sábado, 6 de julio de 2019

FRAGMENTOS DE MI TRADUCCIÓN DE "BALDO": De cómo los desaprensivos frailes de la Mottella robaron con un engaño la vaca Chiarina a Zambello, y de cuál fue el fin de ésta (VIII, 348-736).





Ya Zambello se marcha, llevando delante a Chiarina,
que de la sartén acaba a la postre cayendo al fuego.
Apenas libre se vio de las garras de los judíos,                          350
que devorada fue por frailes encapuchados.
Di, Comina, te ruego, el malhado de la Chiarina.
Hay un lugar a mil cavezzi1 cabe Cipada,
que, según las historias cuentan, se llama Mottella;
pequeño pueblo de casas, y enorme de campos extensos.          355
Allí una vieja iglesia de muros semiderruidos
era regida por una cierta especie de frailes,
como suelen regir la taberna los alemanes.
Bajo qué regla vivían yo lo ignoro de cierto,
mas (como podía verse por el lustre de fuera)                           360
fray Stopino, prez de la iglesia, con sumo esmero
reformó el convento, poblado de santas capuchas,
cuyas porcinas costumbres si escribir deseara,
temo en verdad que de pan y de vino los buenos carezcan,
y de su pitanza, pues laico ninguno nada daría,                         365
Aquél enseñó a sus monjes las reglas de la cocina,
y de chuparse los dedos doctores los hizo en el arte.
Dos frailes, pues, de los que moraban en los sagrados
recintos de Stopino, siempre apestando a tocino,
iban juntos no sé adónde a paso ligero:                                    370
desvergonzados, trotando sin mínimo comedimiento,
mirándolo todo en redor con una faz descarada,
dando pésimo ejemplo a la gente del pueblo más llano;
desahogados, flojos, bocazas y sinvergüenzas,
sin inteligencia, pensando siempre o bien en el arte                   375
del rufián, o bien del fullero, o bien del mendigo.
Mientras se afanan al tiempo por visitar a sus chicas,
hete que ven salirles al paso a Zambello, que entonces
a la desdichada Chiarina arrea llevando de vuelta.
De éstos quien era primero no por jerarquía, mas era                 380
quien destacaba por la doctrina y pasión culinaria,
piensa al punto en preparar una burla notable.
Dice así al compadre: "Fray Baldracco, un poco
para los pies, quiero hacerme de aquella becerra,
que aquel campesino en el momento oportuno nos trae."            385
Baldracco responde: "amén, fray Rocco, estoy preparado.
Tendremos un carnaval harto pingüe y harto dichoso,
si esta vaca caber pudiera en nuestra piñata2."
Fray Rocco al punto se libra de sus ropajes frailunos,
y vuélvese entonces un joven con su jubón elegante,                 390
y si lo hubieras visto entonces, del hábito libre,
a la alabarda, y de Bolonia3 al chuzo más apto
tendraslo, que a llevar la cruz, y decir una misa.
Prescinde de la tonsura, y verás a un gallardo soldado.
Entonces Baldracco se embosca en una mata cercana,               395
como acuerdan los dos, y el plan que han establecido.
Fray Rocco, como si fuese laico, veloz iba al encuentro
de nuestro Zambello. "¿A dónde vas, bribón de aldeano?,
¿a dónde llevas esa cabra?", dice, y Zambello:
"¿cabra?, ¡qué carajo!, es vaca, no cabra; ¿qué dices?".             400
Rocco dice: "cabra es; demasiado, cateto, has bebido."
Responde Zambello: "tienes tú de la vista la fuerza
jodida más bien, si parecéte cabra la vaca Chiarina."
Fray Rocco le increpa: "Véngate un tumor en los ojos,
es cabra, te digo." Zambello dice: "unos quevedos                     405
ponte, te ruego, en la napia, y podrás tu error corregirlo.
¿No sé yo distinguir una cabra de una vaca?
¿tiene ésta barbas de cabra, y pelotillas caga?,
la cabra carece de cola, y una muy larga ésta tiene,
y no dice "be"cuando grita, sino que "mu" se le escucha."           410
Fray Rocco dice: "Es una cabra, pues cuernos ostenta;
hasle cortado la barba, y una cola detrás le has pegado.
