sábado, 19 de mayo de 2012

IVANO PACCAGNELLA Y LA TRADICIÓN MACARRÓNICA DE PADUA



Paccagnella publica, a su vez, en 1979 Le Macaronee padovane. Tradizione e lingua, edición de los macarrónicos paduanos en cuya introducción desarrolla con mayor amplitud su concepción de la interferencia macarrónica1. Abundando en las ideas expuestas en anteriores trabajos2 y asumiendo las contribuciones de Segre3, señala al macarrónico como “una parole que pertenece a diferentes langues4. En cuanto al grado de interferencia, afirma que es determinado por la semejanza tipológica de los sistemas lingüísticos, por lo que el papel de lengua primaria5 que utiliza rasgos morfológicos, lexicales o sintácticos de una lengua secundaria puede ser representado alternativamente por el dialecto o el latín en subordinación a una funcionalización cultural y paródica predeterminada (incluso si en la conformación lexical prevalece el dialecto)6.

En un sentido puramente lingüístico –afirma Paccagnella- el macarrónico es parodia del latín clásico. La parodia macarrónica es un procedimiento formal de intervención sobre una lengua de base hacia neoformaciones artificiales cuya autonomía expresiva supone un abajamiento irónico del modelo latino, antes que nada sobre el plano lingüístico-estilístico. Sólo en un segundo momento la discordancia entre forma sublime y contenido trivial cómico se precisa en la connotación sarcástica, vulgar y obscena de las características de contenido7.

Sobre el plano morfo-sintáctico las categorías más caracterizantes del sistema latino poseen un grado de normatividad mayor, por lo que la frase macarrónica tiene un aspecto morfológico latino mientras la estructura sintáctica real se materializa en la conservación del orden vulgar de la secuencia lexemática, con un efecto de heterogeneidad respecto al sistema gramatical primario. Es lo que Paoli definía como latinización superficial8 que actuaba sobre una palabra vulgar o dando desinencia italiana a una forma latina, con la individuación precisa de las dos direcciones en que puede resultar el contacto de los sistemas lingüísticos9.

La realización más elemental de la interferencia gramatical es la inserción inmediata de morfemas latinos en contextos lexicales vulgares. En formas del tipo castronus, futire, rendit, tetaze dice Paccagnella que la interferencia es de tipo paradigmático (la posibilidad más o menos limitada de elección en el campo lexical vulgar), el elemento macarrónicamente marcado es el lexema y no el morfema funcional10. Un grado de elaboración mayor presenta el comparativo de un lexema vulgar complementado por un morfema particularmente distintivo del latín (-ior), y por eso mismo de imposible integración en el sistema dialectal11. Los autores macarrónicos omiten a menudo la terminación causal en el caso objeto (M 412: “omnia cunfundit: vinum, panem, menestra, salatam”) y en el nominativo pro accusativo (M 405: “tanquam molinus dentes spesegare videbis”)12. En otros casos es necesario hablar de latinus sine flexione,13 como en las preposiciones, categoría en la que resalta mayormente la diferencia entre la función sintagmática real y la primitiva ya completamente caduca. De aquí el empleo repetido de las preposiciones latinas en unión con vocablos vulgares y la consecuente frecuencia de calcos de expresiones dialectales. Baste el ejemplo de los nexos con cena (M 152: “temporibus certis facit de cena fasollos”; M 382: “semper da cena, semper disnare domandat”; M 469: “cognoscit subito quid facit a cena cusinus”), o mejor aún la expresión de las proposiciones causales y finales con propter + infinitivo (V 12: “propter basare, propter futire ve portat”), en alternancia con la correspondiente constucción dialectal siempre en cláusula (M 366: “pendet a sinistris per non morire de fame”)14.

El fenómeno inverso al de la adopción de las normas morfológicas latinas estaría representado por la aplicación de las reglas gramaticales del dialecto a los morfemas del latín, originada principalmente por la identidad de funciones; anormal respecto a todos los sistemas lingüísticos en contacto es, por ejemplo, la conservación del artículo. La mayoría de las veces, de la identificación de categoría gramatical vulgar (en general el complemento directo) y morfema latino se llega a la sustitución del monema latino por el sintagma vulgar. La integración de un elemento tan extraño resulta evidentemente dificultosa, y el macarrónico en su desarrollo tiende a suprimirlo15.

