Sintaxis macarrónica.
No pueden señalarse en la macarronea pachequiana rasgos de sintaxis
ajena a la clásica, ni mucho menos imitación de los usos
sintácticos folenguianos.
Prosodia macarrónica.
1.Rasgos generales.
Pacheco se atiene a las
reglas generales de la prosodia clásica y a las de la prosodia
macarrónica señaladas por Folengo, y eso a pesar de la notable
extensión de su macarronea (636 vv.). Las irregularidades prosódicas
afectan a 24 versos (24, 43, 49, 50, 66, 80, 100, 154, 195, 229, 238,
287, 296, 298, 307, 364, 461, 481, 484, 542, 556, 564, 613, 629), que
suponen, así, un mísero 0,2 % del total.
Es notable
la regularidad prosódica de las desinencias de palabras latinas y
macarrónicas. La mayor parte de estas excepciones eran ya tratadas
en la Normula
macaronica de syllabis
de la red. T par. 5. En el caso de Pacheco son escasas y afectan a
tres ablativos de gerundio macarrónicos (batiendŏ,
gateandŏ,
inroscandŏ),
y a una única palabra latina (infră,
v.108).
2.Prosodia de las palabras latinas.
Se observa una regularidad prosódica casi absoluta; las
irregularidades afectan a la cantidad de las sílabas, y, en ningún
caso se producen rupturas de la ley de la posición, de acuerdo así
con la práctica folenguiana consagrada en la Normula par. 2.
Se da un caso de consonantización de 'i' prevocálica (v. 505).
2.1.Errores prosódicos.
No es posible establecer con claridad cuáles de estos lapsus
prosódicos sean voluntarios y cuáles involuntarios. La constante
regularidad prosódica observada en la producción neolatina de
Pacheco induce a atribuir un carácter voluntario a la mayoría de
estos errores, que son producto de una consciente facilonería
versificatoria, que dejaba también sus huellas en las redd. P y T de
las macarroneas folenguianas.
Fuera del lícito alargamiento en arsis y por posición, se
encuentran alargamientos de sílabas breves (cf. v. 49: lapsūs,
v.80: uōlat, v.100:
dīcentes, v.154: nīmis,
v.481: fērumque, v.613:
frūar, v.629: dābis),
y abreviación de sílabas largas (v.80: caeli, v. 229: quaeris,
v.296: nĕmo, v.195: sĕra,
v. 287: meliorĭ, v.307:
tĕlis, v.364: decĭdit,
v. 461: mĭttat), y de
algún monosílabo que debería ser alargado por posición (v. 298).
2.2.Vocablos aparentemente latinos.
Quedan englobados en esta categoría stīlo
(v.28), pāuor
(v.130), căstigat
(v.66) cŏmponere
(v.484), mĕlŏdīa
(v.276) y tĕtricos
(v. 459), que rompen las reglas de la prosodia que se aplicarían a
sus sosias latinos con cambios arbitrarios de cantidades y rupturas
de la ley de la posición.
2.3.Manipulación formal de vocablos latinos por motivos
prosódicos.
No hay ejemplos de tal manipulación en la macarronea de Pacheco.
3.Prosodia de las palabras macarrónicas.
La influencia de la técnica folenguiana ha de ser evidentemente
mayor en la prosodia de los macarronismos. Pacheco se atiene, aunque
en menor medida que Folengo, a las preceptivas clásicas, lo que
consigue que su macarroneo se presente bajo un aspecto prosódico
unitario y regular. No hay, por otra parte, huella de alguna de las
libertades formales que se arroga Folengo y consagra en forma de
reglas en su Normula, concretamente en las recogidas en los
parr. 4, y 8, aunque sí cumple con lo establecido en los parr. 1, 3
(tăpāuerat
/ tāpāuerat),
5 (batiendŏ,
gateandŏ,
inroscandŏ), y
9 (rōpam
/ rŏpāmĭne).
Hay, aparte de eso, algún caso de abreviación de vocal en tesis (v.
238: floxă
-abl.-).