"No soy yo -Zambello responde- barbero, y a esta
vaca no sabría afeitarla, sólo ordeñarla".
"No digas -fray Rocco dice-: 'sé ordeñar esta vaca'";                  415
di mejor: 'una cabra sé ordeñar'". "No diría
una mentira -dice Zambello-; vaca es Chiarina."
Finge fray Rocco cólera, lanza blasfemias, y dice:
"¿Quieres jugarte ésta a quien das el nombre de vaca
por ocho escudos a que es una cabra?, ¿no quieres jugártela?"   420
Zambello responde: "Claro que sí, desembolsa el dinero".
Si demostrarse puede que no es vaca mi vaca,
ni Zambello seré, ni vaca será ya Chiarina,
y ganarás una cabra, si cabra resulta Chiarina."
"Bien me parece -dice fray Rocco-, ¿mas quién, pues, a ésta...   425
Hete que viene un romero; podrá resolver esta causa."
Surgiera del bosque Baldracco, al modo de una taimada
zorra, que sale fuera para robarse gallinas,
y va hacia la ciudad con gran gravedad, y parece
un sanctificetur, a su flanco llevando ligada una alforja4.           430
Cuando estuvo junto al compadre, éste lo llama:
"¡Eh, padre!, aquí a nosotros no rechacéis vuestros pasos
enderezar, si llenos de caridad los romeros;
dad aquí vuestro juicio gallardo (disputa no hay poca).
Éste se obstina, como es costumbre de los campesinos,            435
que no es cabra ésta que lleva, sino ternera
o vaca perjura; ¿qué dice a esto vuestra Reverencia?"
Responde Baldracco: "No cabe ninguna duda posible:
es una cabra; incluso un ciego te lo diría.
¿Tú, infeliz, a llamar te atreves vaca a una cabra?                    440
Vete, porque estás majareta; ¿algo apostaste?".
"Jugamos -dice- ocho escudos de oro contra la vaca".
Baldraco a su vez: "La cabra está, a mi juicio, perdida".
Quedóse entonces Zambello sin su querida Chiarina,
que llevan consigo los frailes de la Mottella al convento.            445
Mientras Cíngar tornaba de la ciudad solitario,
encuentra a Zambello llorando como si fuera chiquillo.
"¿Qué haces, Zambello?, ¿por qué lloras?, ¿dónde la vaca Chiarina?"
A él Zambello responde con una gran gritería:
"¡Ay, que muerto estoy, que muerto estoy sin remedio!            450
Ahora mi esposa Lena a mí, desdichado, me mata."
Cíngar rió diciendo: "¿La vaca dónde has dejado?"
"¿No hay mal -Zambello dice-, que ahora a ti te devore
la napia del rostro? Ya no es una vaca Chiarina.
Tú me hiciste restituir una cabra por vaca."                            455
Responde Cíngar: "¿Quién ha dicho que cabra es Chiarina?"
Zambello habla: "Así de decirlo un fraile acaba.
Una cogulla lleva, y una talega a la espalda,
así como padrenuestros5 hechos de tosca madera;
tiene barba de chivo, y ciñe correa al costado;                       460
lleva un breviario en la diestra, y una espuerta en la zurda.
Ése mi vaca que vaca no era me ha demostrado,
y cabra llamola, porque una cabra me ha dado a cambio ése,
ese ciego, digo, y con la vaca quedose.
La cabra Chiarina me dan, pero vaca Chiarina me quitan.       465
Primero hemos perdido la vaca, y luego la cabra,
y de mi ruina completa tú eres la única causa.
"¿Así que -dice Cíngar- crees, tontaina, en un fraile?,
¿diste fe a un monje, que, si malo resulta,
delito no hay en el mundo que no cometa? Vayamos,            470
¡pártame un rayo!, ¡haré que te devuelvan la vaca!"
Listo como era, piensa quiénes fueran los frailes
aquellos que reniegan de la tonsura mil veces.
"¿De dónde Diablos -dice- vinieron tantas cogullas6?
