viernes, 1 de agosto de 2014

LA REDACCIÓN TOSCOLANENSE DE LAS MACARRONEAS FOLENGUIANAS (III)




El contenido de la Zanitonella puede deducirse de lo que se decía en el frontispicio: Zanitonella, quae de amore Tonelli erga Zaninam tractat. El título mismo, que remite, por una parte, al modelo clásico de la Protesilaodamia (Protesilao + Laodamia) o de la Sirenocirca (Sirena + Circe) del neotérico Levio, y por otra, al ambiente rústico y dialectal en los nombres de los pastores protagonistas, Tonello y Zan(n)nina, expresa bien la bifrontalidad lingüística y literaria de la obra, y su absoluta singularidad1.

Afirma Zaggia que en la Zanitonella existe una representación satírica y despreciativa de la figura humana del aldeano, de acuerdo con una mentalidad (y una literatura), bien difundida en los siglos anteriores, y que veía inevitablemente en el campesino un ser despreciable, odioso y ridículo. Es, ciertamente, el rechazo a plantear una visión idílica del mundo campesino de su entorno, lo que permite a Folengo ofrecer una representación (a ratos) tan ajustada e incisiva de ese mismo mundo, pues en dicho autor realismo y parodia no son factores antitéticos sino colaborantes2.

Ni siquiera conlleva un ennoblecimiento del campesino el tema amoroso, pues, en sus manos, éste se degrada desde el punto de vista psicológico y formal: "Se evidencia de tal modo la intención más general de la obrita, que es la de presentar una parodia de la literatura amorosa de tono elevado. Pero adviértase también que la parodia misma es una operación exquisitamente literaria, que debe entenderse sobre todo como un acto de emulación y de virtuosismo: alterando paródicamente los lugares comunes de la literatura amorosa según los modos propios (e inéditos, para este sector literario) del macarrónico, la Zanitonella viene a constituir una obra literaria absolutamente singular, capaz de suscitar curiosidad, solaz y admiración"3.

La obra consta de trece 'sonolegías'4 (composiciones II, III, IV, V, VII, VIII, IX, XI, XII, XV, XVII, XVIII, XIX), encuadrables en el género lírico; y de siete églogas (composiciones VI, X, XIII, XIV, XVI, XXI, XXII), obviamente pertenecientes al género bucólico. Desde el punto de vista de la conjunción estructural, las sonolegías y las églogas aparecen mezcladas desde un punto de vista bastante uniforme, con un cierto gusto por la variatio5.

La Zanitonella se abre con un prohoemiunculum latino (vv. 1-8), que responde al tópico de la captatio beneuolentiae, y se cierra con una strambotolegia6 in excusationem huius Zanitonellae (vv. 925-932), también latina, que proclama de modo tópico la inmortalidad de la obrita. Entre la apertura y el cierre se desarrolla el discurso amoroso de Tonello con un cierto orden: tras una serie de efusiones líricas y costumbristas (vv. 1-413), llega el rechazo frontal de parte de la propia Zanina (égloga tercera, vv. 414-573), y el paso de la tentación del suicidio (vv. 574-663) a reflexiones sobre el amor (égloga quinta, vv. 664-882), que concluyen en un progresivo distanciamiento de Zanina y en una conclusión pesimista sobre la condición humana del enamorado (vv. 911-924). Al final de esta última sonolegía figura como nota: hic finit amor et insania Tonelli, y a continuación: qui mox Thomasinam sumpsit uxorem. Esta frase constituye un preanuncio del apéndice que aparece tras la strambotolegia, constituido por las églogas sexta y séptima (vv. 933-1116, 1117-1283), que retoman, en orden inverso, las dos églogas de la red. P, objeto de una profunda reelaboración7.








1 Cf. ed. Zaggia p. 50
2 cf. ib. pp. 51-52
3 cf. ib. pp. 51-52. Interpretaciones anteriores sobre la Zanitonella son recordadas por MARCO A. TREVES DE' BONFIGLI, "Ancora due restauri folenghiani", Civiltà mantovana, XI, 1977, p. 33.
4 Sobre esta invención métrica folenguiana véase aquí.
5 cf. ed. Zaggia. p. 52
6 véase aquí.
7 Cf. ed. Zaggia p. 55.