sábado, 20 de julio de 2019

LA MACARRONEA DE FRANCISCO PACHECO: Traducción (XXXVII)



¡Oh, días claros sin nube, sin amargura suäves                         610
delicias, oh, placentero morir, oh, vivir placentero!,
¿cuándo os podré gozar en tierno amor derretido,
o de tu favor disfrutar, zahareña1 tú, Galatea?
A ti sobre las alpestres2 sierras, y valles profundos,
por negras grutas te sigo, sin esperanza de gozo.                     615
No desdeño yo tocar las flautas campestres,
ni las destempladas zampoñas, ni a Pan vencer en el canto,
ni en verde tronco del plátano, ni en la corteza del haya
dejar escritos mis amores, malvada zagala.
A tí, Amarílide fresca y huidiza, cuando a la sombra                 620
te abrace, que las rosas y resplandecientes violetas
cama nos den, y nos cerque la yedra de rubios racimos,
que los amorosos mirtos me otorguen sombras gozosas.
¡Qué juegos entonces, ninfa mía, cuántos regalos
te haré!, ni los jazmines que por los techos rebosan,               625
ni hace la yedra reptante por olmos tantos enredos,
ni abraza a sus novios álamos tantas veces la parra,
cuanto yo apriete entre mis brazos, ninfa mía, tu cuerpo.
¡Enternecida cuántos abrazos lascivos darásme!
Si piedras y duras rocas darse cuenta parecen                       630


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1 cf. glosario s.u. 'zahareñus'
2 cf. glosario s.u. 'alpestris'

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