F. Gherardi y G. Coli, "Historia de la batalla de Lepanto"
4.
El macarroneo de mach.
4.
1. El léxico macarrónico.
4.
1. 1. Macarronismos léxicos.
Destaca
en mach.
la variedad de macarronismos verbales y nominales. En lo tocante a la
morfología verbal, Martínez crea pte. de v. macarrónicos
deponentes de v. pronominales españoles1
(alborotatur,
regocijatur),
perf. regulares (pelavit),
impecables perf. en –ere
(chapuzavere,
disparavere),
pluscuamperfectos regulares (soltaverat),
y gerundivos (desgarranda).
Todas estas formas, menos la segunda, representan una novedad en la
macarronea española. Opta Martinez asimismo por conservar el lexema
de los participios españoles (despedazada)
por razones de eufonía. En la morfología nominal, junto a una
tendencia a conservar las características gráficas de las formas
vulgares de origen (bramidus,
llamarada, nevado, trabajum),
hay otra tendente a latinizar ciertos sustantivos vulgares que
comienzan por es-
(espantosas,
estado
–aunque con reservas-, estragos)
suprimiendo la ‘e’ inicial (spantosa,
statum, stragos).
Esto crea una ilusión de regresión en el proceso diacrónico de
paso del latín al romance2,
y contribuye a homogeneizar bajo una caracterización morfológica
unitaria los elementos heterogéneos desde el punto de vista
lingüístico y cultural (latín y vulgar) que vienen a integrar el
híbrido macarrónico. Prueba de esto viene a ser la alternancia de
formas latinas y macarrónicas semánticamente equivalentes a veces
en el mismo verso o en pura contigüidad (v.: 33 fremitus
/ trapala;
v. 45: grita
/ clamor;
v. 72-73: desnuda
/ nudo corpore).
La
búsqueda de efectos expresionistas lleva al empleo de cierto léxico
marginal, integrado por algunos hapaxlegomena
(carilleras,
tripicallus, zangarros),
variantes inhabituales o documentadas más tardíamente (zangarrón
en el compuesto Zangarronicolas),
y arcaizantes (resgadas).
En el aspecto de composición y derivación, destaca el neocompuesto
Zangarronicolas,
cómico remedo de compuestos latinos del tipo Christicola
y deicola.
4.
1. 2. Macarronismos morfológicos.
No
hay rastro de tales en mach.
El esfuerzo deliberadamente clasicista de estas composiciones
humanistas, excluye de entrada la inclusión de errores morfológicos
voluntarios, al modo del mucho más irreverente modelo italiano.
Resulta bastante difícil, ante estos poemas, mantener la teoría
(que sigue siendo la de mayor boga entre los críticos) de que la
poesía macarrónica surge y se desarrolla como contestación al
latín humanista.
4.
1. 3. Macarronismos heteróclitos.
Sólo
existe una apunte de declinación heteróclita en el ac. testucum
por el esperable *testucem
de la 3ª, del vulgar testuz,
palabra ciertamente ardua de macarronizar. Se ha observado hasta
ahora una tendencia en los autores macarrónicos hispanos a no
presentar macarronización en los llamados casos rectos singulares
(nom.-voc.-ac.) cuando plantean problemas de adaptación morfológica.
El atrevimiento formal de testucum
es índice de un proceso de experimentación y reflexión sobre los
medios de derivación nominal que ofrecen los sistemas lingüísticos
en juego.
4.
1. 4. Macarronismos semánticos.
Se
registran tres casos: disparavere,
luminaria
(gallardo ejemplo además de manipulación morfológica) y rostrum.
4.
1. 5. Macarronismos de locución.
Hay
dos ejemplos que reproducen expresiones sacadas de la lengua vulgar:
dando
matracam
y soltaverat
relojem.
4.
1. 6. Frecuencia de los macarronismos.
Se
contabilizan 26 versos que contienen un solo macarronismo (vv. 1, 2,
3, 7, 14, 16, 18, 21, 33, 36, 37, 39, 43, 45, 55, 63, 64, 66, 67,
68,75, 80, 82, 89, 92, 94) que representan un 26,80% sobre un total
de 97 versos.
Hay 14 versos que presentan
más de un macarronismo (vv. 6, 15, 35, 38, 40, 41, 42, 44, 51, 56,
70, 72, 76, 96) que suponen un 14,43% del total.
