A
principios de los años setenta se inicia en Italia un debate sobre
el origen del macarroneo que ha aportado decisivas contribuciones a
la definición del lenguaje macarrónico en su conjunto.
Lucia
Lazzerini publica en 1971 un fundamental y muy documentado trabajo
sobre la tradición de sermones híbridos desarrollada en Francia y
en el norte de Italia a fines de la Edad Media y comienzos del
Renacimiento1.
Señala Lazzerini que “el proceso que ha conducido al hibridismo ha
sido más lento en Italia que en Francia, resolviéndose
sustancialmente en una penetración de vulgarismos fácilmente
asimilables por el latín medieval, lengua viva y en continua
evolución, en mutua, fecunda relación con el vulgar que se
desarrollaba paralelamente”2,
pero la receptividad del latín mostró ser muy reducida en Francia,
mientras que casi ilimitada en Italia. El latín, por otra parte,
seguía siendo, aún en el siglo XV, instrumento de comunicación de
los más famosos predicadores3.
Sitúa Lazzerini la razón de tal hibridismo en necesidades
expresivas surgidas en los sermones más marcadamente
realístico-satíricos4,
destinados a un público “al que sólo las sensaciones fuertes
pueden conmover”5.
En tales sermones llega al extremo la tendencia al realismo y a la
mezcolanza de estilos endémica en la literatura cristiana6:
los predicadores renuncian conscientemente a las subtilitates
escolásticas y a la exquisitez del ornatus, justificando el
empleo de un latinus grossus en nombre de la adhesión a los
cánones de la sancta rusticitas.7
Una profesión explícita de rusticitas puede encontrarse en
el predicador Bernardino da Feltre8:
Dicit
ille: -Expectabam aliquid scientificum, aliquid subtile, tu dicis pur
cosse da femine etc. –Et ita volo dicere, et volo ire a la grossa:
da poi che etiam in peccatis itur a la grossa, non conveniunt peccata
grossa et predicationes subtiles (I 250, 26-29); volo dicere quel che
bisogna, volo loqui a la grossa per esser ben inteso (I 143, 2)
El
hibridismo sigue vías diferentes en Francia e Italia: “en Francia
se podrán así encontrar ejemplos de latinus grossus e
incluso macarronismos reales y auténticos, pero en los casos más
significativos se tendrá ante todo alternancia de las dos lenguas
(aunque sea, como veremos, una alternancia estudiada hasta el
manierismo): mientras que en Italia el hibridismo, en sus
manifestaciones más avanzadas, asume una apariencia decididamente
macarrónica”9.
Lazzerini establece dos modalidades
básicas de mezcolanza: habla en primer lugar de una mezcolanza
orgánica donde “el uso de dos o más lenguas diferentes es
reconducible dentro de confines estructurales bien precisos”10,
como en el caso de muchos carmina Burana, en que se verifica
una regular alternancia de versos latinos y vulgares; y en segundo
lugar, de una mezcolanza inorgánica, en la que “la mezcla se
realiza de un modo totalmente irracional: latín y vulgar trasvasan
continuamente el uno al otro, llegando con frecuencia a la fusión
completa, es decir, a la producción de palabras realmente
macarrónicas”11.
Ambos tipos se hallan presentes en los sermones. Dentro del primero,
contamos con sermones donde fragmentos en latín van seguidos de un
comentario en vulgar y viceversa, y también con sermones latinos
repletos de proverbios o versos en vulgar que deben ser considerados
como citas12.
Lazzerini aporta un ejemplo de mezcolanza orgánica tomado del
predicador español Sancho Porta, que reproducimos parcialmente, en
el que “latín y español se alternan regularmente en las diversas
partes ocupando las propias ‘zonas de competencia’’’13:
[...] tripliciter venit
Christus ad templum anime.
Primo quando d’ella
quiere expedir toda creatura terrenal [...];
Secundo quando la faze
recollegir en devoción mental [...];
Tertio quando ally faze
consumir peccado, vicio y todo mal. (c. III v.)
Testimonios
de mezcolanzas no reducibles a motivos estructurales se encuentran en
los sermones escritos en forma deliberadamente híbrida por famosos
predicadores como Barletta, Cherubino da Spoleto y Valeriano da
Soncino14,
autores en los que “el macarrónico, o, sea como fuere, la
mezcolanza acusada parecen esencialmente prerrogativa de la
predicación moral y de su fuerte componente cómico-satírico”15.
Tomamos de Lazzerini un ejemplo de Soncino, donde se observa su
habilidad en el manejo y paso de una lengua a otra por mor de una
mayor expresividad16:
O
quot peccata tunc dischoperientur que nunc cohoperta sunt. O quot
reperientur mali qui nunc reputantur sancti. Et ideo tu hypocritone,
grataceli, bala-in-Cristo, sangion dal collo torto, manzasancti, qui
nunc ab extra sanctus videris et tamen es unus ribaldus, expecta quia
veniet tempus judicii universalis in quo non poteris te abscondere.
Tunc videbitur vita tua qualis fuerit, tunc apparebunt peccata tua et
ribaldarie tue. (c. 76 r.)
Imagen: san Bernardino de Siena.
1
Cf. L. LAZZERINI, ‘“Per latinos grossos...’. Studio sui
sermoni mescidati”, Studi di filologia italiana, 29, 1971,
pp. 219-339.
2
Cf. L. LAZZERINI, o.c., p. 227
3
Cf. ib., p. 229
4
Cf. ib., p. 229, 237
5
Cf. ib., p. 250
6
Cf. ib., p. 249
7
Cf. ib., p. 253. Tal ideal sitúa la dignidad en el
contenido, no en la forma, ya que “per latinos grossos parlaverunt
apostolos”, como reza un solecista verso macarrónico del
cremonense Fossa, que Lazzerini utiliza para dar título a su
trabajo (cf. p. 254 nn.1-2).
8
Cf. ib., p. 253-254
9
Cf. ib., p. 229
10
Cf. L. LAZZERINI, o.c., p. 230
11
Cf. ib., p. 230
12
Cf. ib., p. 230
13
Cf. ib., p. 231. El ejemplo está tomado de SANCTIVS
DE PORTA, Sermones festivitatum annualium beatiss. Virg. Marie,
typis Joannis Joffre, Valencia 1512.
14
Cf. ib., p. 236
15
Cf. ib., p. 237
16
Cf. ib., pp. 239-240. Se cita de la cuaresma contenida
en el cod. A III 18 de la Biblioteca Universitaria de Génova,
indicado con la sigla Q
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