Paccagnella
publica, a su vez, en 1979 Le Macaronee padovane. Tradizione e
lingua, edición de los macarrónicos paduanos en cuya
introducción desarrolla con mayor amplitud su concepción de la
interferencia macarrónica1.
Abundando en las ideas expuestas en anteriores trabajos2
y asumiendo las contribuciones de Segre3,
señala al macarrónico como “una parole que pertenece a
diferentes langues”4.
En cuanto al grado de interferencia, afirma que es determinado por la
semejanza tipológica de los sistemas lingüísticos, por lo que el
papel de lengua primaria5
que utiliza rasgos morfológicos, lexicales o sintácticos de una
lengua secundaria puede ser representado alternativamente por el
dialecto o el latín en subordinación a una funcionalización
cultural y paródica predeterminada (incluso si en la conformación
lexical prevalece el dialecto)6.
En un
sentido puramente lingüístico –afirma Paccagnella- el macarrónico
es parodia del latín clásico. La parodia macarrónica es un
procedimiento formal de intervención sobre una lengua de base hacia
neoformaciones artificiales cuya autonomía expresiva supone un
abajamiento irónico del modelo latino, antes que nada sobre el plano
lingüístico-estilístico. Sólo en un segundo momento la
discordancia entre forma sublime y contenido trivial cómico se
precisa en la connotación sarcástica, vulgar y obscena de las
características de contenido7.
Sobre el
plano morfo-sintáctico las categorías más caracterizantes del
sistema latino poseen un grado de normatividad mayor, por lo que la
frase macarrónica tiene un aspecto morfológico latino mientras la
estructura sintáctica real se materializa en la conservación del
orden vulgar de la secuencia lexemática, con un efecto de
heterogeneidad respecto al sistema gramatical primario. Es lo que
Paoli definía como latinización superficial8
que actuaba sobre una palabra vulgar o dando desinencia italiana a
una forma latina, con la individuación precisa de las dos
direcciones en que puede resultar el contacto de los sistemas
lingüísticos9.
La
realización más elemental de la interferencia gramatical es la
inserción inmediata de morfemas latinos en contextos lexicales
vulgares. En formas del tipo castronus, futire, rendit, tetaze
dice Paccagnella que la interferencia es de tipo paradigmático (la
posibilidad más o menos limitada de elección en el campo lexical
vulgar), el elemento macarrónicamente marcado es el lexema y no el
morfema funcional10.
Un grado de elaboración mayor presenta el comparativo de un lexema
vulgar complementado por un morfema particularmente distintivo del
latín (-ior), y por eso mismo de imposible integración en el
sistema dialectal11.
Los autores macarrónicos omiten a menudo la terminación causal en
el caso objeto (M 412: “omnia cunfundit: vinum, panem, menestra,
salatam”) y en el nominativo pro accusativo (M 405: “tanquam
molinus dentes spesegare videbis”)12.
En otros casos es necesario hablar de latinus sine flexione,13
como en las preposiciones, categoría en la que resalta mayormente la
diferencia entre la función sintagmática real y la primitiva ya
completamente caduca. De aquí el empleo repetido de las
preposiciones latinas en unión con vocablos vulgares y la
consecuente frecuencia de calcos de expresiones dialectales. Baste el
ejemplo de los nexos con cena (M 152: “temporibus certis
facit de cena fasollos”; M 382: “semper da cena, semper disnare
domandat”; M 469: “cognoscit subito quid facit a cena cusinus”),
o mejor aún la expresión de las proposiciones causales y finales
con propter + infinitivo (V 12: “propter basare, propter
futire ve portat”), en alternancia con la correspondiente
constucción dialectal siempre en cláusula (M 366: “pendet a
sinistris per non morire de fame”)14.