Mach.
presenta 57 versos íntegramente latinos (vv. 4, 5, 8, 9, 10, 11, 12,
13, 17, 19, 20, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 34, 46,
47, 48, 49, 50, 52, 53, 54, 57, 58, 59, 60, 61, 62, 65, 69, 71, 73,
74, 77, 78, 79, 81, 83, 84, 85, 86, 87, 88, 90, 91, 93, 95, 97) que
representan 58,76% del total.
Lo
más destacable de esta estadística es el predominio de los versos
latinos sobre los macarrónicos, de lo que puede dar razón las
exigencias del latín de laboratorio humanista, aplicado a la
composición de un poema que, aunque macarrónico, responde a los
patrones de la épica clásica.
4.
1. 7. Función estilística de los macarronismos.
Se
adivina en mach.
un designio de armonizar los componentes vulgar y latino del
macarroneo, en el sentido preciso de integrar sin estridencias
aparentes el léxico macarrónico en un discurso predominantemente
latino. Tal es la motivación que se esconde tras los macarronismos
spantosa,
statum
y stragos
comentados en 4.1.1. Su adecuación al contexto latino épico es
prácticamente perfecta (cf. mach.
1: Infernas
acies atque spantosa canamus;
mach.
6: Macharronaea,
precor, stragos tu dicere sola;
mach.
14: Infera
res morem solitum statumque tenebat).
El poeta se permite de tal modo emparejar latinismos y macarronismos
equivalentes incluso en un mismo verso (cf. mach.
33: Praeterea
Inferni fremitus et trapala multa;
mach.
45: Sed
postquam grita paulatim clamorque quievit )
en un afortunado juego de equilibrio y variación, señal de las
posibilidades latentes de un lenguaje artístico como el macarroneo,
que ofrece al creador los recursos expresivos de dos sistemas
lingüísticos en acto.
Los
macarronismos más marcados desde el punto de vista estilístico son
aquellos en los que se busca un efecto de expresionismo cómico. Tal
ocurre en mach.
38-44, donde se describen las mutilaciones sufridas por las almas de
los turcos en la batalla de Lepanto. Los macarronismos, que a pesar
de verse integrados en el discurso poético latino mediante el
sometimiento a sus preceptos, no dejan de ser una ruptura constante
de la ilusión poética, se ven aquí resaltados en este carácter.
Los macarronismos rompen la unidad cultural y estilística del texto
monolingüe, introduciendo referencias a la realidad inmediata y
cotidiana del hablante de la lengua vulgar, que son sentidas como
anacrónicas y, por tanto, cómicas. Este efecto se potencia mediante
el empleo de un léxico marginal que marque más las diferencias de
todo orden con el cuerpo léxico latino. Este procedimiento destaca
en los vv. 39-40 donde términos inusuales o arcaizantes como
“carillerasque
trahebant / resgadas”
se ven cómicamente peraltados por figuras de construcción latinas
como la inversión, disyunción y encabalgamiento. En este pasaje
todos las palabras macarrónicas se ubican en posiciones relevantes
como frontera versal, y ante cesura.
4.
2. Sintáxis macarrónica.
No hay anomalías apreciables
respecto a la normativa clásica.
4.
3. Prosodia macarrónica.
4.
3. 1. Rasgos generales.
Martínez,
que se muestra buen conocedor de la obra de Merlín Cocayo, es tan
respetuoso como él con las reglas de las prosodia latina, aunque no
consiente en las libertades prosódicas que se permitía el grassus
poeta.
La
regularidad se extiende también a la prosodia de las desinencias de
las palabras latinas y macarrónicas, que siguen las normas de la
lengua latina no sólo en la forma, sino también en la prosodia. No
hay rastro en mach.
de las licencias admitidas en Normula
par.
5. El único ejemplo aducible, el abl. de
gerundio breve del macarronismo de calco dandŏ
matracam,
responde a una tendencia ya presente en el latín imperial, que se
extiende en la edad tardoantigua y medieval3.
Estamos
ante un premeditado designio de regularidad prosódica que se
manifiesta claramente en los nuevos tiempos verbales en que se
emplean los verbos macarrónicos (soltavĕrăt,
chapuzavērĕ),
siendo así que en primer caso nos hallamos ante una palabra
integrante de un macarronismo de locución, calcado de una expresión
vulgar, en el que la libertad prosódica suele ser mayor.
4.
3. 2. Prosodia de las palabras latinas.
4.
3. 2. 1. Regularidad prosódica general.
El cuidado formal en este
terreno es prácticamente total. Sólo hay dos versos que presentes
anomalías (vv. 11 y 95), que representan un 2,06% del conjunto. No
existe manipulación formal de voces latinas por motivos prosódicos.