Por dondequiera llevar no veo más que cogullas.                  475
Todos corren a hacerse frailes, y quieren cogulla. 
Después de jugarse los cuartos, y de vaciar los bolsillos,
después que vaciose la cesta de pan, y de vino la jarra,
corren donde los monjes, y danles al punto cogulla.
Doquiera se encuentran estos frailes y estas cogullas:          480
Quiénes son no se sabe; ninguno podrá aclararse
entre tantos tipos de prendas y tantos colores.
Son en parte turquíes, o negros, o parte violáceos,
parte blancos, rojos, grises y parte parduzcos.
Tan grande es dondequiera la variedad de los frailes,           485
que a penas distingo quién de Cristo, y quién de Mahoma.
Cuántas estrellas hay en el cielo, y hojas en bosque,
tantas son de los frailes las reglas y las cogullas.
Si por los senderos del mundo camino, veo cogullas;
si por las estelas del mar, no dejo de ver las cogullas.         490
Me pongo a mirar de batalla los campos, y veo cogullas.
Si voy a la plaza, a una taberna, o subo en barca,
al punto ante mis ojos surge alguna cogulla.
Nada veo correr por las calles más que cogullas.
¿No basta acaso la regla del sapientísimo Cristo?               495
De estos frailes la acumulación ha de ser tan inmensa,
que sin soldados se quedará la tierra cristiana;
no habrá quien a remo bogue por entre las ondas marinas,
ni quien martillee el hierro, ni quien recubra los techos,
ni quien "el deshollinador" por el barrio vaya gritando,       500
ni quien con diente estire el cuero de los zapatos,
ni quien "arre" diga al asno que vaya aguijando,
ni quien al río lleve los intestinos henchidos7,
ni quien abatane la lana, ni haga birretes,
ni quien remoje las barbas, ni quien afile navajas,             505
ni quien muela el trigo, y harina ajena se guarde8,
ni quien castre marranos, ni quien componga marmitas,
ni quien sea pinche, ventero, o mozo de cuerda.
Este es un tipo de hombres que cuando se encierra en el claustro,
y se les quita de trabajar cualquiera fatiga,                      510
cuando tiran harapos, y nueva capa los cubre,
cuando a una mesa puesta pueden lanzarse,
y de tierno pan llenarse el saco del vientre,
¡oh, patria!, ¡oh, costumbres!, no hay nada más vil en el mundo,
que éstos de los que proviene la hez de todos los males;  515
por eso las buenas gentes, por eso personas gentiles,
de noble sangre nacidas, y de ciencia colmadas,
tantos oprobios, tantos afanes, y ayes soportan,
que cualquier reverencia han perdido por las cogullas,
que ahora son los buenos monjes, frailes y buenos romeros 520
objeto de burla de todos por culpa de unos golfantes."
Mientras con retorcido colmillo murmura esto Cíngar,
don Jacopino aparece, excapellán de la Arena9,
donde la docta Verona sus zorras10 tiene en recaudo.
Éste de no conocer de la vida honesta las normas            525
se vanagloriaba, y lo demostraba bien a las claras.
Párroco era de un templo, que tú taberna dirías,
si vieras sus muros tanto por dentro como por fuera
garabateados de muchas cifras y extrañas figuras,
como requiere una blanca pared, que es papel de los necios. 530
Dentro huele a orina de perro y zullones hembriles
todo, y no falta en la puerta de buen olor longanizas11.
No sé decir qué borrico de obispo una vez a la postre
lo ordenó, permitiéndole misa decir a este tipo.
Entre otras virtudes que poseía este nuestro                   535
don Jacopino, estaba el ser más que un buey instruido.
Éste yendo a la escuela muchos años pasara
porque nunca había podido aprender ni una letra,
por lo que fue necesario al zopenco enseñar de esta suerte,
porque pudiera ir al final a estudiar a Bolonia.                540
La letra primera en el alfabeto "A" le decimos.
Ésta a él como la capitana de letras primero
fuele enseñada con la imagen veraz de una escuadra,
o compás si llamarlo quieres por algún otro nombre,
con que el carpintero, el astrólogo, y también el filósofo 545
tiran formado círculos, rectas así como oblicuas
líneas diversas, con las que toda forma se crea.
