. s.u. 'hucia').

11 Traslación del lat. soloecus "que peca contra la lengua".

12 Religioso y lexicógrafo italiano (1440-1510 o 1511), autor de un famoso Dictionarium, que apareció con el título de Cornucopiae en 1502, pero que es más conocido con el nombre de Calepín, y que venía a ser una especie de enciclopedia (cf. Enc. E-A. s.u. 'Calepino (Ambrosio)').

13 Se trata del diccionario latino-español y español-latino de Elio Antonio de Nebrija, publicado en 1492.

14 Cf. Aut. s.u. 'romadizo': "destemplanza dela cabeza, que ocasiona fluxión de la rhéuma, especialmente por las narices. Dixese quasi rheumadizo".

15 "sin el favor de Minerva", expresión tomada de HOR. ars 385. Es empleada en otios. 483.

16 La justa fue dividida en nueve certámenes, cada uno presidido por una Musa, cuatro en latín y cuatro en castellano. El noveno correspondió a Polimnia, a la que "se le encargò la plaça de todo lo vario, extrauagante, i peregrino" (f. 19r.). En el 'certamen primero', presidido por Clío, esta "combida a los Latinos Oradores, con vna rica y abundante materia de bien dezir: y con preciosos premios, a quien con mas artificio, alteza de estilo, ornato y propiedad de palabras, en vn graue y breue discurso, de treinta renglones, celebrare alguna, de las muchas Heroicas Virtudes, Milagros, Excelencias del B. Ignacio" (f. 19v.).

17 Este aserto irónico puede tener como referente a los dos Apeles históricos, uno, el ágrafo y más famoso de los pintores de la Antigüedad (1ª mitad del s. IV a. de C.), y otro, el hereje gnóstico de la 2ª mitad del siglo II de la era, autor de tres obras desaparecidas: Phaneroseis, Syllogismoi, y un Evangelio apócrifo.

18 Esta expresión puede entenderse como "llevar concentrado" (cf. Aut. s.u. 'pistar': "machacar, aprensar ò sacar el xugo a alguna cosa").

19 Calambur en el que se juega con la expresión "caracteres aldinos", en referencia al carácter itálico o cursivo fundido por el famoso impresor veneciano Aldo Manucio (1450-1515), y el término "bernaldina", usado por los escritores clásicos como sinónimo de engaño, patarata o trampantojo. Proviene este nombre de las fabulosas hazañas de Bernardo del Carpio, y se lo encuentra en las variantes 'berlandina', 'bernaldina', y 'bernardina' (cf. Enc. E-A. s.u. 'bernardina').

20 Referencia a Horacio, nacido en Venusia, en los confines de Lucania y Apulia.

21 Referencia a Marcial, nacido en Bílbilis.

22 Cf. J. PASCUAL BAREA, o.c., p. 26

23 cf. LUIS DE GÓNGORA, Antología poética, con cuadros cronológicos, introducción, bibliografía, notas y llamadas de atención, documentos y orientaciones para el estudio a cargo de Antonio Carreira, 3ª ed., corregida, Castalia, Madrid 1989, p. 34. (a partir de ahora cit. como ed. Carreira).

24 Ed. Carreira p. 35

25 ed. Carreira p. 52

26 cf. FERNANDO LÁZARO, "Sobre la dificultad conceptista" en ID. Estilo barroco y personalidad creadora, Anaya, Madrid 1966, pp. 16-19

27 cf. ib., p. 28

28 cf. ib., pp. 27-35

29 cf. ed. Carreira p. 41

30 cf. ed. Carreira p. 42. Ejemplos de tales composiciones en pp. 41, 43.

31 Cf. L. GIL FERNÁNDEZ, Panorama social del Humanismo español (1500-1800), Tecnos, 2ªed., Madrid 1997, p. 66

32 Carreira señala algún caso similar: "Al casarse, en 1599, Felipe III con Margarita de Austria, y lo mismo al morir la reina en 1611, los poetas y predicadores, desde Lope de Vega hasta Paravicino, despoblaron de perlas los océanos, basados en la feliz casualidad de que margarita en latín significa 'perla'" (cf. ed. Carreira p. 47).

33 Esta dilogía es referencia a la constelación de la Osa menor (Vrsa minor), que contiene la Estrella Polar, que se halla a 0, 8º del Polo Norte real (cf. BERNARD PELLEQUER, Guía del cielo, Alianza Editorial, Madrid 1991, p. 26).

34 Soneto y glosa reproducidos en LUIS DE GÓNGORA, Sonetos completos, ed. de Biruté Ciplijauskaité, Castalia, Madrid 1980, pp. 237-238.

35 Carreira denomina así unos versos de Girón de Rebolledo, "agudísimo poeta valenciano" en opinión de Gracián, sobre las negaciones de San Pedro (disc. III): "¿No había de cantar el gallo / viendo tan grande gallina?", y añade que "que tal concepto tenga algo de poético sería imaginable sólo en un poema burlesco, lo que está muy lejos de ser el caso" (cf. ed. Carreira p. 53).


No hay comentarios:

Publicar un comentario