1. El hexámetro dactílico.
El hexámetro dactílico, el único metro
empleado por los prefolenguianos, es usado por Folengo en el Baldus,
en las dos églogas de la red. P, en cuatro de las siete églogas de
la Zan. T, en la única y verdadera égloga de la Zan.
C, y en tres églogas de la Zan. V.
Al emplear el hexámetro para la poesía épica y
bucólica, Folengo no hace más que seguir la tradición instaurada
por Virgilio para el ámbito latino1.
Paoli señala que
Folengo sigue la norma del hexámetro (y del pentámetro) ovidiano,
que se caracteriza por la presencia normal y obligatoria de algunas
cesuras secundarias (la cesura trocaica en el tercer dáctilo en el
caso del hexámetro)2.
Zaggia indica algunas escasas anomalías en las
Macarroneas menores, como dos hexámetros carentes de un pie3,
un único hexámetro espondaico4,
y otro con troqueo en cuarta sede5.
2. El dístico elegíaco.
Folengo emplea el dístico elegíaco en muchas
composiciones de la Zan. T, en toda la Mosch. (redd. T,
C, V), en las tres Epist. y siete Epigr. de la red. T,
y en muchos Epigr. de las redd. C y V.
Como dice Zaggia, “la adopción del dístico
elegíaco en las composiciones amorosas de la Zan. sigue una
tradición que remonta a los elegíacos latinos. Y en general era
común el uso de los dísticos elegíacos en los poemas breves sobre
los argumentos más variados. Por cuanto toca a la Mosch., el
dístico elegíaco resulta preferido al hexámetro verosímilmente
por ser considerado más adecuado a la épica ‘menor’”6.
Observa Paoli que la cesura trocaica en el último
dáctilo, que hace que el segundo hemistiquio termine en bisílabo,
se observa siempre en los pentámetros de la Zan. y de la
Mosch.7
En relación con los dísticos elegíacos
folenguianos, aparecen exclusivamente en la red. T dos formas
métricas: la sonolegìa y la strambot(t)olegìa, que
constituyen “dos creaciones exquisitamente macarrónicas, en cuanto
producidas por la contaminación, realizada con fines expresivos,
entre el sistema métrico latino y el vulgar”.8
Hay una clara definición de sonolegìa en
una glosa de la Zan. T (v. 9): ‘sonolegia’ dicitur
sonettus in versu elegiaco, qui constat ex quatuordecim metris veluti
sonetti vulgares. Por otra parte, strambot(t)olegia
designa una composición de cuatro dísticos elegíacos, o sea de
ocho versos, y por tanto asimilable a la extensión de un estrambote
vulgar, pero sin rastro de rima.
3. La estrofa sáfica menor.
En tales estrofas está escrito un epigrama
correctamente latino de la red. C (Epigr. C XXIV).
Sorprendente resulta por el contrario su aplicación a la égloga, pues el
uso de la estrofa sáfica menor es ignoto a la bucólica latina
clásica, medieval y humanística, donde es normativo el hexámetro.
La hallamos en la primera, segunda y cuarta égloga de la red. T, que
pasan a las sucesivas redd., aunque con cambio de título en las dos
últimas9.
De acuerdo con Paoli, “el esquema del sáfico
menor folenguiano es el mismo que Horacio ha vuelto tradicional en la
métrica latina, con la constante sustitución del espondeo por el
troqueo que precede al dáctilo [...]”10.
4. El falecio.
El falecio es usado solamente en algunos
epigramas correctamente latinos de las red. C. Se trata de un metro
muy común en el epigrama latino (los modelos más importantes son
Catulo y Marcial).
Generalmente, el falecio usado por Folengo tiene
base espondaica, pero admite en el primer pie el troqueo y también,
excepcionalmente, el yambo: “Téngase presente que el uso del
troqueo o del yambo en la primera sede del falecio constituye un
rasgo específicamente catuliano (no admitido por Marcial) que la
poesía humanística amó particularmente, mientras que en la edad
propiamente mediolatina se empleaba solamente, según el ejemplo de
Marcial, el espondeo [...]”11.
1
Cf. Ed. Zaggia, p. 673
2
Cf. U. E. PAOLI, o.c., pp. 191-192. Tal cesura hace
que en los versos con cesura principal semiternaria o semiseptenaria
la parte central termine con palabra bisílaba (cf. OV.
Pont., II , 6, 27: “Quos prior est || mirata, | sequens ||
mirabitur aetas”; Baldus V I 7: “An poterit || passare |
maris || mea gundola scoios?”).
3
Cf. Ed. Zaggia, pp. 673-674. Se hallan en Zan. T 569:
“Sis mea eroque tuus, Zoanina, nec ignes” y Zan. T 1115:
“fortunae?” “Mors sola, quod ergo quiesce”. Zaggia razona
que no se puede afirmar con absoluta certeza la legitimidad textual
o no de estos hexámetros de cinco pies.
4
Cf. Ed. Zaggia, pp. 674-675. El ejemplo se halla en Zan.
V 934: “Quae mihi cervellum tot ghebbis imbratarunt”. Zaggia
señala además otro ejemplo del Baldus T III 461: “Doctus
ad impresam rapidarum bombardarum”, donde la glosa señala su
valor estilístico: “hoc metrum currit ad guisam ducentis
bombardarum”. Paoli (p. 194) señala otro ejemplo de Baldus
V XIV 385: “Cui nisi donaret soror Aestas atque Autumnus”.
5
Cf. E.d. Zaggia, p. 675. El ejemplo se encuentra en Zan.
T 1055: “In cuius chieregam giandussa nascere possit”, en el que
una glosa marginal advierte; “trochaeus pro spondeo”. Hemos
localizado otro ejemplo en Baldus T V 415: “Illis, absque
alia confessione picandis”, cuya glosa marginal da una
justificación de este uso: “Carpitur poeta quo aliquando utitur
trocheis pedibus in carminibus dactilis medio, ut hic ‘confessione’,
sic Vergilius et alij fecerunt, quanto magis macaronicus”.
6
Cf. Ed. Zaggia, p. 675
7
Cf. U. E. PAOLI, o.c., p. 192
8
Cf. Ed. Zaggia, p. 675
9
Cf. Ed. Zaggia, pp. 676-679, que señala diversas propuestas
de explicación para este curioso fenómeno.
10
Cf. U. E. PAOLI, o.c., p. 195