La vista de Jacopino aprendió esta forma primera,
la lengua de Jacopino decirla maguer no podía,
por lo que tuvo por preceptor un borrico galano,           550
porque el borrico dice: "¡ah, ah!" al momento que canta.
La letra "b", ignota a maestros de griego, le sigue12,
que se parece a los cepos que el ladrón en la cárcel
y el asesino lleva al par que las gentes ribaldas.
Ésta al punto aprendiola, y sin esfuerzo ninguno,         555
pues poco antes estuvo en prisión, por violar a una chica.
Que si capaz no era de pronunciar esta letra,
mandaban que del cordero capón la voz imitara,
pues la voz del castrado "be, be" resuena entre ovejas.
La "C" proviene del asa del cubo, o de la caldera,       560
que don Jacopino aprendió dando de comer a los cerdos:
de cierto, como enseña el noble hablar de Cipada,
grita "ci ci" el hombre que quiere cebar a los cerdos13;
la "D" fue fácil de comprender y de mínimo esfuerzo:
pues el bribón blasfemar contra Dios tenía en costumbre; 565
pero, con todo, hubo otro modo de enseñarle,
cuando a las campanas "din don" repicar se las oye.
La "E" sienta en quinta sede; lleva un arco un soldado,
lleva un arco tensado para lanzar una flecha;
de este ardid Jacopino usó por saberse la letra.        570
Luego clérigo hecho, aprendió a decirla cantando
kyrie, porque el coro de clérigos "e, e" repite14.
La "F" temiola siempre, pues de forca15 es inicio,
a donde tantas veces debió subir como cuantas
falsificó en caverna montuna con Cíngar monedas.   575
La "G" por ser tartajoso, no aprendió, y por eso
"loria in excelsis" solía decir, y no "Gloria".
De "H" pasó, diciendo: "Según prueba el Doctrinale
danle a la 'h' ningún valor los versificadores16."
La "I" se yergue erecta cual campanal de san Marco, 580
en cuya cima se alza a guisa de una cimera,
un ángel, que el viento girar hace en todas las direcciones;
gracias a esta imagen captó Jacopino el sentido,
pero no el sonido, por lo que con voz de caballo
o de potrillo "i, i" cantaba nuestro presbítero.           585
La "K" nada es, dijo, si al momento "ga" no añades,
y que por atrás se canta mejor que si por delante.
La "G" lleva al hombro el hierro, con que se siegan los prados,
con el que se pinta la muerte huesuda sobre los muros.
Pero ayuda prestó a la lengua el sonar de la gaita,   590
que con su "lu, lu" a los campesinos llama a la danza.
La "M" el maestro con refinado ardid le mostrara,
quitándole el mango al bieldo que rasc es llamado en Mantua,
que tiene tres dientes, bueno para tratar el estiércol.
"N" de palo es la horca, compuesta de triple vigueta, 595
La que concluyó el estudio del docto don Jacopino,
de hecho, fue aquél entre tres maderos colgado;
la causa del ahorcamiento fue "O", letra oronda17,
que era pasión permanente del sinvergüenza Copino.
Además, las misas decía de una sola manera            600
siempre, y hacer de la cruz el signo no conocía.
Entre el Confiteor y el Amen poco espacio
siempre dejaba, pensando sólo en llegar a lo último.
Apenas entrando, y dicho no había "In nomine Patris",
que en un periquete llegaba lanzado al "Ite missa est". 605
Si en mitad de la misa decía acaso el "memento",
siempre en la oca asada pensaba, embelesado,
ansioso y temiendo que hubiese encontrado la gata la olla.
Con frecuencia dos misas decía en un solo día,
para poder robar la colecta a los campesinos.             610
De plata y de oro había vendido todos los cálices,
y el beneficio ganado en riñones gastó de ternera.
Y el corporal18 renovado no había en una centuria,
tampoco siquiera los cornijales19 y sabanillas20,
que pasto eran de los ratones, y siempre tenían         615
un centenar de manchas y de recamos de vino.
Más blanca resulta cualquier servilleta de las tabernas,
más blanca es la mesa donde merienda una turba germana,
y danse a sus borracheras y do los brindis repiten.
