viernes, 14 de diciembre de 2018

LA MACARRONEA DE FRANCISCO PACHECO: Traducción (XI)



Tú, que a las Musas también enriqueces con honra tamaña,
Pastrana, ante otros próceres en el jardín verdeante,
ceñidos tus cabellos de verde adelfa y de zulla
avanzas, y la gorra te quita toda la banda,                                  120
y cedes solamente ante el escolar miguelino.
Huyen de aquí policía avisada, y virtud candorosa,
las buenas costumbres, la buena ciencia, y la lengua latina,
la gracia, el estilo galano, también la hermosa crianza;
mora aquí poesía gofa, y zarposa desgracia,                               125
retórica bárbara, y de supinos gordos gramufa,
y envidia que siempre revienta con la alabanza del prójimo.
Nunca este albergue Febo jamás de sus esplendentes
rayos alumbra, con los que siempre todo lo alegra,
sino que siempre tinieblas, siempre pavor, mala grima,               130
y casa friolega causan pesar, y el hambre horrorosa,
híspida flaca que goza en matar a los pobres pupilos1.
El sabañón duro, las comezones intensas, la sarna,






119 zulla, hierba con la que se sangra a los caballos en Jerez. Adelfa en caldeo, Rodaphnem en púnico.
121 alumno miguelino. También Francisco Sánchez, gramático puro que en aquel entonces se sentaba sobre la cátedra de pestilencia de aquel colegio, y al que en todo este opúsculo con admirable malignidad el poeta sigue como veréis.
130 grima, voz antigua, y que el buen uso rechazó. Pacuvio: “la grima hace percibir muchas falsedades de la mente”.



______________________________________________________________
1 Eran proverbiales el hambre y las malas condiciones de vida de los colegios y casas de pupilaje, ya referidas en la epístola macarrónica del Dr. Diego Sánchez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario