Incipit del poema en el ms. 11355 de la B.N. de Madrid
1. El final de un género.
Con la composición de Sánchez Barbero llegamos al fin del recorrido por la macarronea española conocida. Prolífico poeta neolatino y gramático, Sánchez Barbero pergeña, de modo aparentemente paradójico, el poema macarrónico más hondamente folenguiano de todos los escritos en España por su concepción lingüística y estilística.
2. Semblanza del autor.
Francisco Sánchez Barbero es una de esas figuras semidesconocidas aunque tremendamente sugerentes que florece en el turbulento siglo XIX español, época sistemáticamente ignorada por el actual inmovilismo y complacencia político-cultural.
De su vida y obra tenemos las noticias de Manuel Ramajo, Álvaro Gil Sanz, y José María Calatrava recopiladas en 1871 por Leopoldo Augusto de Cueto en el t. 63 de la BAE, "Poetas líricos del siglo XVIII"1, además de los datos de los Libros de matrícula de la Universidad de Salamanca recogidos por Rodríguez Aniceto en 19352. En nuestras pesquisas en la B. N. de Madrid hallamos en el ms. 11355, aparte de una copia desconocida de la Pepinada, una biografía parcial de Sánchez Barbero que reproducimos a continuación:
D. Francisco Sánchez Barbero nació en Moriñigo, diócesis de Salamanca a 21 de Enero de 1764, de honrados labradores; quienes de la edad de 12 años le enviaron a estudiar a Salamanca: cuando ya tenía algún conocim.to de la lengua latina fue admitido en el seminario conciliar el 21 de setiembre de 1779, dia en q.e se abrió dho. establecimiento. Estudió en él principios de Rhetórica y Poética con un maestro q.e si no tenía el mejor gusto, podía a lo menos facilitar la inteligencia de los buenos modelos de la antigüedd. señalando de entre nuestros Aut. los q.e más de cerca siguieron aquellos. Ello es qu.e Sánchez se aficionó desde entonces a la poesía empleando a pesar de sus directores, más tiempo en la lectura de Virgilio y Horacio, qe en la de los teólogos escolásticos q.e querían manejase despues del estudio de la filosofía: En esta ciencia no habia librado tan mal, pues en aquel tiempo ademas de los elementos de matemáticas, le habían puesto en las manos una física exacta, y una filosofia moral, no del todo despreciable. Pero como su pasión determinante era la poesía, se dedicaba sólo a los otros estudios, lo q.e a su juicio podia contribuir a perfeccionarle en el arte que era sus delicias. En esta época se hallaban en su fuerza Melendez e Iglesias, á quienes buscó y presentó sus primeros ensayos, q.e lejos de desaprobar fueron causa de que le alentasen a proseguir, dirigiéndole con su consejo.
En 1788 en q.e llegaba al termino de su carrera teológica se determinó á dejar una profesion poco conforme á su índole y sentimientos, sin embargo de no haber desagradado en los ejercicios para los grados de bachiller en artes y teología q.e recibió en dha. Universidad3. Dejó el seminario sin contar con más recurso que su ingenio, q.e al principio empleó en la educacion de...
Esta noticia biográfica, que ocupa el f. 4r. del manuscrito, acaba así abruptamente4. Encuadernada entre el f. 2v. y el 3r. hay una papeleta escrita por las dos caras que ofrece algunas noticias desconocidas sobre una estancia de Sánchez en Segovia previa a su marcha a Madrid, realizada a instancias del autor de las notas, D. Juan Manuel Munarriz, transcritas por un así firmante "Lara":
D. F.co S.z Barb.o fue a Sega. hacia los años 89 á 90; y de alli por mi influjo pasó a Mad.d á trabajar en el Mem.l lit.o q.e publicaba Ezquerra; p.es el arced.o Peñalosa no podía proporcionarle más q.e alg.a sacristía.
El arcediano de Segovia D. Clemente Peñalosa, bien conocido p.r su carácter ligero y por su facilidad en ofrecer lo que no podía cumplir, en un viaje que hizo a Salamanca conoció a d.n Fran.co Shez. Barbero en el semin.o conciliar de diha. ciud.d, estudiando teología, y q.e a vuelta de poco tiempo regularm.te hubiera conseguido un curato, qe hubiera sido el consuelo y amparo de sus viejos y pobres padres. Pero dho. Mecenas le ofrecio, y aun por decirlo así, le arrancó de allí por traerlo á su casa, y q.e le daría á conocer en el gobierno D. D. Como joven y sin experiencia del mundo se vino a Seg.a con Peñalosa; y no tardó en conocer q.e todas las ofertas eran aereas y q.e estaba reducido á la triste comida y casa que le daba Peñalosa. Entonces, como tengo dicho, le proporcioné pasar á Madrid á trabajar en el memorial literario con 10 ú 12 v.os diarios; y su amigo d. Manuel Quintana le daba la mesa; con lo que iba pasando regularmte, que empezole á dar a conocer.