Confesaba, de hecho, por tres o cuatro bayocos21     620
a asesinos, ladrones y los absolvía de todo.
Nunca quiso tener a una criada vieja,
diciendo que emporcan la sopa con la baba que sueltan
las viejas, que las sordas se hacen, y peos se tiran.
Mas sobre todo gustaba de joven ama de llaves,     625
de cuyo molde había sacado ocho zagales,
pues decía que precisaba de monaguillos,
que cantasen con él el "kirie" y el "ora pro nobis".
Viéndolo Cíngar, lo llama: "¡Hola, don Jacopino!,
¿adónde va con tanta prisa Vuestra Prudencia?"     630
Responde: "voy a Motella, puesto que me llamaron
sus santos padres para cenar esta noche con ellos."
Cíngar dice: "¿Qué tienen de cena?", y el cura responde:
"Se ha decidido comer con su piel y todo una vaca."
De pronto Zambello grita: "¡Coño!, ¿podría tratarse, 635
Cíngar, acaso de la Chiarina?" Y Cíngar: "Ahora
iremos y conoceremos si cabra se ha vuelto la vaca;
pues si vaca fuera Chiarina como era antes,
sin duda serás Zambello, pero si acaso Chiarina
es cabra, otro serás, y no existirá otra vaca."          640
Y a éste Zambello: "¿Qué seré, si cabra es Chiarina?"
Y Cíngar: "¿Qué serás?, un buey, o bien un borrico."
Fue esto decir, y llegar al portal de la santa abadía,
y no era preciso aporrear la puerta cerrada,
pues libertad de entrar posee completa cualquiera.  645
Van y vienen montones de hombres y de mujeres,
sin que a juerguistas se cierre, pues a todos acoge.
Pasan la puerta Cíngar, Zambello y el cura Copino,
y nadie hubo allí que dijera: "¡Eh!, ¿dónde se meten?"
Aquí de inmundicias, aquí de harapos todo cubierto 650
aparecía el convento, doquiera a mierda oliendo,
mientras tienden sus sábanas por doquier las arañas.
Allí sobriedad ninguna, allí silencio ninguno,
ni regla existe, sino una vida digna de cerdos.
Por eso es mejor hablar de la vaca de nuestro Zambello, 655
que los Mottelícolas toda con la piel devoraban.
Cíngar a éstos descubre en cierto rincón escondidos,
y en torno a la vaca asada formaban en fila cerrada.
Cómense a Chiarina veinte o treinta cogullas:
Uno el espaldarón22, hiere otro con dientes su lomo, 660
otro la carne, y otro roer el pecho desea;
uno sacó de la testa los ojos, otro del hueso
ya mordisquea la carne, y luego el tuétano suerbe.
Nunca visteis a cerdos en torno a su bazofia
cuán ávidos son de tragarse su asqueroso mejunje? 665
Tal los encuentra Cíngar que comen a la Chiarina,
quienes al punto a cenar lo invitaron con ellos;
acepta la invitación y empieza a dar de bocados.
Dale a Zambello una canilla, magra de carne,
que agarra, y jura no haber probado nada más bueno. 670
Nadie habla allí, se oye el quebrar solamente
de huesos, junto con el soplar en la sopa de migas:
allí bulle de hecho un enorme caldero lleno de tripas.
Chasquean los labios de los que el caldo gordo gotea.
Comen rápidamente, pues tal la Escritura23 prescribe. 675
Ya la desdichada Chiarina carece de patas y hombros,
sus vísceras salen al aire, y su gran carcasa aparece.
Cuanto más comen, tanto más aquélla a la nada
reducen, y al par el hambre y la vaca desaparecen.
Don Jacopino apesta a grasa y tocino abundante,       680
no quiere huesos, devora sólo la pulpa jugosa;
sorbiendo el caldo de las escudillas, da lengüetadas
cual perro, y deja salir de su pecho eructos profundos.
El cinturón se afloja, y la barriga se hincha,
y ya puede sonar cual tambor que tenso hayan puesto. 685
Nada toca su diente; abre la boca y las carnes
engulle, dando enormes bocados sin darse una pausa.
