Y gruñe el puerco, grazna sobre el árbol el cuervo,
Las avecillas sin número cantan, y haciendo gárgaras
Echan ‘quíos, zíos, quíos’ y ‘carráncata quíos’; 245
León rudamente ruge, muge en aprisco de vacas
El ternero, y bufa tan pronto como se alarma,
O cuando va a morir, el toro brama doquiera.
Tal la común parlería de todos los animales;
Como idioma de simia es dar gruñidos cucando1, 250
Dando tenazadas de dientes en gran castañeo,
Así maullamos nosotros, que mucho nos han agraviado,
Y a tí, Señor del cetro, todos quejas te damos.
Mira nuestra justicia, y mira nuestra fatiga,
Que guardando las casas del amo, y siendo leales, 255
Matando para despensas los harto dañinos ratones,
Nos maltratan así con tormento sañudo, al potro
Parejo, y parejo al tormento de la garrucha2.
¿Quién vio tal horror? ¿quién tales cosas diciendo
Resista las lágrimas? Pero es mejor callar sobre aquesto, 260
Dejando a Júpiter que él mismo pierda con su justicia
A todos los enemigos que acabarnos anhelan,
A quienes sin malicia estamos, sin sombra de culpa,
Ni de palabra ni obra queriendo darle a Vulcano
Ninguna ocasión3, sino ansiosos por prestarle servicio”. 265
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1 Cf. glosario s.u. ‘cucare’.
2 Cf. glosario s.u. ‘garrucha’.
3 Cf. glosario s.u. ‘occasion’.
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