Las dos notas anteriores son de d. J.n Man.l Munarriz of.l de artillería. -Lara.
Estas noticias contradicen las de Ramajo, que presenta a Sánchez saliendo de Salamanca directamente para Madrid5, y ambas la de Gil Sanz, quien afirma que Sánchez partió de Salamanca "á estudiar jurisprudencia, marchando despues á Madrid, donde ejerció con aplauso la abogacía, sin olvidar nunca sus tareas favoritas"6. Sea como fuere, en Madrid se hizo pronto conocido por su talento poético en español y en latín7. Una oda castellana a la muerte de la duquesa de Alba le dio renombre, e ingresó en la academia de los Árcades de Roma, con el nombre de Floralbo Corintio. En 1805 publicó unos Principios de retórica y poética, que fueron propuestos como modelo por el Gobierno en el plan de estudios de 18258.
En 1809 fue encarcelado por escribir contra los invasores franceses. Se decidió su confinamiento en Francia, pero logró fugarse en Pamplona, y, al cabo de casi medio año de peripecias, consiguió llegar a Cádiz, pocos días antes de instalarse las Cortes. En este azaroso período sufrió la pérdida irremediable de siete tragedias, una comedia, un poema de las cuatro edades del hombre, comparadas con las cuatro estaciones del año, varias poesías líricas y algunos escritos en prosa, secuestrados por los franceses. En Cádiz fue enseguida admitido como redactor del periódico El Conciso.
El Conciso comenzó a publicarse en Cádiz el 24 de agosto de 1810. Con él nace, como se ha dicho, el periodismo político español9. De talante decididamente liberal, fue siempre defensor de las Cortes y de la Constitución, y reformador en el terreno religioso. La publicación se completaba con anuncios y con poesías. Entre los periodistas de El Conciso se encontraban G. Ogirando, fundador y principal redactor, Sánchez Barbero, José Robles y Manuel Ramajo10. Como dice Ramón Solís: "a todos les cupo el honor o la desgracia de haber haber sido los primeros que en España usaron del periodismo como arma política. Algunos de ellos pagaron su campaña periodística con la persecución y después con la muerte"11.
En este periódico, o en impreso independiente, debió aparecer impresa en 1812 la Pepinada, macarronea satírica de Sánchez Barbero contra José Bonaparte, caracterizado como personaje báquico y salaz12.
Vuelve Sánchez a Madrid en 1813, tras ser liberada de los franceses, donde publica otro periódico, El Ciudadano constitucional, y obtiene de la Regencia del Reino el cargo de bibliotecario de San Isidro y censor de los teatros.
Sus opiniones como editor periodístico y una famosa oda a la apertura de la cátedra de Constitución, en San Isidro, le llevaron a la cárcel a la vuelta de Fernando VII. Durante los diecinueve meses de reclusión en Madrid culminó una gramática latina, que presentó desde la misma cárcel al gobierno sin resultado13, compuso otras obras, entre ellas una ópera de éxito, y dio lecciones a un joven. Fue condenado a diez años de reclusión, con retención, en Melilla. Sus papeles fueron quemados públicamente por el verdugo. En la noche del 17 al 18 de diciembre de 1815 fue sacado de la cárcel para ser llevado a Melilla, donde recabó el 4 de enero de 1816 con Manuel Ramajo y José María Calatrava como compañeros de infortunio.
Manuel Ramajo señala que fue en su destierro africano donde alcanzó Sánchez su cumbre como escritor español, y, sobre todo, latino, como resalta especialmente en las palabras que siguen:
Pero en lo que Sánchez puso todo su conato y vanagloria fue en imitar á los clásicos latinos, y en especial a Horacio, Ovidio, Marcial, Catulo, Tibulo, Propercio, etc., no reduciéndose su biblioteca más que á estas obras: Ovidio y Gradus ad Parnasum. Así que dejó estos libros tan manoseados, que manifestaban bien el continuo uso que de ellos hacía.