Siéntase ahí fray Rocco, fray Baldracco24 y fray Antoch,
fray Gelmino, fray Marmota con fray Ardilla,
fray Mollete, fray Scapocchia con fray Tafello,             690
fray Agatone, fray Scappino con fray Arolfo,
fray Bisbacco, Enoch, Rigó, Bracarotta, Cappone.
Son éstos las autoridades que mandan en la cocina,
éstos quienes han hecho a muchos maestros en gula.
Su Dios es el vientre, el caldo su ley, su Escritura la jarra. 695
Ya caían los huesos muy mondos bajo la mesa,
carece Chiarina del todo ya de la forma de vaca:
yacen sus huesos, que intactos dejan perros y gatos.
Y ya comenzaran a lamer los tajos25 pringosos,
no de otro modo solían lavar su vajilla los frailes;       700
unos escarban con uñas la grasa cuajada del frío,
otros friegan y limpian con mangas las escudillas.
Tras comer se levantan para jugar a las cartas,
tras las cartas, hacen esgrima, y luego meriendan.
Así esta gente devota lleva una vida bendita.             705
Se mofan de quienes subidos en alto púlpito gritan,
dan sepultura a los muertos, ayunan, y se flagelan,
van descalzos, son estudiosos, y mil fruslerías
escriben en libros en favor y en contra de Scoto26.
Ya atardecía y Cíngar desea presto marcharse,          710
quien de comer a la hora habíase puesto las botas.
Zambello lo coge de atrás, y dícele a la oreja,
suplícale que viva le restituyan la vaca,
a él señalándole con el dedo al fraile ratero.
Entonces Cíngar, riendo, hace que un saco le traigan, 715
que llena con los huesos cogidos bajo la mesa,
y dijo a Zambello poniéndole el saco en el hombro: "¡Vayamos!,
pues en este saco llevas, Zambello, a Chiarina.
¡En marcha!, bajo tierra juntos la enterraremos,
y dentro de tres días te haré que viva resurja."          720
Así se expresa, y adiós diciendo a aquellos compadres,
andaba delante; lo sigue bajo el peso del saco
Zambello, hasta que llegan do de Cipada la zanja
llena de ranas resuena, y manda jaleo al cielo.
Depositaron allí los restos de santa Chiarina,             725
que digna fue de ser cantada por el gran Cocaio.
Allí vinieron los sátiros y las Dríades niñas27,
y juntos lloraron a la Chiarina mesando cabellos.
Y el padre Serrafo28 acudiendo grabó los versos que siguen
en tronco de árbol, en lo más alto de la sepultura:    730
"Que dos veces me vendiera el pícaro Cíngar,
que a frailes desenfrailados mi carne alimentara,
no mucho me importa; sólo una cosa dame disgusto:
que he vivido infeliz sometida a un gobierno de tontos.
Así vosotros, mortales, bajo autoridad abombada29, 735
llorad más por esto que por perder la vida tan dulce."








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1Est locus arrentum Cipadae milla cavezzos. Era una unidad de medida propia de la Lombardía, a la que alude la glosa a T VII 19: 'cavezzus', genus mensurae constans, ut penso, tribus ex cubitis. Estos tres codos representarían, indica Chiesa, poco más de metro y medio, por lo que Motella distaría unos 1.395 m. de Cipada.
2Especie de olla panzuda (hanc si nostra queat pignata absorbere vaccam).
3Illum plus aptum ronchae spetoque Bolognae. Señala Chiesa que ya en V 63-65 se señala a Bolonia como patria de soldados, y que los chuzos fabricados allí son recordados en X, 209.
4Sanctificetur, habens sportam gallone tacatam. El sanctificetur (nomen tuum) en su uso sustantivado es propio ya del italiano antiguo para designar a una persona devota, así como la espuerta o alforja es elemento identificativo del fraile (Chiesa).
5Atque paternostros grosso lignamine factos. La corona del rosario con cuentas de madera basta (Chiesa).
6Chiesa recuerda el paralelismo de esta acerba crítica con el Moriae encomium, 54 de Erasmo.