El
fenómeno inverso al de la adopción de las normas morfológicas
latinas estaría representado por la aplicación de las reglas
gramaticales del dialecto a los morfemas del latín, originada
principalmente por la identidad de funciones; anormal respecto a
todos los sistemas lingüísticos en contacto es, por ejemplo, la
conservación del artículo. La mayoría de las veces, de la
identificación de categoría gramatical vulgar (en general el
complemento directo) y morfema latino se llega a la sustitución del
monema latino por el sintagma vulgar. La integración de un elemento
tan extraño resulta evidentemente dificultosa, y el macarrónico en
su desarrollo tiende a suprimirlo15.
Pero
señala Paccagnella que el sector en el que el macarrónico desata
todas las potencialidades implícitas en el método de la
interferencia plurilingüe es el léxico, donde llega a su plena
maduración expresiva englobando todos los procedimientos
gramaticales hasta ahora analizados: los casos más frecuentes de
macarronismo lexical son, de hecho, las adopciones morfológicamente
adaptadas de cada palabra por parte del latín, y la extensión
funcional de los lexemas dialectales sobre el modelo de los latinos16.
La comicidad, una vez más, radica en el contraste entre lo noble y
lo plebeyo, es decir, en el plano lingüístico, en la copresencia al
interior de la misma palabra de sufijo latino y lexema dialectal y/o
lexema clásico y sufijo vulgar o macarronizado. En esta perspectiva
se pueden definir como rasgos pertinentes del macarrónico
propiamente aquellas palabras en las que tal contraste es más
inmediato y evidente, donde el elemento marcado es el morfema latino.
Es la sufijación latina, para descender al detalle, la que ofrece la
connotación docta: el contexto evidencia esta característica de
contraste entre tono elevado del discurso y reducción estilística a
nivel de cada palabra. Sobre este juego de homogeneización y
disgregación llevado continuamente al punto de ruptura (el sufijo
latino clásico se opone al lexema vulgar pero al mismo tiempo lo
ennoblece dándole una pátina aúlica) se rige la comicidad
macarrónica. Son muchos los ejemplos de sufijos que cumplen este
propósito (-abilis, -alia, -alis, -eus, -tor). Entre las más
estrechamente pertinentes al macarrónico (en el sentido de la
parodia lingüística) está la serie AMEN / UMEN de evidente origen
clásica. Señala Paccagnella que una palabra como curame (M
336) no se aparta mucho del correspondiente dialectal, y su
adscripción a la categoría de neutros latinos no debe haber sido
problemática. Por el contrario, formas como culamina17(M
632) y pastumine (M 490)18,
ciertamente por la carencia de un paralelo vulgar, se presentan entre
las más connotativas del macarrónico19.
Por otra
parte, la modificación nominal representa, antes de cualquier
conflicto morfolexemático, el triunfo del elemento vulgar; el sufijo
no tiene valor intrínseco y prueba de ello los casos de doble
modificación, sufijal y adjetival, conjunta (M 414: “et dolet et
queritur parvam habere bucchetam”). La selección es, por contra,
de tipo estilístico, basada sobre los valores fonoexpresivos de los
sufijos; lo que cuenta es la hiperbolización (o, mejor dicho, la
hipobolización enfática), y no por casualidad los aumentativos
hacen referencia en su mayoría a los campos sexo-escatológico y
gastronómico20.
Para
Paccagnella, la valoración del contexto permite apreciar la
capacidad expresiva de cada procedimiento, de cada neologismo. Un
término como fututor, neoformación humanística, más
cercana al latín que otros vocablos de la misma clase, tipo frapator
o magnator, no está caracterizado por contrastes bilingües
particularmente estridentes; su carácter cómico deriva ciertamente
de su integración y del reforzamiento paródico contextual (M
166-167: “hic est iostrator, frapator magnusque fututor / et
putannarum gubernator maximus [...]”)21
Para
Paccagnella, “creaciones de tal tipo son los aspectos más vivos de
este lenguaje artificial, instrumento original y preñado de
producciones más maduras. En este sentido la línea de tendencia
está ya fijada con precisión y validez para todo el género en su
desarrollo: una parodia de la lengua con medios lingüísticos. Su
aplicación y su inventiva extemporánea en los poetas paduanos son
aún limitadas. No se trata más que de un primer paso, en un ámbito
estilístico y semántico limitado y sin una más decidida separación
de las creaciones humanísticas, en la línea de las creaciones
folenguianas: Folengo, incluso en un análisis que se limite a
considerar los predecesores del género en toda su autonomía
sincrónica, queda siempre, necesariamente, como el término de
comparación más o menos implícito. Estas características
embrionalmente delineadas en los paduanos (y en Bassano, Fossa,
Alione) se convierten en sistema lingüístico métricamente
disciplinado y regular sólo con Teófilo Folengo”22.