No es para darse la idea exacta de las tareas de Sánchez en la imitacion de tan famosos modelos. Puede asegurarse, valiéndose de la expresion vulgar, que los tenía en la uña; y esta memoria, tan poco comun, le facilitaba mucho el camino para seguirlos. Llegó á tal punto su deseo de imitarlos, que recorrió el Horacio, componiendo en todo género de versos de este célebre poeta, y poniendo, por ejemplo, al fin: De esta clase hizo Horacio cuarenta y dos versos; yo cuarenta y seis. En otras composiciones se leía: Acabado á las dos de la madrugada; en otras: Vacaciones.
El hacer exámetros y pentámetros era para Sánchez un juguete: en conversacion podía ir haciéndolos sobre cualquier materia.
Bien puede afirmarse que la Europa contemporánea no era capaz de presentar otro individuo igual á Sánchez para la poesía latina. Era este hombre extraordinario una margarita cual no se verá en siglos. Sus composiciones latinas, parto de la Libia, serán el asombro de la posteridad, si llegan á salir á luz, poniendo a Sánchez al par de los más célebres poetas de la antigüedad, y á la España inmortalizada con el nombre de Sánchez14.
Francisco Sánchez Barbero murió de una afección pulmonar en Melilla el 24 de octubre de 181915. Sus borradores originales fueron recogidos y copiados por sus compañeros de confinamiento.
3. Contenido y estructura de la Pepinada.
La poesía macarrónica de Sánchez Barbero constituye una composición satírica, como puede irse deduciendo de su mismo título, la Pepinada, paródico en su evocación literaria (Ilíada, Orestíada, Eneida, Franciada, Cristiada, etc.), donde el Pepino celebrado no es otro que José Bonaporte, hermano mayor de Napoleón I, proclamado rey de España el 7 de julio de 1808, y motejado popularmente como Pepe Botella, por una presunta afición a la bebida.
La Pepinada se presenta en suscripción como obra de "un Conciso, discípulo de Merlín, macarrónico-poéticamente compuesta". El "revisa ab auctore in Africa, 1819" que cierra los manuscritos no deja dudas sobre la autoría de Sánchez Barbero. Éste se presenta como "Conciso" en obvia referencia al periódico con el que colaboró en Cádiz, y el Merlín considerado como maestro no es otro que Merlín Cocayo, alter ego macarrónico de Teófilo Folengo.
El poema figura bajo un dístico elegíaco donde se señala a Baco, Mercurio, Plutón y Venus como patrones de Pepe (botella).
En una primera parte (vv. 1-21), el poeta apostrofa a sus "versillos" para que corran a Madrid a hacerle una mamola a Pepe (1-2). Se les dice que no tengan miedo, pues "Pepino" no sabe manejar armas (3-9), sino más bien la baraja, y los cubiletes (9-17). Se invoca a las Musas para que den aliento para lo que se va a cantar en la segunda parte (17-21).
En la segunda parte (22-128) el poeta cuenta las "hazañas" de Pepe en la Casa de Campo madrileña, quien se ve a sus anchas entre botellas y mozas complacientes (22-41). "Pepón" llama a las chicas para darles un discurso de corte hedonista (42-45), en el que exalta el placer (46-53), frente a las preocupaciones de los ambiciosos (53) y de la vana esperanza de gloria postrera de los literatos (54-67). Concluye pidiendo vino, danzas y reiterando su amor a las chicas que lo rodean (68-73). En el colmo de la borrachera (74-84) Pepe Botella es objeto de los juegos de sus mozas quienes le pegan en la frente unas botellas a modo de cuernos (85-100). Se inicia entonces una lidia en la que Pepe aventaja en bravura a cualquier toro del Jarama (101-113). Al caer la tarde Pepino se marcha escoltado por dos filas de porteadoreas de botellas (114-121), hasta su lecho donde queda en buena compañía (122-126). A modo de Ringkomposition se repiten los dos versos iniciales como cierre (127-128).
Los manuscritos presentan como apéndice una "prosodia macarrónica", en la que se dan noticia de ciertas licencias prosódicas, de las que también había quedado constancia en algunas notas a pie de página, obra, asimismo, de Sánchez Barbero. Bajo la "prosodia" figuran dos noticias sobre la datación del poema, que fue impreso primeramente en Cádiz ("Impresa en Cadiz, año de 1812"), y revisada por su autor en África (Melilla) en 1819, el año de su muerte ("Revisa ab auctore in Africa, 1819").