Pero señala Paccagnella que el sector en el que el macarrónico desata todas las potencialidades implícitas en el método de la interferencia plurilingüe es el léxico, donde llega a su plena maduración expresiva englobando todos los procedimientos gramaticales hasta ahora analizados: los casos más frecuentes de macarronismo lexical son, de hecho, las adopciones morfológicamente adaptadas de cada palabra por parte del latín, y la extensión funcional de los lexemas dialectales sobre el modelo de los latinos16. La comicidad, una vez más, radica en el contraste entre lo noble y lo plebeyo, es decir, en el plano lingüístico, en la copresencia al interior de la misma palabra de sufijo latino y lexema dialectal y/o lexema clásico y sufijo vulgar o macarronizado. En esta perspectiva se pueden definir como rasgos pertinentes del macarrónico propiamente aquellas palabras en las que tal contraste es más inmediato y evidente, donde el elemento marcado es el morfema latino. Es la sufijación latina, para descender al detalle, la que ofrece la connotación docta: el contexto evidencia esta característica de contraste entre tono elevado del discurso y reducción estilística a nivel de cada palabra. Sobre este juego de homogeneización y disgregación llevado continuamente al punto de ruptura (el sufijo latino clásico se opone al lexema vulgar pero al mismo tiempo lo ennoblece dándole una pátina aúlica) se rige la comicidad macarrónica. Son muchos los ejemplos de sufijos que cumplen este propósito (-abilis, -alia, -alis, -eus, -tor). Entre las más estrechamente pertinentes al macarrónico (en el sentido de la parodia lingüística) está la serie AMEN / UMEN de evidente origen clásica. Señala Paccagnella que una palabra como curame (M 336) no se aparta mucho del correspondiente dialectal, y su adscripción a la categoría de neutros latinos no debe haber sido problemática. Por el contrario, formas como culamina17(M 632) y pastumine (M 490)18, ciertamente por la carencia de un paralelo vulgar, se presentan entre las más connotativas del macarrónico19.

Por otra parte, la modificación nominal representa, antes de cualquier conflicto morfolexemático, el triunfo del elemento vulgar; el sufijo no tiene valor intrínseco y prueba de ello los casos de doble modificación, sufijal y adjetival, conjunta (M 414: “et dolet et queritur parvam habere bucchetam”). La selección es, por contra, de tipo estilístico, basada sobre los valores fonoexpresivos de los sufijos; lo que cuenta es la hiperbolización (o, mejor dicho, la hipobolización enfática), y no por casualidad los aumentativos hacen referencia en su mayoría a los campos sexo-escatológico y gastronómico20.

Para Paccagnella, la valoración del contexto permite apreciar la capacidad expresiva de cada procedimiento, de cada neologismo. Un término como fututor, neoformación humanística, más cercana al latín que otros vocablos de la misma clase, tipo frapator o magnator, no está caracterizado por contrastes bilingües particularmente estridentes; su carácter cómico deriva ciertamente de su integración y del reforzamiento paródico contextual (M 166-167: “hic est iostrator, frapator magnusque fututor / et putannarum gubernator maximus [...]”)21

Para Paccagnella, “creaciones de tal tipo son los aspectos más vivos de este lenguaje artificial, instrumento original y preñado de producciones más maduras. En este sentido la línea de tendencia está ya fijada con precisión y validez para todo el género en su desarrollo: una parodia de la lengua con medios lingüísticos. Su aplicación y su inventiva extemporánea en los poetas paduanos son aún limitadas. No se trata más que de un primer paso, en un ámbito estilístico y semántico limitado y sin una más decidida separación de las creaciones humanísticas, en la línea de las creaciones folenguianas: Folengo, incluso en un análisis que se limite a considerar los predecesores del género en toda su autonomía sincrónica, queda siempre, necesariamente, como el término de comparación más o menos implícito. Estas características embrionalmente delineadas en los paduanos (y en Bassano, Fossa, Alione) se convierten en sistema lingüístico métricamente disciplinado y regular sólo con Teófilo Folengo”22.