4.
3. 2. 2. Errores prosódicos.
Encontramos
dos ejemplos de largas por breves (cf. v. 11: daemōnum;
v. 95: schōlaris).
No se registran, por otra parte, alargamientos en arsis, tan
frecuentes en los macarrónicos anteriores, ni rupturas de la ley de
la posición.
4.
3. 2. 3. Voces aparentemente latinas.
Corresponden
a esta tipología curiosa, disparavere, perdidit, statum,
turbaverant.
4.
3. 3. Prosodia de los macarronismos.
4.
3. 3. 1. Regularidad prosódica general.
Las
palabras macarrónicas se homologan prácticamente a las latinas en
el respeto de las normas prosódicas romanas. De 61 macarronismos
registrados no hay ninguno que las incumpla en sus reglas más
básicas (ley de la penúltima, ley de la posición). Se observa, por
otra parte, una tendencia a ignorar las posibilidades ofrecidas por
las licencias macarrónicas registradas en Normula parr. 4, 5,
7, 8, 9, indicio del deseo de presentar el
corpus heterolingüe del poema bajo un aspecto prosódico
unitario y regular, aparte de serlo de independencia respecto al
modelo folenguiano. Llama la atención, en este aspecto, la ausencia
de macarronismos que recogan diptongos vulgares, hecho que no era ni
mucho menos evitado en epist. Se podría hablar, pues, de
cierto conservadurismo prosódico en lo tocante a los macarronismos.
4.
3. 3. 2. La ‘ley de la penúltima’.
Es
escrupulosamente el acento de intensidad vulgar el que determina la
cantidad de la penúltima sílaba (cf. trapăla
de ‘trápala’), sin que hayan excepciones a esta regla, como en
las macarroneas precedentes.
4.
3. 3. 3. Sílaba tónica anceps.4
Se
registra un caso de libre alternancia de larga y breve en la sílaba
tónica de bisílabos (grītam
/ grĭta).
4.
3. 3. 4. Ley de la posición y alternancia entre consonantes dobles y
simples.
La
ley de la posición es férreamente respetada. Existen dos casos de
lo que hemos dado en llamar de ‘aparente ruptura’: artĭlleria,
bărrigas
(pero amarīlla,
carīlleras),
que constituyen una de las peculiaridades prosódicas sobresalientes
del macarróneo español.
En
cuanto a la alternancia de consonantes dobles y simples para marcar
alargamiento por posición, el único posible ejemplo aducible, el
adj. Hespañōlla,
resulta demasiado aislado, además de innecesario, como para
considerarlo influencia de Normula par. 7.
4.
3. 3. 5. Sílaba anceps ante “muta cum
liquida”.
Tenemos
ejemplos en diāblos
/ mătracam
(único caso de escansión breve tal vez condicionado por su
pertenencia a un macarronismo de calco).
4.
3. 3. 6. La regla de “vocalis ante vocalem corripitur”.
Los
únicos ejemplos claros de aplicación de esta regla a las palabras
tomadas del vulgar está en la serie dĭablorum,
dĭablos.
Hay, por otro lado, un único ejemplo de aparente infracción a esta
regla cuando el acento de intensidad vulgar recae en una vocalis
ante vocalem: artillerīa,
pero en el que no hay que descartar la influencia del homólogo
folenguiano artelarīa.
El autor parece, pues, evitar aquellos macarronismos que exigirían
un tratamiento prosódico no estrictamente asimilable al de las
palabras latinas.
4.
4. La métrica macarrónica.
4.
4. 1. Características.
El
poema consta de 97 hexámetros κατά
στίχον. La única anomalía métrica reseñable es la
presencia de un hexámetro con quinto pie espondaico (mach.
29).
a)
Los cuatro primeros pies: distribución de dáctilos y espondeos.
TIP.
|
TOTAL
|
Nº
ORDEN mach.
|
Nº
ORDEN VERG. Aen.
|
Nº
ORDEN OV. Met.
