Gracias al infatigable entusiasmo de Otello Fabris y la asociación que preside, la Associazione Internaziole per gli Studi Folenghiani AMICI DI MERLIN COCAI -de la que me honro en formar parte- ha aparecido un volumen colectivo para conmemorar el quingentésimo aniversario de la aparición de la segunda redacción de las macarroneas folenguianas, publicadas en Toscolano sul Garda -de ahí el nombre que le he dado la crítica- en 1521.
El título del volumen -que acabo de recibir- remite, por un lado, a Il Baldo padano, traducción inacabada de la redacción Toscolanense a cargo de Giuseppe Tonna, y, por otro, a un paralelismo con Dante que, como señala Otello Fabris en su prefacio a la obra ahora presentada, carece de fines polémicos: "Il titolo della raccolta può sembrare irriverente, inadeguato, provocatorio: ma in questo lavoro c'interessa non tanto misurare le stature di Dante e Folengo, ma le distanze straordinarie di due diverse e antitetiche visioni dell'Inferno, che in Folengo assumono aspetti inquietanti" (p. 8). Fabris, quien firma además varios textos, recuerda que también es el trigésimo aniversario de la fundación de la Asociacion a cargo del excelso filólogo Giorgio Bernardi Perini, y su benemérito esfuerzo por conservar y promover la memoria del Vergilius macaronicus.
El libro, profusa y bellamente ilustrado, se abre con un artículo de Teresa Tonna, hija del traductor aludido, y cuenta con otros de eminentes especialistas como Massimo Zaggia, inolvidable editor de las Macaronee minori folenguianas, quien ofrece aquí una edición crítica del libro VII de la red. Toscolanense. Una traducción de las prosas introductorias a tal obra presenta Stefano Tonietto. A otros aspectos de la redacción (literarios, bibliológicos, históricos) corresponden artículos del citado Otello Fabris, Carole Primot, Enea Pezzini, y Silvia Merigo.
Mi modesta contribución al volumen consiste en un artículo titulado Teofilo Folengo e la critica spagnola del Novecento, donde reviso "le ricerche sviluppate dalla critica spagnola del secolo scorso per ritrovare altre influenze folenghiane -soprattutto attraverso la redazione Toscolanense - nella letteratura vernacola". (p. 183), influencias que conciernen a José de Villaviciosa, El Lazarillo, y Cervantes. También en mi artículo se dan más noticias -correspondientes a la inquietud de Carlo Cordié expresada en 1950- sobre la visita del hermano del autor macarrónico, Giambattista Folengo, a España en 1556 como comisionado papal.
Agradezco, finalmente, a Otello Fabris y al resto de asociados su amabilidad para contar conmigo en este meritísimo libro, y a Otello también por su gentil corrección de mi texto en italiano. Quid contentandum nisi contentamus amigos?
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