7De acuerdo con la glosa a T VII 139-140 (Non qui scorteghet manzos vendetque figatum, / non qui ventrones vacuet lavet inde buseccas) Chiesa explica esta verso como referencia a los empleados de carnicería que llevaban las tripas a lavar a los cursos de agua.
8Non qui formentum masinet robbetque farinam. Señala Chiesa que Folengo se hace eco de la acusación corriente hecha a los molineros de quedarse con parte de la harina del grano que molían.
9Prae Iacopinus adest, quondam capelanus Arenae. Referencia, como recuerda Chiesa, al teatro romano de Verona en cuyas arcadas moraban prostitutas, feligresía dilecta del cura Jacopino, modelo de eclesiástico disoluto y ladrón.
10In qua docta suas vaccas Verona governat. He traducido el vaccas, apelativo de las prostitutas, por una referencia zoológica más acorde con el español.
11Omnia, nec mancant lombardae ad limina quaiae. Véase VII 460.
12Littera "B" sequitur, Greghis nescita pedantis. Señala Faccioli que era "desconocida a los poco competentes maestros de griego, que asimilaban la beta a la v, no registrada en el alfabeto griego"; Chiesa añade que esto ocurría "en conformidad con el uso del griego moderno que oían hablar, especialmente en Venecia".
13Clamat homo quum vult porcellos pascere: "c c". En realidad, en español habría que pronunciar "chi, chi".
14Kyrie, namque chorus chiericorum smergolat: "e e". Es el conocido Kyrie eleison del ordinario de la misa. Señala Chiesa que en el fraseo del canto gregoriano se insistía en la letra e.
15Forca, horca; juego de palabras intraducible.
16Versificatores reputant non esse coëllum. Señala Chiesa la parodia que se hace aquí de un verso del Doctrinale (1598): Versificatores h pro nulla reputabunt.
17Causam soghetti tulit "O", quae littera tunda. Alusión a la homosexualidad practicada por Jacopino (Faccioli).
18El corporal es un lienzo que se extiende en el altar, encima del ara, para poner sobre él la hostia y el cáliz (RAE).
19Es el lienzo con que se enjuga los dedos el sacerdote durante el lavatorio de la misa (RAE)
20Cubierta exterior de lienzo con que se cubre el altar, sobre la que se colocan los corporales (RAE).
21Moneda de cobre de escaso valor, en curso en los Estados Pontificios hasta 1886 (RAE).
22Alter spallazzum, ferit alter dente groponem. Señala Chiesa en nota que spallazzum (spallaccio) está atestiguado sólo con el sentido de "espaldarón" (parte de la armadura que cubre el hombro). Todo queda en el contexto irónico de lo militar evocado por el facto agmine del verso anterior.
23Festinanter edunt, quia sic Scriptura comandat. Referencia, como señala Chiesa, a una norma de la cena pascual judía: et comedetis festinanter: est enim Phase Domini (Ex. 12, 11).
24Estos dos primeros son los autores de la burla y el robo de Chiarina.
25Pedazo de madera grueso, generalmente apoyado sobre tres pies, que sirve para partir y picar la carne sobre él (RAE).
26Scribunt in libris pro Scotto contraque Scottum. El escocés Juan Duns Scoto (1266-1306) fue el fundador, como recuerda Chiesa, de una corriente de la Escolástica opuesta a la santo Tomás de Aquino.
27Illuc venerunt satyri driadesque putellae. Como recuerda Chiesa, nos hallamos aquí ante un calco de Virgilio (Georg. 1, 11: Fauni... Dryadesque puellae). Las dríades eran las ninfas de los árboles.
28Serrafo es un mago benéfico que aparecerá frecuentemente en los últimos libros de la obra.
29Sic vos mortales stulto sub praeside ducti. Faccioli y Chiesa coinciden en ver aquí una referencia a Ignazio Squarcialupi, prior de la congregación perseguidor de los hermanos Folengo, que causó la salida de éstos sin dispensa de votos. Tras la muerte de aquél, solicitaron el reingreso, para lo que se les puso la condición de pasar un año de vida eremítica y de penitencia, que llevaron a cabo en la península de Sorrento.

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