1
Cf. I. PACCAGNELLA, Le macaronee padovane. Tradizione e
lingua, Antenore, Padova 1979 (“Medioevo e Umanesimo”, 36)
esp. Parte prima cap. IV “L’interferenza macaronica”, pp.
84-106. Trabajos posteriores a esta fecha son “Origini padovane
del macaronico: Corado e Tifi”, G. ARNARDI-M. PASTORE STOCCHI,
Storia della cultura veneta, 6 voll. En 10 tomos, Pozza,
Vicenza 1976-1986, vol. III / 1, Dal primo Quattrocento al
Concilio di Trento. I, 1980, pp. 413-429; “Plurilinguismo
letterario: lingue, dialetti, linguaggi”, A. ASOR ROSA (ed.),
Letteratura italiana, Einaudi, Torino 1982 ss., vol. II,
Produzione e consumo, 1983, pp. 103-167; “Cucina e
ideologia alimentare nella Venezia del Rinascimento. Appunti da
fonti letterarie”, A. PERTUSI – G. ORTALLI –I. PACCAGNELLA,
Civiltà della tavola dal Medio Evo al Rinascimento, Pozza,
Vicenza 19831, 19842, pp. 37-67, esp. 53-60;
“Plurilinguismo, codificazione e riflessione lingüística nel
primo Cinquecento”, Il fasto delle lingue. Plurilinguismo
letterario nel Cinquecento, Bulzoni, Roma 1984, pp. 29-151 esp.
69-93; “Letteratura nel Veneto fra Quattro e Cinquecento:
monolinguismo, dialetto, sperimentalismo”, M. MURARO (ed.), La
letteratura, la rappresentazione, la musica al tempo e nei luoghi di
Giorgione, Jouvence, Roma 1987, pp. 77-79. Las dos últimas
referencias contienen un resumen de sus planteamientos lingüísticos.
2
Cf. I. PACCAGNELLA, “Mescidanza e macaronismo:
dall’ibridismo delle prediche”, GSLI, 1973, vol. 150, pp.
377-379 y “Le macaronee a Padova prima di Folengo: problemi
editoriali e di lingua”, Atti Convegno 1977, pp. 282-287.
3
Cf. I. PACCAGNELLA, Le macaronee..., pp. 62, 68 n. 13,
83, 85 n. 3.
4
Cf. ib., p. 85
5
Cf. U. WEINREICH, o.c., p. 14: “The problem of
phonic interference concerns the manner in which a speaker perceives
and reproduces the sounds of one language, which might be designated
secondary, in terms of another, to be called primary. Interference
arises when a bilingual identifies a phoneme of the secondary system
with one in the primary system and, in reproducing it, subjects it
to the phonetic rules of the primary language”.
