sábado, 20 de junio de 2015

EL LÉXICO MACARRÓNICO EN EL AÑADIDO ESPÚREO A LA MACARRONEA DE JUAN DE VERGARA





                    Macarronismos léxicos.

Se encuentra en Spur. un cuerpo mediano de macarronismos léxicos (barrilagi, baxando, bravonius, burrazus, burronus, busiam, caballum, cama, camisam, capam, casillam, colchones, colgante, corregimentum, denarum, desmontando, dineros, enxugare, famelicus, ganauit, grandorum, guerris, lança, loretto, mantam, matando, minjabant, paja, piojos, plato, quadrillis, sayum, tornabat, villanus, xaquima).

Junto al modo de enmacarronamiento más sencillo (capam, piojos) se hallan también macarronismos formados a base de derivados inusuales (barbullerias), diminutivos (casillam, quadrillis) y aumentativos (bravonius, burrazus, burronus), que proporcionan variedad y expresividad al léxico macarrónico.

En algunas voces se produce una manipulación formal que busca dar una pátina más latina a algunos macarronismos (bravonius ‘bravón’, corregimentum ‘corregimiento’). Es el mismo afán de comicidad expresionista el que delata un neologismo macarrónico como barrilagi, y el empleo de un catalanismo, minjabant ‘comían’. Ejemplos de estos dos tipos de creaciones están ausentes de Bald.

                    Macarronismos morfológicos.

La única -aparente- anomalía morfológica digna de mención, un ac. plural en –is, afecta a una palabra latina, parietis (Spur. 2). Llama, no obstante, la atención el sintagma in Granatii (v. 25), que aparenta ser un locativo analógico del tipo Brundisii, aunque hipercaracterizado con la preposición in de ablativo o declinado de forma heteróclita.             

                  Macarronismos heteróclitos.

Frente a lo que ocurre en Bald., tenemos en Spur. ejemplos de estos macarronismos léxicos que presentan una declinación heteróclita o aparecen declinados por un modelo contrario al esperado (burronus frente a *burro(n), y grandorum frente a *grandium).

                 Macarronismos semánticos.

Los ejemplos que pueden aducirse son el de burricus y pensat aunque puede dudarse de su carácter intencional.

                Macarronismos de locución o de calco.

Sólo puede señalarse el presente en el v. 2: “..parietis dicunt orejas habere”.

               Macarronismos folenguianos.

Al igual que en Bald., encontramos una serie de calcos folenguianos (busiam, denarum, loretto), llamativos por diversas razones.

El primero de ellos forma parte de un calco textual más amplio (cf. FOL. Baldus T XXII 195: #peream si dico bosiam#). El hecho de que Spur. emplee la variante busiam (registrada una sola vez en la red. T) al igual que Vergara certifica su dependencia de Bald.

En el caso de denarum es de notar la variante léxica que introduce el autor al emplear el macarronismo español dineros en el v. 27.

Es notable la transformación que se hace del calco de F0L. Baldus T XIII 336: #parvo pendente loretto#, que se registra una sola vez en la red. T. Este hecho ilustra un seguro conocimiento de la macarronea folenguiana.

                   Frecuencia de los macarronismos.

Hay cuatro versos que contienen un solo macarronismo (vv. 2, 5, 6 y 20), que suponen un 12,5% del total.

16 versos contienen más de un macarronismo (vv. 1, 3, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 27). Representan el 50% del total.

12 versos son íntegramente latinos (vv. 13, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 28, 29, 30, 31, 32), que suponen el 37,5% del total.

Respecto a los datos de Bald., puede decirse que en Spur. se da una mayor polarización hacia la segunda y tercera categoría, es decir, que hay en Spur. un mayor porcentaje de versos con más de un macarronismo y de versos íntegramente latinos que en Bald.

                  Función estilística de los macarronismos.

En Spur. hay una distribución más uniforme de versos latinos y macarrónicos que en Bald. Hasta el verso 20 predominan casi absolutamente los versos macarrónicos. Los macarronismos caracterizan negativamente la realidad miserable del protagonista (piojos, famelicus, casillam, bravonius).

Desde el v.21 hasta el 27 los mayoritarios versos latinos dan un tono de dignidad irónica al discurso del soldado, al igual que en Bald. 54-70. Los macarronismos sólo reaparecen para traicionar psicológicamente al sujeto, como en el caso del guerris del v. 25, que revela la falsedad del conjunto del discurso, o el corregimentum y dineros del v. 27, que ponen en claro con crudeza las verdaderas intenciones del personaje.

