domingo, 31 de enero de 2016

EL NACIMIENTO DE BALDO (BALDUS V, 2, 433-474)




Baldovina en casa se queda solita, y la lluvia
de los sus ojos calmar no puede marchado el marido.
Con la mejilla en la mano está pensativa, y de pronto,                    435
de pronto imprevistos dolores se adueñan de sus entrañas;
de hecho, la pobrecita se enfrenta a su parto primero1.
La desdichada a lanzar agudos chillidos forzada
se ve, y por no dejar que la oigan, esconde en su pecho
los dardos que Baldo aún no nacido tira doquiera.                           440
Sólo gime por más que no quiere, y ora de un lado,
ora del otro (visión que piedad provoca) se vuelve.
No la partera asiste, que preste la ayuda debida;
llama a las criadas y siervas a que antes solía
mandar, tal como manda de un monarca la hija,                             445
mas en vano llama, porque sólo la gata podía
"miau" responderle, pero no prestarle socorro.
No sin motivo, empero, tan grande afán la atormenta,
cuando nace de sí de la caballería el espejo.
Todo lo que extraordinario será por las letras o Marte2,                   450
sale del vientre materno no con plácido parto,
y viene de esfuerzo penoso fuera de toda medida.
Nace entonces, por fin, el meollo de toda proeza,
la flor de la gallardía, Baldo, rayo de liza,
poder de la espada, vigor del escudo, por entre los dardos,              455
en las batallas de lanzas ruïna, tea e incendio
como una cruda bombarda contra las filas contrarias.
Ni siquiera lo pétreo del monte, el acero, o un enorme
bastión, ni el fuerte reparo de una gruesa muralla
podrán resistir indemnes de su valor al martillo.                              460
Nace Baldo aquí sin ayuda de comadrona,
y no dio ningún chillido como los rorros.
Y aunque esté Baldovina toda hecha unos zorros,
como una vieja cuba de aros sueltos del todo,
se alza, y en un bastón apoyando sus débiles pasos,                        465
agua calienta, lava al niño, y lo envuelve en harapos.
Luego al lecho retorna, descansa, y al niño amamanta,
mucho lo besa, y saciar no puede el materno deseo
de a besos comerse sus ojos, su frente o su boquita.
Aquél no llora, sino que ríe con cara risueña,                                   470
mientras se esfuerza en hablar, todavía no sirve la débil
lengua a la voluntad, ni "papá" ni "mamá", ni siquiera
balbucea "papa", aunque conocimiento de cosas
mucho tenga, y una nueva estrella le sea propicia.















1G. Bernardi Perini ha descrito con insuperable maestría la evolución de la descripción de este episodio en su artículo "La nascita di Baldo", recopilado en sus Scritti Folenghiani, (2000), pp. 109-126. Los 23 versos que narran el paso al final del libro primero de la redacción Paganini (1517) pasan a 48 en la red. Toscolanense (1521), en la que Baldovina sigue muriendo en el parto a pesar de las parteras, hecho que lleva Guidón a abrazar la vida eremítica; novedades, en cambio, son el hecho de que el anónimo aldeano de la red. P, reciba el nombre de Bertus Pannada, y el honor de ser considerado por Guidón un "aldeano cortés", oxímoron en la mentalidad folenguiana, así como el hecho extraordinario de que el recién nacido no llore (plangere quem nusquam viderunt more putini). En las dos siguientes y últimas redacciones, la Cipadense y la Vigaso Cocaio, en las que el episodio se diluye entre dos libros, es evidente la influencia del Orlandino del mismo Folengo, poema en vernáculo publicado en 1526, que narra el nacimiento e infancia de Orlando (Roldán); de tal obra proceden el retrato corregido y aumentado de Berto Panada que coincide con la ausencia del padre en busca de fama y fortuna cuando el niño nace, y la supervivencia de Baldovina al solitario parto, que verá crecer a su hijo. Bernardi atribuye, en fin, la atmosfera idilliaca del paso a la influencia de la cuarta égloga virgiliana (lo sguardo del Folengo è lo stesso sguardo di Virgilio, chino su una culla a cogliere i primi segni di una vita nuova e di una pena risarcita [o.c., p.126).