Los
diptongos españoles son tratados como largos (aprietem,
cairum, duendes, farautes),
con dos excepciones (murcielagi,
pliegues)
por razones de adecuación métrica.
3.1. La 'ley de la
penúltima'.
Pacheco
en sus macarronismos respeta escrupulosamente esta ley prosódica
latina; hay, eso sí, dos aparentes excepciones (atincăre,
carnĕre)
que hacen dos macarronismos esdrújulos de dos palabras españolas
llanas, con el fin de conservar la identidad del acento originario;
además, hay seis macarronismos con retrotracción del acento
(connectăre,
contamĭnat,
guimăra
bis,
guimăros,
parecĕre),
motivada por razones métricas.
3.2.Sílaba
anceps
en protonía.
Hay
cuatro ejemplos en la macarronea de Pacheco del uso ilustrado en la
Normula
par. 3 (āfeite
/ ăfeite;
ālumbrat
/ ălumbrat;
guīmara
/ guĭmara;
tāpauerat
/ tăpauerat),
aunque hay más muestras en diferentes casos -heteromorfos-, números,
modos, y tiempos de la misma palabra.
3.3.La ley de la
posición y alternancia de consonantes dobles y simples.
La ley de la posición es ampliamente respetada en la macarronea
pachequiana, incluidas las consonantes dobles que representan un sólo
fonema (caballus, calloncas, corros, etc.); sólo he
localizado 4 excepciones, debidas a causas métricas (aprĕssŭrāte
[v.34], ĕscărmientet
[v.43], găllinam
[v.257], ărrĭpardus
[v.550])
No hay pruebas de que Pacheco, de acuerdo con Normula par. 7,
emplee la simplificación o geminación de consonantes para señalar
abreviación y alargamiento de sílabas respectivamente. Folengo basa
su licencia en hechos lingüísticos extraños a nuestra lengua como
la geminación de consonantes y su simplificación en los dialectos
septentrionales italianos. Tal carácter, o su desconocimiento, puede
apartar al autor macarrónico español de la aplicación de Normula
par.7 a sus macarronismos.
3.4.Sílaba anceps ante muta cum liquida.
Sí hay muestras de este uso folenguiano aplicado a los
macarronismos en Pacheco (cŏplae
/ cōplas; mŭgrentas
/ mūgrienta; ōbram / ŏbras).
3.5.La regla de “vocalis ante vocalem corripitur”.
Esta
regla básica de la prosodia latina, que se aplica también en el
macarroneo folenguiano, como se deduce de Normula,
par. 3.: bĭancus,
păësus, galĕazza, scrŏa,
etc., está asimismo presente en la obra de Pacheco (căidae,
dĭablos,
dĭentes,
digĭis, etc.).
No
se aplica esta regla si el acento tónico vulgar viene a caer en
una vocalis
ante vocalem (ambasserīam),
igual que en Folengo (carnecerīa,
chirimīa,
desafīos,
melodīa,
menēat,
pelēas,
policīa,
puterīas,
sanchēo,
simonīa);
es de señalar asimismo la posible neorformación latina de Pacheco
cabalistēos,
probablemente derivada del sustantivo atestiguado Cabbalistae,
“especialistas en la Cábala”.
No
hay, por otra parte, casos de consonantización de 'i' prevocálica,
ni de sinícesis, lo que confirma la regularidad prosódica del
macarroneo pachequiano.
4.Métrica
macarrónica.
El
poema consta de 636 versos, de los que 12 dísticos elegíacos, a
guisa de excusatio
inicial,
y de 612 hexámetros κατα
στίχον que constituyen el cuerpo de la subsiguiente narratio.
4.1.Características.
El
extenso poema presenta una regularidad general muy marcada; no
existen versos holoespondaicos, y el número de holodactílicos es
muy reducido (15) respecto al cuerpo general de la macarronea. Por
otra parte, algunas irregularidades métricas son claramente
intencionales en Pacheco, quien las señala así en apostilla, en
clara imitación folenguiana; es tal el caso del v. 50, que es
hipométrico, y es señalado en glosa como versus
deprauatus;
el del v. 322, que presenta una anómala combinación de cesuras
penthemímeres y trocaica1,
y que es glosado con el famoso apotegma horaciano (en variante) bonus
quandoque dormitat Homerus;
y el del v. siguiente, marcado como versus
leoninus,
por su evidente rima interna.