6
Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., p. 85
7
Cf. ib., p. 86
8
Cf. A. PISCINI, o.c., pp. 371-372: “[...] Paoli
aveva definito il macaronismo, in modo assai drastico, “un errore
volontario” risultante dalla consapevole giustapposizione e dalla
mancata fusione, dall’ibridismo cioè, delle sue componente
linguistiche. Paccagnella, avvertendo la “difficoltà di stabilire
con precisione cosa vada considerato errore in testi che hanno como
criterio costitutivo l’interferenza linguistica e la parodia”
(p. 171), evita di fissare una rigida norma grammaticale-sintattica
(sia essa mutuata dal latino classico e umanistico, sia ricalcata
sui procedimenti folenghiani) alla quale rapportare le deviazioni
testuali. La deformazione verbale nei prefolenghiani è sempre
consapevole ed intenzionale, così come di fatto evanescenti sono
ormai, nella coscienza lingüística tardo-quattrocentesca, le
categorie morfologiche latine”. El error del que habla Paoli sólo
tiene sentido como resultado de la previa constatación de una
interferencia lingüística, es decir, de la desviación de las
normas de las lenguas en contacto. En este sentido resulta irrelevante hablar de “error”,
“desviación” o “fenómenos de interferencia”, si se está
de acuerdo en la existencia de unas normas lingüísticas (se las
entienda o no en el sentido de Coseriu, es decir, como una
abstración interpuesta entre la del sistema y la aplicación
práctica e individual del habla) que son objeto de interferencia.
Paoli describe los mecanismos de esta interferencia en el
macarroneo, no nos dice cómo debe escribirse en él. Estos
mecanismos no son ciertamente infinitos (Paccagnella no analiza
ninguno nuevo), como no son infinitas las posibilidades que nos
ofrecen los sistemas lingüísticos, y menos la restricción a éstas
que supone la norma. La afirmación de Paccagnella y el intento
conciliador de Piscini que acepta el carácter voluntario del
macarroneo, pero niega su carácter de “error”, suponiendo
gratuitamente la insuficiencia latina de los humanistas
macarrónicos, van, pues, contra la propia definición de
interferencia.
9
Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., p. 86
10
Cf. ib., pp. 86-87
11
Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., p. 89 e ID.
Plurilinguismo..., p. 86
12
Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., pp. 91-92. M es la
abreviatura que emplea Paccagnella para designar la Macaronea
de Tifi Odasi.
13
Paccagnella toma este término de PAOLI, o.c., p. 241: “uso
come di parola indeclinabile di una parola con declinazione regolare
in latino”.
14
Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., pp. 92-96 e ID.
Plurilinguismo..., pp. 87-88. V es la abreviatura que
identifica al Nobile Vigonce opus.
15
Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., pp. 96-98 e ID.
Plurilinguismo..., p. 88. Señala Paccagnella cómo en la
Tosontea se registra la fase más simple, la inserción
vulgar (T 38: “et non permittit crescere fadiga lo cazo”),
mientras que en Tifi y en Nobile Vigonze opus el uso se afina
en la aplicación a sintagmas que ya tienen una definición
morfemática causal: es necesario señalar que se trata de un cliché
recurrente siempre en cláusula métrica, donde el artículo
completa el dáctilo en quinta sede y es seguido de un bisílabo (M
375: “et quid non faceret propter saciare la gulam”).
16
Dice PACCAGNELLA, o.c., p. 101 n. 27 que esto es cuanto Paoli
llama macarronismo semántico o de locución.
17
Cf. B. MIGLIORINI, o.c., p. 89 cit. por I.
PACCAGNELLA, Plurilinguismo..., p. 89: “[...] appartiene al
gusto popolare anche la frequenza, sconcertante per il costume
civile moderno, delle espressioni scatologiche: se si facesse una
lista di frequenza dei vocaboli del Folengo, la parola di Cambronne
e tutte le parole di quel campo semantico, fra cui il tipicamente
folenghiano culamen, avrebbero una cifra altissima”.
18
Cf. PAOLI, o.c., p. 139 considera pastumine en
Tifi más bien como latinización de ‘pastume’.
19
Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., pp. 101-102 e ID.
Plurilinguismo..., pp. 88-89
20
Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., pp. 102-103 e ID.
Plurilinguismo..., p. 90
21
Cf. I. PACCAGNELLA, o.c., pp. 103-104
22
Cf. I. PACCAGNELLA, Plurilinguismo..., p. 91
No hay comentarios:
Publicar un comentario