2Acostumbrada sinécdoque por la guerra.

sábado, 16 de enero de 2016

CONTENIDO, ESTRUCTURA Y DATACIÓN DE LA EPÍSTOLA MACARRÓNICA DEL DR. DIEGO SÁNCHEZ




La epístola del doctor Sánchez a Francisco de Vargas tiene como motivo pedirle que ejerza su influencia en el consejo real y las chancillerías para que el concejo de Marchena lo elimine del padrón o censo de los pecheros o contribuyentes, del que estaban excluídos los hidalgos y caballeros. La macarronea tiene, pues, un carácter reivindicativo y quejumbroso que, en el plano de la expresión, hace patente en su comienzo (vv. 1-2) la influencia del modelo ovidiano de las Heroides y las epistulae ex Ponto (cf. ap. de fuentes). El metro elegido no es, sin embargo, el dístico elegíaco, sino el hexámetro, que en número de 120 configura la obra. La peculiaridad del contenido le aleja también del modelo ovidiano, a pesar de su tono autobiográfico.

I. Introducción (vv. 1-10): El autor comienza señalándole al destinatario de la carta que ésta -siguiendo estrechamente el modelo ovidiano- viene de Marchena, y aunque firmada por un 'maestro de la macarronea' (macharroneo... magistro) contiene imnumerables quejas contra el concejo local porque, despreciando su ciencia, quiere hacerle pechero.

II. Autobiografía (vv. 11-91): A continuación el poeta expone su vida, o mejor, las vicisitudes que culminaron en su doctorado, entendidas como un cúmulo de penalidades que se presentan como antecedente de la situación expuesta en los vv. 1-10, como indica el tránsito adde quot del v. 11. El recuento de estas estrecheces y sufrimientos comienza por los más recientes.
II. 1. Penalidades recientes (vv. 11-24).
II. 1. 1. Enumeración de los peligros e incomodidades sufridas en el camino a Lérida en busca de las insignias del doctorado (vv. 11-19).
II. 1. 2. Nueva queja por el trato dado (por el concejo) a un practicante del noble arte de la medicina (vv. 20-24).
II. 2. Penalidades pasadas (vv. 25-91).
II. 2. 1. Empleando un virgiliano horresco referens el autor se dispone a contar las desventuras de la vida estudiantil, caracterizada por una serie de penurias in crescendo (vv. 25-34).
II. 2. 2. Frío (vv. 35-41).
II. 2. 3. Hambre (vv. 42-60)
II. 2. 4. Alojamiento mísero (vv. 61-72).
II. 3. 5. Pobreza, que lleva al abandono de los estudios e incluso al suicidio (vv. 73-91).

III. Nueva exposición de su queja contra el concejo local (vv. 92-112).
III. 1. Por qué alguien que ha pasado por tantas penalidades para ser doctor no obtiene título de hidalguía y exección de impuestos (vv. 92-95).
III. 2. Por qué él, que se ocupa de día y de noche de los enfermos, debe pagar el pecho o impuesto cuando no lo hacen los que se ocupan de los oficios mecánicos ni los maestros (96-109).
III. 3. El concejo local, empero, no atiende su petición (vv. 110-112).

IV. 4. Apelación final al destinatario de la epístola (vv. 113-120): el agraviado pide a Vargas que intervenga en su favor usando su influencia en el consejo real y las chancillerías, con el fin de que se le quite del padrón o censo, aunque sea sin razón.

En cuanto a la datación del poema, ha sido determinante la consulta del t. I de los Libros de Actas Capitulares del Archivo Municipal de Marchena, correspondiente a los años 1530-1541. La primera mención del doctor Sánchez en dicho tomo es del lunes siete de julio de 1533, donde figura presentando una petición y una carta de doctoramiento ante el cabildo municipal1. Dicha petición debía referirse al contencioso mencionado en epist., pues dos días después, el miércoles nueve de julio de 1533 hay una nueva anotación sobre el doctor Sánchez donde se resuelve favorablemente su petición quitándosele del padrón2. La fecha de tal anotación nos conduce a establecerla como término ante quem de la composición de la macarronea, compuesta sin duda al calor del litigio sostenido con el concejo marchenero.