Por
su relevancia métrica ha de señalarse en Pacheco un fenómeno de
intrusión fonética intencionada que se materializa en la
realización de vocales protéticas que aseguran la existencia del
medio pie necesario para la correcta escansión del hexámetro o
pentámetro en cuestión; esta pronunciación protética se da, ya en
palabras latinas (v. 24: scribentis,
v. 542: spargit),
ya en macarrónicas (v. 556: spichat,
v. 564: smaltas),
conviviendo con la realización fonética normativa.
I.
Hexámetros.
a)Los cuatro primeros pies: distribución de dáctilos y espondeos.
TIP.
|
TOTAL
|
Nº ORDEN
Pach.
|
Nº ORDEN
VERG. Aen.
|
Nº ORDEN
OV. met.
|
SSDS
|
67=10,94%
|
1
|
7
|
-
|
DSSS
|
63=10,29%
|
2
|
1
|
2
|
DDSS
|
62=10,13%
|
3
|
2
|
1
|
DSDS
|
55=8,98%
|
4
|
3
|
4
|
DSSD
|
52=8,49%
|
5
|
9
|
3
|
DDSD
|
49=8,00%
|
6
|
10
|
5
|
SSDD
|
39=6,37%
|
7
|
14
|
16
|
SSSS
|
34=5,55%
|
8
|
5
|
15
|
SSSD
|
32=5,22%
|
9
|
13
|
-
|
SDSS
|
32=5,22%
|
10
|
4
|
-
|
SDSD
|
31=5,06%
|
11
|
11
|
-
|
DSDD
|
31=5,06%
|
12
|
12
|
7
|
SDDS
|
25=4,08%
|
13
|
8
|
-
|
DDDS
|
24=3,92%
|
14
|
6
|
6
|
DDDD
|
15=2,45%
|
15
|
15
|
8
|
SDDD
|
13=2,12%
|
16
|
16
|
-
|
La
correspondencia con las series virgilianas es bastante evidente, como
sería de esperar, en las series iniciales (salvo en la primera, en
la que la escansión de los macarronismos parece llevar al predominio
del espondeo), al igual que en las finales; en las series centrales
es evidente la mayor libertad del poeta macarrónico, que trabaja
experimentado con la cantidad de los macarronismos.
b)Elisiones.
TIPOLOGÍA
|
TOTAL
|
1A
|
-
|
1T
|
17=19,10%
|
2A
|
29=32,58%
|
2T
|
7=7,86%
|
3A
|
11=12,35%
|
3T
|
-
|
4A
|
11=12,35%
|
4T
|
19=21,34%
|
5A
|
5=5,61%
|
5T
|
1=1,12%
|
6A
|
-
|
7T
|
-
|
De
acuerdo con la norma clásica, los lugares tradicionales de la
elisión, en primera tesis, segunda arsis y cuarta tesis cobran
especial preponderancia frente a la primera arsis y sexta tesis. Se
cumple, por otra parte, la ausencia, casi total, de elisión en la
quinta tesis y sexta arsis. Zaggia señala que el uso de la sinalefa
en las macarroneas menores de Folengo es regular. Se dan unos 10
escasos casos de hiato (vv. 95, 105, 131, 150, 160, 264, 289, 454,
611), en lo que se viene a coincidir con los usos folenguianos. Entre
ellos no se encuentra ecthlipsis, es decir, hiato despúes de –m
final.
c)Cesura.
TIPOLOGÍAS
|
TOTALES
|
VERG.
|
|
PENTEMÍMERES
|
478
|
615=98,55%
|
99,62%
|
TRIPLE A
|
137
|
||
TRIPLE B
|
1
|
9=1,44%
|
0,38%
|
HEPTEMÍMERES
|
8
|
Los resultados del cuadro, como es habitual, consagran un claro
predominio de los patrones virgilianos.
d) Estructura silábica y finales de
hexámetros. El monosílabo final.