|
||
SDSS
|
16=16,49%
|
1
|
4
|
-
|
||
DSSS
|
13=13,40%
|
2
|
1
|
2
|
||
SSSS
|
10=10,30%
|
3
|
5
|
15
|
||
SSDS
|
9=9,27%
|
4
|
7
|
-
|
||
DDSS
|
8=8,24%
|
5
|
2
|
1
|
||
DSDS
|
7=7,21%
|
6
|
3
|
4
|
||
DDDS
|
5=5,15%
|
7
|
11
|
6
|
||
SDSD
|
5=5,15%
|
8
|
6
|
-
|
||
DSDD
|
4=4,12%
|
9
|
12
|
7
|
||
SSSD
|
4=4,12%
|
10
|
13
|
-
|
||
SDDS
|
3=3,09%
|
11
|
8
|
-
|
||
SSDD
|
3=3,09%
|
12
|
14
|
16
|
||
DDSD
|
2=2,06%
|
13
|
10
|
5
|
||
DDDD
|
2=2,06%
|
14
|
15
|
8
|
||
SDDD
|
2=2,06%
|
15
|
16
|
-
|
||
|
97
|
|
|
La
Eneida de Virgilio resulta la obra más imitada, aunque queda
roto el orden de las secuencias virgilianas tanto en las series más
utilizadas como en las que menos. La amplitud de series empleadas,
así como su uniforme distribución son prueba de la competencia
artística del autor.
b)
Elisiones.
-
TIP.TOTAL1A-1T7=16,27%2A6=13,95%2T4=9,30%3A4=9,30%3T6=13,95%4A4=9,30%4T10=23,25%5A1=2,32%5T1=2,32%6A-6T-
43
La
elisión ocupa los lugares tradicionales. La primera tesis, segunda
arsis y cuarta tesis tienen así más elisiones que las que
encontramos en la primera arsis y sexta tesis, que son, en este caso,
inexistentes. Se confirma también la tendencia a no hacer elisión
en la quinta tesis y sexta arsis. No se han localizado casos de
hiato.
c)
Cesura y monosílabo ante cesura.
TIPOLOGÍAS
|
TOTALES
|
VERG.
|
|||
PENTEMIMERES
|
82=89,13%
|
88=95,65%
|
99,62%
|
||
TRIPLE
A
|
6=6,53%
|
||||
TRIPLE
B
|
-
|
4=4,34%
|
0,38%
|
||
HEPTEMIMERES
|
4=4,34%
|
||||
|
92
|
|
|
La
proporción resulta muy similar a la de Virgilio. Hay cinco versos
(19, 25, 29, 68, 88) que presentan sólo cesura triemímeres.
TIPOLOGÍAS
|
TOTALES
|
|
Quae
vos ||
|
1=25%
|
4=100%
|
Fĕrŭs
et ||
|
1=25%
|
|
Quaed(am)
et ||
|
1=25%
|
|
Mĕdĭ(a)
et ||
|
1=25%
|
|
|
4=4,12%
sobre 97vv.
|
De
acuerdo con las normas clásicas, debe observarse que el monosílabo
ante cesura es evitado. En consonancia con éstas, aparecen los tipos
habituales: monosílabo ante cesura precedido de otro monosílabo,
muchas veces resultado de un bisílabo en elisión, o de una palabra
pirriquia, que también aparece como resultado de una elisión.
d)
Estructura silábica y finales de hexámetros: el monosílabo final.
TIPOLOGÍA
|
TOTAL
|
VERG.
|
OV.
|
||
2+3
|
52=53,60%
|
32%
|
35,5%
|
||
3+2
|
37=38,14%
|
53,5%
|
55%
|
||
2+1+2
|
2=2,06%
|
11%
|
8%
|
||
5
|
2=2,06%
|
-
|
-
|
||
1+2+2
|
1=1,03%
|
0,5%
|
0%
|
||
1+1+2
|
1=1,03%
|
-
|
-
|
||
|
97
|
|
|
Virgilio
y Ovidio aparecen como los autores clásicos más imitados. Son
evitados según la norma clásica los monosílabos finales.
___________________________________________________
1
Este procedimiento es radicalmente distinto al de Folengo, quien
suprime el pronombre reflexivo cuando éste es requerido en latín o
en italiano. Se elimina de hecho la diferencia entre "avvicinare"
y "avvicinarsi", "difendere" y "didendersi",
etc. (p.e., Baldus V XXI 470: tempus avicinat ["si
avvicina"] quo debes rendere contum; y de igual modo
afannat "si affanna", brancat "si
abbranca", parecchiat "si apparecchia", etc.
(cf. U. E. PAOLI, Il Latino..., p. 171-172).
2
Este fenómeno había sido ya observado por Paoli (Il latino...,
pp. 51-52: “Accade perciò più volte che, chi scrive il
maccheroneo letterario, ricostruisca inconsciamente forme e modi di
esprimersi attraverso i quali il latino è dovuto necessariamente
passare nel lento e continuo processo di decadenza che accompagna il
suo divenir volgare”).
3
Cf. ed. Zaggia pp. 645-646
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