Ilustración: Vista general de Marchena, Hoefnagel, circa 1565



1 Cf. A. M. M. Actas Capitulares Marchena, 1533, julio, 7.

2 Cf. A. M. M. Actas Capitulares Marchena, 1533, julio, 9.

sábado, 2 de enero de 2016

OBRAS DEL DOCTOR DIEGO SÁNCHEZ




Aparte de su epístola macarrónica Sánchez compuso en su vejez una obra en prosa de carácter científico, El coloquio del sol, impreso en Sevilla en 1576 por Alonso Escrivano.

Descripción de la edición (ej. R / 7562 B. N. de Madrid):

Frontispicio:

COLLOQVIO | DEL SOL EN EL QVAL | se declarã muchas experiencias | y conclusiones de Ppiloso [sic] | phia, que cada dia se of | frecen y traen entre | las manos. || POR ESTILO TAN | claro que qualquiera mediano | entendimiento las pue | da alcançar. || COMPUESTO POR | el Doctor Diego Sanchez | vezino de Marchena. || CON PRIVILEGIO. || EN SEVILLA. | En casa de Alonso Escrivano | Año. 1576.

Colofón:

FVE IMPRESSO EN | Seuilla, en casa de Alonso Escri | uano impressor de libros, en | la calle de la Sierpe. | Año de.1576.

Características:

8º; 4H; 63 Fols; 20 ll. por pág.; sign. A1-I4; tres primeras iniciales grandes y adornadas; car. romanos.

Contenido:

La obra se presenta como un coloquio entre Leonardo y Antonino, cuya acción se desarrolla en Marchena como se indica en f. 47r. Antonino, trasunto del autor, pretende demostrar la tesis de que el sol es mayor que la tierra, y ésta que la luna, empleando tres presupuestos del libro II de Plinio el Viejo (ff. 3r-4v). Antonino demuestra tales presupuestos respondiendo, asimismo, a doce 'dudas' que le plantea Leonardo (Por qué hubo noches y días antes de que Dios creara el sol [f. 5r]; si la luz de las estrellas es propia o comunicada por el sol [ff. 10v-11r]; por qué la luna no tiene luz propia [ff. 13v-14r]; cómo ocurre el eclipse de luna [16v]; valor de la opinión de Aristóteles de que las estrellas reciben su luz del sol [25v-26r]; por qué se ha podido ver el sol y la luna juntamente el mismo día [34r]; por qué no se pueden ver siempre las estrellas [34v-35r]; por qué el sol es mayor que la tierra [38v]; cuál es el tamaño del sol, la tierra y la luna [40v-41r]; si la medida de la tierra es por lo ancho o por lo largo [58r]; el tamaño de planetas y estrellas [60v]; diferencias entre planetas y estrellas [63r]). Sánchez despliega una notable erudición y cita autores como Aristóteles, Virgilio, Plinio, Macrobio, Tolomeo, Génesis, Salmos, Euclides, Campano, San Agustín, San Basilio, Purbachio, Calippo, Hipócrates, Zenón, Cicerón, Eratóstenes, Ambrosio, Teodosio, Sacrobuto, Aliaco, Fabro, Juan Bautista Capuano, Juan de Mena, San Pablo, Hermolao Barbaro, Alphagrano. El doctor marchenero se coloca, con esta obra, dentro del grupo de médicos humanistas del siglo XVI interesados en la exposición de cuestiones de 'filosofía natural', y, más concretamente, en el conocimiento y la explicación de la realidad natural, como López de Corella y Pedro Mercado1. Un talante muy distinto tiene su epístola macarrónica.




Imagen: frontispicio de El coloquio del sol de Diego Sánchez






1 Cf. LUIS S. GRANJEL, La medicina renacentista española, Salamanca 1980, pp. 95-98. "'Es libro curioso y escrito con discreción'", dice el Sr. Picatoste en su "Biblioteca Científica Española"" (cf. M. MÉNDEZ BEJARANO, o.c., p. 366).