CUADRO I
TIPOLOGÍA
|
TOTAL
|
VERG.
|
OV.
|
2+3
|
420=67,30%
|
32%
|
35,5%
|
3+2
|
171=27,40%
|
53,5%
|
55%
|
2+1+2
|
29=4,64%
|
11%
|
8%
|
5
|
2=0,32%
|
-
|
-
|
3+1+1
|
1=0,16%
|
1%
|
0%
|
1+2+2
|
1=0,16%
|
0,50%
|
0%
|
CUADRO II
-
TIPOLOGÍAS
Nº VV.Fas estUbiqu(e) estTOTALVERGARA6241-1=0,16%VERG.14072484694=0,66%OV.22724133133146=0,64%
Los resultados del cuadro I nos revelan la influencia de los dos
poetas clásicos más imitados. Esta influencia se plasma también en
las macarroneas menores folenguianas, donde el hexámetro suele
cerrarse con un bisílabo o un trisílabo. Es también excepcional en
Folengo la cláusula pentasilábica.
El
único monosílabo en fin de verso que se da en la macarronea de
Pacheco es producto de calco. Estos finales, sobre todo precedidos de
otro monosílabo, tienen una frecuencia más bien alta en Folengo,
con un fin paródico.
II.Pentámetros.
A) Características.
Hay doce pentámetros
distribuidos en dísticos elegíacos.
a) Los dos primeros pies:
distribución de dáctilos y espondeos.
TIP.
|
TOTAL
|
OV.
|
|||||
SS
|
4
|
8,40%
|
|||||
DS
|
3
|
52,
4 %
|
|||||
DD
|
3
|
30,
9 %
|
|||||
SD
|
2
|
8,
3 %
|
|||||
|
12
|
|
|
|
|
|
La primera serie más usada
no corresponde a la más empleada por Ovidio.
b) Elisiones.
Hay una elisión en primera
tesis, y otra en cuarta tesis. No hay casos de hiato. Estos
resultados coinciden con los de la norma clásica.
c) El monosílabo ante cesura.
No existe ejemplo de tal
monosílabo, que tiende a ser evitado de acuerdo con la preceptiva
antigua.
d) Estructuras morfológica y
silábica y finales de pentámetro: el monosílabo final.
TIPOLOGÍAS
|
TOTALES
|
OV.
|
||||||
VERBOS
|
8
|
12=
100 %
|
80
%
|
|||||
SUSTANTIVOS
|
12
|
|||||||
ADJ.
PRON.
|
-
|
-
|
17
%
|
|||||
PRONOMBRES
|
-
|
|||||||
ADJETIVOS
|
-
|
-
|
3
%
|
|||||
ADVERBIOS
|
-
|
|||||||
NUMERALES
|
-
|
|||||||
CONJUNCIONES
|
-
|
|||||||
INTERJECCIONES
|
-
|
|||||||
|
12
|
|
|
|
|
|
La estructura morfológica de
los finales coincide casi plenamente con los ovidianos, lo que no
debe extrañar dada la especial dificultad del segundo hemistiquio y
pies finales del hexámetro y pentámetro.
TIPOLOGÍAS
|
TOTALES
|
||||||
BISÍLABOS
|
12
= 100 %
|
12
= 100 %
|
|||||
TETRASÍLABOS
|
-
|
||||||
PENTASÍLABOS
|
-
|
||||||
TRISÍLABOS
|
-
|
||||||
HEPTASÍLABOS
|
-
|
||||||
MONOSÍLABOS
|
-
|
-
|
|||||
|
12
|
|
|
|
|
|
El
predominio del bisílabo final en Ovidio se vuelve absoluto en la
composición de Pacheco. Es de notar también la tendencia del autor
a evitar, de acuerdo con la norma clásica, el monosílabo final.
_____________________________________________________________
1J.
LUQUE, “Escalígero y la composición de los versos”,
Ágora, 2001, 89-110: 96.
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