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1 Cf. la reimpresión de 1952, pp. 551-563.
2 Cf. C. RODRÍGUEZ ANICETO, Francisco Sánchez Barbero. Poesías latinas, Santander, 1935, pp. 5-6.
3 Sánchez obtuvo el título de Bachiller en Artes en julio de 1783, y el de Bachiller en Teología en julio de 1788 (cf. C. RODRÍGUEZ ANICETO, o.c., pp. 5-6).
4 La noticia biográfica de Manuel Ramajo que éste envió con una copia de las poesías inéditas de Sánchez a Ramón de Mesonero Ramos, y que se ve reproducida en BAE t. 63 pp. 551-552 parece un resumen de la del ms. 11355: "don Francisco Sanchez Barbero nació, en Enero de 1764, en el lugar de Moriñigo, provincia de Salamanca. A la edad de doce años fue á estudiar á la universidad de Salamanca, y admitido, en el año de 1779, en el seminario conciliar de aquella ciudad, á la época de la abertura de este establecimiento, estudió en él los principios de retórica y poética, despues de la lengua latina, y con su aplicación, adquirió cabal inteligencia de los buenos modelos de la antigüedad, eligiendo entre nuestros autores los que más de cerca siguieron á aquellos. Desde entónces tomó Sanchez gran aficion á la poesía, empleando, á pesar de sus directores, más tiempo en la lectura de Virgilio y Horacio que en la de los teólogos escolásticos, que quisieron manejase despues del estudio de la filosofía. En ésta no había librado mal para aquellos tiempos, pues ademas de los elementos de las matemáticas, le habían puesto en las manos una física exacta y una filosofía moral, no despreciable. Pero como su pasion dominante era la poesía, se dedicaba sólo á aquellos estudios que, á su parecer, podían contribuir á perfeccionarle en el arte que hacia sus delicias. Era entónces la época del vigor de los Melendez é Iglesias, á quienes Sanchez buscó, y presentó sus primeros ensayos, que no desaprobaron, ántes bien le alentaron á proseguir, dirigiéndole con sus consejos [...] En 1788, llegado ya al término de su carrera teológica, y sin embargo de no haber desagradado en el ejercicio para el grado de bachiller, que recibió, como el de la filosofía, por la universidad, se resolvió á abandonar una profesion poco conforme á su índole y sentimientos. Dejó el seminario, sin contar con otro recurso que el de su ingenio, y salió de Salamanca para Madrid".
5 Cf. supra n. 4
6 cf. BAE, t. 63, p. 554
7 las noticias que siguen están basadas en las de Ramajo y Gil en la BAE.
8 Cf. M. J. RODRÍGUEZ SÁNCHEZ DE LEÓN, "Los 'Principios de Retórica y Poética' de Francisco Sánchez Barbero en el contexto de la preceptiva de la época" en Actas del X Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, Barcelona, agosto de 1989.
9 Cf. RAMÓN SOLÍS, Historia del periodismo gaditano (1800-1850), Inst. de Estudios Gaditanos, Cádiz 1971, p. 60.
10 Cf. ib. pp. 61-63.
11 Cf. ib. p. 63. Señala Gil Sanz que su participación en El Conciso "fue luégo uno de los delitos que le imputaron" (cf. BAE, t. 63, p. 555).
12 Tal extremo se deduce A. PAZ Y MELIA, Sales Españolas o Agudezas del ingenio nacional, (segunda serie), Madrid 1902, p. XV, quien dice escuetamente: "[...] la segunda [la Pepinada] [se halla] en el periódico de Cádiz El Conciso". En los dos manuscritos que existen de la Pepinada (que citaremos abreviadamente como Pep.), se indica "Impresa en Cadiz año de 1812".
13 Esta gramática no vio la luz hasta 1829 a instancias de un particular (cf. BAE, t. 63, p. 555).
14 Cf. ib. p. 553
15 Las circunstancias del fin de Sánchez Barbero pueden leerse en una carta de su compañero José María Calatrava reproducida en BAE, t. 63, pp. 562-563. Teníamos noticias en el momento de culminar este trabajo (2001) de que Dña. Dolores Lozano Lucea, del dept. de Lengua, Literatura y redacción de la Facultad de Humanidades de la Universidad San Pablo Ceu, preparaba una tesis doctoral sobre Sánchez Barbero, defendida posteriormente.