El autor emplea versos íntegramente latinos en la parte final para expresar su lamento por la situación generada por individuos como el descrito en los versos anteriores. Para el creador de Spur. más que para Vergara, el macarroneo no es un lenguaje que ofrece ilimitadas posibilidades expresivas mediante su carácter heterogéneo y las posibilidades combinatorias que promete, sino un mero medio de reforzar un retrato satírico, gracias a las crudas referencias a la prosaica realidad cotidiana que evocan los macarronismos. No existe aquí ciertamente el juego estilístico entre elementos latinos y macarrónicos que apunta en Bald.


Ilustración: frontispicio de la redacción Toscolanense en la edición veneciana de 1581

sábado, 6 de junio de 2015

AUTORÍA Y DATACIÓN DEL AÑADIDO ESPÚREO A LA MACARRONEA DE VERGARA




Autoría.

El título de la versión de Bald. recogida en el ms. 8625 de la Biblioteca Nacional de Madrid nos habla de un incertus author. Una serie de razones estructurales y estilísticas desautorizan claramente la atribución de estos 32 versos al mismo autor de Bald. Las razones estilísticas serán desgranadas en nuestro estudio del léxico, prosodia y métrica. Trataremos aquí de las estructurales.

El verso primero (“Hic est burricus, burronus, siue burrazus”), unido, como dijimos, sin solución de continuidad al cuerpo del poema, pretende presentar como un ‘cierre en falso’ el v. 93 de Bald. (“Hic attent Pirros!, clamat, fingendo latinum”). La torpeza de este intento es evidente ante el in crescendo con que se construía el final de Bald. y que alcanza su punto culminante en los vv. 91-92 con oración fuertemente impresiva y reiteración de vocativo. El v. 93 recoge una apremiante orden del personaje aludido claramente en el v. 92, que cierra de modo brusco y apremiante el poema. El hic de Spur. 1 pretende recoger en anáfora el hic del v. 93 de Bald., pero el autor del primero no ha sabido apreciar el aumento de tensión narrativa que caracteriza a Bald. y que es paralela al aumento de rango social de los personajes que se van describiendo. Esta tensión se refleja sobre todo en el último tramo (vv. 80-93), con el aumento de macarronismos, la expresiva comparación con el felino acechante y la modalidad oracional impresiva.

Por otra parte, la crítica a los arribistas de Bald., que recorre de abajo arriba las clases sociales, hace difícil de entender la vuelta a un personaje humilde en Spur., cuando se ha alcanzado ya el punto más alto de la escala social en Bald. 80-93. La justificación de este hecho (Spur. 2-3: “Sed quia parietis dicunt orejas habere, / Istorum dexo grandorum barbullerias”), es un remilgo ya superado en Bald. 35: “Quod dicam hunc mamolum, nil dicas, deprecor, ipse”, y 40: “Hispanis quoniam fas est dare frena superbis”. El autor de Spur. recoge el tipo humano más humilde descrito en Bald., el soldado menesteroso, librándolo además de cualquier contenido polémico en detrimento de su coherencia. En principio, el soldado no es tal soldado, sino un campesino pobre, fácil objeto de cualquier ataque (Spur. 5-6). El acceder a una mínima riqueza (Spur. 14), y no la pobreza como al soldado de Bald., lo empuja a la corte real en busca de ganancias basadas en falsos hechos de armas. Pero el dudoso militar suprime cualquier referencia directa a la guerra de las Comunidades (Bald. 59-60, 62), remontándose a la ya añeja conquista de Granada y a unos indefinidos conflictos (Spur. 24-25: “Catolico regi seruiui semper in armis, / In Granatii, in salsis, in omnibus denique guerris”). La supresión de la referencia a la rabiosa actualidad de los efectos del conflicto comunero resulta, ciertamente, menos comprometedora para el autor, que vuelve su atención a justificar la actuación del rey (Spur. 30-31), del que nada en concreto se decía en Bald.

Spur se presenta, pues, como un ejercicio de estilo que parafrasea uno de los motivos de Bald., diluyendo, empero, la fuerte componente de crítica social de su modelo.

Datación.

La fecha de composición no debe ser muy posterior a la de Bald., pues la presencia de calcos textuales folenguianos en Spur., ausentes ya del resto de la producción macarrónica española, nos indican, como en el caso de Vergara, una dependencia directa y consciente del modelo de la red. T, y también de Bald. en el caso del autor del poema espúreo.



Imagen: Biblioteca Nacional de Madrid.