1 Cf. I. PACCAGNELLA, Le macaronee padovane. Tradizione e lingua, Antenore, Padova 1979 (“Medioevo e Umanesimo”, 36) esp. Parte prima cap. IV “L’interferenza macaronica”, pp. 84-106. Trabajos posteriores a esta fecha son “Origini padovane del macaronico: Corado e Tifi”, G. ARNARDI-M. PASTORE STOCCHI, Storia della cultura veneta, 6 voll. En 10 tomos, Pozza, Vicenza 1976-1986, vol. III / 1, Dal primo Quattrocento al Concilio di Trento. I, 1980, pp. 413-429; “Plurilinguismo letterario: lingue, dialetti, linguaggi”, A. ASOR ROSA (ed.), Letteratura italiana, Einaudi, Torino 1982 ss., vol. II, Produzione e consumo, 1983, pp. 103-167; “Cucina e ideologia alimentare nella Venezia del Rinascimento. Appunti da fonti letterarie”, A. PERTUSI – G. ORTALLI –I. PACCAGNELLA, Civiltà della tavola dal Medio Evo al Rinascimento, Pozza, Vicenza 19831, 19842, pp. 37-67, esp. 53-60; “Plurilinguismo, codificazione e riflessione lingüística nel primo Cinquecento”, Il fasto delle lingue. Plurilinguismo letterario nel Cinquecento, Bulzoni, Roma 1984, pp. 29-151 esp. 69-93; “Letteratura nel Veneto fra Quattro e Cinquecento: monolinguismo, dialetto, sperimentalismo”, M. MURARO (ed.), La letteratura, la rappresentazione, la musica al tempo e nei luoghi di Giorgione, Jouvence, Roma 1987, pp. 77-79. Las dos últimas referencias contienen un resumen de sus planteamientos lingüísticos.
2 Cf. I. PACCAGNELLA, “Mescidanza e macaronismo: dall’ibridismo delle prediche”, GSLI, 1973, vol. 150, pp. 377-379 y “Le macaronee a Padova prima di Folengo: problemi editoriali e di lingua”, Atti Convegno 1977, pp. 282-287.
3 Cf. I. PACCAGNELLA, Le macaronee..., pp. 62, 68 n. 13, 83, 85 n. 3.
4 Cf. ib., p. 85
5 Cf. U. WEINREICH, o.c., p. 14: “The problem of phonic interference concerns the manner in which a speaker perceives and reproduces the sounds of one language, which might be designated secondary, in terms of another, to be called primary. Interference arises when a bilingual identifies a phoneme of the secondary system with one in the primary system and, in reproducing it, subjects it to the phonetic rules of the primary language”.
6 Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., p. 85
7 Cf. ib., p. 86
8 Cf. A. PISCINI, o.c., pp. 371-372: “[...] Paoli aveva definito il macaronismo, in modo assai drastico, “un errore volontario” risultante dalla consapevole giustapposizione e dalla mancata fusione, dall’ibridismo cioè, delle sue componente linguistiche. Paccagnella, avvertendo la “difficoltà di stabilire con precisione cosa vada considerato errore in testi che hanno como criterio costitutivo l’interferenza linguistica e la parodia” (p. 171), evita di fissare una rigida norma grammaticale-sintattica (sia essa mutuata dal latino classico e umanistico, sia ricalcata sui procedimenti folenghiani) alla quale rapportare le deviazioni testuali. La deformazione verbale nei prefolenghiani è sempre consapevole ed intenzionale, così come di fatto evanescenti sono ormai, nella coscienza lingüística tardo-quattrocentesca, le categorie morfologiche latine”. El error del que habla Paoli sólo tiene sentido como resultado de la previa constatación de una interferencia lingüística, es decir, de la desviación de las normas de las lenguas en contacto. En este sentido resulta irrelevante hablar de “error”, “desviación” o “fenómenos de interferencia”, si se está de acuerdo en la existencia de unas normas lingüísticas (se las entienda o no en el sentido de Coseriu, es decir, como una abstración interpuesta entre la del sistema y la aplicación práctica e individual del habla) que son objeto de interferencia. Paoli describe los mecanismos de esta interferencia en el macarroneo, no nos dice cómo debe escribirse en él. Estos mecanismos no son ciertamente infinitos (Paccagnella no analiza ninguno nuevo), como no son infinitas las posibilidades que nos ofrecen los sistemas lingüísticos, y menos la restricción a éstas que supone la norma. La afirmación de Paccagnella y el intento conciliador de Piscini que acepta el carácter voluntario del macarroneo, pero niega su carácter de “error”, suponiendo gratuitamente la insuficiencia latina de los humanistas macarrónicos, van, pues, contra la propia definición de interferencia.
9 Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., p. 86
10 Cf. ib., pp. 86-87
11 Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., p. 89 e ID. Plurilinguismo..., p. 86
12 Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., pp. 91-92. M es la abreviatura que emplea Paccagnella para designar la Macaronea de Tifi Odasi.
13 Paccagnella toma este término de PAOLI, o.c., p. 241: “uso come di parola indeclinabile di una parola con declinazione regolare in latino”.
14 Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., pp. 92-96 e ID. Plurilinguismo..., pp. 87-88. V es la abreviatura que identifica al Nobile Vigonce opus.
15 Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., pp. 96-98 e ID. Plurilinguismo..., p. 88. Señala Paccagnella cómo en la Tosontea se registra la fase más simple, la inserción vulgar (T 38: “et non permittit crescere fadiga lo cazo”), mientras que en Tifi y en Nobile Vigonze opus el uso se afina en la aplicación a sintagmas que ya tienen una definición morfemática causal: es necesario señalar que se trata de un cliché recurrente siempre en cláusula métrica, donde el artículo completa el dáctilo en quinta sede y es seguido de un bisílabo (M 375: “et quid non faceret propter saciare la gulam”).
16 Dice PACCAGNELLA, o.c., p. 101 n. 27 que esto es cuanto Paoli llama macarronismo semántico o de locución.
17 Cf. B. MIGLIORINI, o.c., p. 89 cit. por I. PACCAGNELLA, Plurilinguismo..., p. 89: “[...] appartiene al gusto popolare anche la frequenza, sconcertante per il costume civile moderno, delle espressioni scatologiche: se si facesse una lista di frequenza dei vocaboli del Folengo, la parola di Cambronne e tutte le parole di quel campo semantico, fra cui il tipicamente folenghiano culamen, avrebbero una cifra altissima”.
18 Cf. PAOLI, o.c., p. 139 considera pastumine en Tifi más bien como latinización de ‘pastume’.
19 Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., pp. 101-102 e ID. Plurilinguismo..., pp. 88-89
20 Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., pp. 102-103 e ID. Plurilinguismo..., p. 90
21 Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., pp. 103-104
22 Cf. I. PACCAGNELLA, Plurilinguismo..., p. 91

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